David Guzik :: Números 9 – Manteniendo la pascua; La nube en el día y fuego por la noche

Números 9 – Manteniendo la pascua; La nube en el día y fuego por la noche

A. Manteniendo la pascua.

1. (Números 9:1-5) La primera pascua en el desierto.

Habló Jehová a Moisés en el desierto de Sinaí, en el segundo año de su salida de la tierra de Egipto, en el mes primero, diciendo: Los hijos de Israel celebrarán la pascua a su tiempo. El decimocuarto día de este mes, entre las dos tardes, la celebraréis a su tiempo; conforme a todos sus ritos y conforme a todas sus leyes la celebraréis. Y habló Moisés a los hijos de Israel para que celebrasen la pascua. Celebraron la pascua en el mes primero, a los catorce días del mes, entre las dos tardes, en el desierto de Sinaí; conforme a todas las cosas que mandó Jehová a Moisés, así hicieron los hijos de Israel.

a. Los hijos de Israel celebrarán la pascua a su tiempo: Israel celebro la pascua cuando salían de Egipto (Éxodo 12). La pascua aquí marco el primer año de su viaje fuera de la esclavitud y dentro de la Tierra Prometida.

b. Conforme a todos sus ritos y conforme a todas sus leyes la celebraréis: La pascua se suponía ser un recordatorio de Dios “pasando sobre” Israel en el juicio del primogénito en el Éxodo de Egipto.

i. La sangre del cordero, puesta en los postes de las puertas del hogar, sería visto por el ángel del juicio de Dios – y viendo la sangre, el ángel “pasaría sobre” y preservaría el hogar cubierto por la sangre. La pascua estaba destinada a ser un recordatorio continuo de esta ocasión de ser exentos del juicio, y de la liberación que le siguió en el Éxodo.

ii. Jesús cumplió el sacrificio de la pascua por Su muerte en la cruz (1 Corintios 5:7); la cobertura de su sangre causo el juicio de Dios “pasar sobre” nosotros. Somos mandados a continuamente recordar nuestra ocasión de ser exentos del juicio y la liberación que le sigue, al recordar el trabajo de Jesús en la cruz a través de la Santa Cena.

2. (Números 9:6-14) El caso del hombre inmundo: ¿Deberían mantener la pascua?

Pero hubo algunos que estaban inmundos a causa de muerto, y no pudieron celebrar la pascua aquel día; y vinieron delante de Moisés y delante de Aarón aquel día, y le dijeron aquellos hombres: Nosotros estamos inmundos por causa de muerto; ¿por qué seremos impedidos de ofrecer ofrenda a Jehová a su tiempo entre los hijos de Israel? Y Moisés les respondió: Esperad, y oiré lo que ordena Jehová acerca de vosotros. Y Jehová habló a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel, diciendo: cualquiera de vosotros, o de vuestros descendientes, que estuviere inmundo por causa de muerto o estuviere de viaje lejos, celebrará la pascua a Jehová. En el mes segundo, a los catorce días del mes, entre las dos tardes, la celebrarán; con panes sin levadura y hierbas amargas la comerán. No dejarán del animal sacrificado para la mañana, ni quebraran hueso de él; conforme a todos los ritos de la pascua la celebrarán. Mas el que estuviere limpio, y no estuviere de viaje, si dejare de celebrar la pascua, la tal persona será cortada de entre su pueblo; por cuanto no ofreció a su tiempo la ofrenda de Jehová, el tal hombre llevará su pecado. Y si morare con vosotros extranjero, y celebrare la pascua a Jehová, conforme al rito de la pascua y conforme a sus leyes la celebrará; un mismo rito tendréis, tanto el extranjero como el natural de la tierra.

a. Hubo algunos que estaban inmundos a causa de muerto, y no pudieron celebrar la pascua: En respuesta a este asunto, era determinado que el inmundo no debería ignorar el mantener la pascua. Ya que la pascua era un recordatorio e identificación con excepción de juicio y liberación, debería ser siempre recordada. Como sea, el inmundo debía esperar un mes y mantener la pascua en el mes segundo, a los catorce días del mes.

i. Estos probablemente no eran los únicos dos en Israel que se contaminaron a sí mismos en la pascua. Quizás otros que se volvieron inmundos no se presentaron porque lo vieron como una excusa para no participar. Ellos podrían tener un día libre sin ninguna obligación a Dios. Pero estos dos querían participar de la pascua, y son lo suficientemente audaces para preguntar a Moisés (y preguntar a Dios a través de Moisés) por una excepción del mandato anterior (como Levítico 7:20 y 22:3)

ii. Así, la provisión fue hecha para los inmundos para recordar la excepción de Dios del juicio y la liberación – y los inmundos necesitaban recordarlo aún más.

b. Mas el que estuviere limpio, y no estuviere de viaje: Como sea, aquellos entre Israel que fueran limpios y no de viaje deberían mantener la pascua o ser cortada de entre su pueblo. El castigo por no mantener la pascua era severo: El tal hombre llevará su pecado,en lugar de tenerlo asumido por el cordero de la pascua.

i. En el mismo patrón, nosotros debemos participar de Jesús, o cargar nuestro propio pecado. De cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros… El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. (Juan 6:53,56)

c. Y si morare con vosotros extranjero: Adicionalmente, no importaba de que línea de sangre o grupo étnico viniera la persona: incluso el extranjeropodía y debía participar en la pascua, o ser cortado del pueblo. Un judío con la línea de sangre más pura seria cortado sí descuidaba la pascua; el gentil más mestizo sería aceptado si participaba en la pascua de Dios.

d. Conforme al rito de la pascua y conforme a sus leyes la celebrará: Antes de que Israel pudiera entra a la Tierra Prometida, ellos debían recordar que los llevó ahí. Fue la excepción del juicio de Dios, y Su gloriosa, milagrosa liberación, y todos los flujos del trabajo de Jesús en la cruz.

