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Cuando se acercaban a Jerusalén, junto a Betfagé y a Betania, frente al monte de los Olivos, Jesús envió dos de sus discípulos, y les dijo: Id a la aldea que está enfrente de vosotros, y luego que entréis en ella, hallaréis un pollino atado, en el cual ningún hombre ha montado; desatadlo y traedlo. Y si alguien os dijere: ¿Por qué hacéis eso? decid que el Señor lo necesita, y que luego lo devolverá. Fueron, y hallaron el pollino atado afuera a la puerta, en el recodo del camino, y lo desataron. Y unos de los que estaban allí les dijeron: ¿Qué hacéis desatando el pollino? Ellos entonces les dijeron como Jesús había mandado; y los dejaron.
a. Cuando se acercaban a Jerusalén: Si todo lo que tuviéramos fuera el Evangelio de Marcos, pensaríamos que este fue el primer viaje de Jesús hacia Jerusalén. Pero el Evangelio de Juan nos dice de muchos viajes anteriores. Jesús, como cualquier hombre Judío devoto, fue a Jerusalén para atender a la mayor cantidad de fiestas principales.
b. Frente al monte de los Olivos, Jesús envió dos de sus discípulos: Mientras Jesús se preparaba para entrar a Jerusalén, Él cuidadosa y deliberadamente envió a Sus discípulos para hacer los preparativos para Su llegada a la ciudad. Ya que el tiempo para Su crucifixión estaba próximo, Jesús no dejo nada a la deriva.
c. Hallaréis un pollino atado, en el cual ningún hombre ha montado: Con estos Jesús estableció que el entraría a Jerusalén montando a un pollino. Él deliberadamente eligió un caballo joven, no un semental, no un burro, y tampoco el llegar a pie. Esto es porque en aquellos días, el llegar montando un pollino – opuesto a un poderoso caballo de guerra – era el venir como un hombre de paz. Jesús no vino a Jerusalén como un general para conquistar, pero como un siervo que debía de padecer (pero triunfante).
i. Los Rabinos del día de Jesús tenían varias teorías diferentes en cuanto cómo el Mesías llegaría a Jerusalén. Basado en Daniel 7:13, algunos enseñaban que el Mesías vendría como un conquistador majestuoso. Basado en Zacarías 9:9, algunos enseñaban que el Mesías vendría de una manera humilde y rebajado, montando sobre un pollino.
ii. En los días de Jesús, algunos Rabinos reconciliaban esto al decir que el Mesías vendría humilde hacia un Israel indigno, pero de una manera poderosa para un Israel digno. Ya que Israel se consideraba a si mismo digno, éstos únicamente buscaban a un Mesías conquistador y triunfante.
iii. En el cual ningún hombre ha montado: “Para Jesús no había diferencia en cuanto a que este fuera un pollino que ya haya sido montado. Él era el Creador que venía a esta escena como un Hombre, y como tal, todas las demás criaturas inferiores estaban sujetas a Él.” (Ironside)
d. Ellos entonces les dijeron como Jesús había mandado; y los dejaron: Aparentemente Jesús había hecho los preparativos como el dueño del pollino, y se les instruyo a los discípulos para que dijeran únicamente, “Es para Jesús,” si es que se les preguntaba. Ellos hicieron lo que Jesús dijo, y estaba bien.
Y trajeron el pollino a Jesús, y echaron sobre él sus mantos, y se sentó sobre él. También muchos tendían sus mantos por el camino, y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían por el camino. Y los que iban delante y los que venían detrás daban voces, diciendo: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito el reino de nuestro padre David que viene! ¡Hosanna en las alturas! Y entró Jesús en Jerusalén, y en el templo; y habiendo mirado alrededor todas las cosas, como ya anochecía, se fue a Betania con los doce.
a. muchos tendían sus mantos por el camino, y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían por el camino: Nos gusta esta escena de la vida de Jesús porque simplemente se siente correcto. Por mucho del ministerio de Jesús, Él fue despreciado y rechazado por los hombres. Muy a menudo, las multitudes que le adoraban le seguían únicamente para obtener algo de Él, y la mayoría de Su audiencia rechazaba cualquier tipo de compromiso personal hacia Jesús. Todo aquello era diferente en este día.
