Cuando descendió Jesús del monte, le seguía mucha gente. Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.
a. Cuando descendió Jesús del monte, le seguía mucha gente: Los milagros de Jesús atrajeron mucho la atención; pero también lo hizo Su ministerio de enseñanza. Mateo demostró esto por medio de su mención de la mucha gente que lo siguió después de descender del Monte de las Bienaventuranzas.
i. Cuando comparamos los eventos de este capítulo con el registro de Marcos o Lucas, encontramos un orden y cronología diferentes. Carson, junto con otros, afirma que Mateo acomodó su material de acuerdo con los temas y tópicos, no de acuerdo con la cronología. “Mateo no pretende seguir nada más que un orden por temático, y la mayoría de sus indicadores de ‘tiempo’ están muy flojos.” (Carson)
ii. Recordamos un importante versículo fundamental del Evangelio de Mateo: Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. (Mateo 4:23). Mateo continuó diciéndonos acerca del ministerio de enseñanza de Jesús (Mateo 5-7); ahora él nos dice más acerca del ministerio de sanidad de Jesús, y cómo Sus obras confirmaron Sus palabras.
b. Y he aquí vino un leproso y se postró ante él: En el mundo antiguo, la lepra era una enfermedad terrible, destructiva – y aún lo es en algunas partes del mundo. La lepra antigua no tenía esperanza de mejorar, así que este leproso vino a Jesús con un gran sentido de necesidad y desesperación.
i. “La lepra puede comenzar con la pérdida de sensación en alguna parte del cuerpo; los nervios son afectados; los músculos se atrofian; los tendones se contraen al punto que las manos parecen garras. Después vienen ulceraciones de las manos y pies. Luego comienza la pérdida progresiva de los dedos de pies y manos, hasta que al final la mano o el pie completo se cae. La duración de ese tipo de lepra es algo así como veinte a treinta años. Es un tipo de muerte progresiva terrible en la cual un hombre muere por centímetros.” (Barclay)
ii. De acuerdo con la ley judía y sus costumbres, uno debía estar 6 pies (2 metros) lejos de un leproso. Si el viento estaba soplando proveniente de donde estaba el leproso, debían estar a 150 pies (45 metros) de distancia. La única cosa más contaminante que el contacto con un leproso era el contacto con un cadáver.
iii. “En la edad media, si un hombre se convertía en leproso, el sacerdote se ponía su estola y tomaba su crucifijo, y llevaba al hombre a la iglesia, y leía el servicio fúnebre sobre él. Para todo propósito humano el hombre estaba muerto.” (Barclay)
iv. Por todas estas razones, la condición de leproso es un modelo de pecado y sus efectos. Es una enfermedad contagiosa, debilitante que corrompe a su víctima y la hace esencialmente muerta en vida; y es que casi todo el mundo, sociedad y gente religiosa despreciaban a los leprosos. Rabinos despreciaban especialmente a los leprosos, y los miraban como gente bajo el juicio especial de Dios, inmerecedores de piedad o misericordia.
v. En tiempo de Jesús, los rabinos algunas veces se gloriaban acerca de que tan mal trataban a los leprosos. Uno presumió que él se rehusó a siquiera comprar un huevo en la calle donde vio a un leproso; otro se jactó de que le lanzó rocas a unos leprosos cuando los vio.
vi. Sin embargo, el leproso vino a Jesús por sí mismo y a pesar de muchos desánimos.
· Él sabía cuan terrible era su problema.
· Él sabía que otra gente renunció a él por tener una condición sin esperanza.
· Él no tenía a nadie que lo quisiera o pudiera llevarlo a Jesús.
· Él no tenía un ejemplo previo de Jesús sanando a un leproso para darle esperanza.
· Él no tenía la promesa de que Jesús lo sanaría.
· Él no tenía invitación de Jesús o sus discípulos.
· Él debió haberse sentido avergonzado y solo en la multitud.
c. Vino un leproso y se postró ante él: A pesar de su condición desesperada, este hombre no solo le rogó a Jesús – él también se postró ante él.
i. “El verbo en griego es proskenein, y esa palabra no se usa sino para adoración de los dioses; siempre describe los sentimientos y acciones de un hombres en la presencia de lo divino.” (Barclay)
ii. ¿Cómo adoró a Jesús el leproso?
· Él se postró ante Jesús viniendo a Él, honrándolo como el Único que podía suplir su necesidad que de otra forma sería imposible.
· Él se postró ante Jesús con su postura, probablemente inclinándose o arrodillándose delante de Jesús.
· Él se postró ante Jesús con la palabra “Señor,” honrándolo como señor y Dios.
· Él se postró ante Jesús con su humildad, no demandando, sino dejando su petición a la voluntad de Jesús.
· Él se postró ante Jesús con respeto del poder de Jesús, diciendo que todo lo que se necesitaba era la voluntad de Jesús, y él sería sanado.
