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Después de esto, Jesús fue al otro lado del mar de Galilea, el de Tiberias. Y le seguía gran multitud, porque veían las señales que hacía en los enfermos. Entonces subió Jesús a un monte, y se sentó allí con sus discípulos. Y estaba cerca la pascua, la fiesta de los judíos.
a. Y le seguía gran multitud: En este milagro, Jesús salió al desierto para estar solo (Lucas 9:10), sin embargo, las multitudes le siguieron hasta allá. A pesar de esta imposición, Jesús ministró a la multitud con gran compasión.
b. Veían las señales que hacía en los enfermos: Lucas 9:11 nos dice que Jesús también enseñó a la multitud, algo que Juan no menciona específicamente.
c. Y estaba cerca la pascua, la fiesta de los judíos: Juan es el único de los cuatro escritores de evangelios (los cuatro describieron este milagro) que nos dice que esto se llevó a cabo cerca de el tiempo de la pascua. Pudiera ser que esta gran multitud fueran peregrinos galileos en su camino a Jerusalén.
i. La pascua está asociada con el Éxodo y el sustento de Dios para Israel en el desierto. Jesús dará sustento a esta multitud en su pequeño “desierto” con pan del cielo tanto literalmente como espiritualmente.
Cuando alzó Jesús los ojos, y vio que había venido a él gran multitud, dijo a Felipe: ¿De dónde compraremos pan para que coman éstos? Pero esto decía para probarle; porque él sabía lo que había de hacer. Felipe le respondió: Doscientos denarios de pan no bastarían para que cada uno de ellos tomase un poco.
a. ¿De dónde compraremos pan para que coman éstos? ¿ Por qué hizo Jesús esta pregunta a Felipe? Tal vez porque él era de Betsaida (Juan 1:44) y eso está cerca de donde sucedió este milagro (Lucas 9:10).
b. Esto decía para probarle; porque él sabía lo que había de hacer: Jesús también permite que sus seguidores participen en el trabajo del Reino, aún cuando ya tiene las cosas planeadas.
c. Doscientos denarios de pan no bastarían: Su problema tiene dos partes. Primero ellos no tienen los recursos para alimentar a la multitud. Segundo, aún si tuvieran el dinero, sería imposible comprar pan suficiente para alimentarlos a todos.
d. El conocimiento que Felipe tenía de la situación era correcto e impresionante (doscientos denarios es más de seis meses de salario) pero su conocimiento era inútil para resolver el problema.
i. Felipe razonó en términos de dinero; y en cuánto dinero se requeriría para hacer la obra de Dios de una manera pequeña (para que cada uno de ellos tomase un poco). Nosotros seguido limitamos a Dios de la misma manera, buscando cómo hacer el trabajo de Dios en pequeño.
Uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro, le dijo: Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; mas ¿qué es esto para tantos?
a. Cinco panes de cebada: La cebada fue siempre considerada para uso animal más que humano. En el Talmud existe un pasaje donde un hombre dice, “Hay una gran cosecha de cebada” y otro contesta, “dilo a los caballos y a los burros.”
b. ¿Qué es esto para tantos? No hay mucho con lo que se pueda trabajar aquí, pero Dios no necesita mucho. “ Las cosas pequeñas no siempre son despreciables. Todo depende de en qué manos están.” (Taylor)
i. Es más, Dios no necesita ayuda – pero en ocasiones Él mismo detiene su obra hasta que tiene nuestra participación.
Entonces Jesús dijo: Haced recostar la gente. Y había mucha hierba en aquel lugar; y se recostaron como en número de cinco mil varones.
a. Haced recostar la gente: Jesús aquí toma autoridad como el Señor; como un amoroso pastor, hace que sus “ovejas” se recuesten en verdes pastos. El cumple Salmo 23:1-2: El Señor es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto aguas de reposo me pastoreará.
b. Se recostaron como en número de cinco mil varones: Jesús administró todo de una manera ordenada. La creación nos muestra que Dios es un Dios de organización y orden.
Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto querían.
a. Tomó Jesús aquellos panes…. Los repartió entre los discípulos: El milagro reside en las manos de Jesús, no en la distribución. Poco es mucho en Sus manos.
b. El pan viene del grano, que dentro de sí mismo tiene el poder de reproducción y multiplicación. Pero cuando se hace pan, el grano es molido y “muere” – nunca nadie multiplicó trigo plantando harina. Pero Jesús puede traer vida de la muerte.
Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada. Recogieron, pues, y llenaron doce cestas de pedazos, que de los cinco panes de cebada sobraron a los que habían comido.
a. Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada: Los discípulos recogieron lo que sobró a la orden de Jesús. Jesús es generoso, pero no desperdiciado.
b. ¿ Deberían los discípulos haber anticipado lo que Jesús podía o debería hacer en esta situación? Había evidencia suficiente tanto en el Antiguo Testamento como en lo que Jesús había ya hecho para que ellos tuvieran una expectativa de lo que Jesús haría aquí.
i. Pasajes en el antiguo Testamento advierten en contra de dudar de la provisión de Dios: Y hablaron contra Dios, Diciendo: ¿Podrá poner mesa en el desierto? (Salmos 78:19) 2a Reyes 4:34-38 es un ejemplo de Dios multiplicando panes de cebada, aunque ésta es en una escala mucho mayor.
ii. Sin embargo, Jesús usó a sus discípulos aunque ellos no entendían – participaron en el milagro.
iii. Jesús les mostró el carácter dadivoso de Dios – el mismo carácter que Dios desea crear dentro de nosotros. Proverbios 11:24 dice, Hay quienes reparten y les es añadido más; y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza. Este pan fue multiplicado cuando fue “repartido”.
Aquellos hombres entonces, viendo la señal que Jesús había hecho, dijeron: Este verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo.
a. Este verdaderamente es el profeta: El Profeta que ellos esperaban fue predicho por Moisés: Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios. A Él oiréis. (Deuteronomio 18:15)
b. Viendo la señal que Jesús había hecho: La manera en que Jesús proveyó de pan en el desierto recordó a aquellos hombres de Moisés en el desierto, y de su promesa de que vendría un Profeta. Es verdad que Moisés proveyó pan en el desierto; igual lo hizo Jesús. Pero Jesús además explica que Él es mucho más que un nuevo Moisés.
Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerle rey, volvió a retirarse al monte él solo.
a. Iban a venir para apoderarse de él y hacerle rey: Este milagro verdaderamente impresionó a la multitud y levantó sus esperanzas revolucionarias. Pero Jesús se rehusó a ampliar su reino de esta manera. En lugar de eso, volvió a retirarse al monte él solo. Jesús estaba más interesado en estar con Su Padre en el cielo que en escuchar el aplauso de la multitud.
b. Ellos querían que Jesús fuera rey porque pensaban que El era el Mesías que ellos querían. Los judíos esperaban que cuando el Mesías llegara, reiniciaría el envío del maná. Esta multitud estaba dispuesta a apoyar a Jesús mientras les diera lo que ellos querían – pan.
c. Hacerle rey: Este era un título político. La multitud estaba dispuesta a apoyar a Jesús porque querían usarlo para que quitara el yugo de la opresión romana.
Al anochecer, descendieron sus discípulos al mar, y entrando en una barca, iban cruzando el mar hacia Capernaum. Estaba ya oscuro, y Jesús no había venido a ellos.
a. Descendieron sus discípulos al mar, y entrando en una barca: Mateo y Marcos nos cuentan que Jesús hizo que Sus discípulos entraran a la barca (Marcos 6:45) Él sabía perfectamente lo que estaba haciendo cuando los puso en esta barca en el Mar de Galilea en ese momento.
b. Estaba ya oscuro: Varios de los discípulos eran pescadores, acostumbrados a pescar en este mismo lago. No les molestaba para nada el tener que estar remando a través del lago a esa hora de la noche.
