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David Guzik :: Génesis 31 – Jacob Huye de Labán a Canaán

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Génesis 31 – Jacob Huye de Labán a Canaán

A. La discusión de Jacob con Labán y sus hijos.

1. (Génesis 31:1-2) Contención con los hijos de Labán y hace que Labán vea a Jacob con diferentes ojos.


Y oía Jacob las palabras de los hijos de Labán, que decían: Jacob ha tomado todo lo que era de nuestro padre, y de lo que era de nuestro padre ha adquirido toda esta riqueza. Miraba también Jacob el semblante de Labán, y veía que no era para con él como había sido antes.

a. Jacob ha tomado todo lo que era de nuestro padre: No era que Jacob había robado algo que pertenecía a Labán. Sino que las riquezas de Jacob estaban creciendo más que las riquezas de Labán. El problema no era que Jacob robaba, sino que los hijos de Labán estaban llenos de envidia.

i. Los celos distorsionarán la verdad. Jacob no había tomado nada que era de Labán, pero los celos mentirán.

b. El semblante de Labán…no era para con él como había sido antes: Los celos de los hijos de Labán envenenaron al corazón de Labán para que estuviera en contra de Jacob. Siendo que antes, estaba complacido con su trato.

i. Los celos son malos no solo por lo que son, sino también por la compañía que traen: porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos (envidia), contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? (1 Corintios 3:3) Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra persevera.

ii. En vez de esto, El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia (1 Corintios 13:4).

iii. Dios quiere librarnos de los celos: Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia (celos), aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros. (Tito 3:3)

iv. ¿Es la envidia un pecado pequeño? Puso a Jesús en la cruz: Porque sabía que por envidia le habían entregado. (Mateo 27:18)

2. (Génesis 31:3) Dios le dice a Jacob que regrese a casa.


También Jehová dijo a Jacob: Vuélvete a la tierra de tus padres, y a tu parentela, y yo estaré contigo.

a. Vuélvete a la tierra de tus padres: Aun si Jacob nunca lo sabía, Dios lo preparó para esta hora. Primeramente, Dios le dio el deseo de regresar a casa (Génesis 30:25). Después sus circunstancias se volvieron insoportables. Finalmente, Jehová le dio instrucciones personalmente a Jacob. Muchas veces Dios nos guía con el mismo patrón.

b. Y yo estaré contigo: Esto confirmó la dirección de Dios en la vida de Jacob.

3. (Génesis 31:4-13) Jacob explica la situación y su plan a sus esposas.


Envió, pues, Jacob, y llamó a Raquel y a Lea al campo donde estaban sus ovejas, y les dijo: Veo que el semblante de vuestro padre no es para conmigo como era antes; mas el Dios de mi padre ha estado conmigo. Vosotras sabéis que con todas mis fuerzas he servido a vuestro padre; y vuestro padre me ha engañado, y me ha cambiado el salario diez veces; pero Dios no le ha permitido que me hiciese mal. Si él decía así: Los pintados serán tu salario, entonces todas las ovejas parían pintados; y si decía así: Los listados serán tu salario; entonces todas las ovejas parían listados. Así quitó Dios el ganado de vuestro padre, y me lo dio a mí. Y sucedió que al tiempo que las ovejas estaban en celo, alcé yo mis ojos y vi en sueños, y he aquí los machos que cubrían a las hembras eran listados, pintados y abigarrados. Y me dijo el ángel de Dios en sueños: Jacob. Y yo dije: Heme aquí. Y él dijo: Alza ahora tus ojos, y verás que todos los machos que cubren a las hembras son listados, pintados y abigarrados; porque yo he visto todo lo que Labán te ha hecho. Yo soy el Dios de Bet-el, donde tú ungiste la piedra, y donde me hiciste un voto. Levántate ahora y sal de esta tierra, y vuélvete a la tierra de tu nacimiento.

a. Mas el Dios de mi padre ha estado conmigo: Aunque Labán había intentado engañar a Jacob, Dios siempre lo protegió. No tenemos que temer lo que los hombres nos pueden hacer si Dios está con nosotros.

i. Jehová está conmigo; no temeré. Lo que me pueda hacer el hombre. (Sal 118:6)

b. Vosotras sabéis que con todas mis fuerzas he servido a vuestro padre: Esto muestra que Jacob sabía que sus esposas estaban enteradas de su conducta justa y el trato injusto de Labán.

c. Yo soy el Dios de Bet-el: Dios le dijo a Jacob que regresara a Bet-el, regresar al lugar donde por primera vez se encontró con Jehová de una manera personal. Ésta es una manera de regresar al primer amor y a las primeras obras de uno. (Apocalipsis 2:4-5)

i. Yo soy el Dios de Bet-el: Es bueno para nosotros recordar tiempos y lugares donde Jehová ha hecho grandes cosas por nosotros, y donde nos hemos encontrado con él en maneras maravillosas. Mientras los recordamos, Dios nos recuerda que el sigue siendo el mismo Dios quien proveyó nuestras necesidades en ese entonces y quiere proveér nos las ahora también.

d. Me dijo el ángel de Dios en sueños: Que Jehová dijo mucho más a Jacob de lo que se menciona en Génesis 31:3. Génesis 31:3 es completamente verdad, pero había mucho más que estas palabras sencillas de Jehová.