· Él se postró ante Jesús con confianza de que Jesús podía hacerlo más que sano; Jesús podía hacerlo limpio.
iii. “El leproso rindió homenaje divino a Cristo; y si Jesús hubiera sido meramente un hombre bueno, y nada más, él hubiera rehusado la adoración con indignación santa.” (Spurgeon)
iv. “Aquellos que llaman a Jesús ‘Señor,’ y no lo adoran, están más enfermos que lo que estaba el enfermo.” (Spurgeon)
d. Señor, si quieres: El leproso no tenía duda acerca de la capacidad de Jesús para sanar. Su única pregunta era si Jesús quería sanar.
i. Él creyó en el poder de Jesús. Cuando un comandante sirio llamado Naamán fue afligido por lepra, él vino a Joram, el rey de Israel porque él escuchó que había un profeta en Israel que Dios usó para hacer cosas milagrosas. Cuando Naamán vino a Joram, Joram sabía que él no tenía poder para ayudarlo, y él dijo: “¿Soy yo Dios, que mate y dé vida, para que éste envíe a mí a que sane un hombre de su lepra?” (2 Reyes 5:7) La lepra era tan des animante en el mundo antiguo que el sanar a un leproso era comparado con levantar a los muertos; sin embargo, este leproso sabía que todo lo que Jesús necesitaba era querer.
ii. Aunque este leproso estaba seguro de que Jesús quería usar Su poder para el beneficio del leproso. “Los hombres creen más fácilmente en poder milagroso que en amor milagroso.” (Bruce)
e. Señor, si quieres, puedes limpiarme: Este leproso buscó más que sanidad. Él quería limpieza; no solo de su lepra, sino también de los terribles efectos en su vida y su alma.
i. Además, este es el primer lugar en el evangelio donde Jesús es llamado Señor. Este título que fue particularmente significativo a la luz del hecho de que la palabra señor era usada para traducir la palabra hebrea Yahveh, y Mateo escribió su evangelio a aquellos que estuvieran familiarizados con el contexto judío de esa palabra.
Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció.
a. Jesús extendió la mano y le tocó: Este fue un toque valiente y compasivo de Jesús. La idea es que el leproso mantuviera distancia de Jesús, pero Él extendió la mano y le tocó. Era en contra de la ley ceremonial tocar a un leproso, lo que hizo el toque aún más significativo para el hombre afligido. Por supuesto, tan pronto como Jesús lo tocó, ¡él ya no fue más un leproso!
i. Le tocó: Jesús no tenía que tocarlo para sanarlo. Él pudo haberlo sanado con una palabra o incluso un pensamiento. No obstante, Él sanó al leproso con un toque porque eso es lo que el leproso necesitaba.
ii. Jesús seguido varió la forma de sanar, y usualmente Él escogió una forma particular que sería significativa para la persona afligida.
iii. Marcos 1:41 dice cuando Jesús lo vio, teniendo misericordia de él. Ha pasado mucho tiempo desde que el leproso ha visto un rostro con compasión.
b. Quiero: La afirmación de Jesús quiero simplemente respondió la pregunta del hombre, y nos da un punto de partida para las veces que pensamos si Jesús quiere sanar. Deberíamos asumir que Jesús quiere sanar a menos que Él nos muestre algo distinto.
i. ¿Cómo podemos saber si Jesús quiere sanarnos? Asumiendo que Él quiere, pero escuchándolo si Él nos dice que Él no lo hace. Es así como pasó con el apóstol Pablo en 2 Corintios 12:7-10; parece que Pablo asumió que Jesús lo sanaría de su aguijón en la carne hasta que palabra vino a él de que Él no lo haría.
c. Y al instante su lepra desapareció: La vida anterior del leproso fue cambiada para siempre. Él no solo fue sanado, pero así como él lo pidió fue limpio. Jesús ha dicho recientemente, Pedid, y se os dará (Mateo 7:7). Esto fue ciertamente verdad para el ahora limpio anteriormente leproso.
i. Esta es la primera sanidad individual descrita en Mateo. Previamente, se nos dice del ministerio de sanidad de Jesús en un sentido general (Mateo 4:23-24), pero aquí en un caso específico.
Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; sino ve, muéstrate al sacerdote, y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para testimonio a ellos.
a. Mira, no lo digas a nadie: Jesús en ocasiones mandó que la gente callara acerca de sus sanidades o alguna obra milagrosa que Él había hecho por ellos. Él hizo esto porque Él quería mantener baja la emoción de las multitudes hasta el tiempo propio de Su revelación formal a Israel, la cual fue una fecha exacta como fue profetizado en Daniel 9.
i. Además, los milagros de Jesús no fueron calculados primeramente para hacerlo famoso o una celebridad (aunque ciertamente dieron testimonio de Su ministerio). Más aun, Jesús sanó para satisfacer las necesidades de individuos específicos y para demostrar el evidente poder del Mesías en el entorno de amor y cuidado por las necesidades personales de gente humilde.
ii. Por lo tanto, Jesús era cauteloso acerca de cómo las multitudes lo miraban y por qué lo seguían. “Este motivo de discreción …es mejor entendido como un reflejo de un peligro real que Jesús pudo alcanzar popularidad indeseada tan solo como un hacedor-de-milagros, o peor aún como un liberador nacionalista, y así fomentar un serio malentendido de la verdadera naturaleza de su misión.” (France)
iii. Marcos nos dice que el leproso no obedeció a Jesús y en su lugar él comenzó a publicarlo mucho (Marcos 1:44-45).
