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David Guzik :: Nehemías 9 – Israel confiesa su pecado

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Nehemías 9 – Israel confiesa su pecado

A. Una nación arrepentida se reúne.

1. (Nehemías 9:1) Una asamblea de humilde arrepentimiento.


El día veinticuatro del mismo mes se reunieron los hijos de Israel en ayuno, y con cilicio y tierra sobre sí.

a. Se reunieron los hijos de Israel: Después que el muro fue terminado, después de que el muro estaba funcionando, después de que el pueblo hubo escuchado y obedecido la Palabra de Dios, después de que el Espíritu Santo estaba haciendo una obra significativa en las vidas de las personas- ahora hay una escena de arrepentimiento dramático y humilde.

b. Se reunieron los hijos de Israel en ayuno: El ayuno mostró su bajo y humilde estado. Ellos se consideraron a sí mismos tan pobres delante de Dios que no tenían comida. También querían decir, “estamos tan afligidos por nuestro pecado que la comida no parece importante.”

c. Con cilicio: Esto era vestir una tela áspera, como un saco de yute. Una vez más, esto era para mostrar su completa pobreza de espíritu delante de Dios. También querían decir, “estamos tan afligidos por nuestro pecado, que las comodidades normales de la vida no tienen importancia.”

d. Y tierra sobre sí: Esto significó que tomaron pequeños puñados de tierra y los echaron sobre sus cabezas. Esto era también para mostrar su humilde estado delante de Dios, y decir “estamos tan afligidos por nuestro pecado que las comodidades normales de la vida no tienen importancia…”

i. Todo esto refleja una humilde actitud de corazón humillado no solo hacia Dios, sino también humilde hacia el hombre. Ellos hicieron esto públicamente, y otros los verían en este estado público.

ii. Seguramente hubo aquellos entre ellos que dijeron, “Yo no me humillaré uniéndome.” Otros han de haber dicho, “Yo lo haré solo para que otros puedan ver que yo también soy espiritual.” Pero hubo muchos, sino la mayoría, que vinieron a Dios con corazones humildes y realmente arrepentidos.

2. (Nehemías 9:2) Una asamblea para apartarse.


Y ya se había apartado la descendencia de Israel de todos los extranjeros; y estando en pie, confesaron sus pecados, y las iniquidades de sus padres.

a. Y ya se había apartado la descendencia de Israel de todos los extranjeros: Aquellos que eran de descendencia pura de Israel vinieron y confesaron el pecado de su nación; confesaron sus pecados, y las iniquidades de sus padres.

b. Confesaron sus pecados: Esto era importante. Tenían que darse cuenta y admitir su falta a los lineamientos de Dios.

i. ¿Cómo pecamos? La palabra pecado viene de la idea “errar al blanco.” En un torneo de tiro con arco, si uno no daba al blanco en el lugar indicado, ellos decían que habían “pecado.” Un pecado puede errar al blanco por una pulgada, o puede errar por diez pies- pero de cualquier forma seguía siendo un pecado. Pecamos cuando hacemos lo que Dios nos dijo que no hiciéramos (ya sea en su Palabra, en nuestra consciencia, o autoridad). No todos los pecados son los mismos, pero todo el pecado es pecado.

c. Y las iniquidades de sus padres: Esto también era importante, porque tenían que admitir que no solo eran pecadores, sino que venían de ancestros pecadores. Esto era especialmente importante en Israel, donde había una tradición de glorificar a sus antepasados.

i. Esto no significa que había una especie de “maldición generacional” que tenía que ser rota. Dios no castiga a los hijos por los pecados de los padres, y es malo decir que lo hace (Ezequiel 18). Sí reconocemos que aquellos criados en un ambiente de pecado pueden muy bien repetir eses mismos pecados, pero no porque deban– sino porque su entorno hizo que fuera una decisión fácil de tomar.

