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Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto. Y pondré mi pacto entre mí y ti, y te multiplicaré en gran manera.
a. Le apareció Jehová: Sin duda, ésta es otra apariencia de Dios en la persona de Jesús, quien temporalmente tomó apariencia humana antes de su encarnación aquí en la tierra.
b. Yo soy el Dios Todopoderoso: Primero, Dios le dijo a Abram quien era. Usando este nombre: “El Shaddai”, él reveló a Abram su Persona y carácter. Aunque hay alguna discusión acerca del significado del nombre “El Shaddai”.
i. Kidner: “Un análisis tradicional del nombre es: 'Dios (El) quien (sa) es suficiente (day).'”
ii. Clarke: “El Shaddai Yo soy Dios suficiente para todo. De shadah: Derramar. Yo soy el Dios que derrama bendiciones, quien las da ricamente, continuamente, y en abundancia.”
iii. Barnhouse: La palabra hebrea “shad” significa: “Pecho” o “seno”. Puede estarse refiriendo a la fuerza del pecho del hombre (Dios todopoderoso) o al confort y nutrición que se da del seno de la mujer (Dios de cuidado tierno).
iv. Leupold: Shaddai viene de la raíz de la palabra “shadad”, la cual significa “demostrar poder.”
v. Sí sabemos que en la Septuaginta se traduce con la palabra griega “pantokrator” la cual quiere decir: “todopoderoso”, “Él que tiene su mano sobre todo.”
c. Anda delante de mí y sé perfecto: Luego, Dios le dijo a Abram lo que esperaba de él. Solamente podemos saber lo que Dios espera de nosotros cuando sabemos quién es, y lo conocemos plenamente de una manera personal, y tangible.
i. La palabra perfecto significa literalmente: “Completo”. Dios quería todo de Abram, quería un compromiso total.
d. Y pondré mi pacto entre mí y ti: Dios recordó a Abram que no había olvidado el pacto. Aunque habían pasado unos 25 años desde la primera vez que se hizo la promesa, y aunque quizá pareció a Abram que Dios había olvidado, a Dios no se le había olvidado nada.
i. la última vez que se dice que el Señor se comunicó directamente con Abram fue hace más de 13 años. Al parecer, Abram tuvo 13 años de comunión “normal” con Dios, todo el tiempo esperando el cumplimiento de la promesa. Seguramente, en aquellos años, había veces que Abram sintió que Dios se había olvidado de él.
ii. Abram se estaba convirtiendo en un gran hombre de fe, pero no se hace un gran hombre de fe de un día para otra. Se necesitan muchos años donde Dios trabaje en la vida de un hombre, años de confiar en Dios en los momentos triviales, intercalados por unos encuentros espectaculares con el Señor.
Entonces Abram se postró sobre su rostro, y Dios habló con él, diciendo: He aquí mí pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes. Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes. Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti. Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti. Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que moras, toda la tierra de Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos.
a. Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham: Para animar a Abram en su fe en la promesa de descendientes, Dios cambió el nombre de Abram (padre de muchos) a “Abraham” (padre de muchas naciones).
i. Sin duda, de cierta manera Abram: “padre de muchos”, era un nombre difícil para un hombre quien no era padre de nadie, especialmente en una cultura donde se consideraba cortés preguntar de la vida personal de uno.
ii. Piense cuando Abraham anunció que su nombre había cambiado a los demás. Ellos debían haber pensado que él quiso escapar de la carga de su nombre, pero en lugar de esto, se la había aumentado.
iii. En la Biblia hay muchos cambios maravillosos de nombres, como cuando Dios cambió el nombre de Jacob a Israel (Génesis 32:28), y cuando cambió el nombre de Simón a Pedro (Marcos 3:16). Dios promete un nuevo nombre maravilloso a cada persona que vence en él. (Apocalipsis 2:17).
iv. Dios nos da muchos nombres por fe (santo, justo, escogido, sacerdote real, hijos de Dios, etc.), y sabe que él mismo nos conformará al significado del nombre – aún si parece imposible.
b. En heredad perpetua: Para animar a la fe de Abraham en la promesa de la tierra, Dios repite la promesa de nuevo, recordándole a Abraham que es una herencia perpetua dado por un pacto perpetuo.