b. Muéstrate al sacerdote: Jesús ordenó al hombre dar testimonio a los sacerdotes, y ¡qué testimonio fue! La Ley mosaica prescribió sacrificios específicos para ser llevados a cabo por la sanidad de un leproso, y cuando el hombre se los reportó a los sacerdotes, ellos sin lugar a duda tuvieron que realizar ceremonias que fueron raramente (o nunca) hechas (Levítico 14).
i. Ir con el sacerdote también traería al ex leproso de vuelta a la sociedad. Jesús quería que la sanidad de la enfermedad del hombre tuviera el mayor beneficio posible.
ii. “La ofrenda era dos avecillas vivas, limpias, y madera de cedro, grana e hisopo, Levítico 14:4, las cuales debían ser traídas para su limpieza; y, después de limpio, dos corderos, una cordera, tres décimas de efa de flor de harina, y un log de aceite, Levítico 14:10; pero si la persona era pobre, entonces él debía traer un cordero, una décima de efa de flor de harina, y un log de aceite y dos tórtolas o dos palominos, Levítico 14:21, 22.” (Clarke)
Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole, y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado.
a. Entrando Jesús en Capernaum: Mateo 4:13 nos dice aquí es donde Jesús vivió; vino y habitó en Capernaum.
b. Vino a él un centurión: El centurión era obviamente un gentil, porque un centurión era un oficial del ejército romano. La mayoría de los judíos bajo la ocupación romana sentían una razón para odiar a este centurión, aunque él vino a un maestro judío por ayuda. Significativamente, él vino no por una razón egoísta, pero en nombre de su criado.
i. Cada vez que el Nuevo Testamento menciona un centurión (hay por lo menos siete), los presenta como hombres honorables y buenos.
ii. Este centurión tenía una actitud inusual hacia su esclavo. Bajo la ley romana un señor tenía el derecho de matar a su esclavo, y eso se esperaba si el esclavo se enfermaba o hería al punto de no poder trabajar más.
c. Rogándole: Esto muestra que el centurión no hizo una petición casual. Mateo lo describe como rogándole Jesús en nombre de su criado.
i. “Él busca una cura, pero no le prescribe al Señor cómo o dónde debe hacerlo; en efecto, él no pone su petición en palabras, sino ruega por el caso, y deja que la tristeza hable.” (Spurgeon)
Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré. Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará. Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace.
a. Yo iré y le sanaré: Jesús no dudó en ir a la casa del centurión, y la mitad deseamos que el centurión se lo hubiera permitido. Era totalmente en contra de la costumbre judía para un judío entrar en la casa de un gentil; sin embargo, no estaba en contra de la ley de Dios.
i. El centurión sintió cuando dijo, “Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo “; la mayoría de los judíos creían que el hogar de un gentil no era digno de ellos, y el centurión supuso que un gran Rabino y maestro como Jesús consideraría su hogar indigno.
ii. El centurión también mostró gran sensibilidad a Jesús, en que quería ahorrar a Jesús el desafío raro de si o no entrar en la casa de un gentil- tanto como el tiempo y el problema de viajar. Él no conocía lo suficiente a Jesús para saber que Él no se sentiría raro en lo más mínimo; pero su consideración de Jesús en esta situación fue impresionante. En su preocupación tanto por su siervo como por Jesús, este centurión era una persona centrada en otros.
b. Solamente di la palabra, y mi criado sanará: El centurión entendió completamente que el poder de sanidad de Jesús no era algún tipo de truco mágico que requería la presencia del mago. Sino que sabía que Jesús tenía verdadera autoridad, y podía ordenar que las cosas fueran hechas y completadas fuera de Su presencia inmediata.
i. El centurión mostró gran fe en la palabra de Jesús. Él entendió que Jesús puede sanar con Su palabra tan fácil como con un toque.
ii. “Esto significa que las palabras del centurión presuponen un entendimiento del sistema militar romano…Un soldado de infantería que desobedecía no estaría desafiando simplemente al centurión sino al emperador, Roma misma, con toda su majestad y poder imperiales.” (Carson)
c. Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados: El centurión también sabía acerca de la cadena militar de mandato, y como las órdenes de uno en autoridad era incuestionablemente obedecidas. Él vio que Jesús tenía por lo menos esa cantidad de autoridad.
i. “A medida que la autoridad de los Césares fluía por medio de su propia vida rendida, así la autoridad de Dios sobre las enfermedades, demonios y todo lo demás fluye por medio de la de Cristo.” (Meyer)
Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe. Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos; mas los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste, te sea hecho. Y su criado fue sanado en aquella misma hora.
a. Al oírlo Jesús, se maravilló: El entendimiento del hombre de la autoridad espiritual de Jesús maravilló a Jesús. Su simple confianza en la capacidad de la pura palabra de Jesús para sanar mostró una fe que estaba libre de cualquier confianza supersticiosa en cosas meramente externas. Esta era verdaderamente tanta fe, digna de alabanza.
