Habiendo dicho Jesús estas cosas, salió con sus discípulos al otro lado del torrente de Cedrón, donde había un huerto, en el cual entró con sus discípulos.
a. Al otro lado del torrente de Cedrón: Cuando Jesús salió de Jerusalén y cruzó el torrente de Cedrón, el torrente estaba rojo de la sangre de miles de corderos de la Pascua. Esto debe haber sido para Jesús un recordatorio muy vivo de su cercano sacrificio.
b. Había un huerto: La última vez que había habido una batalla como ésta en un huerto, había sido en el huerto del Edén. Jesús entra a este huerto como el segundo Adán, listo para tener una lucha con Satanás. El primer Adán esperó a que Satanás se acercara a él, pero este Adán toma la iniciativa.
Y también Judas, el que le entregaba, conocía aquel lugar, porque muchas veces Jesús se había reunido allí con sus discípulos. Judas, pues, tomando una compañía de soldados, y alguaciles de los principales sacerdotes y de los fariseos, fue allí con linternas y antorchas, y con armas. Pero Jesús, sabiendo todas las cosas que le habían de sobrevenir, se adelantó y les dijo: ¿A quién buscáis? Le respondieron: A Jesús nazareno. Jesús les dijo: Yo soy. Y estaba también con ellos Judas, el que le entregaba. Cuando les dijo: Yo soy, retrocedieron, y cayeron a tierra.
a. Una compañía de soldados: Es sólo Jesús contra un pequeño ejército, pero Jesús es más poderoso que esta compañía de soldados.
b. ¿A quién buscáis?….Yo soy: Los soldados vienen con armas y antorchas para capturar a un galileo campesino, pero se encuentran con Uno quien habla como Dios, diciendo el divino Yo soy.
c. Cuando les dijo: Yo soy, retrocedieron, y cayeron a tierra: Cuando Jesús declara quien es (Yo soy,) los soldados se desploman. Aunque es impresionante, es una humilde demostración del poder de Jesús – después de todo, Él pudo haberlos destruido a todos con fuego del cielo. Jesús siempre mostró su majestad en maneras que hablaban de humildad y debilidad.
i. Jesús nació como un humilde bebé, sin embargo fue anunciado por ángeles. Fue acostado en un pesebre, sin embargo fue anunciado por una estrella. Fue sometido al bautismo, pero luego escuchó la voz Divina de aprobación. Durmió cuando estaba exhausto, pero se despertó para calmar la tormenta. Jesús lloró ante la tumba, pero después llamó al muerto a la vida. Se sometió a los soldados que lo arrestaban, después proclamó Su majestad y los derribó. Jesús murió en la cruz, pero en ella venció al pecado, a la muerte y a Satanás.
Volvió, pues, a preguntarles: ¿A quién buscáis? Y ellos dijeron: A Jesús nazareno. Respondió Jesús: Os he dicho que yo soy; pues si me buscáis a mí, dejad ir a éstos; para que se cumpliese aquello que había dicho: De los que me diste, no perdí ninguno. Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la desenvainó, e hirió al siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. Y el siervo se llamaba Malco.
a. Dejad ir a éstos: Jesús realmente no fue “arrestado,” Él voluntariamente se dejó llevar para proteger a Sus discípulos. Después de todo, Él podría haber continuado diciendo YO SOY, y alejarse de ahí!
b. Si me buscáis a mí, dejad ir a éstos: Es el mismo amor que llevó a Jesús a la cruz por todos nosotros. Al llevar nuestro juicio por el pecado, Él dijo lo mismo a la justicia del Padre.
c. Pedro, ansioso de probar que nunca negaría a Jesús, cortó la oreja del siervodel sumo sacerdote. “Es excesivamente inconsciente por parte de Pedro el tratar de probar su fe por medio de la espada, cuando no lo pudo hacer por medio de su lengua.” (Calvin)
Jesús entonces dijo a Pedro: Mete tu espada en la vaina; la copa que el Padre me ha dado, ¿no la he de beber? Entonces la compañía de soldados, el tribuno y los alguaciles de los judíos, prendieron a Jesús y le ataron, y le llevaron primeramente a Anás; porque era suegro de Caifás, que era sumo sacerdote aquel año. Era Caifás el que había dado el consejo a los judíos, de que convenía que un solo hombre muriese por el pueblo.
a. Anás no era el sumo sacerdote oficial, pero como suegro de Caifás. Él era “el poder detrás del trono.”