i. En este día, éstos prodigaban atención y honor a Jesús. Ellos utilizaron sus vestidos como un asiento para Jesús y como una alfombra roja para el camino del pollino que Él montaba. Considerando el costo y el valor de la ropa en aquellos días, esta era una alabanza generosa.
b. Y los que iban delante y los que venían detrás daban voces, diciendo: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! Por la mayor parte de Su ministerio, Jesús hizo todo lo que pudo para desanimar a las personas de que le celebraran públicamente como el Mesías. Aquí Jesús se salió de esa manera para invitar hacia la alabanza y adoración pública del Mesías.
i. De hecho, cuando los líderes religiosos de los días de Jesús se oponían, Él les decía “Os digo que si éstos callaran, las piedras clamarían.” (Lucas 19:40)
ii. Las declaraciones de la multitud venían de Salmos 118:19-29. Con esto sus alabanzas eran por parte de la Escritura. Es importante que alabemos a Dios como Él quiere ser alabado. Así que si Dios dice que si debemos de venir a Él con palabras (Oseas 14:2), entonces esa es la manera en la que debemos de llegar. Si Dios dice que debemos de llegar a Él con cánticos (Salmos 100:2), entonces esa es la manera en la que debemos de llegar. Si Dios dice que debemos de venir a Él con las manos alzadas (Salmos 134:2), entonces así es como venimos. Todo el asunto de la adoración es el hacer lo que a Dios le agrada, no lo que nos agrada a nosotros, pero la hermosa verdad es que cuando agradamos a Dios, entonces hallamos una satisfacción maravillosa en nosotros.
iii. Nosotros llamamos a este evento la “Entrada Triunfal”, pero era un triunfo un poco extraño. Si tú le hablabas de la Entrada Triunfal de Jesús a un Romano, ellos pudieron haberse reído de ti. Para ellos una Entrada Triunfal era un honor concedido al general Romano quien ganaba una victoria completa y decisiva y que al menos hubiera matado a 5,000 soldados enemigos. Cuando el general regresaba a Roma, se le ofrecía un desfile elaborado. Primero llegaban los tesoros capturados del enemigo, luego los prisioneros. Sus ejércitos marchaban unidad por unidad, y finalmente el general cabalgaba en un carro dorado jalado por magníficos caballos. Sacerdotes quemaban incienso en su honor y las multitudes gritaban su nombre y le alababan. La procesión terminaba en la arena, en donde alguno de los prisioneros eran echados a los animales salvajes para el entretenimiento de la multitud. Esa era una Entrada Triunfal, y no a un Galileo campesino sentado sobre unos pocos abrigos puestos sobre un pollino.
c. Y habiendo mirado alrededor todas las cosas: Jesús llegó como el Mesías a Jerusalén, no como un poderoso general para conquistar a los Romanos. Él vino primero para ver la posición del pueblo de Dios, y para hacer una inspección. En lo que resta de Marcos 11 vemos el resultado de esta inspección.
i. Malaquías 3:1-3 habla proféticamente del Mesías viniendo al tempo con una apreciación cuidadosa.
ii. Vemos de nuevo el coraje de Jesús debido a que Él no quería esconderse de las autoridades. Juan 11:57 habla en claro de que había un precio por la cabeza de Jesús, y que las autoridades le estaban buscando. A pesar de esa amenaza, Jesús viene a Jerusalén de la forma más pública posible.
Al día siguiente, cuando salieron de Betania, tuvo hambre. Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver si tal vez hallaba en ella algo; pero cuando llegó a ella, nada halló sino hojas, pues no era tiempo de higos. Entonces Jesús dijo a la higuera: Nunca jamás coma nadie fruto de ti. Y lo oyeron sus discípulos.
a. Viendo de lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver si tal vez hallaba en ella algo: Esencialmente el árbol era una imagen de publicidad falsa, teniendo hojas pero sin higos. Pero ordinariamente este no es el caso con estas higueras, las cuales normalmente no tienen hojas si tampoco tienen higos.
i. Pues no era tiempo de higos: No era que la higuera no tuviera higos porque no se suponía que debía de tenerlos. El problema era que tenía hojas pero no tenía higos. Las hojas decían, “aquí hay higos”, pero no había higos.
ii. Había muchos árboles únicamente con hojas, y éstos no fueron maldecidos. Habían muchos árboles sin hojas ni higos, y éstos no fueron maldecidos. Este árbol fue maldecido porque profesaba tener fruto pero no lo tenía.