b. De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe: Jesús consideró la fe de este centurión gentil – un símbolo vivo de opresión judía – y lo creyó mayor que cualquier fe que Él haya visto entre el pueblo de Israel.
i. Como una entidad política, no había Israel; solo había el pueblo del pacto descendiente de Abraham, Isaac, y Jacob. Sin embargo Jesús aun los llamó Israel.
c. Vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham: El hecho de que tal fe estuviera presente en un gentil causó que Jesús anunciara que habrá gentiles en el reino de los cielos. Ellos incluso se sentarán a cenar con Abraham, Isaac, y Jacob!
i. Esta era una idea radical para muchos de los judíos en el tiempo de Jesús; ellos asumieron que este gran Banquete Mesiánico no tendrá gentiles, y que todos los judíos estarán ahí. Jesús corrigió ambas ideas erróneas.
ii. Estas pocas palabras de Jesús nos dicen un poco de cómo es el cielo.
· Es un lugar de descanso; nos sentaremos en el cielo.
· Es un lugar con buena compañía para sentarse; disfrutamos la amistad de Abraham, Isaac, y Jacob en el cielo.
· Es un lugar con mucha gente; Jesús dijo que muchos vendrán al cielo.
· Es un lugar con gente de toda la tierra; del oriente y del occidente ellos vendrán al cielo.
· Es un cierto lugar; Jesús dijo muchos vendrán, y cuando Jesús dice que vendrán, eso pasará.
iii. “Mas vosotros escucharéis aquellas voces amadas de nuevo; vosotros escucharéis aquellas dulces voces una vez más, vosotros ahora conoceréis que aquellos que vosotros amasteis han sido amados por Dios. ¿No sería ese un cielo lúgubre para que habitemos, donde no conoceremos ni seremos conocidos? No me importaría ir a un cielo como ese. Creo que el cielo es una congregación de los santos, y que nos conoceremos el uno al otro ahí.” (Spurgeon)
d. Mas los hijos del reino serán echados a las tinieblas: Así también, Jesús les recordó a sus oyentes judíos que así como la identidad racial de los gentiles no era una berrera automática para el reino, su identidad racial no era una garantía del reino. Aunque los judíos eran hijos del reino, ellos podrían terminar en el infierno.
i. “Difícilmente podría haber una afirmación más radical del cambio en el plan de salvación de Dios inaugurado por la misión de Jesús.” (France)
ii. Trapp sobre tinieblas: “Dentro de una oscuridad más allá de la oscuridad; dentro de un calabozo más allá y debajo de la prisión.”
iii. “Los artículos definidos con ‘lloro’ y ‘crujir’ (cf. Griego) enfatizan el horror de la escena: el lloro y el crujir…Lloro indica sufrimiento y el crujir de dientes desesperación.” (Carson)
iv. “¿Qué es lo que los perdidos están haciendo? Ellos están ‘llorando y crujiendo sus dientes.’ ¿Tú crujes tus dientes actualmente? Tú no lo harías a menos que estuvieras en dolor y agonía. Bien, en el infierno siempre hay crujir de dientes.” (Spurgeon)
v. Vemos que Jesús no estaba asustado de hablar del infierno, y en efecto lo hizo más que cualquier otro en la Biblia. “Hay algunos ministros que nunca mencionan nada sobre el infierno. He escuchado de un ministro que dijo una vez a su congregación – ‘Si tú no amas al Señor Jesucristo serás enviado a ese lugar que no es agradable mencionar.’ No se le debería haber permitido predicar de nuevo, estoy seguro, si no pudo usar palabras claras.” (Spurgeon)
Vino Jesús a casa de Pedro, y vio a la suegra de éste postrada en cama, con fiebre. Y tocó su mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó, y les servía.
a. Y vio a la suegra de éste postrada en cama: Este establece claramente el hecho de que Pedro estaba casado. La iglesia católica romana enseña que todos los sacerdotes deban ser célibes y solteros, pero el hombre que ellos llaman el primer y más grande Papa ciertamente fue casado.
i. “San Ambrosio dice que todos los apóstoles fueron hombres casados, salvo Juan y Pablo. Y aquellos santos-papas hipócritas que no escucharán del matrimonio sacerdotal, pero prefieren ellos tener y mantener en casa muchas prostitutas que una esposa.” (Trapp)
ii. “Aprendan por tanto, dice Teofilacto, que el matrimonio no es obstáculo para la virtud, ya que el jefe de los apóstoles tenía su esposa. El matrimonio es una de las primeras instituciones divinas, y es una orden positiva de Dios.” (Clarke)
iii. “Esta suegra era especialmente una buena mujer, porque se le permitió vivir con su yerno, y él estaba ansioso porque su salud fuera restaurada.” (Spurgeon)
b. Y tocó su mano, y la fiebre la dejó: Jesús sanó a esta mujer con un toque gentil de Su mano. Su enfermedad era mucho menos severa que el leproso, sin embargo, Jesús aún se preocupaba por ella. Jesús también se preocupa por problemas pequeños.