d. Estando en pie, confesaron sus pecados: No debe parecer extraño que después de semejantes victorias, tanto con la construcción como espiritualmente, hubiera un arrepentimiento tan humilde. Esto muestra que el arrepentimiento no es algo que terminamos una vez que venimos a Jesús. Es algo que crece conforme nos acercamos a Jesús.

i. “El arrepentimiento crece conforme crece la fe. No se confunda; el arrepentimiento no es algo de días y semanas, una penitencia temporal que superar lo más pronto posible. No, es la gracia de toda una vida, como la fe misma. El arrepentimiento es el inseparable compañero de la fe.” (Spurgeon)

ii. “Qué tan seguido el descubrimiento de algo nuevo en la belleza del Señor Jesús ha traído consigo el descubrimiento de alguna nueva corrupción en nuestros propios corazones.... Dios nunca plantará la semilla de su vida sobre el suelo de un espíritu duro e indómito. Él solo plantará esa semilla donde la convicción de su Espíritu ha traído quebrantamiento, donde la semilla ha sido regada con las lágrimas del arrepentimiento así como con las lágrimas del gozo.” (Redpath)

iii. Esta gran y humilde reunión del pueblo de Dios tomo lugar solo dos días después de la gozosa celebración de la Fiesta de los Tabernáculos. Se habían acercado a Dios, ¡Y ahora Él los estaba acercando aún más!

3. (Nehemías 9:3) Una asamblea para escuchar la Palabra de Dios y adorarle.


Y puestos de pie en su lugar, leyeron el libro de la ley de Jehová su Dios la cuarta parte del día, y la cuarta parte confesaron sus pecados y adoraron a Jehová su Dios.

a. Y puestos de pie en su lugar, leyeron el libro de la ley: El humilde arrepentimiento y confesión de pecado hubieran sido una obra incompleta sino hubiera sido por la lectura de la Palabra de Dios y la adoración. Dios no nos muestra nuestro pecado solo para que lo confesemos humildemente, sino para que podamos andar en lo que es correcto delante de él.

i. “A la luz del capítulo anterior podemos entender que la lectura no fue una mera secuencia de palabras, sino que conllevó comentarios explicativos y aplicaciones a la situación presente…” (Kidner).

b. Confesaron sus pecados y adoraron a Jehová su Dios: Estequebrantamiento de corazónlos ha llevado a venir humildemente delante de Dios y escuchar su Palabra. Un primer paso seguro para el avivamiento es el quebrantamiento de corazón.

B. La oración de arrepentimiento.

1. (Nehemías 9:4-5a) Los que dirigían a la congregación.


Luego se levantaron sobre la grada de los levitas, Jesúa, Bani, Cadmiel, Sebanías, Buni, Serebías, Bani y Quenani, y clamaron en voz alta a Jehová su Dios. Y dijeron los levitas Jesúa, Cadmiel, Bani, Hasabnías, Serebías, Hodías, Sebanías y Petaías

a. Y dijeron los levitas Jesúa, Cadmiel, Bani...: Esto menciona a los levitas y líderes reunidos para guiar al pueblo en su humilde confesión. No debería sorprendernos, o hacernos sentir como fracasos, si debemos ser guiados a confesión y arrepentimiento.

b. Luego se levantaron sobre la grada de los levitas… y clamaron en voz alta: Evidentemente, estos ocho hombres no hicieron la siguiente oración todos al mismo tiempo. Tal vez fue escrita y se turnaron, tal vez fue orada espontáneamente en sucesión, o tal vez (y según la tradición), Esdras hizo esta oración.

i. La siguiente oración se considera la oración más larga de la Biblia – y sin embargo solo toma seis minutos y medio decirla. La oración no necesita ser larga para ser gloriosa y efectiva.

2. (Nehemías 9:5b-6) Alabanza al Dios de toda la creación.


