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No haréis para vosotros ídolos, ni escultura, ni os levantaréis estatua, ni pondréis en vuestra tierra piedra pintada para inclinaros a ella; porque yo soy Jehová vuestro Dios. Guardad mis días de reposo, y tened en reverencia mi santuario. Yo Jehová. Si anduviereis en mis decretos y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, yo daré vuestra lluvia en su tiempo, y la tierra rendirá sus productos, y el árbol del campo dará su fruto. Vuestra trilla alcanzará a la vendimia, y la vendimia alcanzará a la sementera, y comeréis vuestro pan hasta saciaros, y habitaréis seguros en vuestra tierra. Y yo daré paz en la tierra, y dormiréis, y no habrá quien os espante; y haré quitar de vuestra tierra las malas bestias, y la espada no pasará por vuestro país. Y perseguiréis a vuestros enemigos, y caerán a espada delante de vosotros. Cinco de vosotros perseguirán a ciento, y ciento de vosotros perseguirán a diez mil, y vuestros enemigos caerán a filo de espada delante de vosotros. Porque yo me volveré a vosotros, y os haré crecer, y os multiplicaré, y afirmaré mi pacto con vosotros. Comeréis lo añejo de mucho tiempo, y pondréis fuera lo añejo para guardar lo nuevo. Y pondré mi morada en medio de vosotros, y mi alma no os abominará; y andaré entre vosotros, y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo. Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para que no fueseis sus siervos, y rompí las coyundas de vuestro yugo, y os he hecho andar con el rostro erguido.
a. Si anduviereis en mis decretos y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, yo daré vuestra lluvia en su tiempo: Dios estaba determinado a revelarse a Si mismo al mundo a través de Israel, ya sea por medio de la gran bendición que recibirían, que el mundo solamente sabría que Dios pudo haberlos bendecido; o por medio de maldecirlos, que solamente Dios podría maldecirles y hacerles que aún así sobrevivieran. La decisión estaba en manos de Israel.
b. Y afirmaré mi pacto con vosotros: Como una forma literal, este capítulo es similar a los antiguos tratos ente un rey y su pueblo; este es Dios, el rey, haciendo un pacto con Su pueblo, Israel.
i. “En el antiguo Cercano Oriente, era costumbre para los tratos legales el concluir con pasajes que contenían bendiciones sobre aquellos que observaban las promulgaciones, y maldiciones sobre aquellos que no lo hacían.” (Harrison)
c. Cinco de vosotros perseguirán a ciento, y ciento de vosotros perseguirán a diez mil: Testo claramente habla de la bendición Divina. Estas notables promesas claramente tienen un elemento sobrenatural.
i. El principio detrás de esa bendición en particular es notable; la relación de cinco a cien es de uno persiguiendo a veinte; pero la relación de cien a diez mil es uno persiguiendo a cien.
ii. Los 300 de Gedeón derrotaron a 135,000 Medianitas; Jonathán y su escudero por si solos derrotaron a un ejército de Filisteos.
d. Y pondré mi morada en medio de vosotros, y mi alma no os abominará; y andaré entre vosotros, y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo: Las mejores promesas son guardadas para el final: Primero, Israel disfrutaría de una relación especial con Dios. Si no fuero por esto, todas las bendiciones materiales descritas anteriormente fueran vacías.
i. Cuando Israel estuvo caminando con el Señor, estas bendiciones fueron reales; un ejemplo de esto es cuando la Reina de Sabá vino a Salomón y vio una nación tan bendecida que ella supo que debió de ser de parte de Dios (1 Reyes 10:1-13).
e. Rompí las coyundas de vuestro yugo, y os he hecho andar con el rostro erguido: Esta bendición final habla de libertad y dignidad. Este pasaje casi se siente como el Nuevo Testamento, Dios proclama la libertad de Su pueblo y les invita a caminar en él.
Pero si no me oyereis, ni hiciereis todos estos mis mandamientos, y si desdeñareis mis decretos, y vuestra alma menospreciare mis estatutos, no ejecutando todos mis mandamientos, e invalidando mi pacto, yo también haré con vosotros esto: enviaré sobre vosotros terror, extenuación y calentura, que consuman los ojos y atormenten el alma; y sembraréis en vano vuestra semilla, porque vuestros enemigos la comerán. Pondré mi rostro contra vosotros, y seréis heridos delante de vuestros enemigos; y los que os aborrecen se enseñorearán de vosotros, y huiréis sin que haya quien os persiga. Y si aun con estas cosas no me oyereis, yo volveré a castigaros siete veces más por vuestros pecados. Y quebrantaré la soberbia de vuestro orgullo, y haré vuestro cielo como hierro, y vuestra tierra como bronce. Vuestra fuerza se consumirá en vano, porque vuestra tierra no dará su producto, y los árboles de la tierra no darán su fruto. Si anduviereis conmigo en oposición, y no me quisiereis oír, yo añadiré sobre vosotros siete veces más plagas según vuestros pecados. Enviaré también contra vosotros bestias fieras que os arrebaten vuestros hijos, y destruyan vuestro ganado, y os reduzcan en número, y vuestros caminos sean desiertos. Y si con estas cosas no fuereis corregidos, sino que anduviereis conmigo en oposición, yo también procederé en contra de vosotros, y os heriré aún siete veces por vuestros pecados. Traeré sobre vosotros espada vengadora, en vindicación del pacto; y si buscareis refugio en vuestras ciudades, yo enviaré pestilencia entre vosotros, y seréis entregados en mano del enemigo. Cuando yo os quebrante el sustento del pan, cocerán diez mujeres vuestro