Dijo de nuevo Dios a Abraham: En cuanto a ti, guardarás mi pacto, tú y tu descendencia después de ti por sus generaciones. Este es mi pacto, que guardaréis entre mí y vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado todo varón de entre vosotros. Circuncidaréis, pues, la carne de vuestro prepucio, y será por señal del pacto entre mí y vosotros. Y de edad de ocho días será circuncidado todo varón entre vosotros por vuestras generaciones; el nacido en casa, y el comprado por dinero a cualquier extranjero, que no fuere de tu linaje. Debe ser circuncidado el nacido en tu casa, y el comprado por tu dinero; y estará mi pacto en vuestra carne por pacto perpetuo. Y el varón incircunciso, el que no hubiere circuncidado la carne de su prepucio, aquella persona será cortada de su pueblo; ha violado mi pacto.
a. Será circuncidado todo varón de entre vosotros: Por primera vez, Dios da algo que hacer en cuanto al pacto. Le dijo que debían llevar una señal del pacto, haciendo mostrar que ellos habían recibido el pacto por fe.
b. Circuncidaréis, pues, la carne de vuestro prepucio: La señal era la circuncisión, el amputar el prepucio del varón. Dios escogió esta señal por muchas razones importantes.
i. La circuncisión no estaba desconocida en aquellos días. Era una práctica ritual de varios pueblos.
ii. Sin duda había razones higiénicas, especialmente en el mundo antiguo. “Hay una evidencia médica que esta práctica ha contribuido a la duración tan larga del vigor de la raza de los judíos.” (Morris) McMillen, en Ninguna de Estas Enfermedades, notó estudios de 1949 y 1954 que mostraron una proporción increíblemente pequeña de cáncer cérvico uterino en mujeres judías, porque la mayoría de sus esposos han sido circuncidados.
iii. Pero, más importante, la circuncisión es una manera de amputar la carne y una apropiada señal del pacto para ellos que no deben poner su confianza en la carne.
iv. También, porque la circuncisión se trata del órgano de la procreación, era un recordatorio de la simiente especial de Abraham que eventualmente traería el Mesías.
c. Y de edad de ocho días será circuncidado todo varón entre vosotros: Dios probablemente mandó que la circuncisión de los infantes se llevara a cabo el octavo día porque en este día su sistema inmune está en un nivel óptimo para tal operación.
i. McMillen también toma nota de los recién nacidos tienen una susceptibilidad especial a sangrar entre el segundo y quinto día de vida. Parece un importante agente de coagulación de la sangre, la vitamina K, no se forma en la cantidad normal hasta entre el quinto a séptimo día de vida. Otro agente de coagulación de la sangre, la protrombina, que se encuentra en sus niveles más altos en los recién nacidos precisamente en el octavo día es el más seguro, el día perfecto para circuncidar a un bebe.
d. Y el varón incircunciso…ha violado mi pacto: Los que rechazaron la circuncisión, rechazaron la señal del pacto. No fueron amigos del pacto que Dios hizo con Abraham. No significa que la circuncisión los hizo parte del pacto, pero por rechazar la circuncisión, rechazaron el pacto.
i. Desafortunadamente, a través de los siglos, los judíos llegaron a creer más en la señal del pacto (la circuncisión) que en el Dios del pacto, creyendo que la circuncisión por sí mismo era suficiente y necesario para salvar. Pablo contrarresta esta idea extensivamente, especialmente en la luz de la obra terminada de Jesucristo (Gálatas 5:1-15).
ii. Así que, cristianos están libres para circuncidarse o no. Uno lo puede hacer por razones sociales o de higiene, pero no nos acerca para nada a Dios: porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la circuncisión, sino la fe que obra por el amor. (Gálatas 5:6)
iii. Para los cristianos lo más semejante que tenemos a la circuncisión es el bautismo. Pablo relaciona estas dos ideas en Colosenses 2:11-12. Aun así, el bautismo es un “señal” del pacto; no nos salva, pero es una señal del pacto que sí nos salva. Ser bautizado no nos salva, pero el cristiano no debe rechazar el bautismo.