B. La nube y el fuego guía Israel.

1. (Números 9:15) La presencia de Dios con Israel es demostrada por la nube y el fuego.

El día que el tabernáculo fue erigido, la nube cubrió el tabernáculo sobre la tienda del testimonio; y a la tarde había sobre el tabernáculo como una apariencia de fuego, hasta la mañana.

a. El día que el tabernáculo fue erigido: Cuando el tabernáculo fue originalmente construido (erigido), Dios lo bendijo mostrando Su presencia en forma de una nube en el día y el fuego por la noche (Éxodo 40:34-38)

b. La nube cubrió el tabernáculo: Esta nube de la gloria Shekinah de Dios fue evidente en diferentes tiempos en la historia de Israel; cuando Salomón construyó el templo, la nube de gloria lleno el templo (1 Reyes 8:10-11); pero cuando Israel apostató, y antes que el templo fuera destruido por los conquistadores babilónicos, la nube de gloria se apartó (Ezequiel 10:3-4, 18-19)

i. ¿Que sería peor – el nunca haber visto tan asombroso emblema visual de la presencia de Dios y gloria, o el haberlo visto – y después verlo apartarse? Es por esto que Dios apela tan modestamente a nuestros sentidos físicos con los emblemas de Su gloria; nosotros estaremos (tal vez con razón) devastados cuando el emblema ya no este.

ii. En 1992, algunos profetas dentro del movimiento Vineyard clamaban haber descubierto una evidencia sensorial de la presencia de Dios: Ellos decían que aprendieron que Dios huele como rosas o madreselva. Que haces entonces cuando el aroma se detiene – o tu hueles lo que ellos decían que olía el pecado, como azufre.

c. A la tarde había sobre el tabernáculo como una apariencia de fuego, hasta la mañana: Adicionalmente, esta era más que una prueba de la presencia de Dios. La nube en el día y el fuego por la noche fueron de hecho ayuda y consuelo para Israel. El fuego por la noche era obviamente un consuelo a Israel en el medio de un obscuro desierto, y la nube en el día sería una sombra para el calor del sol del desierto.

i. Porque fuiste fortaleza al pobre, fortaleza al menesteroso en su aflicción, refugio contra el turbión, sombra contra el calor (Isaías 25:4) Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te fatigara de día (Salmos 121:5). En el Señor, nosotros genuinamente la hemos ¡“hecho a la sombra”!

2. (Números 9:16-23) Dirección por la nube en el día y el fuego en la noche.

Así era continuamente: la nube lo cubría de día, y de noche la apariencia de fuego. Cuando se alzaba la nube del tabernáculo, los hijos de Israel partían; y en el lugar donde la nube paraba, allí acampaban los hijos de Israel. Al mandato de Jehová los hijos de Israel partían, y al mandato de Jehová acampaban; todos los días que la nube estaba sobre el tabernáculo, permanecían acampados. Cuando la nube se detenía sobre el tabernáculo muchos días, entonces los hijos de Israel guardaban la ordenanza de Jehová, y no partían. Y cuando la nube estaba encima del tabernáculo pocos días, al mandato de Jehová acampaban, y al mandato de Jehová partían. Y cuando la nube se detenía desde la tarde hasta la mañana, o cuando a la mañana la nube se levantaba, ellos partían; o sí había estado un día, y a la noche la nube se levantaba, entonces partían. O si dos días, o un mes, o un año, mientras la nube se detenía sobre el tabernáculo permaneciendo sobre él, los hijos de Israel seguían acampados, no se movían; mas cuando ella se alzaba, ellos partían. Al mandato de Jehová acampaban, y al mandato de Jehová partían, guardando la ordenanza de Jehová como Jehová lo había dicho por medio de Moisés.

a. Así era continuamente: A pesar que Israel había sido organizado y ordenado por Dios; a pesar que habían sido limpiados, y puestos aparte, y bendecidos, y se les había dado, y caminan en su sacerdocio, ellos todavía tenían que ser guiados por Dios en cada paso en el camino para llegar a la Tierra Prometida. Dios no había hecho todas estas cosas previas para hacerlos capaces de iniciar hacia la Tierra Prometida por ellos mismos, sino para tomar cada paso en constante dependencia en El.

b. Cuando se alzaba la nube del tabernáculo, los hijos de Israel partían: Entonces, cuando la nube se movía, Israel se movía; cuando la nube se quedaba, Israel se quedaba. Ellos solo iban a donde la presencia de Dios los guiaba, y ellos solo se quedaban donde la presencia de Dios se quedaba.

i. Los creyentes hoy deben, en la misma manera, ser guiados por la presencia de Dios; cuando Pablo dice Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones (Colosenses 3:15) él se refería la presencia de la paz de Dios debe ser un árbitro o juez en nuestros corazones.

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