Y se levantaba el mar con un gran viento que soplaba.
a. Y se levantaba el mar: El viento por sí solo ya era malo, pero el viento también levantaba el mar, haciéndolo tempestuoso.
b. En la primera tormenta (Mateo 8:24) Jesús estaba con ellos en la barca. Pero en ésta, Él les pide que confíen en Su cuidado por ellos.
c. En Marcos 6:48, leemos que Jesús observaba a Sus discípulos mientras remaban en el lago, Su ojo estaba sobre ellos todo el tiempo.
Cuando habían remado como veinticinco o treinta estadios, vieron a Jesús que andaba sobre el mar y se acercaba a la barca; y tuvieron miedo.
a. Cuando habían remado como veinticinco o treinta estadios: No percibimos en los discípulos el mismo temor como cuando en la primera vez cuando Jesús calmó la tempestad. Aquí simplemente parecieran estar frustrados, porque están haciendo lo que Jesús les pidió, pero es difícil y parecía que no estaban llegando a ninguna parte.
b. Su frustración es evidente por la falta de progreso. Mateo 14:25 nos dice que esto sucedió en la cuarta vigilia de la noche, algo así como entre las tres y seis de la madrugada. Por lo tanto, remaron duro tal vez durante seis u ocho horas, y apenas habían avanzado poco más de la mitad de la distancia (tres o cuatro millas).
i. Seguido creemos que cuando estamos trabajando para Jesús, debería ser fácil. Después de todo, ¿qué no nos está ayudando? Pero en ocasiones, Dios nos pide que hagamos algo y permite que nos sea difícil.
c. Vieron a Jesús que caminaba sobre el mar….. y tuvieron miedo: Marco 6:49-50 nos dice que los discípulos tenían miedo porque pensaron que Jesús era un fantasma.
d. En cualquier caso, los discípulos no estaban preparados para ningún tipo de ayuda sobrenatural. Ellos sabían lo que Jesús les había ordenado, ellos salieron y lo hicieron, pero sin ayuda del Señor. Entonces se sorprenden, aun se asustan, al ver esta ayuda sobrenatural acercándose a ellos.
i. Esta es una imagen perfecta de nosotros cuando intentamos hacer la voluntad de Dios, pero a nuestra manera, sin buscar la ayuda de Dios.
e. Jesús les proveyó de recordatorios de Su ayuda sobrenatural. Sin duda, se llevaron con ellos algunas de las doce canastas de pan que había sobrado (Juan 6:13), sin embargo de cualquier manera se impresionaron cuando llegó esta ayuda sobrenatural.
Mas él les dijo: Yo soy; no temáis.
a. Yo soy, no temáis: Para Jesús era suficiente anunciar Su presencia. El llegó para ofrecer ayuda sobrenatural y consuelo a Su gente.
i. Jesús no iba a cambiar una piedra en pan para satisfacer Su propia hambre, pero si a multiplicar panes y peces para alimentar a una multitud hambrienta. Jesús no se iba a arrojar desde la torre del templo para glorificarse a Sí mismo, pero si a caminar sobre el agua para traer consuelo a Sus discípulos.
b. Todo lo que necesitamos es la presencia de Dios, y debemos anhelarla, más que simplemente esperarla.
c. Por Mateo sabemos que después de esto, Pedro le pide a Jesús salir de la barca y caminar sobre el agua.
