“En toda la Biblia es difícil el encontrar otro capítulo el cual pueda igualar este texto triunfal.” (Martin Luther)
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
a. Justificados, pues, por la fe: Hasta este punto en el Libro de los Romanos, Pablo nos ha convencido de que el único modo de salvación es el ser justificado por gracia, por medio de la fe. Ahora él nos dirá cuales son los beneficios prácticos, diciéndonos que es más que una idea interesante.
i. Justificados … por la fe habla de un decreto legal. Romanos 1:18-3:20 nos encuentra culpables delante de las cortes de la ley de Dios, la gloria de Dios, y de nuestra propia consciencia. Entonces Pablo nos explica como, debido a lo que Jesús hizo por nosotros, la justicia de Dios es dada a todo aquel que cree. La sentencia de culpa es transformada en una sentencia de justificación, y justificados … por la fe.
b. Primero, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. Debido a que el precio a sido pagado enteramente por la obra de Jesús en la cruz, la justicia de Dios hacia nosotros es eternamente satisfecha.
i. Esta no es la paz de Dios de la cual se habla en otros lugares (como en Filipenses 4:7). Esta es una paz con Dios; la batalla entre Dios y nosotros ha acabado – y Él ganó, ganándonos a nosotros. Algunos ni sabían que no tenían paz con Dios, pero eran como conductores que ignoraban las luces rojas del carro de policía en su espejo retrovisor – ellos están en problemas aún cuando no lo sepan, y muy pronto se les atrapará.
ii. Esta paz solamente puede llegar por medio de nuestro Señor Jesucristo. Él y Su obra es todo nuestro fundamento de paz. De hecho, Jesús es nuestra paz. (Efesios 2:14)
iii. Recuerden que la Biblia no dice de que tenemos paz con el diablo, paz con el mundo, paz con la carne, o paz con el pecado. La vida aún sigue siendo una batalla para el Cristiano, pero ya no es una batalla en contra de Dios, es el pelear por Él. Algunos Cristianos son tentados a creer que la batalla en contra de Dios era casi un mejor lugar para estar, y esto es una mentira peligrosa y condenable.
iv. “Estoy encantado de saber que el pecado es un aguijón hacia ti, y de que lo odias. El mayor odio al pecado lo mejor. Una alma que odia el pecado es un alma que ama a Dios. Si el pecado nunca te angustia, entonces Dios nunca te ha favorecido.” (Spurgeon)
c. A esta gracia en la cual estamos firmes: Segundo, tenemos una gracia que es firme – en el favor inmerecido de Dios. Esta gracia es dada por medio de Jesús y es ganada por medio de la fe.
i. Gracia (el favor inmerecido de Dios hacia nosotros) no es solamente el medio por el cual nosotros somos salvos, es también una descripción de nuestra posición actual delante de Dios. No es solamente el primer principio de la vida Cristiana, es también el principio que continua de la vida Cristiana. “Estamos firmes traduce un tiempo perfecto, usado en el sentido presente, y con el pensamiento de una actitud que continua.” (Morris)
ii. Muchos Cristianos empiezan en la gracia, pero luego piensan de que ellos pueden seguir a la perfección y madurez al tratar a Dios en el principio de la ley – en la idea de ganar y merecer. Pablo habla en contra de este punto en Gálatas 3:2-3 y Gálatas 5:1-4.
iii. Una gracia firme nos asegura: la actitud presente de Dios hacia el creyente en Cristo Jesús es aquella del favor, al verlos en términos de alegría, belleza y placer. Él no solamente nos ama; le agradamos a Él debido a que estamos en Jesús.
iv. El estar firmes en gracia significa que:
· Yo no tengo que probar que soy digno del amor de Dios
· Dios es mi amigo
· La puerta de acceso esta permanentemente abierta a Él
· Yo soy libre de la “hoja de cuentas” – la cuenta a sido arreglada en Jesús
· Yo paso más tiempo alabando a Dios y menos tiempo odiándome a mi mismo.
v. “Los antiguos rebeldes no son solamente perdonados al remitir su castigo pendiente; ellos son traídos a un lugar de alto favor con Dios – esta gracia, en la cual estamos firmes.” (Bruce)
vi. La Actitud Apropiada de un Hombre bajo la Gracia (William Newell)
· El creer, y el consentimiento de ser amado mientras no lo merece, es el gran secreto.