4. (Génesis 31:14-16) Lea y Raquel apoyan a Jacob en su deseo de regresar a Canaán.


Respondieron Raquel y Lea, y le dijeron: ¿Tenemos acaso parte o heredad en la casa de nuestro padre? ¿No nos tiene ya como por extrañas, pues que nos vendió, y aun se ha comido del todo nuestro precio? Porque toda la riqueza que Dios ha quitado a nuestro padre, nuestra es y de nuestros hijos; ahora, pues, haz todo lo que Dios te ha dicho.

a. ¿Tenemos acaso parte o heredad en la casa de nuestro padre?: Su apoyo era importante. Esto era un trabajo grande, mover una familia tan grande, tan lejos. Si sus esposas no lo hubieran apoyado quizá no hubiera hecho lo que le había dicho Jehová.

b. Haz todo lo que Dios te ha dicho: Puede ser que ésta es la primera vez en mucho tiempo que las hermanas Raquel y Lea están de acuerdo en algo. Ellas están de acuerdo en unirse contra un enemigo común—su padre Labán.

B. La huida de Jacob de con Labán.

1. (Génesis 31:17-21) Jacob se va sin despedirse.


Entonces se levantó Jacob, y subió sus hijos y sus mujeres sobre los camellos, y puso en camino todo su ganado, y todo cuanto había adquirido, el ganado de su ganancia que había obtenido en Padan-aram, para volverse a Isaac su padre en la tierra de Canaán. Pero Labán había ido a trasquilar sus ovejas; y Raquel hurtó los ídolos de su padre. Y Jacob engañó a Labán arameo, no haciéndole saber que se iba. Huyó, pues, con todo lo que tenía; y se levantó y pasó el Éufrates, y se dirigió al monte de Galaad.

a. Jacob engañó a Labán arameo, no haciéndole saber que se iba: Dios ya le había dicho que se fuera y le había prometido un viaje seguro. Jacob claramente está actuando en la carne, porque no tiene por qué tenerle miedo a Labán o de irse a escondidas.

i. “Podía haber anunciado su ida he ido con la gloria de un ejército con sus banderas, pero el miedo le hizo imposible cosechar la bendición completa. Entró a escondidas en la voluntad de Dios, en vez de irse en triunfo.” (Barnhouse)

b. Raquel hurtó los ídolos de su padre: Raquel se llevó los ídolos de su padre (¨terafím¨ es la palabra hebrea para ídolos). Quizá los quería porque ella adoraba a estos ídolos y no quiso estar sin ellos. Quizá no quiso que su padre los consultara, usando sus ídolos como herramientas de adivinación para atraparlos (como posiblemente lo había hecho antes, Génesis 30:27). O quizá era porque los ídolos comúnmente se usaban como títulos de las propiedades y ella pensaba que estaba tomando su “herencia”.

i. Quizá Raquel robó los terafím simplemente por revancha contra su padre, quien (ella sentía) la había maltratado a ella, a su esposo, y a su familia entera. Las tradiciones judías dicen que Raquel llevó los terafím porque quiso guardar su padre Labán de la idolatría.

c. Se dirigió al monte de Galaad: Había casi 300 millas (482.7 kilómetros) entre Harán y los montes de Galaad, pero el viaje era más largo y duro psicológicamente para Jacob más que cualquier otra cosa. Estaba saliendo del lugar de seguridad, donde había vivido en servidumbre confortable, para ir a un lugar donde Dios lo había llamado ir, pero donde había muchos enemigos peligrosos (como su hermano Esaú, quien había jurado matarlo).

2. (Génesis 31:22-24) Labán persigue y atrapa a Jacob.


Y al tercer día fue dicho a Labán que Jacob había huido. Entonces Labán tomó a sus parientes consigo, y fue tras Jacob camino de siete días, y le alcanzó en el monte de Galaad. Y vino Dios a Labán arameo en sueños aquella noche, y le dijo: Guárdate que no hables a Jacob descomedidamente.

a. Vino Dios a Labán arameo en sueños aquella noche: Que Dios habló a Labán en un sueño muestra que él tenía intenciones malas en contra de Jacob. Dios está protegiendo a Jacob.

3. (Génesis 31:25-29) Labán llega con Jacob y lo confronta.