b. Entonces Jesús dijo a la higuera: Nunca jamás coma nadie fruto de ti: El árbol fue maldecido por su pretensión en las hojas, no por su falta de fruto. Como Israel, en los días de Jesús, tenía la apariencia externa pero sin frutos. En esta ilustración Jesús advirtió a Israel – y a nosotros – del desagrado por parte de Dios cuando tenemos la apariencia de llevar fruto pero sin tener fruto en sí. Dios no se agrada cuando Su pueblo llevan únicamente hojas pero no fruto.
i. En todas las obras en el ministerio de Jesús, este es el único milagro destructivo. El Antiguo Testamento esta lleno de milagros de destrucción y juicio, pero Jesús nos mostró de una manera más perfecta la naturaleza de Dios. Si este fue el único milagro de su clase, entonces debemos de ver que hubo una lección muy importante en ella. Dios no aprueba cuando hay profesión sin realidad, palabras sin caminar.
ii. “No hay más justificación para criticar a nuestro Señor por destruir un árbol debido al propósito de enseñanza, que aquel de objetarse a un árbol de navidad para nuestros hijos, o el quitarle los pétalos a una flor en una lección de botánica.” (Morgan)
Vinieron, pues, a Jerusalén; y entrando Jesús en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo; y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas; y no consentía que nadie atravesase el templo llevando utensilio alguno. Y les enseñaba, diciendo: ¿No está escrito: Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones? Mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones. Y lo oyeron los escribas y los principales sacerdotes, y buscaban cómo matarle; porque le tenían miedo, por cuanto todo el pueblo estaba admirado de su doctrina. Pero al llegar la noche, Jesús salió de la ciudad.
a. Y entrando Jesús en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo: El área del templo estaba lleno acaparadores que trabajaban en cooperación con los sacerdotes y robaban a los peregrinos al forzarlos a comprar animales para sacrificio y cambiar las monedas a precios muy altos.
i. Cada hombre Judío debía de pagar un impuesto de templo anual – una cantidad equivalente a dos días de paga. Debía de ser pagado en la moneda del templo, y los cambistas de dinero hacían un intercambio para el dinero del templo a tasas excesivas.
b. A los que vendían y compraban en el templo: Ellos hacían esto en los atrios externos del templo, el única área donde los Gentiles podían adorar y orar. Por lo tanto, el lugar de oración era hecho en un Mercado, y en uno muy deshonesto. Dios tenía la intención de que el templo fuera una casa de oración para todas las naciones, pero ellos lo habían convertido en una cueva de ladrones.
i. Cueva de ladrones es un lugar donde los ladrones se asociaban y escondían. Es una condición lamentable y vergonzosa cuando la casa de Dios se convierte en un lugar en donde los pecadores sin arrepentirse y pecadores activos se pueden asociar y pecar.
Y pasando por la mañana, vieron que la higuera se había secado desde las raíces. Entonces Pedro, acordándose, le dijo: Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado. Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.
a. Tened fe en Dios: Jesús explicó que este milagro era en realidad el resultado de una oración hecha con fe, y Él animó a Sus discípulos maravillados que tuvieran este tipo de fe, confiando en que Dios también les podría escuchar.
b. En Dios: Jesús lo puso en claro en que la oración debe de ser ofrecida con fe, y la fe debe de estar en Dios. Fe es confianza, esperanza, y dependencia sobre alguien o algo.
i. Algunos, utilizando las transliteraciones Griegas, han dicho que Jesús en realidad estaba diciendo que nosotros debemos de “Tener la fe de Dios.” Pero los eruditos Griegos se oponían a este entendimiento de la frase “tened fe en Dios.”
· “Objetivo genitivo theou [Dios] como en Gál. 3:26; Rom. 3:22, 26.” (Robertson) Dios es el objeto de fe en esta declaración.