· El rehusarse a hacer “resoluciones” y “votos”; pues eso es confiar en la carne
· El esperar el ser bendecido, a pesar de caer en cuenta de una falta mayor de dignidad
· El testificar de la bondad de Dios, en todo tiempo
· El estar certero del favor futuro de Dios; pero el ser aun más sensible en la consciencia hacia Él
· El confiar en la mano purificadora de Dios como una marca de Su bondad
· Un hombre bajo gracia, si como Pablo, no tiene cargas en cuanto a él mismo; pero muchas en cuanto a los demás
d. Por quien también tenemos entrada por la fe: Nuestra entrada a esta gracia firme es sólo por fe, y por medio de Jesús; no podemos llegar nosotros mismos a este lugar firme. La entrada no es solamente a una gracia firme, pero a los mismos atrios del cielo. Esta es una bendición que va más allá de una paz con Dios. “Uno puede estar reconciliado con su príncipe, pero aún no ser traído a su presencia.” (Poole)
i. Morris en entrada: “La idea es la de la introducirse a la sala de audiencia de un monarca. La entrada de presentación es insuficiente, ya que deja de vista el hecho de que no llegamos en nuestra propia fuerza, pero que necesitamos alguien que nos “introduzca” – Cristo.”
ii. Wuest cita a Thayer en cuanto a entrada: “Esa amistosa revelación con Dios por la cual somos aceptable a Él y tenemos la seguridad de que Él esta favorablemente dispuesta hacia nosotros.”
e. Tenemos entrada: El tiempo perfecto del verbo tenerentrada también indica de que esta es una posición, una posesión permanente. Debido a que nuestra posición esta basada en la gracia, nosotros verdaderamente podemos estar firmes y tener paz, porque sabemos que nuestra entrada es una posesión permanente. No puede ser quitada en un tiempo futuro.
i. “Y esta entrada a Dios, o introducción a la presencia Divina, debe ser considerada como un privilegio permanente. No somos traídos a Dios con el propósito de una entrevista, sino el permanecer con él; para ser parte de su casa; y por fe, el poder ver su rostro, y caminar a la luz de su semblante.” (Clarke)
f. La conclusión lógica para tal paz y tal firmeza en la gracia significa que nosotros podemos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Cuando nos relacionamos con Dios en el principio de las obras, cualquier regocijo es presuntuoso, y cualquier gloria imaginaria va hacia nosotros, no hacia Dios.
i. Gloriamos es la palabra que normalmente se traduce a jactancia; esto significa “una confianza triunfante y con júbilo.” (Morris)
ii. Esperanza nunca implica una incertidumbre para Pablo. J.B. Philipps traduce esperanza como ciertamente feliz.
g. Otra vez, todo esto únicamente tiene sentido Justificados … por la fe. Si no somos justificados por la gracia a través de la fe, entonces no tenemos paz con Dios, y no tenemos una posición presente de la gracia.
h. “¡Ay!, ¡cuantos pocos creyentes tienen el coraje de la fe! Cuando algún santo aquí o allá empieza a creer en los hechos y camina gritando libertad, nosotros decimos (quizás en secreto), ‘Él debe ser un hombre especialmente santo y consagrado.’ ¡No, él es solamente un pobre pecador como tú, quien esta creyendo en la abundancia de la gracia!” (Newell)
Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza;
a. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones: Pablo anticipa la acusación de que él esta construyendo “castillos en el aire,” que la gloria del Cristiano únicamente aplica para esa dulce adiós. Pablo responde, “Yo sé que tenemos muchas tribulacionesahora, pero nosotros nos gloriamos en estas también.”
i. Pablo no esta simplemente hilando tópicos espirituales. Primero, él utiliza palabras fuertes. Tribulación es un “término fuerte”. No se refiere a inconvenientes menores, pero a dificultades reales” (Morris). Segundo, Pablo vivió una vida llena de tribulación. Si esto es cierto, entonces Pablo lo sabía mejor que nadie.
b. sabiendo que la tribulación produce paciencia: Nos podemos gloriar en tribulaciones (literalmente, presión) porque estás son las ocasiones para producir paciencia (perseverancia).