Alcanzó, pues, Labán a Jacob; y éste había fijado su tienda en el monte; y Labán acampó con sus parientes en el monte de Galaad. Y dijo Labán a Jacob: ¿Qué has hecho, que me engañaste, y has traído a mis hijas como prisioneras de guerra? ¿Por qué te escondiste para huir, y me engañaste, y no me lo hiciste saber para que yo te despidiera con alegría y con cantares, con tamborín y arpa? Pues ni aun me dejaste besar a mis hijos y mis hijas. Ahora, locamente has hecho. Poder hay en mi mano para haceros mal; mas el Dios de tu padre me habló anoche diciendo: Guárdate que no hables a Jacob descomedidamente.

a. ¿Por qué te escondiste para huir…?: Labán empezó intentando hacer que Jacob se sintiera culpable, mostrándose amable. (“¡Quisimos hacerte una fiesta!”). Cuando esto no le funcionó (solo nos podemos imaginar las caras de piedra que le contestaban), hizo lo que la mayoría de los matones hacen—se jactó de su capacidad de dañar a Jacob.

4. (Génesis 31:30-35) Labán acusa a Jacob de robar su terafím y busca por ellos.


Y ya que te ibas, porque tenías deseo de la casa de tu padre, ¿por qué me hurtaste mis dioses? Respondió Jacob y dijo a Labán: Porque tuve miedo; pues pensé que quizá me quitarías por fuerza tus hijas. Aquel en cuyo poder hallares tus dioses, no viva; delante de nuestros hermanos reconoce lo que yo tenga tuyo, y llévatelo. Jacob no sabía que Raquel los había hurtado. Entró Labán en la tienda de Jacob, en la tienda de Lea, y en la tienda de las dos siervas, y no los halló; y salió de la tienda de Lea, y entró en la tienda de Raquel. Pero tomó Raquel los ídolos y los puso en una albarda de un camello, y se sentó sobre ellos; y buscó Labán en toda la tienda, y no los halló. Y ella dijo a su padre: No se enoje mi señor, porque no me puedo levantar delante de ti; pues estoy con la costumbre de las mujeres. Y él buscó, pero no halló los ídolos.

a. ¿Por qué me hurtaste mis dioses?: Jacob, no sabiendo que su esposa amada Raquel había robado los ídolos, proclamó su inocencia y pronunció una maldición dura sobre el ladrón, no sabiendo que de hecho había maldecido a su propia esposa.

b. Tomó Raquel los ídolos y los puso en una albarda de un camello, y se sentó sobre ellos: Raquel aprendió bien los caminos del engaño de su padre. Ella logró engañar a su padre acerca de los ídolos.

i. “Entre mucho que es triste y aun mezquino en esta historia…entre el elaborar, la decepción, y las mentiras en casi cada lado, no podemos dejar de ver la mano de Dios sobrecogiendo y haciendo que aun la ira del hombre lo alabara.” (Griffith Thomas, citado de Barnhouse)

8. (Génesis 31:36-42) Jacob regaña a su suegro Labán.


Entonces Jacob se enojó, y riñó con Labán; y respondió Jacob y dijo a Labán: ¿Qué transgresión es la mía? ¿Cuál es mi pecado, para que con tanto ardor hayas venido en mi persecución? Pues que has buscado en todas mis cosas, ¿qué has hallado de todos los enseres de tu casa? Ponlo aquí delante de mis hermanos y de los tuyos, y juzguen entre nosotros. Estos veinte años he estado contigo; tus ovejas y tus cabras nunca abortaron, ni yo comí carnero de tus ovejas. Nunca te traje lo arrebatado por las fieras: yo pagaba el daño; lo hurtado así de día como de noche, a mí me lo cobrabas. De día me consumía el calor, y de noche la helada, y el sueño huía de mis ojos. Así he estado veinte años en tu casa; catorce años te serví por tus dos hijas, y seis años por tu ganado, y has cambiado mi salario diez veces. Si el Dios de mi padre, Dios de Abraham y temor de Isaac, no estuviera conmigo, de cierto me enviarías ahora con las manos vacías; pero Dios vio mi aflicción y el trabajo de mis manos, y te reprendió anoche.

a. Entonces Jacob se enojó, y riñó con Labán: No es difícil ver estas palabras creciendo dentro de Jacob por 20 años. Él ha ensayado este discurso muchas veces en su mente.

b. ¿Cuál es mi pecado?: ¿Cuan fielmente sirvió Jacob a Labán? Era una costumbre vieja que un pastor podía llevar el cuerpo desgarrado de una oveja a su dueño, como evidencia de que él era suficientemente valiente como para dejar que el lobo se lo comiera, o que se lo llevara, y así el pastor sería excusado; pero Jacob dice que ni había hecho eso, y que por cada animal atacado, él había pagado de su propia manada.

c. Si el Dios de mi padre, Dios de Abraham y temor de Isaac, no estuviera conmigo: Jacob vio el lugar de Dios en todo esto. Desgraciadamente, en ningún lugar dice Jacob: “Él es mi Dios.”