Y seguían a Jesús Simón Pedro y otro discípulo. Y este discípulo era conocido del sumo sacerdote, y entró con Jesús al patio del sumo sacerdote; mas Pedro estaba fuera, a la puerta. Salió, pues, el discípulo que era conocido del sumo sacerdote, y habló a la portera, e hizo entrar a Pedro. Entonces la criada portera dijo a Pedro: ¿No eres tú también de los discípulos de este hombre? Dijo él: No lo soy. Y estaban en pie los siervos y los alguaciles que habían encendido un fuego; porque hacía frío, y se calentaban; y también con ellos estaba Pedro en pie, calentándose.
a. Hasta este momento, Pedro está lleno de contradicciones. Fue muy valiente con una espada en la mano, pero un cobarde delante de una sencilla sierva.
Y el sumo sacerdote preguntó a Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina. Jesús le respondió: Yo públicamente he hablado al mundo; siempre he enseñado en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos, y nada he hablado en oculto. ¿Por qué me preguntas a mí? Pregunta a los que han oído, qué les haya yo hablado; he aquí, ellos saben lo que yo he dicho. Cuando Jesús hubo dicho esto, uno de los alguaciles, que estaba allí, le dio una bofetada, diciendo: ¿Así respondes al sumo sacerdote? Jesús le respondió: Si he hablado mal, testifica en qué está el mal; y si bien, ¿por qué me golpeas? Anás entonces le envió atado a Caifás, el sumo sacerdote.
a. El sumo sacerdote preguntó a Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina: Anás pregunta por los discípulos de Jesús, tal vez por temor, o por celos. Jesús no menciona a Sus discípulos para nada, protegiéndolos hasta el final.
b. ¿Por qué me preguntáis a mí? Pregunta a los que han oído, qué les haya yohablado: No es que al decir esto, Jesús no haya querido cooperar, sólo estaba haciendo valer su derecho legal. No habría de haber cargo legal hasta que se hubiese escuchado a los testigos y su testimonio hubiese sido demostrado como verdadero.
i. Era deber del Sumo Sacerdote llamar a los testigos primero, comenzando con los de la defensa. Las protecciones legales básicas para los acusados bajo la ley judía, no se siguieron en el juicio de Jesús.
Estaba, pues, Pedro en pie, calentándose. Y le dijeron: ¿No eres tú de sus discípulos? El negó, y dijo: No lo soy. Uno de los siervos del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro había cortado la oreja, le dijo: ¿No te vi yo en el huerto con él? Negó Pedro otra vez; y en seguida cantó el gallo.
a. Notemos que no es la fe de Pedro la que falla, sino su valor. Después de su fracaso, él llora amargamente, porque realmente ama a su Señor.
a. Pilato en ese tiempo se caracterizaba como “naturalmente inflexible e implacable en su vanagloria” y fue acusado de corrupción, violencia y extorsión.
b. En el pasado había mostrado gran insensibilidad hacia las tradiciones y asuntos religiosos de los judíos y los judíos se habían quejado de él anteriormente.
c. El emperador Tiberio era sospechoso de conspiración, y no estaba de humor para tolerar cualquier deslealtad, por lo tanto Pilato, el gobernador, estaba en la cuerda floja.
Llevaron a Jesús de casa de Caifás al pretorio. Era de mañana, y ellos no entraron en el pretorio para no contaminarse, y así poder comer la pascua. Entonces salió Pilato a ellos, y les dijo: ¿Qué acusación traéis contra este hombre? Respondieron y le dijeron: Si éste no fuera malhechor, no te lo habríamos entregado. Entonces les dijo Pilato: Tomadle vosotros, y juzgadle según vuestra ley. Y los judíos le dijeron: A nosotros no nos está permitido dar muerte a nadie; para que se cumpliese la palabra que Jesús había dicho, dando a entender de qué muerte iba a morir.
a. Ellos no entraron en el pretorio para no contaminarse: Con gran ironía, Juan expone la hipocresía de los sacerdotes. Ellos están por asesinar a Jesús quien era inocente, sin embargo tenían temor de la deshonra ceremonial.