Levantaos, bendecid a Jehová vuestro Dios desde la eternidad hasta la eternidad; y bendígase el nombre tuyo, glorioso y alto sobre toda bendición y alabanza. Tú solo eres Jehová; tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos; y tú vivificas todas estas cosas, y los ejércitos de los cielos te adoran.

a. Tú hiciste los cielos: Después de animarlos a alabar, Esdras dio una razón para hacerlo – porque este es el gran Dios que lo hizo todo. Ver a la gloria de la creación de Dios nos da una razón para alabarlo, para humillarnos delante de Él, y para confiar en Él.

b. Los ejércitos de los cielos te adoran: Dios quiere que le alabemos, que nos humillemos delante de Él, y que confiemos en Él – pero nos da una buena razón para hacerlo. Algunas veces nosotros queremos nuestras propias razones, pero Dios nos da bastantes de sus propias razones.

3. (Nehemías 9:7-8) Alabanza al Dios que escogió a Abraham e hizo un pacto con él y sus descendientes.


Tú eres, oh Jehová, el Dios que escogiste a Abram, y lo sacaste de Ur de los caldeos, y le pusiste el nombre Abraham; y hallaste fiel su corazón delante de ti, e hiciste pacto con él para darle la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del jebuseo y del gergeseo, para darla a su descendencia; y cumpliste tu palabra, porque eres justo.

a. Y cumpliste tu palabra: Esto le dice a Dios, “Señor, Tú prometiste esta tierra a Abraham y a sus descendientes ¡y ahora aquí estamos! Tu promesa ciertamente es verdadera.”

4. (Nehemías 9:9-15) Alabanza al Dios que liberó a Israel de Egipto y les proveyó en el desierto.


Y miraste la aflicción de nuestros padres en Egipto, y oíste el clamor de ellos en el Mar Rojo; e hiciste señales y maravillas contra Faraón, contra todos sus siervos, y contra todo el pueblo de su tierra, porque sabías que habían procedido con soberbia contra ellos; y te hiciste nombre grande, como en este día. Dividiste el mar delante de ellos, y pasaron por medio de él en seco; y a sus perseguidores echaste en las profundidades, como una piedra en profundas aguas. Con columna de nube los guiaste de día, y con columna de fuego de noche, para alumbrarles el camino por donde habían de ir. Y sobre el monte de Sinaí descendiste, y hablaste con ellos desde el cielo, y les diste juicios rectos, leyes verdaderas, y estatutos y mandamientos buenos, y les ordenaste el día de reposo santo para ti, y por mano de Moisés tu siervo les prescribiste mandamientos, estatutos y la ley. Les diste pan del cielo en su hambre, y en su sed les sacaste aguas de la peña; y les dijiste que entrasen a poseer la tierra, por la cual alzaste tu mano y juraste que se la darías.

a. Y miraste la aflicción de nuestros padres en Egipto: Una segunda señal segura de avivamiento (que sigue al quebrantamiento del corazón) esla reflexión sobre la bondad de Dios. Cuando nuestro orgullo es expulsado, y nuestros corazones se humillan delante de Dios, podemos empezar a verlo por quién Él es – y cuando vemos eso, vemos cómo es Dios.

8. (Nehemías 9:16-17a) La pecadora respuesta del hombre hacia la bondad de Dios.


Mas ellos y nuestros padres fueron soberbios, y endurecieron su cerviz, y no escucharon tus mandamientos.No quisieron oír, ni se acordaron de tus maravillas que habías hecho con ellos; antes endurecieron su cerviz, y en su rebelión pensaron poner caudillo para volverse a su servidumbre

a. Mas ellos y nuestros padres: Esta era una respuesta terrible a las grandes y buenas obras de Dios para Israel. Dios había sido muy bueno con Israel, mas ellos y nuestros padres fueron soberbios. Nuestro pecado es suficientemente malo, pero considerar que pecamos contra un Dios que solo nos ha tratado bien es mucho, mucho peor.

c. Endurecieron su cerviz... no escucharon tus mandamientos... ni se acordaron de tus maravillas: Esta es una tercera señal segura de avivamiento – reconocimiento de nuestra propia pecaminosidad. Cuando buscamos humildemente a Dios, y vemos su bondad, no podemos evitar notar entonces nuestra propia pecaminosidad – la negrura de nuestro pecado resalta contra el resplandor de la pureza y la bondad de Dios.