C. Labán y Jacob hacen un pacto.

1. (Génesis 31:43-50) Jacob y Labán hacen un pacto.


Respondió Labán y dijo a Jacob: Las hijas son hijas mías, y los hijos, hijos míos son, y las ovejas son mis ovejas, y todo lo que tú ves es mío: ¿y qué puedo yo hacer hoy a estas mis hijas, o a sus hijos que ellas han dado a luz? Ven, pues, ahora, y hagamos pacto tú y yo, y sea por testimonio entre nosotros dos. Entonces Jacob tomó una piedra, y la levantó por señal. Y dijo Jacob a sus hermanos: Recoged piedras. Y tomaron piedras e hicieron un majano, y comieron allí sobre aquel majano. Y lo llamó Labán, Jegar Sahaduta; y lo llamó Jacob, Galaad. Porque Labán dijo: Este majano es testigo hoy entre nosotros dos; por eso fue llamado su nombre Galaad; y Mizpa, por cuanto dijo: Atalaye Jehová entre tú y yo, cuando nos apartemos el uno del otro. Si afligieres a mis hijas, o si tomares otras mujeres además de mis hijas, nadie está con nosotros; mira, Dios es testigo entre nosotros dos.

a. Todo lo que tú ves es mío: Labán declara que todo esto que ya no estaba en su mano. Dice: “Es mío, pero Jacob, por lo generosos que soy, te lo doy.”

b. Atalaye Jehová entre tú y yo, cuando nos apartemos el uno del otro: En este pacto Labán expresa cuanto sospecha de Jacob. La idea de Mizpa (“Atalaya”) es “si haces mal, Dios lo verá y ¡que te castigue!”

i. “El pillar de Mizpa significaba: ‘Si vienes a mi lado de la línea el pacto se anula y yo te mato.’ El que rompía el pacto iba a necesitar la ayuda de Dios porque el otro intentaría matarlo.” (Barnhouse) Mizpa nunca pretendía ser una solución amable—a pesar de lo que su moneda Mizpa podría decir (La moneda Mizpa es una moneda partida en dos. Un lado se da a una persona y el otro lado a la otra persona. Es para cuando cuando estén separados, para que se sientan juntos).

2. (Génesis 31:51-55) Un pillar de separación y una separación de caminos.


Si afligieres a mis hijas, o si tomares otras mujeres además de mis hijas, nadie está con nosotros; mira, Dios es testigo entre nosotros dos. Dijo más Labán a Jacob: He aquí este majano, y he aquí esta señal, que he erigido entre tú y yo. Testigo sea este majano, y testigo sea esta señal, que ni yo pasaré de este majano contra ti, ni tú pasarás de este majano ni de esta señal contra mí, para mal. El Dios de Abraham y el Dios de Nacor juzgue entre nosotros, el Dios de sus padres. Y Jacob juró por aquel a quien temía Isaac su padre. Entonces Jacob inmoló víctimas en el monte, y llamó a sus hermanos a comer pan; y comieron pan, y durmieron aquella noche en el monte. Y se levantó Labán de mañana, y besó sus hijos y sus hijas, y los bendijo; y regresó y se volvió a su lugar.

a. Ni yo pasaré de este majano contra ti: La mejor solución para los problemas que Jacob tenía con su suegro, era separarse de Labán. De hecho, ellos construyen un pillar para hacer una separación entre sí.

i. Hay sabiduría en tener una separación del suegro y de la suegra. La biblia sí dice: Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer (Génesis 2:24), aunque en el caso de Jacob la separación era algo extremista.

b. Labán…Regresó y se volvió a su lugar: Después de una despedida adecuada, Labán ve a sus hijas y a sus nietos por la última vez. “Ésta es la última vez que oímos de Labán en la biblia, y ya no lo queremos ver. Labán es del mundo, y Jacob necesitaba ser librado de este mundo para vivir de todo corazón para el Dios de sus padres.” (Boice)

i. Morris dice de Labán: “En vez de buscar seguir la verdad del plan de Dios representado por Jacob, él solo estaba resentido y envidiaba la bendición de Dios sobre Jacob. Él terminó sin ninguno de los dos. Su vida constituye una advertencia grave a muchas personas que son semi-religiosas pero que básicamente adoran a sí mismos y buscan su propio bien estar hoy en día.”

ii. Así que, Raquel y Lea se equivocaron en ver a su padre Labán por su porción o herencia (Génesis 31:14) una vez que se casaron con Jacob. Ahora Él era su porción y su herencia. “Ya que eres salvado y unido a Cristo, mira el mundo y pregunta: ‘¿Hay todavía una porción para mí?’ Si crees que sí, te equivocas.” (Barnhouse)

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