Ellos entonces con gusto le recibieron en la barca, la cual llegó en seguida a la tierra a donde iban
a. La barca llegó en seguida a la tierra a donde iban: Jesús al traer su ayuda sobrenatural, pudo de una manera milagrosa vencer todo obstáculo que había frustrado a Sus discípulos.
b. Jesús evita que Sus discípulos trabajen en vano. Jesús quiere que trabajemos duro; pero no quiere que lo hagamos en vano. En este caso, les salvó de trabajar en vano, no del temor.
i. Los discípulos estaban en este lugar incómodo porque Jesús le dijo que cruzaran el lago. Encontraremos pruebas cuando nos dispongamos a hacer lo que Jesús nos ha pedido. Jesús lo sabe. Él lo entiende. Nunca debemos engañarnos creyendo que si realmente estuviéramos bien con Dios, todo en la vida nos será fácil.
ii. Todo el tiempo que los discípulos estuvieron luchando, Jesús los estuvo cuidando. Jesús cuida de nosotros todo el tiempo, e intercede por nosotros aun cuando parece distante. Él sabía perfectamente qué es lo que estaba pasando y estaba monitoreando su progreso a través del lago. El los vio batallando y remando, sin embargo permitió que trabajaran por largo rato.
c. En este milagro Jesús les tranquilizó en el preciso momento en que necesitaban esa tranquilidad. Los discípulos acababan de ver a Jesús rechazar el ser hecho rey; puede que hayan pensado que esta era la razón por la que Él había venido al mundo y por qué ellos le estaban siguiendo!
i. A pesar de esa decepción, Jesús vino a ellos lleno de majestad y poder, recordándoles que Él está aun a cargo aunque se negara a recibir el trono real basado en opinión popular.
El día siguiente, la gente que estaba al otro lado del mar vio que no había habido allí más que una sola barca, y que Jesús no había entrado en ella con sus discípulos, sino que éstos se habían ido solos. Pero otras barcas habían arribado de Tiberias junto al lugar donde habían comido el pan después de haber dado gracias el Señor. Cuando vio, pues, la gente que Jesús no estaba allí, ni sus discípulos, entraron en las barcas y fueron a Capernaum, buscando a Jesús. Y hallándole al otro lado del mar, le dijeron: Rabí, ¿cuándo llegaste acá? Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis. Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre.
a. Me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis del pan y os saciasteis: Ellos le preguntaron a Jesús por qué había venido, pero Jesús no respondió a esa pregunta. En lugar de eso les dice porqué ellos habían venido – porque querían más del pan maravilloso de Jesús.
i. Ellos admiraban a Jesús sólo por lo que Él les había dado materialmente. Ellos no eran movidos por corazones llenos, sino por estómagos llenos – o vacíos.
b. A éste señaló Dios el Padre: Una señal era una marca de propiedad y garantía de los contenidos. Ellos debían tener confianza en Jesús porque Dios el Padre Lo ha “garantizado.”
Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.
a. ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? Los que cuestionaron a Jesús parecían seguros de que si Jesús les decía qué hacer, podrían agradarle por las obras de Dios. Para esta gente, como a mucha otra de estos tiempos, la salvación se encuentra en la fórmula correcta para desempeñar obras que agradarán a Dios.
b. Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado: Jesús primera y ultimadamente nos manda que no hagamos, sino que confiemos. Si queremos hacer la obra de Dios, empecemos por confiar en Jesús.
i.¿Cómo te sentirías si un niño te obedeciera perfectamente pero que no confiara en tí ni te amara? Dios quiere que nuestra obediencia a Él provenga de una relación de amor y confianza.
c. Si la obra que Dios quiere que hagamos es que creamos en el que Él ha enviado, quiere decir que no le preocupa lo que hagamos por Él? No, la fe no sustituye las obras. La fe es el fundamento de las obras que verdaderamente agradan a Dios.
Le dijeron entonces: ¿Qué señal, pues, haces tú, para que veamos, y te creamos? ¿Qué obra haces? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dio a comer. Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo.
a. Nuestros padres comieron maná en el desierto: Las personas que están interrogando a Jesús están tratando de manipularlo para que les provea pan diariamente, así como Dios lo había hecho para Israel durante el Éxodo. Ellos saben citar la Escritura (“Pan del cielo les dio a comer”, Salmos 105:40).
b. Mi Padre os da el verdadero pan del cielo: Es como si Jesús estuviera diciendo, “¿Qué otra obra voy a hacer? Esta es la obra: darles la Palabra de Dios y salvación en mí y a través de mi. Este es el pan espiritual del que deben saciarse para tener vida.”
c. Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo: Jesús está tratando de elevar sus mentes por encima de las cosas terrenales hacia las realidades espirituales – hacia un entendimiento de que Él es necesario para el sostén espiritual, así como el pan es necesario para físicamente sobrevivir.