9. (Nehemías 9:17b-21) La respuesta llena de gracia para el rebelde Israel.


Pero tú eres Dios que perdonas, clemente y piadoso, tardo para la ira, y grande en misericordia, porque no los abandonaste. Además, cuando hicieron para sí becerro de fundición y dijeron: Este es tu Dios que te hizo subir de Egipto; y cometieron grandes abominaciones, tú, con todo, por tus muchas misericordias no los abandonaste en el desierto. La columna de nube no se apartó de ellos de día, para guiarlos por el camino, ni de noche la columna de fuego, para alumbrarles el camino por el cual habían de ir. Y enviaste tu buen Espíritu para enseñarles, y no retiraste tu maná de su boca, y agua les diste para su sed. Los sustentaste cuarenta años en el desierto; de ninguna cosa tuvieron necesidad; sus vestidos no se envejecieron, ni se hincharon sus pies.

a. Pero tú eres Dios que perdonas, clemente y piadoso, tardo para la ira, y grande en misericordia, porque no los abandonaste: La respuesta llena de gracia de Dios hacia la rebelión de Israel fue gloriosa. Que perdonas es especialmente maravilloso, indicando que no hay nada que impida que Dios nos perdone, excepto nuestra propia negativa a venir a Él a través de Jesús. Él está listo para perdonar, si nosotros estamos dispuestos a recibirlo.

b. Además, cuando hicieron para sí becerro de fundición: Esta fue la respuesta de gracia de Dios a Israel – incluso después de que hicieron un becerro de oro y lo adoraron, aun así no los abandonó. Aun así siguió proveyendo la nube de día y el pilar de fuego por la noche, Él siguió guiándolos con su Espíritu, siguió alimentándolos y les dio agua. Todo esto junto no muestra qué tan especial era Israel, sino lo especial que es Dios.

c. Los sustentaste cuarenta años en el desierto: A menudo nos impresionamos con lo paciente que Dios es con el pecador; como de alguna forma refrena su terrible juicio contra esas personas que lo merecen tanto. Sin embargo parece que su paciencia hacia nosotros es aún más grande, los que hemos recibido mucho más de él, pero que seguimos actuando como lo hizo Israel.

i. “La misericordia de Dios con un pecador solo es igualada y tal vez sobrepasada por su paciencia para con sus santos, con usted y conmigo.” (Redpath)

1.. (22-31) El ciclo de la relación de Israel con Dios.


Y les diste reinos y pueblos, y los repartiste por distritos; y poseyeron la tierra de Sehón, la tierra del rey de Hesbón, y la tierra de Og rey de Basán. Multiplicaste sus hijos como las estrellas del cielo, y los llevaste a la tierra de la cual habías dicho a sus padres que habían de entrar a poseerla. Y los hijos vinieron y poseyeron la tierra, y humillaste delante de ellos a los moradores del país, a los cananeos, los cuales entregaste en su mano, y a sus reyes, y a los pueblos de la tierra, para que hiciesen de ellos como quisieran. Y tomaron ciudades fortificadas y tierra fértil, y heredaron casas llenas de todo bien, cisternas hechas, viñas y olivares, y muchos árboles frutales; comieron, se saciaron, y se deleitaron en tu gran bondad. Pero te provocaron a ira, y se rebelaron contra ti, y echaron tu ley tras sus espaldas, y mataron a tus profetas que protestaban contra ellos para convertirlos a ti, e hicieron grandes abominaciones. Entonces los entregaste en mano de sus enemigos, los cuales los afligieron. Pero en el tiempo de su tribulación clamaron a ti, y tú desde los cielos los oíste; y según tu gran misericordia les enviaste libertadores para que los salvasen de mano de sus enemigos. Pero una vez que tenían paz, volvían a hacer lo malo delante de ti, por lo cual los abandonaste en mano de sus enemigos que los dominaron; pero volvían y clamaban otra vez a ti, y tú desde los cielos los oías y según tus misericordias muchas veces los libraste. Les amonestaste a que se volviesen a tu ley; mas ellos se llenaron de soberbia, y no oyeron tus mandamientos, sino que pecaron contra tus juicios, los cuales si el hombre hiciere, en ellos vivirá; se rebelaron, endurecieron su cerviz, y no escucharon. Les soportaste por muchos años, y les testificaste con tu Espíritu por medio de tus profetas, pero no escucharon; por lo cual los entregaste en mano de los pueblos de la tierra. Mas por tus muchas misericordias no los consumiste, ni los desamparaste; porque eres Dios clemente y misericordioso.