i. “El milagro no estuvo en la cura de una enfermedad incurable, sino en la forma de curar, por un toque de su mano.” (Poole)
c. Y ella se levantó, y les servía: La suegra de Pedro mostró una respuesta que encaja con la de aquellos que han sido tocados por el poder de Jesús – ella inmediatamente comenzó a servir. Servir a Jesús es una evidencia maravillosa de ser restaurado en la salud espiritual.
i. “Con gratitud radiando en su rostro, ella puso cada plato en la mesa, y trajo agua con la cual cada huésped podía lavar sus pies. El momento en que el Señor Jesucristo salva un alma, Él le da a esa alma la fortaleza para su servicio designado.” (Spurgeon)
Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos; para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.
a. Trajeron a él muchos: La preocupación de Jesús por lo individual se muestra en la implicación de que Jesús trató con cada persona individualmente, no en un frío procedimiento de “línea de ensamble”.
i. Muchos endemoniados: “El Dr. Lightfoot da dos razones por que en Judea, en el tiempo del Señor, abundaban los endemoniados. Primero, porque ellos estaban avanzados hasta el punto más alto de impiedad. Mire lo que Josefo, su propio historiador, dice de ellos: No había (dijo él) una nación bajo el cielo más malvada que ellos. Segundo, porque ellos estaban fuertemente adictos a la magia, y entonces, por así decirlo, invitaban a espíritus malos a familiarizarse con ellos.” (Clarke)
b. Para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías: Mateo entendió correctamente que este es un cumplimiento parcial de la profecía de Isaías en Isaías 53, la cual se refiere primariamente a sanidad espiritual, pero también definitivamente incluye sanidad física. En esto, Mateo mostró a Jesús como el verdadero Mesías al liberar gente de la esclavitud del pecado y los efectos de un mundo caído.
c. El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias: La provisión para nuestra sanidad (tanto físicamente como espiritualmente) fue hecha por los sufrimientos (la llaga) de Jesús. La dimensión física de nuestra sanidad ya está realizada parcialmente, pero finalmente solo en la resurrección.
i. Esta obra sanadora de nuestro Salvador le costó algo a Jesús; no fue como si Él tuviera una bolsa mágica de poder sanador de la cual tomó y arrojó sobre los necesitados. Llegó a costa de Su propia agonía. “Si Su palabra y toque trajeron libertad instantánea a los hombres, fue porque en un gran misterio de gracia Él sufrió para salvar.” (Morgan)
ii. “El profeta habló de enfermedades espirituales, el evangelista lo aplicó a lo corporal. Y no inadecuadamente; porque estos son efectos propios de aquellas.” (Trapp)
d. El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias: Esta sección del evangelio de Mateo muestra cuatro diferentes personas siendo sanadas, cada una diferente de la otra.
i. Diferentes personas fueron sanadas.
· Un judío sin privilegios sociales ni religiosos.
· Un oficial gentil del ejército ocupando y oprimiendo a Israel.
· Una mujer relacionada con uno de los seguidores devotos de Jesús.
· Multitudes innombradas.
ii. Sus peticiones fueron hechas en diferentes formas.
· Una petición directa del sufriente, hecha en su propia fe.
· Una petición de un hombre a otro, hecha en fe a nombre de un hombre sufriendo.
· Ninguna petición fue hecha porque Jesús vino al sufriente, así que no hubo evidencia de fe de la persona sanada.
· Sufrientes que fueron traídos a Jesús, con diferentes tipos de fe.
iii. Jesús usó diferentes métodos para sanar.
· Jesús usó un toque el cual estaba prohibido.
· Jesús usó una palabra hablada de lejos.
· Jesús usó un toque tierno.
· Jesús usó una variedad de métodos innombrados.
iv. De todo esto, entendemos que sanidad física es un área donde Dios muestra especialmente Su soberanía, y Él hace las cosas como a Él le place, no necesariamente como los hombres esperan.
Viéndose Jesús rodeado de mucha gente, mandó pasar al otro lado. Y vino un escriba y le dijo: Maestro, te seguiré adondequiera que vayas. Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza.
a. Viéndose Jesús rodeado de mucha gente, mandó pasar al otro lado: Jesús creció en popularidad, aunque Él no seguía a las multitudes ni buscaba hacerlas más grandes. En algunas maneras parecía que él evitaba ser rodeado de mucha gente.
b. Maestro, te seguiré adondequiera que vayas: Con los milagros asociados con el ministerio de Jesús, seguirlo podría parecer más glamoroso de lo que en realidad fue. Jesús quizás recibió muchas ofertas espontaneas como esta.
i. “Me imagino si este hombre pensó, ‘Bueno, ahora, soy un escriba. Si me uno a esa compañía, seré un líder. Percibo que ellos son solo pescadores, la mayoría de ellos; y si entro con ellos, seré una gran adquisición para esa pequeña banda. Seré sin duda el secretario.’ Quizás él pudo haber pensado que había algo para lograr con tal posición; había alguien que pensaba así.” (Spurgeon)
c. Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza: Jesús no le dijo al hombre “No, no puedes seguirme.” Sino le dijo la verdad, sin poner una versión glamorosa de cómo era seguirle. Esto es lo opuesto de técnicas usadas por muchos evangelistas hoy en día, pero Jesús quería que el hombre supiera como sería en realidad.