i. Un corredor debe de ser presionado para que gane perseverancia. Los marineros deben de ir a la mar. Los soldados salir a la batalla. Para el Cristiano, la tribulación es únicamente parte de la vida Cristiana. No deberíamos de desear o esperar una vida Cristiana libre de tribulaciones, especialmente debido a que:
· Dios usa las tribulaciones de una forma maravillosa en nuestras vidas
· Dios sabe cuanta tribulación podemos soportar, y Él cuidadosamente mide la tribulación que enfrentamos
· Aquellos que no son Cristianos también enfrentan tribulaciones
ii. “Un hombre Cristiano debe estar dispuesto a ser probado; él debiera de estar complacido el dejar que su religión sea puesta a prueba. ‘Allí’, dice él, ‘da de martillazos si deseas.’ ¿Quieres ser llevado al cielo en una cama de plumas?” (Spurgeon)
iii. “Yo he escuchado a personas que aconsejan a otras en contra de orar por paciencia debido a que Dios enviará entonces tribulaciones. Si esa es la manera en la cual la paciencia llega entonces, ‘Dios, trae los problemas.’ ¡Yo necesito paciencia!” (Smith)
iv. “En cualquier virtud que la tribulación nos encuentre, esta se desarrolla más plenamente. Si alguno es carnal, débil, ciego, malvado, irascible, arrogante, y mucho más, la tribulación le hará más carnal, débil, ciego, malvado e irritable. Por otra parte, si uno es espiritual, fuerte, sabio, piadoso, gentil y humilde, él se hará más espiritual, poderoso, sabio, piadoso, gentil y humilde.” (Martin Luther)
v. “‘Tribulación obra paciencia,’ dice el apóstol. Naturalmente no es así. La tribulación obra impaciencia, e impaciencia falla los frutos de la experiencia, y se amarga en la desesperación. Pregúntale a muchos que han enterrado a un hijo querido, o que han perdido sus bienes, o han sufrido el dolor del cuerpo, y ellos te dirán que el resultado natural de la aflicción es el producir irritación en contra de la providencia, rebelión en contra de Dios, el hacer preguntas, el no creer, irritabilidad, y, ¡todo tipo de males! ¡Pero que alteración tan maravillosa toma a lugar cuando el corazón es renovado por el Espíritu Santo!” (Spurgeon)
c. Paciencia, prueba; y la prueba, esperanza: Esta es la cadena dorada del crecimiento y madurez Cristiano. Una virtud se edifica sobre la otra mientras crecemos en el patrón de Jesús.
i. La mayoría de los Cristianos quieren desarrollar prueba y tener más esperanza. Estás cualidades brotan de la paciencia, la cual viene de la tribulación. Podríamos desear el tener mejor carácter y más esperanza sin empezar con la tribulación, pero ese no es el plan y patrón de Dios.
ii. Yo preferiría que Dios solamente rociara paciencia y prueba y esperanza en mi mientras yo duermo. ¡Podría despertar como un mejor Cristiano! Pero ese no es el plan de Dios para mi ni para ningún otro Cristiano.
iii. Por lo tanto nosotros decimos – sobriamente, reverentemente – decimos sobre la tribulación, “Señor, tráela. Yo sé que me amas y que cuidadosamente mides cada prueba y tienes un propósito de amor para cumplir en cada tribulación. Señor, yo no buscaré las pruebas y saldré a buscar las tribulaciones, pero yo no las despreciaré o perderé la esperanza cuando estas lleguen. Yo confío en Tu amor en todo lo que Tú permites.”
y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
a. La esperanza no avergüenza: La esperanza de la cual es edificada por la tribulación en nosotros no es una esperanza que avergüenza. Nosotros tenemos la seguridad de esto debido a que Dios a mostrados Su intención para completar Su obra en nosotros – lo demuestra con el amor de Dios … derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
b. Cada Cristiano debiera de saber lo que es el tener el amor de Dios … derramado en nuestros corazones – el tener una consciencia íntima del amor de Dios por nosotros.
i. El argumento lógico de Pablo en Romanos son devastadores pero el Libro de Romanos no carece de emociones o experiencias de pasión con Dios. Pablo quiere que nosotros tengamos los pensamientos correctos sobre Dios, pero él también quiere que tengamos la experiencia correcta con Dios – el amor de Dios … derramado en nuestros corazones.
ii. El amor de Dios no se nos da a cuenta gotas, es derramado en nuestros corazones. Algunos Cristianos viven como si solamente hubiera un goteo pero Dios quiere que nosotros sepamos ese derramamiento de Su amor.
c. Este amor es nuestro por el Espíritu Santo que nos fue dado. Una falta de conocimiento del amor de Dios puede a menudo ser acreditado a una falla de ser constantemente lleno con el Espíritu Santo y el caminar en el Espíritu.
i. “El amor de Dios es como luz al ojo ciego hasta que el Espíritu Santo abre ese ojo … ahora esté el Espíritu Santo aquí con cada uno de nosotros, para cubrir enteramente nuestros corazones con el amor de Dios.” (Spurgeon)
ii. Cada quien que es un Cristiano tiene el Espíritu Santo (Romanos 8:9). Pero no todos los Cristianos viven en la plenitud del Espíritu Santo (Efesios 5:18), y no todos los Cristianos caminan en el Espíritu Santo (Romanos 8:4-5).
Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
a. Cuando aún éramos débiles: Pablo describe la grandeza del amor de Dios. Es una amor dado a los inmerecedores, a aquellos que son débiles, a los impíos, a los pecadores. Esto enfatiza el hecho de que las razones de amor de Dios se encuentran en Él, no en nosotros.
i. ¿Quiénes son estas personas? ¿Quiénes son los impíos y malvados por los cuales murió Jesús? Pablo se pasó los primeros dos capítulos y medio del Libro de los Romanos diciéndonos quienes son todas estas personas.
