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El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro, al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro. Entonces corrió, y fue a Simón Pedro y al otro discípulo, aquel al que amaba Jesús, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto.
a. María Magdalena fue de mañana…al sepulcro: Otros evangelios dicen que ella no fue la única mujer que llegó a la tumba esa mañana. Por lo menos otras tres mujeres la acompañaron. Pero María fue la única que corrió de regreso y les dijo a los discípulos que la tumba estaba vacía.
b. Se han llevado del sepulcro al Señor: María no estaba deseando una resurrección. Todavía no pensaba en la posibilidad de la resurrección, por eso pensó que el cuerpo había sido robado.
Y salieron Pedro y el otro discípulo, y fueron al sepulcro. Corrían los dos juntos; pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro, y llegó primero al sepulcro. Y bajándose a mirar, vio los lienzos puestos allí, pero no entró. Luego llegó Simón Pedro tras él, y entró en el sepulcro, y vio los lienzos puestos allí, y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, no puesto con los lienzos, sino enrollado en un lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo, que había venido primero al sepulcro; y vio, y creyó. Porque aún no habían entendido la Escritura, que era necesario que él resucitase de los muertos. Y volvieron los discípulos a los suyos.
a. El otro discípulo: Como un acto de humildad del autor, Juan no hace mención de su nombre, sino que se refiere a sí mismo como el otro discípulo.
b. Bajándose a mirar: Llegando a la tumba primero, Juan estaba mirando (la antigua palabra griega biepo que significa “ver claramente un objeto material,”) y vio los lienzos todavía en la tumba (y vio los lienzos puestos allí.)
c. Vio los lienzos puestos allí: Pedro, entrando, vio (la antigua palabra griega theoreo “contemplar, observar, escudriñar”) que la ropa estaba aún allí ordenada, era como si el cuerpo se hubiera “evaporado” dejando allí los lienzos.
i. La manera ordenada en que encontraron los lienzos muestra que no había sido un robo y que algo único había sucedido en la ahora vacía tumba.
d. El otro discípulo …vio, y creyó: Después de que Pedro entró a la tumba, entró Juan. Él entonces vio (la antigua palabra griega eido que significa “entender, percibir el significado de” y entonces Juan creyó.
i. Al ver los lienzos y cómo estaban acomodados sobre la “cama” de la tumba, Juan creyó que algo maravilloso e increíblemente único había sucedido.
e. Hasta ahorita, todo lo que tenemos es una tumba vacía. Pero los apóstoles nunca enfatizaron una tumba vacía sino a un Señor resucitado. Ellos sabían que Jesús había resucitado porque vieron y tocaron al Cristo resucitado.
f. Y, ¿qué fue lo que pasó con aquella ropa? ¿Es real el Sudario de Turín?
i. Nadie puede asegurarlo, pero, “La evidencia hasta ahora indica la probable conclusión de que el sudario es antiguo (probablemente del primer siglo), que no contradice lo dicho en el AT, y que la imagen no es falsa. Pudiera ser efectivamente el sudario de Jesús.” (Diccionario Evangélico de Teología)
ii. La imagen en el sudario es de un hombre crucificado, con barba, de 5 pies 11 pulgadas de altura, alrededor de 175 libras. Su físico era muscular, y se estima que tenía entre 30 y 35 años de edad. Su cabello largo estaba agarrado por atrás y no hay evidencia de descomposición en la tela.
iii. Los resultados del Proyecto de Investigación sobre el Sudario de Turín en octubre de 1978 determinan que el sudario no es una pintura ni una falsificación. Determinaron que la sangre es sangre real y que la imagen parece ser algún tipo de quemadura, aunque no pudieron determinar cómo fue hecha.
iv. Puede ser genuino, pero también puede haber una buena razón por la cual Dios no preservó estas vestiduras – no quería dejar alguna reliquia que inevitablemente sería adorada.
Pero María estaba fuera llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del sepulcro; y vio a dos ángeles con vestiduras blancas, que estaban sentados el uno a la cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto. Y le dijeron: Mujer, ¿por qué lloras? Les dijo: Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto.
a. Les dijo: Esta es una de las pocas veces en la Biblia donde alguien se encuentra con ángeles y no son embargados por miedo. Muestra que María estaba tan apesadumbrada por la pérdida de Jesús, que no le afectaba ni siquiera la aparición de ángeles.
Cuando había dicho esto, se volvió, y vio a Jesús que estaba allí; mas no sabía que era Jesús. Jesús le dijo: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré. Jesús le dijo: !!María! Volviéndose ella, le dijo: !!Raboni! (que quiere decir, Maestro).
a. Yo lo llevaré: Es posible que María haya sido una mujer grande y fuerte y que haya sido físicamente capaz de cargar el cuerpo de un hombre muerto. Pero es más probable que ella simplemente estaba tan llena de angustia y devoción, que no estaba pensando claramente en lo que decía.
i. “Sus palabras revelan su devoción. Ella nunca se detuvo a considerar cómo podría cargar el cuerpo de un hombre muerto ni cómo explicaría el traerlo con ella.” (Tenney)
b. Jesús le dijo !!María¡¡ Jesús solo tuvo que decir una palabra y todo quedó claro. “Nunca existió una articulación de una sola palabra que expresara más emoción que ésta.” (Tasker)
Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios. Fue entonces María Magdalena para dar a los discípulos las nuevas de que había visto al Señor, y que él le había dicho estas cosas.
a. No me toques: ¿Por qué Jesús no quería que María lo tocara? Realmente, la construcción de esta frase en el griego antiguo significa, “iniciar una acción que ha sido iniciada, en vez de evitar que algo inicie.” (Tenney) María se había tomado de Jesús y no quería soltarle.