i. “En el contexto inmediato del ministerio de Jesús, lo que dice no significa que Jesús estaba sin dinero, sino sin hogar; la naturaleza de su misión lo mantenía en movimiento y mantendría a sus seguidores en movimiento.” (Carson)
ii. “Muchos hogares, como el de Pedro, estaban abiertos para él, pero él no tenía ninguno suyo.” (France)
iii. La razón por la que este hombre se apartó de Jesús fue porque Jesús vivió una vida muy simple por fe, confiando en Su Padre por cualquier necesidad sin reservas de recursos materiales. Esta es la clase de cosas que harían a Jesús más atractivo para un verdadero hombre espiritual. “Aquí está un hombre que vive completamente por fe y está satisfecho con pocas cosas materiales; debería seguirlo y aprender de Él.”
d. El Hijo del Hombre: La frase “Hijo del Hombre ” es usada 81veces en los evangelios; cada vez es ya sea algo que dijo Jesús acerca de Sí mismo, o las palabras de alguien citando a Jesús. Es una frase importante que Él usó para describirse. Él lo usó como un título que reflejaba tanto la gloria (Daniel 7:13-14) y la humildad (Salmos 8:4) del Mesías.
i. Especialmente, su conexión con el pasaje de Daniel significa que era una imagen de poder y gloria, aunque sin las asociaciones indeseadas de otros títulos. Al usarlo con frecuencia, Jesús le dijo a Sus oyentes: “Soy el Mesías de poder y gloria, pero no el que ustedes esperaban.”
Otro de sus discípulos le dijo: Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre. Jesús le dijo: Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos.
a. Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre: En realidad, este hombre no pidió permiso para cavar una tumba para su difunto padre. Él quería permanecer en la casa de su padre y cuidar de él hasta que el padre muriera. Esto era obviamente un periodo indefinido de tiempo, que podría dilatar más y más.
i. Este hombre era otro de Sus discípulos; sin embargo el no siguió a Jesús como el debió hacerlo, no como hicieron los 12 discípulos. Esto nos muestra que el término discípulos tiene un significado un tanto amplio en el Evangelio de Mateo, y debe ser entendido en su contexto.
ii. El hombre quería seguir a Jesús, solo que aún no. Él sabía que era bueno y que debería hacerlo, pero él pensó que había una buena razón por la cual no podría hacerlo ahora. “Si el escriba fue muy rápido para prometer, este ‘discípulo ‘ fue muy lento en la ejecución.” (Carson)
b. Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos: Jesús solicitó que el hombre lo siguiera ahora, y claramente estableció el principio que las obligaciones familiares – o cualquier otra obligación – no debe ponerse por delante de seguir a Jesús. Jesús debe ser lo primero.
i. Jesús no estaba asustado de desanimar a discípulos potenciales. A diferencia de muchos evangelistas modernos, Él estaba más interesado en calidad que en cantidad. “Nada ha hecho más daño al cristianismo que la práctica de llenar las filas del ejército de Cristo con cada voluntario que desea hacer una pequeña profesión, y hablar con fluidez de la experiencia.” (Ryle, citado en Carson)
ii. Además, Jesús estaba siendo honesto solamente. Esto es lo que significaba seguirlo, y Él quería que la gente lo supiera en el principio.
iii. “Muchas de las preocupaciones de políticos, equipos tácticos, reuniones de comité, reformas sociales, entretenimientos inocentes, y más, pueden ser descritas acertadamente como enterrar a los muertos. Mucho de esto es muy necesario, propio, y trabajo admirable; pero sigue siendo una forma de trabajo que puede ser hecha tan bien por hombres no regenerados como por discípulos de Jesús. Dejen que lo hagan; pero si somos llamados a predicar el Evangelio, entreguémonos completamente a nuestro sagrado llamado.” (Spurgeon)
Y entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron. Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía. Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo:¡Señor, sálvanos, que perecemos!
a. Y entrando él en la barca: La villa de Capernaum estaba justo en la costa del Mar de Galilea. Jesús, como muchos galileos, estaba familiarizado con barcas y la vida cerca de este lago bastante grande.
b. Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad: El Mar de Galilea es bien conocido por sus repentinas y violentas tormentas. La severidad de esta tormenta era evidentes en el hecho de que los discípulos (muchos de los cuales eran pescadores experimentados en este lago) estaban aterrorizados, gritando “¡Señor, sálvanos, que perecemos!“
i. Bruce sobre las olas cubrían la barca: “Estaba cubierta, escondida, las olas levantándose alto por encima de la barca, rompiendo en ella, y llenándola gradualmente de agua.”
c. Pero él dormía: Aunque los discípulos estaba desesperados, Jesús dormía. Debió parecer extraño para ellos que Él pudiera dormir en medio de tal tempestad.
i. Bruce dice que la gramática de la frase “pero él dormía ” lleva un “contraste dramático “; la tormenta arreciaba, los discípulos estaban en pánico, pero él dormía.
ii. Estamos impresionados por el hecho de que Él necesitara dormir, mostrando Su verdadera humanidad. Él se cansaba y en ocasiones necesitaba dormir donde pudiera, incluso en lugares improbables. “Era el sueño de alguien gastado por una vida intensa, involucrando constante estrés corporal y mental.” (Bruce)
iii. Estamos impresionados por el hecho de que Él pudiera dormir. Su mente y corazón estaba lo suficientemente tranquilos, confiados en el amor y cuidado de Su Padre en el cielo, que Él podía dormir en la tormenta.
