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¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen la ley), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive? Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido. Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera.
a. En Romanos 6:14, Pablo nos dijo que el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. Después de la discusión en Romanos 6:15-23 en cuanto a implicaciones prácticas de esto, entonces él ahora explica de manera más detallada el cómo es que ya no estamos bajo el dominio de la ley.
b. Que la ley se enseñorea del hombre: La antigua palabra Griega no tiene la antes de ley. Esto significa que Pablo habla de un principio más amplio que la Ley de Moisés. La ley que se enseñorea sobre nosotros incluye la ley de Moisés, pero hay un principio más amplio de la ley comunicada por la creación y la consciencia, y éstas también se enseñorea del hombre.
c. La ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive: Pablo toma el punto de que la muerte pone fin a todas las obligaciones y contratos. Una esposa ya no esta ligada mas a su marido si éste muere debido a que la muerte pone fin al contrato. Si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido.
Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios.
a. También vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo: En Romanos 6:3-8, Pablo explicó cuidadosamente de que morimos juntamente con Jesús y que también nos levantamos con Él, aunque allí Pablo únicamente habló de nuestra muerte al pecado. Ahora, él también explica de que también morimos a la ley.
i. Algunos podrían pensar, “Sí, fuimos hechos salvos por gracia, pero debemos de vivir bajo la ley para agradar a Dios.” Aquí Pablo lo pone en claro de que los creyentes han muerto a la ley como el hecho que representa un principio para los vivos o un lugar de mantenernos firmes ante Dios.
ii. “Los Creyentes han terminado con la ley. No es para ellos una opción como camino de salvación. Ellos no buscan el estar bien con Dios al obedecer algún tipo de ley, como lo hacen los adherentes de casi todas las religiones.” (Morris)
b. Para que seáis de otro: Sin embargo, no somos hechos libres de la ley para que podamos vivir para nosotros mismos; somos hechos libre para pertenecer a Jesús y para que podamos llevar fruto para Dios.
Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte.
a. Mientras estábamos en la carne: Bajo la ley, no llevábamos fruto para Dios. En lugar de eso, estábamos llevando fruto para muerte, debido a que la ley obraba las pasiones del pecado dentro de nosotros.
b. Pablo explicará este problema de la ley más cuidadosamente en Romanos 7:7-14. Pero ahora vemos su punto – de que nosotros únicamente llegamos a la plenitud del lugar de llevar fruto para Dios cuando somos hechos libres de la ley.
Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra.
a. Pero ahora estamos libres de la ley: El tema de Romanos 7:1-5 es resumido. Debido a que hemos muerto con Jesús en el Calvario, estamos muertos a la ley y somos hechos libres de su dominio sobre nosotros como un principio de justificación o de santificación.
i. La ley no nos justifica; no nos hace justos delante de Dios. La ley no nos santifica; no nos hace más íntimos con Dios y no nos hace más santos delante de Él.
b. De modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu: Nuestra libertad es dada no para que nos detengamos de servir a Dios; sino para que nosotros podamos servirle mejor, bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra.
c. ¿Qué tan bien sirvesbajo el régimen nuevo del Espíritu? Es una vergüenza de que muchos sirven al pecado o al legalismo con más devoción que aquellos que debieran de servir a Dios con el régimen nuevo del Espíritu. Es muy malo cuando el temor es nuestra motivación, en lugar del amor.
¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado?
a. ¿La ley es pecado? Si seguimos su forma de pensar podemos entender cómo alguien inferir esto. Pablo insistía de que nosotros debemos de morir a la ley si queremos llevar fruto a Dios. Alguno podría pensar, “¡De seguro hay algo malo con la ley!”
En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás.
a. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley: La ley es como una máquina de Rayos-X; revela claramente lo que pudo estar siempre allí, pero que anteriormente estaba escondido. No puedes echarle la culpa a los Rayos-X por lo que expone.
b. Porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás: La ley pone el “límite de velocidad” para que sepamos exactamente si vamos demasiado rápido. Puede ser que en muchas áreas no sepamos que estamos pecando (como en el caso de la codicia) si la ley no nos lo dijera específicamente.
Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto.
a. Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento: Pablo describe la dinámica en donde la advertencia de “no hagas eso” se puede convertir en un llamado de acción debido a nuestros corazones pecaminosos y rebeldes. No es la culpa del mandamiento, pero es nuestra culpa.
i. En su libro Confesiones, el gran teólogo de la antigua iglesia Agustín describió como la dinámica obró en su vida mientras era un hombre joven: “Había un árbol de peras cerca de nuestro viñedo cargado de fruto. Una noche de tormenta nosotros, jóvenes pícaros, nos propusimos para robarlo y llevarnos los despojos. Tomamos una gran cantidad de peras – no para hacernos un banquete con ello, sino para arrojarlos a los puercos, aunque comimos los suficientes para tener el placer de la fruta prohibida. Éstas eran buenas peras, pero no eran las peras las que mi alma miserable codiciaba, porque yo tenía mejores en casa. Yo las tome simplemente para convertirme en un ladrón. El único banquete que tome fue un banquete de iniquidad, el cual disfruté hasta lo máximo. ¿Qué fue lo que yo amaba en el robo? ¿Fue el placer de haber actuado en contra de la ley? El deseo de robar fue despertado simplemente por la prohibición de robar.”
ii. En la historia Americana, sabemos que la Enmienda de Prohibición no detuvo el beber alcohol. En muchas maneras hizo a la bebida más atractiva a las personas, debido a nuestro deseo de romper las barreras puestas por una Enmienda.
iii. Una vez que Dios a trazado una barrera para nosotros, inmediatamente nos da comezón de cruzar esa barrera – el cual no es la culpa de Dios o de Su barrera, sino la culpa de nuestros corazones pecaminosos.
b. Pecado, tomando ocasión por el mandamiento: La debilidad de la ley no esta en la ley – esta en nosotros. Nuestros corazones son tan malvados que puede encontrar la ocasión de toda codicia de algo bueno como lo es la ley de Dios.
i. “La palabra ocasión en la versión original es un término militar el cual tiene el significado de una base de operaciones. La prohibición suministra un trampolín del cual el pecado esta listo para despegar.” (Harrison)
ii. Un hotel frente al mar en Florida estaba preocupado de que las personas trataran pescar desde los balcones, así que ellos pusieron un letrero que decía: “NO PESCAR DESDE EL BALCÓN”. Ellos tuvieron problemas constantes con personas pescando desde el balcón, con hilos y pesas rompiendo ventanas y molestando a las personas en los cuartos de abajo. Ellos finalmente resolvieron el problema al bajar los letreros – y nadie pensó en pescar desde los balcones. Debido a nuestros corazones, la ley en realidad puede funcionar como una invitación al pecado.
c. Sin la ley el pecado está muerto: Esto muestra que tan grande es la maldad del pecado – puede tomar algo bueno y santo como la ley y torcerla para promover maldad. El pecado deforma el amor en lujuria, un deseo honesto para proveer en avaricia, y la ley en promover pecado.
Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí.
a. Y yo sin la ley vivía en un tiempo: Los niños pueden ser inocentes antes de que ellos conozcan o entiendan lo que la ley requiere. Esto es a lo que Pablo se refiere cuando él dice yo sin la ley vivía en un tiempo.
i. “El no esta vivo con la vida de la cual los escritures del Nuevo Testamento hablan. Él esta vivo en el sentido de que él nunca ha sido condenado a morir como un resultado de confrontación con la ley.” (Morris)
i. “Él estaba seguro en medio de todos sus pecados y maldad. Él estaba vivo en el sentido de que un golpe mortal aún no le quitaba la vida. Él se sentaba seguro en la cada de su ignorancia como un hombre vive en un volcán y piensa que todo esta bien.” (Lenski)
b. Pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí: Pero cuando conocemos la ley, la ley nos muestra nuestra culpa y excita nuestra rebelión, trayendo más pecado y muerte.
Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte; porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató. De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno.
a. Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte: El pecado hace esto por fraude. El pecado nos engaña:
· Debido a que el pecado falsamente promete satisfacción
· Debido a que el pecado falsamente clama una excusa adecuada
· Debido a que el pecado falsamente promete un escape del castigo
b. Porque el pecado … me engañó: No es la ley la que nos engaña, pero es el pecado el cual usa la ley como una ocasión para la rebelión. Esto es el porqué Jesús dijo conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. (Juan 8:32) La verdad nos hace libres del engaño del pecado.
c. Y por él me mató: El pecado, cuando es seguido, conduce a la muerte – no a la vida. Uno de los engaños más grandes de Satanás es el hacernos creer que el pecado es algo bueno el cual un Dios antipático nos quiere privar. Cuando Dios nos advierte que nos alejemos del pecado, Él nos esta advirtiendo de algo que nos puede matar.
d. De manera que la ley a la verdad es santa: Pablo entiende el cómo alguien puede tomar esto de Pablo para decir que él esta en contra de la ley – pero él no lo esta. Es verdad que debemos de morir al pecado (Romanos 6:2) y que debemos de morir a la ley (Romanos 7:4). Pero eso no debe de ser tomado para decir que Pablo creé que el pecado y la ley están en la misma canasta. Sin embargo, el pecado corrompe la obra o el efecto de la ley, así que debemos de morir para ambos.