b. Cristo … a su tiempo murió por los impíos: Dios envió al Hijo al tiempo propicio, a su tiempo. Pudo parecer tarde para algunos, pero la obra de Jesús fue hecha en el tiempo perfecto del plan de Dios: Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo. (Gálatas 4:4)
i. El mundo estaba preparado espiritualmente, económicamente, lingüísticamente, políticamente, filosóficamente y geográficamente para la venida de Jesús y la propagación del Evangelio. “La Escritura en cualquier parte habla de una cierta temporada u hora asignada para la muerte de Cristo: vea Mateo 26:45; Juan 8:20; Juan 12:27; Juan 17:1.” (Poole)
ii. A su tiempo también tiene el significado de que Jesús murió a su tiempo por nosotros. Él murió cuando nosotros éramos pecadores en necesidad de un Salvador. Su tiempo fue justo para nosotros.
c. Cristo … murió por los impíos: Pablo mencionó la idea de un sacrificio substituto con la palabra propiciación en Romanos 3:25. Aquí, él vuelve a tocar el punto al decir que Cristo … murió por los impíos. La antigua palabra Griega por es la palabra huper, la cual significa “por el bien de, o en lugar de, o en nombre de.”
i. Otros lugares en donde huper es usada en el Nuevo Testamento nos ayuda a entender esto. En Juan 11:50, nosotros leemos: ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por [huper] el pueblo. Gálatas 3:13 dice, Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por [huper] nosotros maldición.
ii. Por lo tanto, para decir genuinamente “Jesús murió por mi”, también debes de decir, “Yo no tengo las fuerzas para salvarme a mi mismo. Yo soy impío. Yo soy un pecador.” Jesús murió para salvar y transformar a estos.
iii. “Tu dirás, ‘Oh, Yo soy uno de los peores en el mundo.’ Cristo murió por el peor del mundo. ‘Oh, pero yo no tengo el poder para ser mejor.’ Cristo murió por aquellos que estaban sin fuerzas. ‘Oh, pero mi caso se condena a si mismo.’ Cristo murió por aquellos que estaban legalmente condenados. ‘Ay, pero mi caso no tiene esperanza.’ Cristo murió por los que no tienen esperanza. Él es la esperanza del que no tiene esperanza. Él es el salvador, no por aquellos que están parcialmente perdidos, pero por los que están enteramente perdidos.” (Spurgeon)
iv. “Si Cristo murió por los impíos, este hecho deja a los impíos sin excusa si ellos no vienen a él, y creen en él para salvación. Si hubiera sido de otra manera ellos pudieran haber dicho, ‘No somos aptos para venir,’ Pero son impíos, y Cristo murió por los impíos, ¿por qué no por ti?” (Spurgeon)
d. Apenas morirá alguno por un justo: El amor de Dios es un amor que va más allá aún del mejor tipo de amor de entre los humanos. Un buen hombre podría morir un martirio noble por el “buen tipo” de persona – tal como un justo o el bueno. Pero Jesús murió por aquellos que no eran justos ni buenos.
i. ¿Hay una diferencia entre el hombre justo y el hombre bueno en la mente de Pablo? La diferencia en Romanos 5:7 parece ser que el hombre justo es sólo aquel – justo en su vida personal pero que carece por sentimientos hacia los demás. El hombre bueno en contraste va más allá del otro hombre al ser también amable y benevolente.
e. Mas Dios muestra su amor: ¿Cómo muestra la muerte del Hijo el amor del Padre? Porque fue más difícil para el Padre enviar a Su único Hijo, y debido a que Dios [el Padre[ estaba en Cristo, reconciliando al mundo a Si mismo. (2 Corintios 5:19)
i. “Sería fácil el ver a la cruz como la muestra de la indiferencia de Dios, un Dios que deja que el inocente Jesús sea tomado por hombres malvados, torturado y crucificado mientras él no hizo nada … Al menos que haya un sentido en el cual el Padre y Cristo sean uno, no es el amor de Dios lo que muestra la cruz.” (Morris)
ii. La obra de Jesús en la cruz por nosotros es la prueba definitiva de Dios de Su amor por ti. Él pudiera dar pruebas adicionales, pero Él no puede dar una prueba más grande. Si la cruz es la prueba definitiva del amor de Dios, es también la prueba definitiva del odio del hombre. También prueba que la altura del odio del hombre no puede derrotar la altura del amor de Dios.
iii. La demostración del amor de Dios no es tanto en que Jesús murió, sino por quien murió Jesús – pecadores inmerecedores y los rebeldes en contra de Él.
Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.
a. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira: Si somos justificados por la obra de Jesús, podremos estar seguros de que también por él seremos salvos de la ira. Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres (Romanos 1:18) fue puesta en Jesús como un sustituto en lugar del creyente.
i. Por naturaleza, algunos de manera preliminar, están inclinados a estas grandes promesas de Dios “con mucho menos” que a ellos mismos. Dios quiere que se vea simple y claro: Pues mucho más es el amor y la bondad de Dios dada a nosotros y conmucho más para que podamos tener confianza en Él.
ii. Salvos de la ira: ¿La ira de quien? La ira justa de Dios. Es cierto que debemos ser salvados de este mundo, de la carne y el diablo, pero más que todo, debemos ser rescatados de la ira justa de Dios.
iii. John Trapp en pues mucho más: “Es una obra mayor de parte de Dios el traer a los hombres a la gracia, entonces, al estar en el lugar de la gracia, el traerles gloria; debido a que el pecado esta mucho más distante de la gracia de lo que la gracia esta de la gloria.”
b. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios: Si Dios mostró tal dramático amor hacia nosotros cuando éramosenemigos, ¡piensa en las bendiciones que nosotros disfrutaremos una vez que hallamos sido reconciliados con Dios! ¡Si Dios hace todo esto por Sus enemigos, cuanto más hará Él por Sus amigos!
i. Wuest, citando a Alford: “No solamente tiene el hombre reconciliado la confianza de que él escapará la ira de Dios, pero tiene una confianza triunfante – una esperanza de gozo en Dios.”
c. Mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida: Esta reconciliación no solamente es útil cuando morimos; también toca nuestra vida ahora mismo. Dios para siempre a terminado el tratar a los creyentes con el fundamento de la ira. Él les puede castigar como un Padre amoroso, pero no en castigo o pago por sus pecados. El castigo siempre provee una corrección amorosa y guía.
d. Por él seremos salvos de la ira … fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo … nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación: El punto se enfatiza claramente. Lo que importa es lo que tenemos por Jesús. Lo que tenemos por nuestras propias obras no importa y no puede ayudarnos. Todo es por Jesús.
Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.
a. Como el pecado entró en el mundo por un hombre: El Apóstol Pablo tuvo a Génesis 3 en su totalidad, como históricamente cierto. De acuerdo con Pablo (y Jesús, como Él dice en Mateo 19:4-6), Adán y Eva eran personas reales y lo que hicieron tiene, hasta nuestros días, un efecto duradero.
i. Es importante el entender que la historia de Adán y Eva no es un pasaje opcional para ser aceptado o rechazado, o para hacer una alegoría. De acuerdo con el tema de Pablo aquí en Romanos 5, tú no puedes quitar Génesis 3 sin llevarte los principios puestos como fundamento para nuestra salvación.
ii. “Para Pablo, Adán era más que un individuo histórico, el primer hombre; él también era lo que su nombre significa en Hebreo – ‘humanidad’. El todo de la humanidad es vista como haber existido primero en Adán.” (Bruce)
b. El pecado entró en el mundo por un hombre: Pablo no prueba esto, él simplemente lo acepta como cierto de Génesis 3, el pecado entro en el mundo por Adán. Significativamente, Adán es responsable de la caída, no Eva. Eva fue engañada cuando ella pecó pero Adán pecó con un conocimiento pleno. (1 Timoteo 2:14)
c. Y por el pecado la muerte: La muerte entró en el mundo y pasó a todos los hombres como resultado del pecado de Adán. Dios prometió a Adán, en el día que tú comas de ella, ciertamente morirás (Génesis 2:17). El principio de la muerte fue introducido en el mundo cuando Adán pecó y a reinado en la tierra desde entonces. Cada tumba es una evidencia muda de la propagación y reinado del pecado desde el tiempo de Adán.
d. Así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron: Ya que el pecado y la muerte están conectados, podemos saber que todos los hombres son pecadores – debido a que todos están propensos a la muerte. Un hombre sin pecado no esta sujeto a la muerte, pero ya que cada persona esta sujeta a la muerte – aún el bebé más pequeño – prueba que todos[la humanidad] pecaronen Adán.
i. Esto suena raro a nuestros oídos individuales, pero Pablo claramente enseña que todos pecaron “en” Adán. Adán es el padre común de cada persona en esta tierra; cada humano que ha vivido estaba “en” el mapa genético de Adán. Por lo tanto, toda la humanidad en realidad pecó en Adán.
ii. “Todos pecaron en este caso significa que ‘todos pecaron en Adán’; el pecado de Adán es el pecado de todos.” (Morris)
iii. Los humanos son mortales – sujetos a la muerte – aún antes de que ellos mismos cometan pecado. Ya que la muerte es el resultado del pecado, esto muestra que somos hechos pecadores por el pecado de Adán, no por nuestro propio pecado personal.
iv. A nosotros no podría gustarnos el hecho de que somos hechos pecadores por la obra de otro hombre. Podríamos protestar y decir, “Yo quiero pararme en mis propios pies, y no ser hecho un pecador debido a la obra de otro hombre.” Sin embargo, es justo el ser hecho justo por la obra de otro hombre si solamente somos hechos pecadores por la obra de otro hombre. Si no somos hechos pecadores por Adán, entonces no es justo el ser hechos justos en Jesús.