Él les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza. Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?
a. ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Jesús reprendió su temor e incredulidad, no su petición o el despertarlo. No deberíamos pensar que Jesús estaba de mal humor por ser despertado. Él estaba molesto por su temor, porque el temor y la incredulidad van de la mano. Cuando confiamos en Dios cono deberíamos confiar en Él, hay muy poco espacio de sobra para el temor.
i. “Él habló primero a los hombres, porque ellos eran lo más difícil a tratar: los vientos y el mar pueden ser reprendidos después.” (Spurgeon)
ii. “Él no los reprende por molestarlo con sus oraciones, sino por molestarse a sí mismos con sus temores.” (Henry, citado en Carson)
iii. Ellos en realidad tenían muchas razones para tener fe, incluso gran fe.
· Ellos acaban de ver a Jesús hacer milagros significativos, mostrando gran poder y autoridad.
· Ellos han visto un ejemplo de gran fe con el centurión quien confió en Jesús para sanar a su criado.
· Ellos tenían a Jesús en la barca. Y, ellos vieron a Jesús dormir; Su paz debería haberles dado paz.
b. Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar: Jesús no solamente calmó el viento y el mar; Él reprendió a los vientos y al mar. Esto, junto con el gran temor de los discípulos y lo que Jesús encontraría en Su destino, lleva a algunos a creer que había algún tipo de ataque espiritual en la tormenta.
i. Adam Clarke supuso que la tormenta era “Probablemente provocada por satanás, el príncipe de la potestad del aire, quien, teniendo al autor y a todos los predicadores del Evangelio en una nave pequeña, pensó que ahogándola, iba a derrotar los propósitos de Dios, y por lo tanto prevenir la salvación de un mundo arruinado. ¡Qué oportunidad tan noble debió haber parecido para el enemigo de la raza humana!”
c. Y los hombres se maravillaron: Los discípulos estaba maravillados. Una demostración tan poderosa sobre la creación los llevó a preguntar, “¿Qué hombre es éste” Solo podía ser el SEÑOR, Jehová, el único que tiene este poder y autoridad: Oh Jehová, Dios de los ejércitos, ¿Quién como tú? Poderoso eres, Jehová, Y tu fidelidad te rodea. Tú tienes dominio sobre la braveza del mar; Cuando se levantan sus ondas, tú las sosiegas. (Salmos 89:8-9)
i. En el lapso de unos pocos momentos, los discípulos vieron tanto la completa humanidad de Jesús (en Su sueño profundo) y la plenitud de Su deidad. Ellos vieron a Jesús por quien Él es: verdaderamente hombre y verdaderamente Dios.
Cuando llegó a la otra orilla, a la tierra de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, feroces en gran manera, tanto que nadie podía pasar por aquel camino. Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?
a. Vinieron a su encuentro dos endemoniados: Los otros evangelios mencionan solo a uno de estos hombres. Esto debe ser porque había uno que estaba en un estado más severo de posesión demoniaca, teniendo muchos demonios.
b. Que salían de los sepulcros, feroces en gran manera: Estos dos desafortunados era impuros por causa de su contacto con los muertos, y se mostraron feroces, con actitud incontrolable. Los demonios llevaron a estos hombres a vivir entre los sepulcros.
· Porque los cementerios y los muertos eran terriblemente impuros y ofensivos para el pueblo judío.
· Porque los demonios aman la muerte.
· Porque no era un lugar apropiado para vivir para los hombres.
· Porque hacía a los hombres más atemorizantes a los otros.
· Porque eso alentaba la superstición en otros, temiendo que los hombres fueron en realidad poseídos por espíritus de los muertos en el cementerio.
c. ¿Qué tienes con nosotros: Los demonios atormentando a estos pobres hombres querían ser dejados solos. Ellos no querían que Jesús interfiriera con su terrible trabajo.
i. “Este es el viejo grito, ‘¡Preocúpate por sus negocios! ¡NO interfiera con nuestro trato! ¡Déjenos solos, y váyase a otra parte!’ A los demonios no les gusta ser interferidos. Pero si los demonios no tienen nada con Jesús, Él tiene algo con ellos.” (Spurgeon)
d. ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? Los demonios sabían quién era Jesús incluso si los discípulos no. Podemos contrastar ambas afirmaciones:
· ¿Qué hombre es este? (Mateo 8:27)
· Jesús, Hijo de Dios (Mateo 8:29)
e. ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?: Estos demonios también sabían tanto de su destino inmediato (ser echados fuera) y su destino final (sufrir atormentados eternamente). Ellos querían la libertad para hacer tanto daño como pudieran antes de tiempo, su destino de tormento.
i. Ellos también entendieron que tenían tiempo limitado, y por lo tanto trabajaron tan duro como pudieron hasta que no pudieron trabajar más. Esta es una de las pocas cosas admirables que podemos decir del diablo y sus demonios.
