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David Guzik :: Números 18 – Leyes relativas a los sacerdotes y Levitas

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Números 18 – Leyes relativas a los sacerdotes y Levitas

A. Responsabilidades de los sacerdotes y de los Levitas.

1. (Números 18:1) Los sacerdotes son responsables por el santuario y el sacerdocio.


Jehová dijo a Aarón: Tú y tus hijos, y la casa de tu padre contigo, llevaréis el pecado del santuario; y tú y tus hijos contigo llevaréis el pecado de vuestro sacerdocio.

a. Tú y tus hijos, y la casa de tu padre contigo: Los sacerdotes – que es, Aarón, sus hijos, y sus descendientes – llevaréis el pecado del santuario, y el sacerdocio. Ellos eran responsables ante Dios.

b. Llevaréis el pecado: Este es el otro lado de la prerrogativa de Aarón como el sacerdote escogido de Dios, demostrado con el florecimiento de la vara en el capítulo 17. Moisés tenía autoridad de Dios; pero él también tenía responsabilidad.

i. Dios nunca da autoridad sin responsabilidad; los dos siempre van juntos. Sí Dios le da a alguien el liderazgo y espera a los otros someterse a ellos en Su orden, Dios también tiene una responsabilidad especial para esa persona.

2. (Números 18:2-7) Los levitas son los ayudantes escogidos de Dios para los sacerdotes en su ministerio en el altar y tabernáculo.


Y a tus hermanos también, la tribu de Leví, la tribu de tu padre, haz que se acerquen a ti y se junten contigo, y te servirán; y tú y tus hijos contigo serviréis delante del tabernáculo del testimonio. Y guardarán lo que tú órdenes, y el cargo de todo el tabernáculo; mas no se acercaran a los utensilios santos ni al altar, para que no mueran ellos y vosotros. Se juntarán, pues, contigo, y tendrán el cargo del tabernáculo de reunión en todo el servicio del tabernáculo; ningún extraño se ha de acercar a vosotros. Y tendréis el cuidado del santuario, y el cuidado del altar, para que no venga más la ira sobre los hijos de Israel. Porque he aquí, yo he tomado a vuestros hermanos los levitas de entre los hijos de Israel, dados a vosotros en don de Jehová, para que sirvan en el ministerio del tabernáculo de reunión. Mas tú y tus hijos contigo guardaréis en vuestro sacerdocio en todo lo relacionado con el altar, y del velo adentro, y ministraréis. Yo os he dado en don el servicio de vuestro sacerdocio; y el extraño que se acercare, morirá.

a. A tus hermanos también, la tribu de Leví: Aarón mismo era de la tribu de Leví. Mientras que sólo a él y sus descendientes se les fue dado el sacerdocio, toda la tribu de Leví tenía un llamado especial de ayudar a Aarón y los sacerdotes.

b. Haz que se acerquen a ti y se junten contigo, y te servirán: Los Levitas estaban para apoyar personas para el ministerio de los sacerdotes. Ellos nos tenían la posición destacada, pero eran importantes por su servicio detrás de escenas.

c. Mas no se acercarán a los utensilios santos ni al altar: Los levitas no tenían permitido hacer lo que los sacerdotes hacían. En la misma manera, el Nuevo Testamento dice que todos nosotros somos “partes” diferentes del cuerpo, cada uno con dones particulares y llamados (1 Corintios 12:4-7).

B. Los privilegios de los sacerdotes y los Levitas.

1. (Números 18:8-20) El primogénito y las porciones consagradas pertenecen al sacerdote.


