David Guzik :: Josué 13 – La tierra restante; Lotes al Este del Jordán

Josué 13 – La tierra restante; Lotes al Este del Jordán

A. Mandamiento de Dios concerniente a la tierra restante por conquistar.

1. (Josué 13:1) Dios habla a un viejo Josué acerca de la tierra por poseer.

Siendo Josué ya viejo, entrado en años, Jehová le dijo: “Tú eres ya viejo, de edad avanzada, y queda aún mucha tierra por poseer.”

a. Tú eres ya viejo: Aun cuando reconoce la avanzada edad de Josué, Dios todavía le habla de un trabajo por hacer. No importa cuánto hemos hecho en nuestra vida cristiana, aún queda mucho por hacer.

b. Y queda aún mucha tierra por poseer: Aun cuando queda mucho por hacer, no puede haber satisfacción con una herencia parcial – Dios quiere que sigamos adelante.

c. Lo que la tierra era para Israel, Jesús es para nosotros. Debemos poseerlo por completo, y seguir adelante para tenerlo por completo.

i. ¿Qué tanto tienes de Jesús? ¿Cuánto posees de la biblia como tuyo? ¿Caminas en la bendición de guiar a otros a Jesucristo? ¿De oraciones contestadas? ¿De suplir necesidades de otros en la familia de Dios?

2. (Josué 13:2-6a) La tierra que queda por ser ocupada es descrita.

Esta es la tierra que queda: todos los territorios de los filisteos, y todos los de los gesureos; desde Sihor, que está al oriente de Egipto, hasta el límite de Ecrón al norte, que se considera de los cananeos; de los cinco príncipes de los filisteos, el gazeo, el asdodeo, el ascaloneo, el geteo y el ecroneo; también los aveos; al sur toda la tierra de los cananeos, y Mehara, que es de los sidonios, hasta Afec, hasta los límites del amorreo; la tierra de los giblitas, y todo el Líbano hacia donde sale el sol, desde Baal-gad al pie del monte Hermón, hasta la entrada de Hamat; todos los que habitan en las montañas desde el Líbano hasta Misrefotmaim, todos los sidonios;

3. (Josué 13:6b-7) El método de Dios para poseer la tierra descrita.

Yo los exterminaré delante de los hijos de Israel; solamente repartirás tú por suerte el país a los israelitas por heredad, como te he mandado. Reparte, pues, ahora esta tierra en heredad a las nueve tribus, y a la media tribu de Manasés.

a. Dios promete Yo[los] exterminaré delante de los hijos de Israel, pero Él pretende que cada tribu confíe en Dios por ello en la porción de tierra dividida para ellos de la repartición.

b. Cada tribu era responsable de poseer su propia tierra completamente. Dios tiene en alto el concepto de responsabilidad personal e iniciativa.

i. No solamente porque así es como se hacen las cosas, pero también porque es así como el pueblo es bendecido en servicio. Somos bendecidos al tomar responsabilidad e iniciativa en confiar en Dios para hacer lo que Él nos ha llamado a hacer.

B. Las tierras al Este del Jordán.

1. (Josué 13:8-13) La tierra que será dividida al Este del río Jordán.

Porque los rubenitas y gaditas y la otra mitad de Manasés recibieron ya su heredad, la cual les dio Moisés al otro lado del Jordán al oriente, según se la dio Moisés siervo de Jehová; desde Aroer, que está a la orilla del arroyo de Arnón, y la ciudad que está en medio del valle, y toda la llanura de Medeba, hasta Dibón; todas las ciudades de Sehón rey de los amorreos, el cual reinó en Hesbón, hasta los límites de los hijos de Amón; y Galaad, y los territorios de los gesureos y de los maacateos, y todo el monte Hermón, y toda la tierra de Basán hasta Salca; todo el reino de Og en Basán, el cual reinó en Astarot y en Edrei, el cual había quedado del resto de los refaítas; pues Moisés los derrotó, y los echó. Mas a los gesureos y a los maacateos no los echaron los hijos de Israel, sino que Gesur y Maaca habitaron entre los israelitas hasta hoy.

a. Este pasaje describe la porción de tierra dividida entre: Rubén, Gad, y la media tribu de Manasés. Era la tierra de Sehón, rey de los amorreos y el rey Og de Basán.

b. Mas a los gesureos y a los maacateos no los echaron los hijos de Israel: Solo dos pequeñas tribus de personas no fueron reemplazadas por las tribus judías asentadas al Este del Jordán: los gesureos y los maacateos.

i. David después se casó una princesa de Gesur, y su hijo Absalón nació de ella (2 Samuel 3:3). Absalón regresó a Gesur y lo usó como un lugar para planear contra su padre David (2 Samuel 13:37-38, 14:23, y 14:32).

ii. Los maacateos pudieron haber venido de Maaca mencionado en Génesis 22:24, quien era un sobrino de Abraham. Después, cuando Seba se rebeló contra David, el huyó y pudo haberse refugiado en una de las ciudades de los maacateos (2 Samuel 20:14-15).