Estaba paciendo lejos de ellos un hato de muchos cerdos. Y los demonios le rogaron diciendo: Si nos echas fuera, permítenos ir a aquel hato de cerdos. Él les dijo: Id. Y ellos salieron, y se fueron a aquel hato de cerdos; y he aquí, todo el hato de cerdos se precipitó en el mar por un despeñadero, y perecieron en las aguas.
a. Estaba paciendo lejos de ellos un hato de muchos cerdos: Tanto judíos como gentiles poblaron la región de Galilea, así que este pudo haber sido un hato de cerdos propiedad de gentiles. Pero la mayoría de los comentaristas creen que ya que los cerdos eran impuros para los judíos, ellos no deberían estar ahí, incluso si un gentil era el dueño.
b. Si nos echas fuera, permítenos ir a aquel hato de cerdos: Los demonios querían entrar a los cerdos porque estos espíritus malos se inclinan hacia la destrucción y odian estar inactivos. “El diablo tiene tanto apego por hacer travesuras, que él jugará preferiblemente en un juego pequeño que sobresalir.” (Poole)
i. Aunque también nos damos cuenta de que los demonios no pueden ni afligir a cerdos sin permiso de Dios. “Y si una legión de demonios no tuvo poder sobre un hato de cerdos, mucho menos lo tendrán sobre el rebaño de ovejas de Cristo, dice Tertuliano.” (Trapp)
c. Y ellos salieron, y se fueron a aquel hato de cerdos… todo el hato de cerdos se precipitó… y perecieron en las aguas: No hay nada realmente comparable a esto en la Biblia, echar demonios de un humano dentro de animales. Sin embargo, Jesús tuvo una buena razón para permitir esto.
i. El hecho de que los demonios inmediatamente echaron a los cerdos a la destrucción ayuda a explicar por qué Jesús permitió a los demonios entrar en los cerdos – porque Él quería que todos supieran cual era la verdadera intención de estos demonios. Ellos querían destruir a los hombres tal y como destruyeron a los cerdos. Porque los hombres son hechos a imagen de Dios, no podrían hacerlo a su manera tan fácilmente con los hombres, pero su intención era la misma – matar y destruir.
ii. Otra razón por qué los demonios fueron enviados a los cerdos fue para mostrar conclusivamente que fueron ciertamente echados fuera de los hombres.
iii. Algunos protestan que esto fue injusto para el propietario de los cerdos. “‘Pero los propietarios de los cerdos perdieron su propiedad.’ Si, y aprendemos de esto cuan pequeño es el valor de las riquezas temporales en la estima de Dios. Él sufre que se pierdan, algunas veces para separarnos de ellas por medio de misericordia; algunas veces por la justicia, para castigarnos por haberlas adquirido o preservado ya sea por codicia o injusticia.” (Clarke)
iv. Spurgeon tiene muchos comentarios sabios sobre la forma en que los demonios afectaron a los cerdos:
· “Los cerdos prefieren la muerte a la maldad; y si los hombres no fueran peores que los cerdos, serían de la misma opinión.”
· “Ellos corren duro como quien lleva el diablo.”
· “El diablo lleva a sus cerdos a un mal mercado.”
Y los que los apacentaban huyeron, y viniendo a la ciudad, contaron todas las cosas, y lo que había pasado con los endemoniados. Y toda la ciudad salió al encuentro de Jesús; y cuando le vieron, le rogaron que se fuera de sus contornos.
a. Contaron todas las cosas…Y toda la ciudad salió al encuentro de Jesús: Ya que Jesús conocía su naturaleza humana, Él sabía que esperar de esta multitud que venía de la ciudad. Sin embargo, Sus discípulos pensaron que estas personas estarían contentas de que Jesús haya liberado a estos anteriormente endemoniados.
i. La obra de Jesús ha unificado a toda la ciudad, y todos ellos han salido para reunirse y hablar con Jesús; pero no era de una buena manera. “Aquí estaba toda la ciudad en una reunión de oración, orando en contra de su propia bendición…Fue horrible su oración; pero fue oída, y Jesús salió de sus costas.” (Spurgeon)
b. Le rogaron que se fuera de sus contornos: Creeríamos que la gente de la región estaría feliz de que estos dos endemoniados habían sido liberados. Quizás ellos estaban más interesados en sus cerdos que en la gente. Ciertamente, el poder liberador de Jesús no ponía cómodos a todos.
i. Esto puede explicar otra razón por qué los demonios querían entrar en los cerdos. La idea es que los demonios querían agitar odio y rechazo de Jesús, así que llevaron a los puercos a la destrucción esperando que culparan a Jesús, y Él no sería bienvenido ahí.
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