Se acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírle, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este a los pecadores recibe, y con ellos come. Entonces él les refirió esta parábola, diciendo:
a. Éste, es uno de los capítulos más amados de la biblia, es hecho de parábolas habladas como respuesta a la acusación: Este a los pecadores recibe, y con ellos come.
b. Los fariseos dividían a los hombres en dos clases: Los pecadores o inmundos y los justos, y no querían terner nada que ver con los inmundos. Por supuesto, muchos de los seguidores de Jesús hacen lo mismo hoy en día.
i. Los rabíes estaban tan fuertes en no asociarse con los inmundos, que hasta negaron enseñarles la palabra de Dios.
¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso; y al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos, diciéndoles: Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido. Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.
a. Si pierde una de ellas: No es extraño que una oveja estuviera perdida. “Ningun otra criatura se desvía con más facilidad que una oveja; ninguna hace menos caso; y ninguna es tan incapaz de encontrar el comino de regreso a la manada, cuando una se ha perdido: balará por la manada, y aun así, seguir corriendo en una dirección contraria a la que dirige hacia la manada: He notado esto con frecuencia.” (Clarke)
b. La preocupación del pastor es por la oveja perdida; la que no está perdida no es una preocupación inmediata. Cuando él encuentra la oveja, el pastor está felíz; no enojado.
i. Nota la palabra: Gozoso. Cuando Jesús nos carga, lo hace con gozo, no con rencor, sino contento.
c. La pone sobre sus hombros gozoso: Cuando Jesús nos encontró, también tuvo que cargarnos. Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. (Romanos 5:6)
d. Los rabíes creían que Dios recibiría a un pecador que viniera a él inmediatamente. Pero en la parábola del pastor y la oveja, Jesús enseña que Dios busca a los que aun se encuentran perdidos.
i. Dios no recibe con desgusto a los perdidos. En vez de eso, él los busca. Dios encuentra al pecador más antes que el pecador lo encuentre a él.
ii. Esto era un pensamiento completamente ajeno para la audiencia de Jesús que eran líderes religiosos. Ellos creían que eran más justos que los demás porque ellos habían buscado diligentemente a Dios; y otros no.
e. Así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento: La aplicación es clara: Hay gozo en el cielo cuando los perdidos son encontrados y vienen al arrepentimiento. Aunque quizá no haya gozo entre los fariseos, ¡sí hay gozo en el cielo!
¿O qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una dracma, no enciende la lámpara, y barre la casa, y busca con diligencia hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, diciendo: Gozaos conmigo, porque he encontrado la dracma que había perdido. Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.
a. ¿O qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una dracma: Si al pastor le importaba una de entre cien, tiene sentido que a la mujer le importaba una de entre diez. Ella no solo descarta la moneda como perdida y deja de preocuparse por ella.
b. Posiblemente, esta moneda representa una que era puesta con otras diez en una cadenita de plata que se llevaba en la cabeza. Era un ornamento precioso para esa mujer, y le haría sentirse más su falta.
c. Enciende la lámpara, y barre la casa, y busca con diligencia hasta encontrarla: Igual que la oveja que sería difícil de encontrar, así también una moneda tan pequeña sería difícil de encontrar en un piso de tierra.
d. Hasta encontrarla: ¿Por qué se relaciona Jesús con los pecadores? Porque Dios naturalmente quiere recobrar lo que es suyo y que está perdido, igual que nosotros.
i. Hay un instinto dentro de nosotros que valora más a algo simplemente porque está perdido. Tus llaves nunca te importan tanto hasta cuando no las puedes encontrar.
e. Hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente: Dios (y los ángeles) se gozan cuando se encuentran uno que estaba perdido.
i. Con frecuencia, no pensamos de Dios como gozándose, pero este pasaje nos dice que sí lo hace, y en cuales circunstancias lo hace. Como el gozo del esposo con la esposa, así se gozará contigo el Dios tuyo (Isaías 62:5). Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos (Sofonías 3:17).
ii. Las personas religiosas de los días de Jesús creían diferente y aun tenían un dicho: Habrá gozo en el cielo por un pecador que es destruido por Dios. En nuestro celo por hablar en contra del pecado de nuestra cultura, ¿damos la misma impresión?
También dijo: Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes. No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle. Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba.
a. Dame la parte de los bienes: En aquellos días, un padre podía dar la herencia antes o después de su muerte, pero, por lo normal, se hacía después. El hijo menor pide una exepción especial.
i. El padre claramente ilustra el amor de Dios. Su amor permitiría rebelión y respetaría la voluntad del hombre. El padre sabía muy bien que pasaría as u hijo, pero leo permitió ir por su camino de todas maneras.
b. Se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente: El hijo dejó su área para ser independiente del padre – pero pronto se encontró en peor cautiverio que nunca.
c. Le envió a su hacienda para que apacentase cerdos:Un Cerdor era, por supuesto, considerado inmundo por los judíos (Levítico 11:7), y no podía haber profeción más asquerosa que la de alimentar cerdos. ¡¡E imagínate el olor!!
d. Pero nadie le daba: Si alguien le hubiera ayudado a este hijo pródigo en su vida perdida, el retrasaría el día en que el vuelviera en sí y ponerse bien para con Dios.
Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.
a. Y volviendo en sí: Cuando el hijo volvió en sí, no se hizo miembro de un grupo de auto-ayuda. No buscó reparar su niño interior. No culpó a sus amigos, su jefe, o a los cerdos. Regresó a su padre (Me levantaré e iré a mi padre).
b. Iré a mi padre: Jesús no dice que el hombre regresó a su pueblo, o a su casa, sino a su padre. Así es como necesitamos regresar a Dios – regresar a el primero y primordialmente, antes de regresar a la iglesia o regresar con amigos cristianos.
i. Por supuesto, cuando el hijo regresó al padre, también regresó al pueblo o a la casa; pero su enfoque estaba en regresar al padre.
c. Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros: El hijo demuestra su sentir de plena indignidad y confesión de pecado – esenciales para recibir el perdón que el padre no quiere dar. Tenemos que venir a Dios dispuestos a ser completamente esclavos, pero por su amor, nos hace completamente hijos.
Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.
a. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia: El padre tenía un amor que esperaba, y nunca olvidó al que era amado, aun cuando no estaba. Era un amor que recibía completamente, no poniendo al hijo en aprobación.
i. ¿Qué tan apasionadamente recibió el padre al hijo? La palabra: besó es enfático; lo besó repetitivamente.
b. Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo: Ninguna de las cuatro cosas traídas al hijo eran necesidades; todas eran para honrar al hijo y hacerle saber que era amado. El padre hace mucho más que suplir las necesidades del hijo.
c. El hijo menor tenía dos peticiones. Padre, dame (Lucas 15:12) una petición que mostró rebelión; esta petición lo hizo pobre y destituido. Padre … hazme como a uno de tus jornaleros (Lucas 15:19) una petición que mostró sumisión; esta petición le hizo rico y amado.
Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas; y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. El le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano. Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase. Mas él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo. El entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas. Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado.
a. No habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado: Este tipo de exageraciones son comunes para aquellos que guardan amargura en sus corazones. Ahora, al fin sale ante el padre, pero la amargura ya ha hecho daño corrosivo en su corazón.
i. “Los orgullosos que se creen demasiado santos siempre sienten que no son tratados como ellos merecen.” (Morris)
b. Entonces se enojó, y no quería entrar: El hijo mayor era muy obediente, más estaba lejos del corazón del padre; él ni siquiera iría a ver a su hermano menor. El hijo mayor es una imagen perfecta del corazón de los fariseos, quienes se enojaron porque Dios recibiría las multitudes perdidas viniendo a Jesús.
i. Pero nota que el padre también amaba a su hijo mayor, y salió tras él también.
c. Es fácil reconocerlo cuando somos como el hijo pródigo; pero ¿cuántos de nosotros podemos reconocerlo cuando somos como el hijo mayor? Todo es una cuestión de enfoque. El enfoque del hijo menor está en el padre; el enfoque del hijo mayor está en sí mismo y en cuanto ha sido ofendido.
d. Algunos han criticado esta parábola porque parece hacer del arrepentimiento algo aparte de Jesús y la obra de la cruz. Pero debemos ver a Jesús como el camino, el mismo camino al Padre. El pródigo nunca puede venir a Dios el Padre, a menos, que venga por el Hijo.
a. Cada escena ilustra un aspecto diferente de la obra de Dios. El Hijo busca a los perdidos como el buen pastor, el Espíritu Santo busca a los perdidos con iluminación escudriñadora, y el Padre espera a los perdidos con brazos abiertos cuando regresan.
b. Cada escena ilustra un incrementando de pérdida severo. De las ovejas se perdió el 1%, de las monedas se perdió el 10%, y de los hijos se perdió el 50%.
c. Cada escena ilustra una forma diferente de ser perdido.
i. La oveja fue perdida neciamente vagando, igual que muchas personas hoy en día.
ii. La moneda fue perdida por lo que otra persona hizo, y podemos decir que nosotros estamos perdidos por lo que Adán hizo.
iii. El hijo fue perdido por rebelión, Junto con una salida rebelde requería un regreso sumiso por el perdido.
a. ¿Se siente natural para nosotros buscar a los perdidos? ¿Tenemos el corazón de Dios? ¿Quiénes son los perdidos a quienes buscamos en el Señor?
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