· “La palabra ‘Dios’ esta en el caso genitivo, mostrando aquí el objeto de la fe.” (Wuest)
· “Fe en Dios, objetivo genitivo como en Rom. iii. 22 y Heb. vi. 2.” (Expositor’s)
ii. El caso gramatical de la palabra Diosen este pasaje es el objetivo genitivo. El caso objetivo se refiere a que recibe la acción del verbo tener; no es un caso posesivo, lo que podría indicar que debemos de “tener la fe de Dios.”
c. Cualquiera que dijere a este monte: Quítate: El monte era una manera de hablar popular para un problema insuperable; Jesús dijo que mientras nosotros creemos, Dios superaría cualquier obstáculo.
i. “La frase acerca de remover montañas era una frase Judía muy común. Era una frase regular y vivida para quitar dificultades.” (Barclay)
ii. Esta promesa de la respuesta de Dios a la oración hecha con fe fue hecha para los discípulos, no para la multitud. “Tampoco debemos de interpretar a Marcos 11:24 como que, ‘Si oras lo suficientemente fuerte y en realidad crees, Dios esta obligado a contestar tu oración sin importar lo que pidas.’ Ese tipo de fe no es fe en Dios; pero más bien es fe en fe, o fe en sentimientos.” (Wiersbe)
Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas.
a. Cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno: Una falta de fe no es el único obstáculo para una oración efectiva. El rehusarse a perdonar o el guardar amargura también puede estorbar nuestra oración.
i. El punto también puede ser que esta es un área donde necesitamos una gran fe. Algunas veces un corazón duro y que no perdona es más grande que cualquier monte.
b. Cuando estéis orando …si tenéis algo contra alguno: Esto significa que jamás debemos de poner el deber religioso o ministerio por encima de buenas relaciones con las personas. Debemos de poner las cosas en orden primero, y luego continuar en oración. Debemos de hacer lo que Pablo ordeno en Romanos 12:18: Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.
c. Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas: El corazón perdonado perdonará a otros. Si tenemos corazones duros, que no perdonan, entonces se levanta la pregunta de que si alguna vez hemos recibido o apreciado el perdón que Dios nos ofrece.
Volvieron entonces a Jerusalén; y andando él por el templo, vinieron a él los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos, y le dijeron: ¿Con qué autoridad haces estas cosas, y quién te dio autoridad para hacer estas cosas?
a. Andando él por el templo, vinieron a él los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos: Jesús no estaba buscando el debatir con los líderes religiosos. Él quería enseñar a las personas y hablarles acerca de las buenas nuevas de Dios. Pero los interrogadores vinieron a Él, y Él era más que capaz para manejarlos.
b. ¿Con qué autoridad haces estas cosas? Jesús era extremadamente valiente al entrar audazmente a Jerusalén y al sacar a los mercaderes corruptos de los atrios del templo. Ahora los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos querían saber que derecho tenía Él para hacer tales cosas.
Jesús, respondiendo, les dijo: Os haré yo también una pregunta; respondedme, y os diré con qué autoridad hago estas cosas. El bautismo de Juan, ¿era del cielo, o de los hombres? Respondedme. Entonces ellos discutían entre sí, diciendo: Si decimos, del cielo, dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis? ¿Y si decimos, de los hombres…? Pero temían al pueblo, pues todos tenían a Juan como un verdadero profeta. Así que, respondiendo, dijeron a Jesús: No sabemos. Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Tampoco yo os digo con qué autoridad hago estas cosas.
a. Os haré yo también una pregunta: Cuando Jesús les pidió que le respondieran la pregunta en cuanto a Juan el Bautista, Él no estaba evadiendo la pregunta que le hicieron. Si Juan en verdad era de Dios, entonces él tenía la razón en cuanto a Jesús y Jesús era por lo tanto el Mesías. Si lo que Juan dijo era cierto, entonces Jesús tenía toda la autoridad.
i. “No era una evasión, sino una confianza que disipó las dudas y definió sus actitudes hacia Juan y Jesús. Ellos rechazaron a Juan y ahora rechazaban a Jesús.” (Robertson)
b. No sabemos: La respuesta de los líderes religiosos a la pregunta de Jesús expuso el hecho de que estos hombres no eran unos buscadores sinceros de la verdad. A éstos les importaba más el hecho de ganar puntos retóricos en un debate y en agradar a las multitudes que en saber la verdad.
i. “Toda la historia es un ejemplo vivido de lo que sucede a los hombre que no quieren enfrentar la verdad. Se tienen que retorcer y esquivar, y al final se meten a ellos mismos en una situación en la cual se involucran en la cual no pueden decir nada.” (Barclay) Es más difícil primero el enfrentar la verdad y admitir que se esta equivocado, pero es el único camino con un futuro real.
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