Dijo más Jehová a Aarón: He aquí yo te he dado también el cuidado de mis ofrendas; todas las cosas consagradas de los hijos de Israel te he dado por razón de la unción, y a tus hijos, por estatuto perpetuo. Esto será tuyo de la ofrenda de las cosas santas, reservadas del fuego; toda ofrenda de ellos, todo presente suyo, y toda expiación por el pecado de ellos, y toda expiación por la culpa de ellos, que me han de presentar, será cosa muy santa para ti y para tus hijos. En el santuario la comerás; todo varón comerá de ella; cosa santa será para ti. Esto también será tuyo: la ofrenda elevada de sus dones, y todas las ofrendas mecidas de los hijos de Israel, he dado a ti y a tus hijos y a tus hijas contigo, por estatuto perpetuo; todo limpio en tu casa comerá de ellas. De aceite, de mosto y de trigo, todo lo más escogido, las primicias de ello, que presentarán a Jehová, para ti las he dado. Las primicias de todas las cosas de la tierra de ellos, las cuales traerán a Jehová, serán tuyas; todo limpio en tu casa comerá de ellas. Todo lo consagrado por voto en Israel será tuyo. Todo lo que abre matriz, de toda carne que ofrecerán a Jehová, así de hombres como de animales, será tuyo; pero harás que se redima el primogénito del hombre; también harás redimir el primogénito del animal inmundo. De un mes harás efectuar el rescate de ellos, conforme a tu estimación, por el precio de cinco siclos, conforme al siclo del santuario, que es de veinte geras. Mas el primogénito de vaca, el primogénito de oveja y el primogénito de cabra, no redimirás; santificados son; la sangre de ellos rociaras sobre el altar, y quemarás la grosura de ellos, ofrenda encendida en olor grato a Jehová. Y la carne de ellos será tuya; como el pecho de la ofrenda mecida y como la espaldilla derecha, será tuya. Todas las ofrendas elevadas de las cosas santas, que los hijos de Israel ofrecieren a Jehová, las he dado para ti, y para tus hijos y para tus hijos contigo, por estatuto perpetuo; pacto de sal perpetuo es delante de Jehová para ti y para tu descendencia contigo. Y Jehová dijo a Aarón: De la tierra de ellos no tendrás heredad, ni entre ellos tendrás parte. Yo soy tu parte y tu heredad en medio de los hijos de Israel.

a. He aquí yo te he dado también el cuidado de mis ofrendas: las ofrendaseran traídas a Dios como parte de la ofrenda de paz (Éxodo 29:28, Levítico 7:14), una ofrenda de una congregación Nazarea (Números 6:20), y de acción de gracias (Números 15:19-21). En las ofrendas, una porción elegible del animal (el pecho o muslo) era levantado o agitado delante del Señor.

i. Después, esa porción elegible de la carne era para el sacerdote y su familia, y era considerada santa – así que debía ser comida en el lugar santo.

b. Toda ofrenda de ellos: El sacerdote también recibía porciones de todo presente suyoy expiación por el pecadoy toda expiación por la culpa; regalos de aceite, mosto, y trigo, de las ofrendas de las primicias también se les debía dar a los sacerdotes. Así era como el sacerdocio era apoyado en Israel.

c. Todo lo que abre matriz; de toda carne: Cuando el primogénito era traído al tabernáculo, ya sea para ser dado o redimido con dinero, también pertenecía al sacerdote.

d. Las he dado para ti, y para tus hijos y para tus hijas contigo, por estatuto perpetuo: Todo esto le pertenecía a los sacerdotes, y era vitalmente importante que los hijos de Israel cumplieran su obligación de traer estas cosas – Dios lo llama pacto de sal perpetuo.

i. La sal habla de pureza, de preservación, y de gasto. Entonces, un pacto de sal es un pacto puro (la sal se mantiene como un compuesto químico puro), un pacto de sal es un pacto duradero (la sal hace que las cosas se conserven y duren), y un pacto de sal es un pacto valioso (la sal era cara).

ii. Spurgeon en el pacto de sal: “Entendiendo por ello que era un pacto inmutable e incorruptible, el cual duraría ya que la sal hace las cosas perdurar, para que no sea propenso a la putrefacción o corrupción.”

iii. Según la costumbre, un lazo de amistad era establecido a través de comer sal. Se decía que una vez que habías comida la sal de un hombre, eras su amigo de por vida.

e. De la tierra de ellos no tendrás heredad: Mientras los sacerdotes tenían el derecho de recibir mucho, él también fue privado de la tierra de ellos no tendrás heredad; a ellos no se les daría una porción permanente de tierra, porque Dios dijo Yo soy tu parte y tu heredad.

i. Qué lugar tan hermoso, para decir “¡El Señor es mi porción!” Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa; Tú sustentas mi suerte. (Salmos 16:5). Mi carne y mi corazón desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre. (Salmos 73:26). Clamé a ti, oh Jehová: Dije: Tú eres mi esperanza, y mi porción en la tierra de los vivientes (Salmos 142:5)

ii. Cuando Dios es nuestra porción, Él es nuestra herencia – nuestra esperanza, en quién confiamos para nuestro futuro. Estamos satisfechos en Él. Ya que todos nosotros somos un sacerdocio real (1 Pedro 2:9), todos tenemos al Señor para nuestra porción.

2. (Números 18:21-24) Diezmos dados a los Levitas.


