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Subió, pues, Abram de Egipto hacia el Neguev, él y su mujer, con todo lo que tenía, y con él Lot. Y Abram era riquísimo en ganado, en plata y en oro. Y volvió por sus jornadas desde el Neguev hacia Bet-el, hasta el lugar donde había estado antes su tienda entre Bet-el y Hai, al lugar del altar que había hecho allí antes; e invocó allí Abram el nombre de Jehová.
a. Hasta el lugar donde había estado antes su tienda: Aunque Abram regresó de Egipto con grandes riquezas, él regresó al mismo lugar en el que había estado antes. Regresó a donde había comenzado. Esencialmente, el tiempo de Abram en Egipto fue un desperdicio. Dios podría y hubiera proveído por sus necesidades en Canaán.
i. Abram no debería de haber usado la bendición que Dios le dio en Egipto para justificar el haber ido allá. Aunque Dios es tan grande que da bien incluso cuando desobedecemos, aún así hay un precio que pagar.
ii. La incredulidad de Abram lo llevó de su lugar de alabanza; al pecado, y causó que guiara a otros al pecado. Lo hizo sentirse más seguro en su habilidad de mentir que en el poder de protección de Dios. Incluso hizo que su familia se separara por un tiempo. Finalmente, un rey pagano lo regañó.
b. Al lugar del altar que había hecho allí antes: Pero, Abram también hizo lo que debía. En lugar de torturarse por su pasado de pecado, se ocupó en hacer lo que necesitaba hacer: viviendo en tienda como peregrino y el altar como un adorador, llamando el nombre del Señor.
i. La iglesia siempre ha tenido el reto de que es lo que deben de hacer con creyentes que recaen en pecado y quieren regresar a la iglesia. Por ejemplo, en el tercer siglo, los héroes de la fe fueron mártires y confesores, pero también había muchos creyentes que habían “recaído” quienes se doblaron bajo la amenaza de la persecución. Algunas iglesias eran muy indisciplinadas, admitiéndolos como si nada hubiese pasado. Algunos eran demasiado duros, diciendo que nunca podrían regresar a la iglesia ni ser usados por Dios. La mayoría de las iglesias hicieron lo correcto; permitieron que regresaran, pero básicamente como primerizos, sin pretender que nada pasó.
ii. Aquí, Abram regresó a la Tierra Prometida básicamente como primerizo. Regreso a Betel, a la tienda y al altar, haciendo lo que debía de hacer.
iii. Dios quiere que caminemos en nuestro primer amor y en nuestras primeras obras (Apocalipsis 2:4-5).
También Lot, que andaba con Abram, tenía ovejas, vacas y tiendas. Y la tierra no era suficiente para que habitasen juntos, pues sus posesiones eran muchas, y no podían morar en un mismo lugar. Y hubo contienda entre los pastores del ganado de Abram y los pastores del ganado de Lot; y el cananeo y el ferezeo habitaban entonces en la tierra.
a. También Lot, que andaba con Abram: Dios le dijo a Abram que dejara a su familia cuando llegara a la tierra de Canaán (Génesis 12:1), pero Abram llevó a su sobrino Lot con él. El resultado fue un problema como éste.
i. Se presentó éste conflicto ahora, cuando Abram hizo lo correcto. Cuando estamos bien con Dios, podemos esperar, muy a menudo, un ataque del enemigo.
b. Y hubo contienda entre los pastores del ganado de Abram y los pastores del ganado de Lot: Algo tenía que hacerse acerca de esta pelea entre los bienes de Abram y de Lot, porque ellos no podían continuar un conflicto como este ante los habitantes no creyentes de Canaán.
i. Cuando los Cananeos y los Fariseos habitaban entonces en la tierra, y vieron a los hombres de Abram y Lot peleando, de seguro pensaron, “Oh, son igual que nosotros. Dicen que adoran a otro Dios, un Dios que dicen que es el Dios verdadero, pero veo que son igual que nosotros.”
ii. “Muchas personas nunca escucharán lo que algún creyente diga debido a lo que son algunos creyentes.” (Barnhouse)
c. Pues sus posesiones eran muchas: Esta es la primera mención de riquezas en la Biblia. Había una gran diferencia entre las riquezas de Abram y las riquezas de Lot. Ambos tenían grandes riquezas, pero las riquezas de Lot lo poseían. Abram tenía muchas posesiones, pero las riquezas no lo poseían.
Entonces Abram dijo a Lot: No haya ahora altercado entre nosotros dos, entre mis pastores y los tuyos, porque somos hermanos. ¿No está toda la tierra delante de ti? Yo te ruego que te apartes de mí. Si fueres a la mano izquierda, yo iré a la derecha; y si tú a la derecha, yo iré a la izquierda.
a. ¿No está la tierra delante de ti? Debido a que Abram era el mayor, y le dio la tierra a Abram (no a Lot), era pura generosidad de parte de Abram lo que le causó ofrecerle parte de la tierra a Lot.
b. Si fueres a la mano izquierda, yo iré a la derecha: Abram pudo luchar cuando la ocasión lo demandaba. No cedió a Lot por debilidad, sino por amor y confianza en Dios. Unas hectáreas de tierras de pastoreo no parecían valer la lucha para un hombre con perspectiva eterna.
i. Dios fue glorificado cuando Pablo, por amor, renunció a su derecho de ser pagado por llevar el evangelio (1 Corintios 9:14-18). Dios fue glorificado cuando Jesús, por amor, renunció a su derecho a una existencia que no conocía sufrimiento humano ni prueba por experiencia (Filipenses 2:5-11).
