Alzando Jacob sus ojos, miró, y he aquí venía Esaú, y los cuatrocientos hombres con él; entonces repartió él los niños entre Lea y Raquel y las dos siervas. Y puso las siervas y sus niños delante, luego a Lea y sus niños, y a Raquel y a José los últimos.
a. Repartió él los niños entre Lea y Raquel y las dos siervas: Estas preparaciones no eran necesariamente carnales. Muchas veces Jehová nos guía a hacer cosas muy prácticas cuando le seguimos. Pero las posiciones en que puso a su familia muestran que Jacob no tuvo vergüenza en mostrar su favoritismo hacia Raquel y José.
b. Puso las siervas y sus niños delante: Por lo menos, Lea tuvo más protección que las dos siervas Bilha y Zilpa.
Y él pasó delante de ellos y se inclinó a tierra siete veces, hasta que llegó a su hermano.
a. Él pasó delante de ellos: La mejor cosa de Jacob es que ahora después de ser conquistado por Dios, él encabeza el desfile para satisfacer a Esaú.
b. Se inclinó a tierra: Jacob ya había enviado regalos y mostrado que no quiso tomar nada material de Esaú, pero por inclinarse, mostró que estaba sometido a su hermano y que no quiso ningún poder social sobre él.
i. Por supuesto, si Jacob no hubiera intentado controlar todo hace 20 años, todo esto no sería necesario. La promesa de Isaac a Jacob:
Sírvante pueblos,
Y naciones se inclinen a ti;
Sé señor de tus hermanos (Génesis 27:29), sería cumplido tiempo antes.
ii. Muchas veces, solo hacemos un desastre cuando intentamos “ayudarle a Dios” en la carne. Dios nunca necesita que pequemos para ayudarle a lograr sus planes en nuestras vidas
Pero Esaú corrió a su encuentro y le abrazó, y se echó sobre su cuello, y le besó; y lloraron. Y alzó sus ojos y vio a las mujeres y los niños, y dijo: ¿Quiénes son éstos? Y él respondió: Son los niños que Dios ha dado a tu siervo. Luego vinieron las siervas, ellas y sus niños, y se inclinaron. Y vino Lea con sus niños, y se inclinaron; y después llegó José y Raquel, y también se inclinaron.
a. Esaú corrió a su encuentro: Esto probablemente mortificó a Jacob. Seguramente, pensaba que su vida se acabaría pronto. Pero en vez de eso, Dios estaba trabajando en Esaú, y él solo quiso bendecir a Jacob.
b. Se echó sobre su cuello, y le besó; y lloraron: Esaú y Jacob no sintieron una necesidad de resolver el pasado. Dios trabajó en los corazones de ambos y no había necesidad de sacar todo de nuevo. Ya lo pasado, pasado.
Y Esaú dijo: ¿Qué te propones con todos estos grupos que he encontrado? Y Jacob respondió: El hallar gracia en los ojos de mi señor. Y dijo Esaú: Suficiente tengo yo, hermano mío; sea para ti lo que es tuyo. Y dijo Jacob: No, yo te ruego; si he hallado ahora gracia en tus ojos, acepta mi presente, porque he visto tu rostro, como si hubiera visto el rostro de Dios, pues que con tanto favor me has recibido. Acepta, te ruego, mi presente que te he traído, porque Dios me ha hecho merced, y todo lo que hay aquí es mío. E insistió con él, y Esaú lo tomó.
a. E insistió con él, y Esaú lo tomó: Esto era tan importante para la reconciliación, como lo era que Jacob se los había dado. Cuando Jacob dio regalos tan generosos, era su manera de pedir perdón y cuando Esaú recibió los regalos era su manera de aceptar a Jacob y decirle que había sido perdonado.
i. En aquella cultura, uno nunca aceptaba un regalo de un enemigo; solo de un amigo. Aceptar el regalo era aceptar la amistad.
b. Suficiente tengo yo…todo lo que hay aquí es mío: Ambos Esaú y Jacob tienen un testimonio bendecido: Suficiente tengo yo. Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; (1 Timoteo 6:6).
Y Esaú dijo: Anda, vamos; y yo iré delante de ti. Y Jacob le dijo: Mi señor sabe que los niños son tiernos, y que tengo ovejas y vacas paridas; y si las fatigan, en un día morirán todas las ovejas. Pase ahora mi señor delante de su siervo, y yo me iré poco a poco al paso del ganado que va delante de mí, y al paso de los niños, hasta que llegue a mi señor a Seir. Y Esaú dijo: Dejaré ahora contigo de la gente que viene conmigo. Y Jacob dijo: ¿Para qué esto? Halle yo gracia en los ojos de mi señor. Así volvió Esaú aquel día por su camino a Seir. Y Jacob fue a Sucot, y edificó allí casa para sí, e hizo cabañas para su ganado; por tanto, llamó el nombre de aquel lugar Sucot.
a. Pase ahora mi señor delante de su siervo: Jacob estaba feliz de estar reconciliado con su hermano, pero no quiso estar demasiado cerca de él. Todavía le tenía miedo a Esaú.
b. Jacob fue a Sucot: Desafortunadamente, Jacob todavía se porta como “Jacob”, porque dijo que iba muy al sur con Esaú al área de monte Seir. Pero en vez de esto deja que Esaú se adelante unos días, y después se va hacia el norte a Sucot.
i. Es difícil intentar ser Jacob e Israel a la vez. Lo podríamos haber llamado: Jac-ael o Isrea-ob.
Después Jacob llegó sano y salvo a la ciudad de Siquem, que está en la tierra de Canaán, cuando venía de Padan-aram; y acampó delante de la ciudad. Y compró una parte del campo, donde plantó su tienda, de mano de los hijos de Hamor padre de Siquem, por cien monedas. Y erigió allí un altar, y lo llamó El-Elohe-Israel.
a. Y acampó delante de la ciudad: Es bueno que Jacob haya venido a la tierra prometida, y que se haya quedado allí, pero, él no alcanzo, porque al parecer Dios le dirigió que se fuera a Bet-el (Génesis 31:13)
b. Y erigió allí un altar, y lo llamó El-Elohe-Israel: Aunque hizo un altar, era obediencia lo que Dios más quería; no sacrificio. Jacob llevará fruto malo y perderá tiempo porque está en un lugar donde no debe de estar.
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