Y he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo de reunión. Y no se acercarán más los hijos de Israel al tabernáculo de reunión, para que no lleven pecado por el cual mueran. Mas los levitas harán el servicio del tabernáculo de reunión, y ellos llevarán su iniquidad; estatuto perpetuo para vuestros descendientes; y no poseerán heredad entre los hijos de Israel. Porque a los levitas he dado por heredad los diezmos de los hijos de Israel, que ofrecerán a Jehová en ofrenda; por lo cual les he dicho: Entre los hijos de Israel no poseerán heredad.

a. Yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel: Dios ordeno que los diezmos (una dadiva del diez por ciento del ingreso personal) fueran dados a los Levitas para su apoyo. Los diezmos pertenecen a Dios (Él dice Yo he dado, así que son Suyos para dar), pero Él los da a los Levitas.

i. Cuando un Israelita no estaba dando su diezmo, ellos no le estaban robando al Levita – aunque el dinero terminaba con ellos. Le estaban robando a Dios (Malaquías 3:8-10), porque Dios recibía el diezmo del dador, y Él se lo daba al Levita.

ii. Algunos el día de hoy piensan que el diezmo, ya que era para apoyar a los Levitas (quiénes eran, en un sentido, trabajadores del gobierno en el antiguo Israel), está cubierto por impuestos gubernamentales el día de hoy, y que la dadiva de propia voluntad mencionada en el Antiguo Testamento responde al énfasis del Nuevo Testamento en dar. Podemos decir que el Nuevo Testamento en ninguna parte específicamente manda el diezmo, pero ciertamente habla de el en un enfoque positivo, si es hecho con el corazón correcto (Lucas 11:42).

iii. También es importante entender que diezmar no es un principio dependiente en la Ley Mosaica; como Hebreos 7:5-9 explica, el diezmo era practicado y honorado por Dios antes de la ley de Moisés.

iv. De lo que habla el Nuevo Testamento con gran claridad es del principio de dar; que dar debería ser regular, planificado, proporcional, y privado (1 Corintios 16:1-4); que debe ser generoso, dado libremente, y alegre (2 Corintios 9).

v. Desde que el Nuevo Testamente no enfatiza el diezmo, uno podría no ser estricto en eso por los cristianos (aunque algunos cristianos discuten contra el diezmo en base a interés personal); pero desde que dar debe ser proporcional, deberíamos estar dando algún porcentaje – y diez por ciento es un buen punto de referencia – ¡y punto de inicio! Para algunos el dar diez por ciento no es suficiente en absoluto; para otros, en su tiempo presente, cinco por ciento podría ser un paso masivo de fe.

vi. Sí nuestra pregunta es, “¿Qué tan poquito puedo dar y aún seguir siendo agradable a Dios?” nuestro corazón no está en el lugar correcto en lo absoluto. Deberíamos tener la actitud de un cristiano primerizo, que esencialmente dice: “No estamos bajo el diezmo – ¡podemos dar más!” El manejo de dar y financiero es un asunto espiritual, no sólo uno financiero (Lucas 16:11).

b. Por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio: Los diezmos también eran dados por Dios como un pago a los Levitas, no como regalos. Porque los Levitas se habían dedicado a sí mismos al servicio de Dios, al pueblo de Dios, y las cosas de Dios, estaba bien que ellos fueran apoyados por Dios – a través de los diezmos de los hijos de Israel.

i. Por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio significa que los Levitas tenían el “derecho” de esperar ser apoyados por medio del diezmo. Pablo presenta el mismo principio para ministerios del evangelio en el Nuevo Testamento (1 Corintios 9:7-14); Sin embargo también muestra que cuando es mejor para el evangelio, el derecho debe ser dispuesto a ser dejado por la gloria de Dios (1 Corintios 9:15).

ii. Como sea, una vez cada tres años, el diezmo era recolectado y distribuido no solo a los Levitas, sino también al pobre y necesitado entre Israel (Deuteronomio 14:28-29).

c. Los levitas harán el servicio del tabernáculo de reunión, y ellos llevarán su iniquidad: Esto muestra que los Levitas también tenían una responsabilidad especial. Si ellos serían apoyados a través del diezmo, ellos debían hacer el trabajo, y hacerlo con diligencia.

i. Hay probablemente pocas cosas peores que alguien apoyado por medio de regalos del pueblo de Dios y que sea flojo en su trabajo; sí un hombre está robando a su jefe por flojera, cuanto más un ministro del evangelio.

d. Entre los hijos de Israel no poseerán heredad: Igual que con los sacerdotes, era un intercambio. Los Levitas no tenían lo mejor de ambos mundos; ellos no tenían una herencia personal de tierra como las otras tribus tenían.

i. Aquellos que son apoyados por medio de la dadiva del pueblo de Dios deben esperar que ellos no tendrán lo mejor de ambos mundos; ellos no serán ricos en esta vida, sin embargo ellos deberían estar cómodos. Está mal para la congregación el mantener al pastor “humilde” por medio de la pobreza, así tan mal como para el pastor el estar usando los regalos del pueblo de Dios para vivir encima del pueblo de Dios.