¿Luego lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? En ninguna manera; sino que el pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso.
a. El pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno: Aunque la ley provoque a nuestra naturaleza pecaminosa, ésta puede ser usada para bien debido a que expone de una manera más dramática nuestra profunda maldad. Después de todo, si el pecado puede utilizar algo tan bueno como la ley para su ventaja al promover la maldad, esto muestro lo malvado que es el pecado.
i. Necesitamos el pecado para mostrarpecado, debido a que siempre se quiere esconder en nosotros y quiere cubrir su verdadera profundidad y fuerza. “Este es uno de los resultados más deplorables del pecado. Nos hace daño en mayor parte al quitarnos la capacidad de saber que tanto daño estamos tomando. Quebranta la constitución del hombre, y le hace que se jacte de una vitalidad que no falla; le hace que mendigue, y le dice que es rico; le desnuda, y le hace que se glorié en sus vestidos imaginarios.” (Spurgeon)
ii. “Aquellos que predican el Evangelio únicamente a los pecadores, a lo mas sanan la herida de la hija de mi pueblo ligeramente. La ley, por lo tanto, es el gran instrumento en las manos de un ministro fiel, para alarmar y despertar a los pecadores.” (Clarke)
b. A fin de que por el mandamiento el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso: El pecado “se hace más pecaminoso” a la luz de la ley en dos manera. Primero, el pecado se hace en sobremanera pecaminoso a través del contraste con la ley. Segundo, el pecado se hace en sobremanera pecaminoso debido a que la ley provoca su naturaleza de maldad.
i. “En lugar de ser un dínamo que nos da poder para vencer, la Ley es un imán el cual saca de nosotros todo tipo de pecado y corrupción.” (Wiersbe)
ii. Sobremanera pecaminoso: “¿Porqué no dijo él, ‘sobremanera negro’, o ‘sobremanera horrible’ o ‘sobremanera mortal’? Porqué no hay en el mundo algo tan malo como el pecado. Cuando él quiso emplear la peor palabra que pudo encontrar: el llamar al pecado por, él lo llamó por su propio nombre: ‘pecado’, ‘sobremanera pecaminoso.’ ” (Spurgeon)
Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado.
a. Mas yo soy carnal: La palabra carnal simplemente significa “de la carne”. Pablo reconoce que una ley espiritual no puede ayudar a un hombre carnal.
i. Carnal usa la antigua palabra Griega sarkikos, el cual significa, “caracterizado por la carne.” Habla de la persona que puede y debe hacer cosas de manera diferente pero que no las hace. Pablo ve esta carnalidad en si mismo, y sabe que la ley, a pesar de que es espiritual, no tiene la respuesta para su naturaleza carnal.
b. Vendido al pecado: Pablo esta en servidumbre al pecado y la ley no le puede ayudar. Él es como un hombre que ha sido arrestado por un crimen y que ha sido arrojado en la cárcel. La ley sólo le puede ayudar si él es inocente, pero Pablo sabe que él es culpable y que la ley esta arguyendo en su contra, y no a su favor.
c. Aún cuando Pablo dice que él es carnal, esto no significa que él no es un Cristiano. Su conocimiento de su carnalidad es evidencia de que Dios a hecho una obra en él.
i. Lutero en mas yo soy carnal, vendido al pecado: “Esa es la prueba del hombre sabio y espiritual. Él sabe que es carnal, y él esta disgustado consigo mismo; así es, él se odia a si mismo y alaba a la Ley de Dios, el cual él reconoce debido a que él es espiritual. Pero la prueba del necio, del hombre carnal, es esta, que él se tiene a si mismo como espiritual y que esta complacido consigo mismo.”
Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.
a. Porque lo que hago, no lo entiendo: El problema de Pablo no es el deseo – él quiere hacer lo que es correcto (pues no hago lo que quiero). Su problema no es el conocimiento – él sabe que es lo correcto. Su problema es una falta de poder: porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Él tiene una falta de poder debido a que la ley no da poder.
i. La ley dice: “Aquí están las reglas y es mejor que las guardes.” Pero no nos da poder para guardar la ley.
b. Ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí: ¿Esta Pablo negando su responsabilidad como un pecador? No. Él reconoce que mientras él peca, él actúa en contra de su naturaleza como una nueva criatura en Cristo Jesús. El Cristiano debe de confesar su pecado, pero debe de darse cuenta de que el impulso al pecado no viene de lo que realmente somos en Cristo Jesús.
i. “El ser hechos salvos del pecado, un hombre al mismo tiempo tiene que poseerlo y repudiarlo; es una paradoja práctica el cual esta reflejado en este versículo. Un verdadero santo puede decirlo en un momento de pasión, pero es mejor que el pecador no lo haga un principio.” (Wuest)
Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.
a. Hallo esta ley: que el mal está en mí: Cualquiera que haya intentado hacer bien esta consciente de esta lucha. Nunca sabemos que tan difícil es el detenernos de pecar hasta que lo intentemos. “Ningún hombre sabe que tan malo es hasta que él intente ser bueno.” (C.S. Lewis)
b. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios: Pablo sabe que su verdadero hombre interior tiene un deleiteen la ley de Dios. Él entiende que el impulso del pecado viene de otra ley en mis miembros. Pablo sabe que el “verdadero yo” es aquel que se deleitaen la ley de Dios.
i. El viejo hombre no es el verdadero Pablo; el viejo hombre esta muerto. La carne no es el verdadero Pablo; la carne esta destinada a morir y ser resucitada. El nuevo hombre es el verdadero Pablo; ahora el reto de Pablo es vivir como Dios le a hecho.
ii. Hay un debate entre los Cristianos en que si Pablo era un Cristiano durante la experiencia que él describe. Algunos ven a su lucha con el pecado y creen que debió de ser antes de que él haya nacido de nuevo. Otros creen que él es un Cristiano que batalla con el pecado. En un sentido, esta es una pregunta irrelevante, pues esta es la batalla que cualquiera enfrenta cuando intenta obedecer a Dios en sus propias fuerzas. Esto es algo que un Cristiano puede hacer, pero algo que un No Cristiano puede únicamente hacer.
iii. Morris al citar a Griffith Thomas: “El punto de los pasajes es que describe a un hombre que esta tratando ser bueno y santo por sus propias fuerzas, el cual es golpeado por el poder del pecado que mora en él; y esto se refiere a cualquiera, a regenerados y no regenerados.”
c. Que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros: El pecado es capaz de librar batalla dentro de Pablo y ganar debido a que no hay poder en él mismo, otro que el propio, para detenerse de pecar. Pablo queda atrapado en la impotencia de intentar librar una batalla con el pecado en la fuerza de uno mismo.
¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?
a. ¡Miserable de mí! La antigua palabra Griega para miserable es más literalmente, “Miserable a través del agotamiento de un trabajo duro.” Pablo esta completamente agotado y es miserable debido a su esfuerzo sin éxito de tratar de agradar a Dios bajo el principio de la Ley.
i. “Vale la pena el tener en mente que los grandes santos a través de la historia no dicen comúnmente, “¡Qué bueno soy! En lugar de eso, ellos son aptos para llorar su pecaminosidad.” (Morris)
ii. El legalismo siempre trae a una persona cara a cara con su propia miseria, y si continúan en el legalismo, ellos reaccionaran de uno u otra forma. Ellos negarán su miseria y se convertirán en Fariseos autosuficientes, o se desesperarán debido a su miseria y se rendirán de seguir a Dios.
b. ¡Miserable de mí! Todo el tono de la declaración muestra que Pablo esta desesperado por liberación. Él esta abrumado con un sentido de su propia impotencia y pecaminosidad. Debemos de llegar al mismo lugar de desesperación para encontrar victoria.
i. Tú deseo debe de ir más allá de una esperanza vaga para ser mejor. Debes de clamar en contra de ti mismo y debes de clamar hacia Dios con la misma desesperación que hizo Pablo.
c. Quien me librará: La perspectiva de Pablo finalmente se vuelve hacia algo (en realidad, hacia alguien) fuera de él mismo. Pablo se a referido a él mismo unas 40 veces desde Romanos 7:13. En el hoyo de la lucha sin Éxito de Pablo en contra del pecado, él se volvió enteramente a enfocarse y obsesionarse en si mismo. Este es el lugar de cualquier creyente que vive bajo la ley, el cual se ve a si mismo y ve su desempeño personal en lugar de ver primero a Jesús.