Le dijeron: Señor, danos siempre este pan. Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. Mas os he dicho, que aunque me habéis visto, no creéis. Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera. Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero. Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
a. Danos siempre de este pan: Cuando tenemos hambre, sentimos como que la comida resolverá todos nuestros problemas. Es igual con casi todas las demás dificultades prácticas en las que nos encontramos. Así como Jesús trató de elevar su entendimiento por encima de las necesidades físicas y materiales, también necesitamos tener nuestras mentes elevadas.
b. Yo soy el pan de vida: Jesús en su respuesta trata de levantar sus ojos del pan hacia las realidades espirituales. Ellos necesitan poner su confianza en Jesús en lugar de en el pan.
c. Jesús es digno de su confianza porque:
· Él perfectamente satisface nuestra hambre espiritual (El que a mí viene, nuncatendrá hambre)
· Él recibe a todos los que vienen a Él (Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera)
· Él no está interesado en su propia agenda sino en la del Padre (No para hacer mivoluntad, sino la voluntad del que me envió)
· Él mantendrá a salvo a los que vienen a Él (De todo lo que me diere, no pierda yo nada)
· El destino de todos los que creen en Él es vida eterna (Todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna)
Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielo. Y decían: ¿No es éste Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo, pues, dice éste: Del cielo he descendido? Jesús respondió y les dijo: No murmuréis entre vosotros. Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero. Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí. No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios; éste ha visto al Padre.
a. Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere: Los judíos pensaban que todos ellos eran escogidos de Dios en virtud de su nacimiento. Jesús deja claro que Dios debe traerlos antes de que por sí mismos puedan venir a Dios. Todos los que respondan al Padre, responderán al Hijo.
b. Nos gusta sentirnos como que estamos a cargo y nos entregamos a Dios. Pero en verdad, Él llama y nosotros venimos. Este entendimiento de la iniciativa de Dios en la salvación debería hacernos más confiados en el evangelismo, sabiendo que Dios está atrayendo gente, podemos esperar ver a aquellos que el Padre está atrayendo para que vengan a Él.
De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna. Yo soy el pan de vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera. Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo. Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí. Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que come de este pan, vivirá eternamente. Estas cosas dijo en la sinagoga, enseñando en Capernaum.
a. Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá parasiempre: Jesús habló de una manera retórica. Esta metáfora de comer y tomar era común en los tiempos de Jesús, y se refería a hablar desde lo más profundo del ser.
i. Algunos han tomado estas palabras más literalmente y las han aplicado a la comunión. De esto, la iglesia ortodoxa en el Este practica la comunión de los niños. Ellos creen que los niños no serán salvos a menos que participen de la comunión.
b. Vuestros padres comieron el maná, y murieron: El pan espiritual que Jesús ofrece es aún más grande que el maná que Israel comió en el desierto, porque “comer” el pan del cielo que Jesús ofrece trae vida eterna.
c. El que come de este pan, vivirá eternamente: Jesús nos ofrece pan celestial para una vida eternal, pero nosotros debemos comerlo. La fe en Jesús no es probar o admirar pero comer. Jesús nos dice que debemos tenerlo dentro de nosotros, y debemos comer de Él.
i. El ver una pieza de pan en un plato no va a satisfacer nuestra hambre. Saber cuáles son los ingredientes en el pan no va a satisfacer nuestra hambre. Tomar fotos al pan no va a satisfacer nuestra hambre. Platicar a los demás sobre el pan no va a satisfacer nuestra hambre. Vender el pan no va a satisfacer nuestra hambre. Aventar y cachar el pan no va a satisfacer nuestra hambre. Nada va a satisfacer nuestra hambre ni darnos vida a menos que de hecho nos comamos el pan. El que come de este pan, viviráeternamente.
Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír? Sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os ofende? ¿Pues qué, si viereis al Hijo del Hombre subir adonde estaba primero? El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida. Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar. Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre. Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él.
a. Dura es esta palabra: Esto se refiere a aquello que es difícil de aceptar, no a lo que es difícil de entender. No cabe duda que las palabras de Jesús les parecieron algo misteriosas, pero las partes que sí entendieron fue lo que les perturbó.
i. Jesús estaba demandando completa lealtad hacia Él y que todo lo demás –incluyendo pan literal- pasara a un segundo plano.
b. ¿Esto os ofende? Jesús no predicaba sólo para agradar a su audiencia. Si esa hubiera sido su preocupación, Él hubiera inmediatamente desdicho lo que acababa de decir, al ver que su audiencia se había ofendido. Jesús no se desdijo. Él los confrontó aún más.
c. ¿Pues qué, si viereis al Hijo del Hombre subir a donde estaba primero? Jesús está diciendo, ”Si todo esto les ha ofendido, ¿qué van a pensar cuando me vean en gloria y me tengan que responder en juicio?” Mejor ser ofendido ahora y sobreponerse, que ser ofendido entonces.
d. El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha: Este podría ser el “el tema principal” de todo este discurso de Jesús. El continuamente nos llama a poner nuestro corazón y atención en realidades espirituales, no en las carnales.
e. Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre: Jesús les reprendió por su motivación carnal para seguirle. Si ellos no le seguían por medio del Espíritu en lugar de buscarlo como una panadería ambulante, entonces sencillamente no habían venido a Él.
i. De los que vienen a Jesús en la carne, como éstos, se puede decir que no se han acercado para nada. Se han acercado a un dios falso, a un “dame” dios. No se han acercado como si les fuere dado del Padre.
f. Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él: Una vez que Jesús había descalificado todo motivo carnal para seguirle, muchos dejaron de hacerlo.
i. Si nosotros pudiéramos hacer lo mismo – ¿cuántos en nuestras iglesias dejarían de seguirlo?
ii. Por el contrario, muchas iglesias fomentan a la gente a seguir a Jesús por motivos carnales promoviendo a Jesús como un “producto” para “arreglar” nuestra vida – así como el pan arreglará nuestra hambre. Pero aquellos que se acercan a Jesús con ese enfoque de ventas y mercadotecnia, tendrán que venir a Él en Espíritu y verdad, o será revelado que nunca les fue dado del Padre el seguir a Jesús.
Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros? Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Jesús les respondió: ¿No os he escogido yo a vosotros los doce, y uno de vosotros es diablo? Hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simón; porque éste era el que le iba a entregar, y era uno de los doce.
a. ¿Queréis acaso iros también vosotros? Qué escena! Veintenas de discípulos que buscaban las cosas de la carne abandonan a Jesús, y Él les pregunta a los doce si también se quieren ir. Jesús busca con profundidad los motivos de todos los que le siguen, incluyendo a los doce.
b. Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna: Pedro nos hace suspirar mucho en los evangelios con las cosas que dice; pero aquí, hablando por los doce, brilla con gran resplandor. Su enfoque está donde debe estar – que Jesús tiene palabras de vida eterna y no, “Tú tienes el pan que satisface nuestros estómagos.”
i. Si no hemos llegado al lugar donde vemos a Dios y decimos, “¿A dónde más puedo ir?” aún en tiempos difíciles o confusos, entonces no hemos llegado muy lejos con Jesús.
ii. También nos recuerda que seguir a Jesús, aunque en ocasiones sea difícil, es mejor que cualquier otra alternativa. Seguir a Jesús es la manera más difícil de vivir – excepto todas las demás.
c. Hablaba de Judas Iscariote: La devoción sencilla y espiritual de los discípulos, hace ver la apostasía de Judas mucho más terrible.
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