3. (Números 18:25-32) El diezmo de los Levitas a los sacerdotes


Y hablo Jehová a Moisés, diciendo: Así hablarás a los levitas, y les dirás: Cuando toméis de los hijos de Israel los diezmos que os he dado de ellos por vuestra heredad, vosotros presentaréis de ellos en ofrenda mecida a Jehová el diezmo de los diezmos. Y se os contará vuestra ofrenda como grano de la era, y como producto del lagar. Así ofreceréis también vosotros ofrenda a Jehová de todos vuestros diezmos que recibáis de los hijos de Israel; y daréis de ellos la ofrenda de Jehová al sacerdote Aarón. De todos vuestros dones ofreceréis toda ofrenda a Jehová; de todo lo mejor de ellos ofreceréis la porción que ha de ser consagrada. Y les dirás: Cuando ofreciereis lo mejor de ellos, será contado a los levitas como producto de la era, y como producto del lagar. Y lo comeréis en cualquier lugar, vosotros y vuestras familias; pues es vuestra remuneración por vuestro ministerio en el tabernáculo de reunión. Y no llevaréis pecado por ello, cuando hubiereis ofrecido la mejor parte de él; y no contaminaréis las cosas santas de los hijos de Israel, y no moriréis.

a. El diezmo de los diezmos: Los mismos Levitas no estaba exentos de diezmar. Ellos también debían dar un diezmo (y de lo mejor de ellosdado como un diezmo) ofrenda a Jehová, y el Señor se lo daba a los sacerdotes.

i. Era importante para los Levitas aprender a ser dadores también; sólo porque ellos eran apoyados por medio de la dadiva del pueblo de Dios, no significaba que ellos no necesitaban dar. Todos nosotros debemos aprender cómo ser dadores, porque Dios es un dador, y estamos siendo transformados a la imagen de Jesús.

b. De todos vuestros dones ofreceréis toda ofrenda a Jehová: No se nos dice si los sacerdotes debían diezmar de lo que recibían; probablemente no lo hacían – porque lo que pertenecía a los sacerdotes era considerado santo, y no para ser usado por otros fuera de las familias sacerdotales.

i. Este capítulo claramente muestra que la obligación de los Israelitas de dar era mucho más que sólo el diezmo (la dadiva del diez por ciento); el Israelita también tenía que dar las primicias (Números 18:12) de toda su producción y el primogénito (Números 18:15) de sus rebaños y manadas, porciones de cada uno que iban a los sacerdotes y/o a los Levitas.

ii. El primogénito y las primicias eran dadivas “riesgosas”; tu tierra quizás no produzca mucho más, y tu vaca u oveja quizás no den a luz otra vez – sin embargo lo primero aun pertenecía a Dios, y era dado a los sacerdotes. Dios prometió bendecir esta dadiva de las primicias y primogénitos en fe: Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; Y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto. (Proverbios 3:9-10)

iii. Este no era el final de la dadiva requerida de Israel; también se les fue dicho dejar una porción de sus campos sin cosechar para que los pobres pudieran comer de aquellas porciones (Levítico 19:9-10), un sacrificio de la pascua era requerido de cada familia cada año (Éxodo 12:43-47), algunas veces un impuesto del templo era requerido (Nehemías 10:32-33), o un tributo especial (Números 32:28-29).

iv. Es difícil estimar exactamente que tanto ascendían las obligaciones de las primicias y los primogénitos; esto diferiría de familia en familia. Pero la real dadiva requerida de Israel iba más allá que el diez por ciento (el diezmo).

v. Algunos dicen que Deuteronomio 12:6 habla de otro diez por ciento dado (algunas veces llamado el “festival del diezmo”), pero en contexto Deuteronomio 12 sólo habla de donde llevar el diezmo, no mandando uno adicional de ser traído; otros han dicho que Deuteronomio 12:28-29 habla de otro diezmo (algunas veces llamado el “diezmo pobre”) que debía traerse cada tres años, pero desde que habla del diezmo, y desde que también va a los Levitas y no sólo al pobre, es mejor entender que este no es un diezmo adicional, sino un mandato que una vez cada tres años el diezmo también será disponible al pobre, no solo al Levita.

vi. Aparte de la dadiva requerida, a Israel se le pidió dar ofrenda de voluntad propia: Este capítulo habla de sacrificios dados de buena manera, de los cuales la ofrenda iba a los sacerdotes (Números 18:9-11).

vii. Este no era el final de las dadivas voluntarias de Israel; ellos también fueron pedidos de dar para proyectos especiales (como la construcción del tabernáculo, Éxodo 35:4-9), y dadivas de voluntad propia al pobre.

©2016 David Guzik – No distribuir más allá del uso personal sin permiso

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