i. Las palabras “Quien me librará” muestra que Pablo se ha rendido consigo mismo, y pide “¿Quien me librará?” En lugar de decir “¿Cómo me he de librar?”
ii. “No es la voz de uno que esta desanimado o dudando, sino de aquel que jadeando y anhelando liberación.” (Poole)
d. ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? Cuando Pablo describe este cuerpo de muerte, algunos comentaristas ven una referencia a los antiguos reyes que atormentaban a sus prisioneros al encadenarlos a cuerpos en descomposición. Pablo anhelo ser liberado de aquel miserable cuerpo de muerte encadenado en él.
i. “Era la costumbre de los tiranos de antaño, cuando deseaban poner a los hombres en los castigos más terribles, el atar a un cuerpo muerto con ellos, poniéndolos espalda con espalda; y allí estaba el hombre vivo, con un cuerpo muerto atado muy cerca de él, descomponiéndose, pudriéndose, corrompiéndose, y esto él debía de arrastrar a cualquier lugar que él fuera. Ahora, esto es lo que el Cristiano debe de hacer. Él tiene dentro de él la nueva vida; él tiene un principio viviente y que no muere el cual el Espíritu Santo ha puesto en él, pero él siente que cada día él debe de arrastrar junto con él este cuerpo muerto, este cuerpo de muerte, una cosa repugnante, y horrible, tan abominable para su nueva vida, como una carcaza muerta y apestosa lo sería para un hombre vivo.” (Spurgeon)
ii. Otros ven una referencia al pecado en general, como Murray: “Cuerpo ha sido tomado como medios de masa y cuerpo de muerte como toda la masa de pecado. Por lo tanto, lo que Pablo desea ser librado de su pecado en todos sus aspectos y consecuencias.”
iii. “Por el cuerpo de muerte él quiere decir toda la masa de pecado, o aquellos ingrediente del cual todo el hombre esta compuesto; excepto de que en él quedaron sólo reliquias, por los lazos cautivos de los cuales él estaba tenido.” (Calvino)
Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.
a. Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro: Finalmente, Pablo mira afuera de si mismo y ve a Jesús. Tan pronto como él ve a Jesús, él tiene algo por lo cual dar gracias a Dios – y le da gracias a Dios por Jesucristo Señor nuestro.
i. Por significa que Pablo ve a Jesús parado entre él mismo y Dios, siendo el puente del hoyo y proveyendo el camino a Dios. Señor significa que Pablo ha puesto a Jesús en el lugar correcto – como Señor y amo de su vida.
b. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado: Él reconoce el estado de la lucha, pero da gracias a Dios por la victoria en Jesús. Pablo no pretende que al ver a Jesús se llevará las luchas – Jesús obra por nosotros, no en lugar de nosotros en la batalla en contra del pecado.
i. La gloriosa verdad permanece: ¡hay victoria en Jesús! Jesús no vino y murió sólo para darnos más y mejores reglas, sino para vivir la victoria por aquellos que creen. El mensaje del evangelio es que hay victoria sobre el pecado, odio, muerte, y toda maldad mientras rendimos nuestras vidas a Jesús y le dejamos a Él que viva la victoria por nosotros.
ii. Calvino llama a Romanos 7:25: “Un corto epílogo, en el cual él nos enseña que el fiel nunca alcanza la meta de justicia mientras ellos vivan en la carne, pero que ellos están corriendo su curso, hasta que entreguen el cuerpo.”
c. Pablo muestra que a pesar que la ley es gloriosa y buena, no nos puede salvar – y necesitamos un Salvador. Pablo nunca encontró paz, y alabanza a Dios hasta que él buscó fuera de si mismo y más allá de la ley a su Salvador, Cristo Jesús.
i. Tú pensabas que el problema era que no sabías que hacer para salvarte a ti mismo – pero él vino como un maestro, y te enseñó todo lo que se debía hacer y que tú no podías hacer. No necesitas a un maestro, necesitas a un Salvador.
ii. Tú pensabas que el problema era que no tenías la suficiente motivación, pero la ley llegó como un entrenador para darte ánimo en lo que debías hacer pero aún así no lo hiciste. No necesitas a un entrenador o a alguien que te motive, necesitas a un Salvador.
iii. Tú pensabas que el problema era de que no te conocías bien a ti mismo – pero la ley llegó como un doctor y diagnosticó de una manera perfecta tú problema de pecado. No necesitas a un doctor, necesitas a un Salvador.
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