pan en un horno, y os devolverán vuestro pan por peso; y comeréis, y no os saciaréis. Si aun con esto no me oyereis, sino que procediereis conmigo en oposición, yo procederé en contra de vosotros con ira, y os castigaré aún siete veces por vuestros pecados. Y comeréis la carne de vuestros hijos, y comeréis la carne de vuestras hijas. Destruiré vuestros lugares altos, y derribaré vuestras imágenes, y pondré vuestros cuerpos muertos sobre los cuerpos muertos de vuestros ídolos, y mi alma os abominará. Haré desiertas vuestras ciudades, y asolaré vuestros santuarios, y no oleré la fragancia de vuestro suave perfume. Asolaré también la tierra, y se pasmarán por ello vuestros enemigos que en ella moren; y a vosotros os esparciré entre las naciones, y desenvainaré espada en pos de vosotros; y vuestra tierra estará asolada, y desiertas vuestras ciudades. Entonces la tierra gozará sus días de reposo, todos los días que esté asolada, mientras vosotros estéis en la tierra de vuestros enemigos; la tierra descansará entonces y gozará sus días de reposo. Todo el tiempo que esté asolada, descansará por lo que no reposó en los días de reposo cuando habitabais en ella. Y a los que queden de vosotros infundiré en sus corazones tal cobardía, en la tierra de sus enemigos, que el sonido de una hoja que se mueva los perseguirá, y huirán como ante la espada, y caerán sin que nadie los persiga. Tropezarán los unos con los otros como si huyeran ante la espada, aunque nadie los persiga; y no podréis resistir delante de vuestros enemigos. Y pereceréis entre las naciones, y la tierra de vuestros enemigos os consumirá. Y los que queden de vosotros decaerán en las tierras de vuestros enemigos por su iniquidad; y por la iniquidad de sus padres decaerán con ellos.
a. Pero si no me oyereis… Y si aun con estas cosas no me oyereis… Y si con estas cosas no fuereis corregidos, sino que anduviereis conmigo en oposición… Si aun con esto no me oyereis: Éstos versículos describen una rebelión progresiva. Dios trajo estas maldiciones lentamente hacia un Israel desobediente, deseando el arrepentimiento; pero si Israel no se arrepentía, las maldiciones se intensificaban.
b. Yo volveré a castigaros siete veces más por vuestros pecados: De manera significativa Dios no dice que Él dejará a Israel, solamente que ellos tendrán maldición. Tristemente estas maldiciones se volvieron la historia trágica de Israel – derrota, depravación, exilio, desolación, y enfermedad, y todo de manera temprana marcó el pasado de Israel.
i. Aún el terrible canibalismo descrito en Levítico 26:29 fue cumplido en 2 Reyes 6:26-29; Josefo también describe canibalismo en Jerusalén sitiado por los Romanos; una mujer mató y se comió a su propio bebé varón (Guerras, 6.3.4).
Y confesarán su iniquidad, y la iniquidad de sus padres, por su prevaricación con que prevaricaron contra mí; y también porque anduvieron conmigo en oposición, yo también habré andado en contra de ellos, y los habré hecho entrar en la tierra de sus enemigos; y entonces se humillará su corazón incircunciso, y reconocerán su pecado. Entonces yo me acordaré de mi pacto con Jacob, y asimismo de mi pacto con Isaac, y también de mi pacto con Abraham me acordaré, y haré memoria de la tierra. Pero la tierra será abandonada por ellos, y gozará sus días de reposo, estando desierta a causa de ellos; y entonces se someterán al castigo de sus iniquidades; por cuanto menospreciaron mis ordenanzas, y su alma tuvo fastidio de mis estatutos. Y aun con todo esto, estando ellos en tierra de sus enemigos, yo no los desecharé, ni los abominaré para consumirlos, invalidando mi pacto con ellos; porque yo Jehová soy su Dios. Antes me acordaré de ellos por el pacto antiguo, cuando los saqué de la tierra de Egipto a los ojos de las naciones, para ser su Dios. Yo Jehová. Estos son los estatutos, ordenanzas y leyes que estableció Jehová entre sí y los hijos de Israel en el monte de Sinaí por mano de Moisés.
a. Y confesarán su iniquidad, y la iniquidad de sus padres: Esto demuestra la grandeza de la misericordia de Dios. A pesar de lo maldito que Israel pudiera estar, Dios siempre recordaría, recibiría y bendeciría a un Israel arrepentido.
b. Estando ellos en tierra de sus enemigos, yo no los desecharé, ni los abominaré para consumirlos, invalidando mi pacto con ellos: Esto también aplica a los Cristianos bajo el Nuevo Pacto. Dios siempre será fiel al pacto, por el bien del pacto que tenemos con Dios por medio de Jesús.
a. Lo que Pablo está diciendo de manera sencilla es esto: Podremos engañarnos a nosotros mismos en esperar mucho cuando sembramos poco, pero no podemos engañar a Dios, y los resultados de nuestra poca siembra será evidente.
a. En la mente Judía, tal exposición era un destino peor que la misma muerte, la humillación que llevaba el ejecutado y su familia era una evidencia clara de la maldición.
a. Así que somos bendecidos, no debido a la obediencia, sino porque estamos en Jesucristo; y no hay más maldición para nosotros de parte de Dios debido a que toda la maldición fue llevada por Jesús.
b. Esto no niega la mano de castigo de Dios; pero la corrección de un padre amoroso es buena y deseable, aunque no placentera en el momento (Hebreos 12:7-11).
c. Ni tampoco niega la naturaleza de causa-efecto del pecado en nuestro mundo; el pecado a menudo trae consigo su propia maldición, la cual en algunas maneras es distinta de la maldición directa de Dios sobre nosotros.
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