a. Comieron, se saciaron, y se deleitaron en tu gran bondad: El ciclo inició con Dios mostrando su bondad hacia su pueblo (Y les diste reinos y pueblos) y con el pueblo de Dios siendo bendecido.

b. Pero te provocaron a ira, y se rebelaron contra ti: Luego, en el tiempo de comodidad y abundancia, el pueblo de Dios se alejó de Él.

c. Entonces los entregaste en mano de sus enemigos: Luego, Dios trae corrección – una “llamada de atención” para su pueblo.

d. Pero en el tiempo de su tribulación clamaron a ti, y tú desde los cielos los oíste... les enviaste libertadores: Como resultado, entonces el pueblo de Dios regresó a Él.

e. Pero una vez que tenían paz, volvían a hacer lo malo delante de ti: Entonces, bendecidos y satisfechos, el pueblo de Dios se alejaba de Él otra vez, y el ciclo continúa.

f. Mas por tus muchas misericordias no los consumiste, ni los desamparaste; porque eres Dios clemente y misericordioso: Conforme el ciclo continúa, los movimientos de cada ciclo se vuelven más y más profundos – pero Dios no cambia.

i. Algunas veces nos sentimos como si Dios se hubiera cansado de nosotros; que no podemos pedirle que nos perdone algo que nos ha perdonado ya muchas veces con anterioridad. Pero Dios nunca se cansa de nosotros, y nunca desprecia al corazón arrepentido.

8. (Nehemías 9:32-37) Una súplica a Dios por intervención.


Ahora pues, Dios nuestro, Dios grande, fuerte, temible, que guardas el pacto y la misericordia, no sea tenido en poco delante de ti todo el sufrimiento que ha alcanzado a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros sacerdotes, a nuestros profetas, a nuestros padres y a todo tu pueblo, desde los días de los reyes de Asiria hasta este día.Pero tú eres justo en todo lo que ha venido sobre nosotros; porque rectamente has hecho, mas nosotros hemos hecho lo malo.Nuestros reyes, nuestros príncipes, nuestros sacerdotes y nuestros padres no pusieron por obra tu ley, ni atendieron a tus mandamientos y a tus testimonios con que les amonestabas.Y ellos en su reino y en tu mucho bien que les diste, y en la tierra espaciosa y fértil que entregaste delante de ellos, no te sirvieron, ni se convirtieron de sus malas obras.He aquí que hoy somos siervos; henos aquí, siervos en la tierra que diste a nuestros padres para que comiesen su fruto y su bien.Y se multiplica su fruto para los reyes que has puesto sobre nosotros por nuestros pecados, quienes se enseñorean sobre nuestros cuerpos, y sobre nuestros ganados, conforme a su voluntad, y estamos en grande angustia.

a. Ahora pues, Dios nuestro, Dios grande, fuerte, temible, que guardas el pacto y la misericordia: Debido a quien Dios es, y debido a quienes ellos eran (rebeldes y malvados), necesitaban que Dios hiciera la obra en ellos de salvación de sus enemigos.