i. Esto muestra que el cuerpo resucitado de Jesús era diferente, sin embargo, similar a Su cuerpo antes de la resurrección. Definitivamente era real y tangible, Jesús no era un fantasma.
ii. “Jesús no estaba protestando porque María no debía tocarlo para no contaminarlo, pero le estaba amonestando que no lo detuviera ya que volvería a verla a ella y a los discípulos otra vez.” (Tenney)
iii. “No necesitamos ser detenidos por esa curiosidad de interpretación que supone que le faltaba entrar a los cielos santísimos para completar el prototipo del Día de la Expiación que se había iniciado en la cruz.” (Bruce)
b. Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios: Jesús está marcando una diferencia entre Su relación con Dios y la relación de los discípulos con Dios.
i. “Él no dice ‘nuestro Padre’: entonces en un sentido Él es mío, en otro sentido Él es de ustedes. Por naturaleza es mío, por gracia es de ustedes … mi Dios, bajo quien yo también soy como hombre, vuestro Dios, y entre Él y yo soy vuestro mediador.” (Augustine)
c. Ve a mis hermanos, y diles: Es significativo el hecho de que Jesús hace de una mujer el primer testigo de Su resurrección. Los tribunales de justicia de aquel tiempo no reconocían el testimonio de una mujer, pero Jesús lo hizo.
i. Aquí también se puede discutir la verdad histórica de este evento. Si alguien hubiera fabricado esta historia, ¿hubieran puesto como primeros testigos a mujeres, quienes comúnmente (e injustamente) eran consideradas como testigos no confiables?
Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros.
a. Se nos mencionan cinco apariciones de Jesús en el día de la Resurrección: a María Magdalena, a las mujeres, a dos en el camino a Emaús, a Pedro y aquí a diez de los discípulos, Tomás estaba ausente. El evangelio de Juan menciona dos de estas cinco apariciones.
b. Estando las puertas cerradas … vino Jesús, y puesto en medio: ¿Cómo entró Jesús al cuarto? “Sólo podemos decir que Juan quiere que veamos que Cristo resucitado no estaba limitado por puertas cerradas.” (Morris) Aparentemente, los cuerpos resucitados no están sujetos a las mismas limitaciones que tienen nuestros cuerpos ahora.
c. Paz a vosotros: Después de que desertaron a Jesús el viernes, probablemente los discípulos esperaban palabras de reprimenda o culpa. En lugar de eso, Jesús trajo palabras de paz, una paz reconciliadora.
Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor. Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío. Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos.
a. Les mostró las manos y el costado: Jesús da certeza a Sus discípulos sobre quién es y de que Él realmente ha resucitado de los muertos.
b. Como me envió el Padre, así también yo os envío: Jesús da una misión a Sus discípulos de continuar Su obra en esta tierra.
c. Recibid el Espíritu Santo: Jesús da el Espíritu Santo a Sus discípulos, trayendo nueva vida y la habilidad de poder llevar a cabo su misión. Mucha gente ve la conexión entre este soplo sobre los discípulos y cuando Dios creó al hombre y sopló aliento de vida en él. Esta es una obra de re-creación así como Dios sopló vida en el primer hombre. Aquí es cuando los discípulos nacen de nuevo.
d. A quienes remitiereis los pecados: Jesús da autoridad a Sus discípulos para anunciar perdón y advertir de culpa, siendo autorizados por el Espíritu Santo.
i. Esto establece el deber de la iglesia de proclamar perdón al pecador arrepentido y el deber de la iglesia de advertir al no creyente que está en peligro de perder el derecho a la misericordia de Dios.
e. Jesús quiere continuar este ministerio cuádruple de dar a los creyentes de hoy en día una seguridad, una misión, el Espíritu Santo y autoridad.
Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino. Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. El les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré. Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás respondió y le dijo: !!Señor mío, y Dios mío! Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste, bienaventurados los que no vieron, y creyeron.
a. Si no viere …no creeré: Tomás no era alguien que duda, sino un incrédulo que no aceptaba el válido testimonio de otros.
b. No seas incrédulo, sino creyente: Jesús explícitamente le repite a Tomás sus propias demandas. Esto debe haber sido muy impresionante para Tomás, así como muy convincente.
i. No seas incrédulo, sino creyente: Jesús también explícitamente le manda que deje su incredulidad y comience a creer.
c. Señor mío y Dios mío: Ambos títulos, Señor y Dios eran títulos de deidad, y Tomás resueltamente y explícitamente otorga estos títulos a Jesús. Jesús acepta estos títulos, y no le dijo a Tomás, “No me llames así.”
d. Bienaventurados los que no vieron y creyeron: Hay una especial promesa de bendición dada a aquellos que creen. La fe de Tomás es el clímax del libro. Jesús ha triunfado sobre la enfermedad, el pecado, hombres malos, la muerte y el dolor, ahora Él conquista la incredulidad.
e. De muchas maneras Tomás es un buen ejemplo. Se rehusó a decir que entendía cuando no entendía; se rehusó a decir que creía cuando no creía. Y cuando sí entendió y creyó, llamó a Jesús Señor y Dios.
Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.
a. Hizo además Jesús muchas otras señales: Juan admite que presenta una colección incompleta, escrita con un propósito.
b. Uno acumula todo lo posible de un profeta muerto, es todo lo que uno tiene de él. Pero de una persona viva, uno sólo dice lo suficiente como para presentarlo a los que escuchan. Juan confía que una relación personal con Jesús traerá más revelación al creyente.
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