e. Todos los hombres: Esta verdad nos pone incomodos, pero aún es la verdad. El bebé más pequeño es un pecador, sujeto a la muerte. David entendió esto cuando él escribió, He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre. (Salmos 51:5).
i. Nosotros también podemos saber de que hemos nacido pecadores por otras razones. Primero, piensen como nosotros nunca tenemos que enseñar a los niños ser malos – ellos lo aprenden eso por su propia cuenta, con el viejo Adán dando las lecciones.
ii. Si los bebés son pecadores, ¿eso significa que ellos van al infierno? No necesariamente. Primero, sabemos que los hijos de creyentes son santificados por la presencia de un padre creyente (1 Corintios 7:14). Segundo, David tenía la seguridad de que su bebé lo encontraría en el cielo (2 Samuel 12:23). Finalmente, sabemos que al final de todo, Dios juzgará al mundo entero, hará bien (Génesis 18:25).
iii. Si hay niños de padres no creyentes en el cielo, es importante el entender que no es debido a que ellos son inocentes. Como hijos e hijas del culpable Adán, cada uno de nosotros nace culpable también. Si tales niños van al cielo, no es debido a que son inocentes que merecen ir al cielo, pero debido a la rico misericordia de Dios, la cual a sido extendida a ellos también.
Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado. No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir.
a. Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado: Sabemos que la raíz de todo es que somos hechos pecadores debido a Adán y no debido a que nosotros mismos rompemos la ley. Sabemos esto porque el pecado y la muerte estaban en el mundo antes de que la Ley fuera dada.
i. La ley llegó tarde para prevenir el pecado y la muerte y es muy débil para salvar del pecado y la muerte.
b. No obstante, reinó la muerte: La total, reino sin misericordia de la muerte – aún antes de que la ley fuera dada en el tiempo de Moisés – prueba que el hombre estaba bajo pecado antes de la ley. Reinó la muerte … aun en los que no pecaron de la misma manera que Adán lo hizo, mostrando que el principio del pecado estaba obrando en cada humano.
c. Adán, el cual es figura del que había de venir: Pablo presenta a Adán como una figura – un tipo, una representación – de Jesús. Ambos, Adán y Jesús, eran hombres completamente sin pecado desde el principio, y ambos hicieron cosas que repercutieron a toda la humanidad.
Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo. Y con el don no sucede como en el caso de aquel uno que pecó; porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para justificación. Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.
a. Pero el don no fue como la transgresión: Adán dio una transgresión que tuvo consecuencias para toda la raza humana – como resultado de la transgresión de Adán murieron los muchos. Jesús da el don que tiene consecuencias para toda la raza humana, pero de una manera diferente. A través del don de Jesús, la gracia … de Dios … abundaron … para los muchos. La obra de Adán trajo muerte pero la obra de Jesús trae gracia.
b. Pablo describe el resultado de la transgresión de Adán: murieron muchos; juicio, para condenación, y reinó la muerte sobre el hombre. Él también describe el resultado del don de Jesús: abundaron mucho más para los muchos la gracia, justificación (debido a que muchas transgresiones fueron puestas en Jesús), recibiendo abundancia de la gracia y el don de justicia, y reinarán en vida.
i. “Él no esta diciendo que la muerte reina sobre nosotros debido a que todos hemos pecado; él esta diciendo que la muerte reina sobre nosotros debido a que Adán pecó.” (Morris)
c. Reinó la muerte … reinarán … la justicia: Podríamos decir que Adán y Jesús eran reyes, cada cual instituyó un reino. Bajo Adán reinó la muerte. Bajo Jesús, podemos reinaren vida por uno solo, Jesucristo.
i. Es asombroso el pensar como en totalidad la muerte ha reinado bajo Adán. Cada persona que nace muere – el porcentaje de mortandad es del 100%. Ninguno sobrevive. Cuando nace un bebé, no es una cuestión si el bebé va a vivir o morir – ellos ciertamente morirán; la única pregunta es cuándo. Pensamos que este mundo es la tierra de los vivos, pero en realidad es la tierra de los que morirán, y los miles de millones de cuerpos humanos enterrados en la tierra a través de los siglos prueban esto. Pero Pablo dice que el reino de vida por medio de Jesús es mucho más cierto. ¡El reino de vida por Jesús en el creyente es máscierto que la muerte o los impuestos!
Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida.
a. la transgresión de uno … la justicia de uno: De este pasaje, Adán y Jesús son en veces conocidos como losdos hombres. Entre ellos representan a toda la humanidad, y todos son identificados, ya sea, en Adán o Jesús. Nosotros hemos nacido identificados con Adán; pero podemos nacerotra vez en la identificación con Jesús.
i. La idea de Adán y Jesús como dos representantes de la raza humana es en veces llamada la Teología Federal o Adán y Jesús en veces son referidos como las Cabezas Federales. Esto es debido a que, bajo el sistema de gobierno federal, los representantes son elegidos y los representantes hablan por el pueblo que lo ha elegido. Adán habla por aquellos que él representa, y Jesús habla por Su pueblo.
ii. De nuevo, alguno pudiera objetar: “Pero yo nunca elegí a Adán como mi representante.” ¡Claro que lo hiciste! Tú te identificas a ti mismo con Adán con el primer pecado que has cometido. Es absolutamente cierto de que hemos nacidos en una identificación con Adán, pero también lo elegimos con nuestros actos individuales de pecado.
b. Vino la condenación … vino a todos los hombres la justificación: El resultado de esta elección – elegir a Adán o Jesús – significa todo. Si elegimos a Adán hemos de recibir juicio y condenación. Si elegimos a Jesús nosotros recibimos el don de gracia de Dios y justificación.
c. Vino a todos los hombres: ¿Esto significa que todos los hombres son justificados por la justicia? Sin hacer una elección personal, toda persona recibió la maldición de la transgresión de Adán. ¿Es, por lo tanto, cierto de que cada persona, aparte de su elección personal, recibirá los beneficios de la obediencia de Jesús? Para nada. Primero, Pablo lo pone en claro de que el don no fue como la transgresión – estos no son idénticos en su resultado o aplicación. Segundo, hace tres versículos Pablo llama a la obra de Jesús un don, y él nunca utiliza esas palabras para aplicarla a la obra de Adán. Es simplemente la naturaleza de un don el cual debe ser recibido por fe. Finalmente, Pablo claramente enseña a través del Nuevo Testamento de que no todos son salvos.
i. ¿En qué sentido entonces llego el don a todos los hombres? Vino en el sentido de que el don fue presentado, pero no necesariamente recibido.
ii. La idea de que todos los hombres son hechos salvos por la obra de Jesús sin importar que lo sepan o no es conocida como universalismo. “Si la doctrina del universalismo estuviera siendo enseñada aquí, Pablo se hubiera estado contradiciendo a él mismo, pues él ya había puesto la imagen del hombre como alguien que perece debido al pecado.” (Harrison)
Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.
a. La desobediencia de Adán hace a la humanidad pecadores. La obediencia de Jesús hace a los muchos justos. Cada representante comunica el efecto de su obra a sus “seguidores”.
b. Muchos fueron constituidos pecadores: Pablo vuelve a enfatizar el punto. En la raíz, todos fueron constituidos pecadores por la obra de Adán. Por su puesto, nosotros elegimos a Adán cuando nosotros personalmente pecamos. Pero el principio permanece, puesto que otros hombre nos constituyópecadores, entonces podemos ser constituidos justos por la obra de otro hombre.
i. Esta es la única manera para que la obra de Jesús nos pueda beneficiar en cualquier manera. Si cada hombre debiera de estar firme por sí solo, sin la representación de Adán o Jesús, entonces todos pereceríamos. Ninguno sería salvo, ya que todos pecamos y estamos destituidos de la gloria de Dios. Solamente una persona sin pecado que actúe por parte nuestra nos puede salvar, y es justo para Él el actuar por nuestra cuenta debido a que otro hombre nos puso en el desorden actuando por nuestra cuenta.
ii. Si yo robara un banco y fuera pronunciado culpable por un juez, que pasaría si mi amigo llegara ante el juez y dijera: “Su señoría, yo amo a mi amigo tanto de que yo quiero pasar el tiempo en la cárcel en su lugar. Yo quiero ponerme en su lugar y recibir el castigo que él merece.” El juez respondería, “Tonterías, no te castigaremos por su crimen. Eso no sería justo. Él hizo el crimen, así que él debe de pagar la pena.” Solamente sería justo de que otra persona pagara la pena si yo fuera culpable por la obra de otra persona.
iii. La persona que dice, “Yo no quiero ser representado por Adán o Jesús; yo me quiero representar a mí mismo” no entiende dos cosas. Primero, ellos no saben que no depende de nosotros. Nosotros no hicimos las reglas, Dios las hizo. Debemos de lidiar sencillamente con ello. Segundo, ellos no entienden que nuestra justicia personal ante Dios es como trapos inmundos (Isaías 64:6). Para Dios, nuestra justicia personal es una imitación ofensiva; así que el pararte por tu cuenta va a garantizar tú condenación.
Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase;
a. Pablo nos ha mostrado que la ley no nos justifica. Ahora nos muestra que en si misma, la ley ni siquiera nos hace pecadores – Adán hizo eso. ¿Entonces para qué sirve la ley? ¿Qué bien hace? ¿Es que fue el dar la ley un intento fallido de Dios? No. Hay un propósito claro para la ley, y parte de ellos es para que el pecado abundase. La ley hace que los pecados del hombre sean más claros y grandes al contrastarlos claramente con el estándar santo de Dios.
i. Las imperfecciones en una piedra preciosa abundan cuando es contrastada con una piedra perfecta, o cuando se pone en contraste con un fondo. La ley perfecta de Dios expone nuestras fallas, y hace que nuestro pecado abunde.
b. Hay otra manera en la que la ley hace que el pecado abunde. Debido a lo pecaminoso de mi corazón, cuando yo veo una linea dibujada, yo quiero cruzarla. En este sentido, la ley hace que el pecado abunde, debido a que traza muchas lineas claras entre el bien y el mal el cual mi corazón pecaminoso quiere romper. Por lo tanto, la ley hace que peque más – pero no debido a que haya algo malo con la ley, sólo porque hay algo profundamente malo en la condición humana.
mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.
a. Si el pecado abundó bajo la ley, entonces sobreabundó la gracia bajo Jesús. La frase abundo mucho más, se traduce a sobreabundó. ¡Dios hace que Su gracia sobreabunde sobre el pecado abundante!
i. Debiéramos de haber esperado que donde el pecado abundó, la ira o juicio de Dios debiera de sobreabundar. Pero el amor de Dios es tan sorprendente que sobreabundó la gracia en donde nosotros debimos de haber esperado la ira.
ii. Si la gracia sobreabunda sobre el pecado, entonces sabemos que es imposible el ganar con pecado a la gracia de Dios. No podemos pecar más de lo que Dios puede perdonar, pero podemos rechazar Su gracia y perdón.
b. Como Pablo lo declaró antes, el pecado reinó en muerte. Pero la gracia también reina. El reino de la gracia esta marcada por justicia y vida eterna y es mediante Jesús.
i. La gracia reina por la justicia. Muchas personas tienen la idea de que en donde reina la gracia habrá una indiferencia por la justicia, y una actitud casual hacia el pecado. Pero eso no es el reino de gracia. Pablo escribió en otra carta lo que la gracia nos enseña: Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, (Tito 2:11-12). La gracia reino por la justicia, y la gracia nos enseña justicia.
ii. La gracia reina para vida eterna. La gracia de Dios nos da algo, y nos lleva a un lado. Nos da mucho más que una vida duradera en el sentido de que nunca terminará. Vida eterna tiene la idea de una calidad de vida presente, la calidad de vida de Dios, dada a nosotros ahora mismo – no simplemente cuando muramos.
iii. La gracia reina mediante Jesús. Hay un Rey en el reino en donde la gracia reina, y ese Rey es Jesús. Una vida de gracia se trata de Jesús y de otros, y no sobre mi. Una vida de gracia no busca lo suyo porque entiende que este favor inmerecido de Dios es dada aparte de una razón en si misma. Todas las razones están en Jesús; ninguna de las razones están en mi mismo. La gracia no reina por si misma, sino mediante Jesús.
c. Así también la gracia reine por la justicia: Donde sea que la gracia gobierne, el estándar de justicia de Dios será respetado. El temor del legalista es que el reino de la gracia proveerá a los corazones malvados con una licencia para pecar, pero la Escritura no comparte ese temor. La gracia no se acomoda al pecado, la enfrenta de lleno y va por encima del pecado para conquistarlo. La gracia no guiña a la injusticia, confronta al pecado con la unción de la cruz y la victoria de la tumba vacía.
i. La gracia no es amigo del pecado; es su enemigo jurado. “Como lo caliente es opuesto al frío, y la luz a la oscuridad, así la gracia es opuesta al pecado. El fuego y agua también pueden estar de acuerdo con el mismo barco que la gracia y el pecado en el mismo corazón.” (Thomas Benton Brooks)
ii. En el clásico de John Bunyan El progreso del peregrino, un personaje maravilloso es el Sr. Honesto. Él era un viajero que andaba por el camino, y vio entre muchos a compañeros peregrinos, algunos de los cuales salieron con fuerza y voluntad pero que se regresaban. Él vio a otros que caían al comenzar pero que terminaban de una manera fina. Algunos empezaban llenos de fe, pero terminaban en duda, pero otros llegaban con una seguridad mayor en conjunto con los peregrinos del camino. El Sr. Honesto en verdad sabía mucho de este peregrinaje que llamamos Cristianismo, y él sumó todo este conocimiento en sus últimas palabras:
“El Sr. Honesto llamó a sus amigos, y les dijo, ‘Yo muero, pero no haré ningún testamento. Ya que mi honestidad irá conmigo’ … Cuando el día que él había de partir llegó, él se señaló que iría sobre el río. Ahora el río en esos tiempos se desbordaba de sus bancos en algunos lugares, pero el Sr. Honesto en su vida entera había hablado con uno [llamado] Buena Conciencia para encontrarlo allí, el cual él también hizo, y le dio una mano, y le ayudó a cruzar. Las últimas palabras del Sr. Honesto fueron, ‘¡La gracia Reina! Así que él dejó el mundo.”
©2016 David Guzik – No se permite la distribución más allá del uso personal sin autorización.
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