i. Israel, en ese momento, no era una nación independiente – era un provincia del imperio Persa, y estaban bajo pesados impuestos y obligaciones Persas. Ellos le piden a Dios que los libere una vez más de esta opresión.

b. Pero tú eres justo en todo lo que ha venido sobre nosotros: Esto da una buena descripción de lo que trata realmente una verdadera confesión. Esta reconoce que Dios está bien y que nosotros estamos mal (mas nosotros hemos hecho lo malo). La confesión es estar de acuerdo con Dios sobre ambas cosas.

i. “Es un momento tremendo en la vida de un Cristiano cuando éste puede levantar la vista al rostro de Dios y decir, ‘Sí, Señor, Tú estás bien y yo estoy equivocado,’ cuando él deja de discutir con Dios, y deja su controversia. Él dice, ‘Señor, sí. He recibido lo que merezco en esta situación. Tú estás bien; y yo estoy mal.’ Esa es la cosa por la que Dios ha estado trabajando en su vida y en la mía desde el momento de nuestra conversión.” (Redpath)

9. (Nehemías 9:38) Conclusión: un punto de decisión.


A causa, pues, de todo esto, nosotros hacemos fiel promesa, y la escribimos, firmada por nuestros príncipes, por nuestros levitas y por nuestros sacerdotes.

a. Nosotros hacemos fiel promesa: Israel necesitaba llegar hasta este lugar, donde sabiendo quién es Dios, y sabiendo quiénes eran ellos, hacen un pacto con Dios – incluso lo escriben – para comprometerse a sus caminos.

b. Nosotros hacemos fiel promesa, y la escribimos: La cuarta señal segura de avivamiento – después del quebrantamiento de corazón, después de la reflexión sobre la bondad de Dios, después del reconocimiento de la pecaminosidad, es una renovación de nuestra obediencia. Llegamos a un lugar de decisión, por lo que esta obra de Dios no es solamente una experiencia, sino algo que moldea nuestro futuro.

i. La obra de Dios en nosotros nos debe llevar a un lugar de decisión – donde quiere que decidamos por Él, y que dejemos algunas otras cosas. Si usted necesita un punto de decisión, Alan Redpath dio estas preguntas de autoevaluación, para dar una idea de cómo:

¿Qué sobre mi relación con los hombres?

¿Estoy consciente o inconscientemente creando la impresión que soy un mejor hombre de lo que realmente soy? ¿Existe la menor sospecha de hipocresía en mi vida? ¿Soy honesto en todas mis palabras y acciones?

¿Tiendo a exagerar?

¿Soy confiable? ¿Puedo ser confiado? ¿Transmito confidencialmente lo que se me dijo en confianza? ¿Refunfuño y me quejo en la iglesia?

¿Soy celoso, impuro, irritable, delicado, desconfiado? ¿Soy cohibido, autocompasivo, o auto-justificativo? ¿Soy orgulloso? ¿Le agradezco a Dios que no soy como otras personas? ¿Hay alguien a quien tema, o me desagrade, o critique o resienta? Y si sí ¿qué voy a hacer al respecto?

¿Qué sobre mi devoción a Dios?

¿Está viva la Biblia para mí? ¿Le doy tiempo para que me hable? ¿Me voy a dormir en tiempo y me levanto a tiempo? ¿Estoy disfrutando en la actualidad mi vida de oración? ¿La disfrute esta mañana? ¿Cuándo estoy involucrado en un problema en la vida, hablo sobre ello u oro por ello?

¿Estoy desobedeciendo a Dios en algo, o insistiendo en hacer algo sobre lo que mi conciencia se siente muy inquieta?

¿Cuándo fue la última vez que hable con alguien con el objetivo intentar ganarlo para Cristo? ¿Soy esclavo de libros, vestimenta, amigos, trabajo, o de lo que otros piensen? ¿Cómo empleo mi tiempo libre?

© 2016 David Guzik – No se permite la distribución más allá del uso personal sin autorización.

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