2. (Josué 13:14) La situación única de la tribu de Leví.

Pero a la tribu de Leví no dio heredad; los sacrificios de Jehová Dios de Israel son su heredad, como él les había dicho.

a. Pero a la tribu de Leví no dio heredad: Leví, la tribu sacerdotal, no iba a recibir “provincia” como las otras tribus; a ellos se les darían ciertas ciudades (Josué 20-21).

b. Los sacrificios de Jehová Dios de Israel son su heredad: En lugar de eso, los levitas tenían por heredad las ofrendas que Israel traería al Señor. Estas eran su “seguridad financiera” en Israel.

3. (Josué 13:15-23) La porción de tierra de Rubén.

Dio, pues, Moisés a la tribu de los hijos de Rubén conforme a sus familias. Y fue el territorio de ellos desde Aroer, que está a la orilla del arroyo de Arnón, y la ciudad que está en medio del valle, y toda la llanura hasta Medeba; Hesbón, con todas sus ciudades que están en la llanura; Dibón, Bamot-baal, Bet-baal-meón, Jahaza, Cademot, Mefaat, Quiriataim, Sibma, Zaret-sahar en el monte del valle, Bet-peor, las laderas de Pisga, Bet-jesimot, todas las ciudades de la llanura, y todo el reino de Sehón rey de los amorreos, que reinó en Hesbón, al cual derrotó Moisés, y a los príncipes de Madián, Evi, Requem, Zur, Hur y Reba, príncipes de Sehón que habitaban en aquella tierra. También mataron a espada los hijos de Israel a Balaam el adivino, hijo de Beor, entre los demás que mataron. Y el Jordán fue el límite del territorio de los hijos de Rubén. Esta fue la heredad de los hijos de Rubén conforme a sus familias, estas ciudades con sus aldeas.

4. (Josué 13:24-28) La porción de tierra de Gad.

Dio asimismo Moisés a la tribu de Gad, a los hijos de Gad, conforme a sus familias. El territorio de ellos fue Jazer, y todas las ciudades de Galaad, y la mitad de la tierra de los hijos de Amón hasta Aroer, que está enfrente de Rabá. Y desde Hesbón hasta Ramat-mizpa, y Betonim; y desde Mahanaim hasta el límite de Debir; y en el valle, Bet-aram, Bet-nimra, Sucot y Zafón, resto del reino de Sehón rey de Hesbón; el Jordán y su límite hasta el extremo del mar de Cineret al otro lado del Jordán, al oriente. Esta es la heredad de los hijos de Gad por sus familias, estas ciudades con sus aldeas.

5. (Josué 13:29-32) La porción de tierra de la media tribu de Manasés.

También dio Moisés heredad a la media tribu de Manasés; y fue para la media tribu de los hijos de Manasés, conforme a sus familias. El territorio de ellos fue desde Mahanaim, todo Basán, todo el reino de Og rey de Basán, y todas las aldeas de Jair que están en Basán, sesenta poblaciones, y la mitad de Galaad, y Astarot y Edrei, ciudades del reino de Og en Basán, para los hijos de Maquir hijo de Manasés, para la mitad de los hijos de Maquir conforme a sus familias. Esto es lo que Moisés repartió en heredad en los llanos de Moab, al otro lado del Jordán de Jericó, al oriente.

6. (Josué 13:33) Más en la herencia de los Levitas.

Mas a la tribu de Leví no dio Moisés heredad; Jehová Dios de Israel es la heredad de ellos, como él les había dicho.

a. Jehová Dios de Israel es la heredad de ellos, como él les había dicho: En Josué 13:14, se nos dice que los levitas no tenían tierra por heredad, pero en lugar de eso tenían los sacrificios que Israel trajo a Dios. Ellos también recibieron una mayor heredad que eso: Dios mismo.

b. En este sentido, si hay alguna tribu con la que los cristianos están espiritualmente conectados, es la tribu de Leví. Nosotros también somos llamados sacerdotes (1 Pedro 2:5) y tenemos una heredad especial en Dios (Efesios 1:11, Colosenses 1:12, y 1 Pedro 1:4).

c. Muchos de nosotros estamos insatisfechos con nuestro lugar delante de Dios. Deseamos que se nos hubiera dado algo diferente, e incluso nos podemos poner amargos hacia Dios acerca de esto. La respuesta primaria a esto es vernos como sacerdotes, y entender que nuestra herencia real es Dios mismo.

© 2001 David Guzik – No se permite la distribución más allá del uso personal sin autorización.