Dijo también Dios a Abraham: A Sarai tu mujer no la llamarás Sarai, mas Sara será su nombre. Y la bendeciré, y también te daré de ella hijo; sí, la bendeciré, y vendrá a ser madre de naciones; reyes de pueblos vendrán de ella.
a. A Sarai tu mujer no la llamarás Sarai, mas Sara será su nombre: Solo hay una diferencia sutil entre Sarai y Sara, pero es una diferencia importante. “Sarai significa mi señora, o mi princesa, lo cual confine su dominio a una familia; pero Sara simplemente y absolutamente sin restricciones, significa señora o princesa, o la princesa de una multitud” (Poole).
b. Y la bendeciré, y también te daré de ella hijo: Dios lo hizo claro que este hijo no vendría de otra madre-sustituta (como con Agar e Ismael). Sara misma daría a luz, aun que había pasado de la edad normal para eso (Sara tenía aproximadamente 90 años en aquel tiempo).
Entonces Abraham se postró sobre su rostro, y se rió, y dijo en su corazón: ¿A hombre de cien años ha de nacer hijo? ¿Y Sara, ya de noventa años, ha de concebir? Y dijo Abraham a Dios: Ojalá Ismael viva delante de ti.
a. Entonces Abraham se postró sobre su rostro, y se rió: La risa de Abraham no parece ser una de duda cínica, sino una de alegría por algo que sabía que parecía imposible por la apariencia externa, pero que Dios podía hacer.
b. ¿A hombre de cien años ha de nacer hijo?: Él sabía que Sara y él los dos estaban ya muy pasados de la edad normal para que las personas tengan hijos. Aunque (como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen. El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara. Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido; (Romanos 4:17-21)
c. Ojalá Ismael viva delante de ti: Aun así, Abraham no entendió completamente la promesa de Dios. Quizá pensó que Dios quiso decir que Ismael sería el “hijo espiritual” de Sara. A Abraham – como a todos nosotros - le fue difícil confiar en Dios por más de lo que podía concebir.
Respondió Dios: Ciertamente Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Isaac; y confirmaré mi pacto con él como pacto perpetuo para sus descendientes después de él. Y en cuanto a Ismael, también te he oído; he aquí que le bendeciré, y le haré fructificar y multiplicar mucho en gran manera; doce príncipes engendrará, y haré de él una gran nación. Mas yo estableceré mi pacto con Isaac, el que Sara te dará a luz por este tiempo el año que viene. Y acabó de hablar con él, y subió Dios de estar con Abraham.
a. Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Isaac: El hijo se llamaría Isaac (“risa”) porque sería un gozo para sus padres, pero también para siempre recordar a Abraham como se rió de la promesa de Dios de darle un hijo de Sara en tan avanzada edad.
b. Y en cuanto a Ismael, también te he oído; he aquí que le bendeciré: Ismael será bendecido (porque Abraham pidió que lo fuera), pero el pacto y sus promesas solamente pasarían al hijo que vendría, el hijo de la promesa.
Entonces tomó Abraham a Ismael su hijo, y a todos los siervos nacidos en su casa, y a todos los comprados por su dinero, a todo varón entre los domésticos de la casa de Abraham, y circuncidó la carne del prepucio de ellos en aquel mismo día, como Dios le había dicho. Era Abraham de edad de noventa y nueve años cuando circuncidó la carne de su prepucio. E Ismael su hijo era de trece años, cuando fue circuncidada la carne de su prepucio. En el mismo día fueron circuncidados Abraham e Ismael su hijo. Y todos los varones de su casa, el siervo nacido en casa, y el comprado del extranjero por dinero, fueron circuncidados con él.
a. Y circuncidó la carne del prepucio de ellos en aquel mismo día, como Dios le había dicho: La confianza de Abraham en el pacto se comprobó por su obediencia al mandato. Lo que realmente creemos se ve en nuestras acciones.
b. En el mismo día fueron circuncidados Abraham: La obediencia de Abraham era una obediencia plena (Y todos los varones de su casa), una obediencia rápida (En el mismo día), y una obediencia de valentía (virtualmente incapacitar a todos sus hombres de combate a la vez).
i. Abraham no necesitaba orar acerca de esto. Ya estaba listo para esto. Dios lo dijo, y Abraham lo hizo. Este es un ejemplo maravilloso de obediencia de un hombre de fe.
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