ii. Abram cumplió el principio de amor del Nuevo Testamento: No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. (Filipenses 2:4)
c. Si tú a la derecha yo iré a la izquierda: Derecha o izquierda, Abram sabía que podía confiar en Dios. Lo hizo porque había aprendido que Dios proveería por sus necesidades, y no tenia que preocuparse de ser muy generoso. Abram sabía que no importaba lo que Lot escogerá porque Dios iba a hacer que todo saliera para el bien de Abram.
i. En Egipto, Abram pensó que tenía que tomar el destino en sus propias manos. Tenía que cuidar del “numero uno.” Ahora, él es más sabio y está dispuesto a dejar que Dios vea por sus intereses. Derecha o izquierda, no le importaba a Abram, porque Dios estaría allí.
ii. Debido a que confiaba en Dios, Abram no tenía que estar obsesionado con sus “derechos” ni tampoco nosotros. El único derecho que realmente tenemos es el derecho de ir al infierno. Todo lo demás es un regalo gratuito de Dios y no tiene nada que ver con nuestros “derechos.”
Y alzó Lot sus ojos, y vio toda la llanura del Jordán, que toda ella era de riego, como el huerto de Jehová, como la tierra de Egipto en la dirección de Zoar, antes que destruyese Jehová a Sodoma y a Gomorra. Entonces Lot escogió para sí toda la llanura del Jordán; y se fue Lot hacia el oriente, y se apartaron el uno del otro. Abram acampó en la tierra de Canaán, en tanto que Lot habitó en las ciudades de la llanura, y fue poniendo sus tiendas hasta Sodoma. Mas los hombres de Sodoma eran malos y pecadores contra Jehová en gran manera.
a. Como el huerto de Jehová: Lot tomó una decisión basada completamente en lo que él podía ver en sus ojos. A él sólo le importa la abundancia material de la tierra, y no le importa la forma que lo impactaría, espiritualmente, a él o a su familia.
i. La fe significa que no caminamos por lo que vemos, sino por lo que sabemos que es verdadero en Dios: Porque por fe andamos, no por vista (2 Corintios 5:7). Abram andaba por fe; Lot sólo caminaba por vista.
b. Fue poniendo sus tiendas hasta Sodoma: Es sólo esto por ahora, pero después Lot se convertiría en un líder de una ciudad pecaminosa. Valorando solamente las cosas que pueden ser vistas incrementarían su riqueza temporalmente, pero Lot lo perdería todo.
i. Claro que Lot pensó, “Puedo servir a Dios aquí como allá. Probablemente necesitan alguien que sea de testimonio.” Pero estaba engañándose a sí mismo. ¡Debes de estar consciente de nuestra habilidad de engañarnos a nosotros mismos! Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? (Jeremías 17:9)
ii. “Al final, aquel que buscó éste mundo lo perdió, y el que estaba dispuesto a entregar lo que fuera para honrar a Dios lo encontró.” (Maclaren)
iii. No fue la elección de Lot lo que desvió su corazón. Su corazón ya estaba desviado, y esto se mostró por su elección.
Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente. Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre.
a. Después que Lot se separó de él: Dios quería hablar solo con Abram después de que Lot se había ido. Esta era una promesa hecha a Abram, no al sobrino de Abram.
i. Esta promesa de la tierra había sido hecha a Abram cuando vivía en Ur de los Caldeos (Génesis 12:1-3, Hechos 7:2-4). Dios está ahora repitiendo esta promesa.
b. Toda la tierra que ves la daré a ti: Dios también quería recordarle a Abram que aunque Abram había sido generoso para “dar” una porción de la tierra a Lot, Dios aún decía que la tierra le pertenecía a Abram.
Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra; que si alguno puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia será contada.
a. Haré tu descendencia como el polvo de la tierra: Esta es una gran promesa para un hombre sin hijos, un hombre de 70 u 80 años de edad, pero Abram sabia caminar por fe y no por vista.
b. Tu descendencia: De nuevo, esta promesa fue hecha a Abram cuando estaba viviendo en Ur de los caldeos (Génesis 12:1-3, Hechos 7:2-4). Para asegurarle a Abram, Dios repite la promesa.
Levántate, ve por la tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti la daré. Abram, pues, removiendo su tienda, vino y moró en el encinar de Mamre, que está en Hebrón, y edificó allí altar a Jehová.
a. Levántate, ve por la tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti la daré: Como muestra del recibimiento de la tierra por fe, Dios quiere que Abram explore la tierra de la promesa, caminar a lo largo de ella como si fuera suya, aunque aún no tiene el “titulo de propiedad”.
i. De la misma forma, Dios quiere que nosotros exploremos nuestra “tierra de la promesa.” Su Palabra, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas (2 Pedro 1:4), donde todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas (2 Pedro 1:3). Él quiere que caminemos a lo largo de su “tierra,” poseyéndola por fe.
b. Moró en el encinar de Mamre, que está en Hebrón: El nombre Mamre significa: “visión.”; Hebrón significa “comunión.” Abram está, nuevamente, caminando en la visión del Señor para él y está teniendo comunión con el Señor.
c. Y edificó allí altar a Jehová: Abram construyó otro altar. Vivió una vida en constante consciencia de la necesidad de un sacrificio de expiación y cobertura.
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