b. Tomadle vosotros, y juzgadle según vuestra ley: Pilato prefería no tomar el caso, sin embargo los judíos querían que lo tomaran para poder, legalmente, matar a Jesús.
i. Puede ser que en parte los judíos hayan empujado la crucifixión para traer sobre Jesús la maldición de Deuteronomio 21:22-23. Él llevó esa maldición para redimirnos de la maldición de la ley (Gálatas 3:13)
c. Para que se cumpliese la palabra que Jesús había dicho: La manera que Jesús murió también cumpliría Sus propias palabras (que el Hijo del Hombre sea levantado (Juan 3:14) Si los judíos hubieran matado a Jesús, hubiera sido apedreado en vez de crucificado y Su profecía sobre Su muerte no se hubiera cumplido.
Entonces Pilato volvió a entrar en el pretorio, y llamó a Jesús y le dijo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Jesús le respondió: ¿Dices tú esto por ti mismo, o te lo han dicho otros de mí? Pilato le respondió: ¿Soy yo acaso judío? Tu nación, y los principales sacerdotes, te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?
a. La pregunta de Pilato revela duda. Él pregunta, ¿Eres tú el Rey de los judíos? Pregunta porque Jesús no se veía como un revolucionario o un criminal quienes hubieran sido los únicos tontos en proclamar, en la cara de Roma, que eran el Rey de los judíos.
b. ¿Dices tú esto por ti mismo? Jesús debe aclarar esta pregunta debido al concepto romano de rey. Para los romanos, “rey” significaba un rival político. Aunque Jesús era un Rey, no era un rival político en el sentido que Pilato pensaba.
Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí.
a. Mi reino no es de este mundo: Aquí Jesús declara la gran y permanente diferencia entre el Reino de Dios y los reinos de este mundo. El reino de Jesús se origina en el cielo (Mi reino no es de este mundo.) El fundamento del reino de Jesús es paz (sus servidores no pelearán.)
b. Mi reino no es de aquí: Agustín observó en este versículo que los reinos terrenales están basados en la fuerza, el orgullo, el amor a la vanagloria, el deseo de tener dominio y un interés propio – todos mostrados en Pilato y el Imperio Romano.
i. Los imperios terrenales tienen un propósito en el que contienen la maldad y preservan el orden, pero son muy diferentes del reino de Dios, y deben permanecer separados, distintos.
c. El reino celestial ejemplificado por Jesús y la cruz está basado en amor, sacrificio, humildad y justicia – y es para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura (1ª Corintios 1:23)
d. Los Cristianos deben cuidar el vivir y servir con el poder demostrado en la cruz, no con el poder de Roma. La clave para vivir en el reino de Jesús no está en querer mandar sobre otros o sobre cosas, sino en ser completamente gobernados por Dios.
i. “Este es el punto crucial. Mientras que la política humana está basada en la premisa de que la sociedad debe cambiar para que la gente cambie, en la política del Reino es la gente la que debe cambiar para cambiar la sociedad. (Charles Colson- Reinos en Conflicto)
ii. En los tiempos de Jesús, estaban condicionados a buscar la salvación en soluciones políticas – nosotros también nos vemos tentados a promover los propósitos del reino por el poder de este mundo; la historia muestra que cualquier beneficio ganado es grandemente contrarrestado por los compromisos con el estado religioso.
e. Mi reino no es de aquí: Puede ser que Pilato se haya sentido aliviado con la respuesta de Jesús que su reino no era de este mundo porque no sabía cuál de los dos reinos era el más fuerte.
i. El Rey eterno que gobierna sobre las almas de los hombres es más poderoso que un enemigo externo con ejércitos poderosos. Roma se ha ido, Napoleón se ha ido, Hitler se ha ido, pero el Reino de Jesús prevalece.
Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz. Le dijo Pilato: ¿Qué es la verdad? Y cuando hubo dicho esto, salió otra vez a los judíos, y les dijo: Yo no hallo en él ningún delito.
a. ¿Qué es la verdad? “Esa era la pregunta de un político práctico, quien no le daba importancia a las especulaciones de los filósofos ni a los sueños de los entusiastas. Si la verdad era lo único que le preocupaba a Jesús, no había necesidad, según Pilato, de tomarlo seriamente.” (McClymont)
b. Para Pilato los soldados, los ejércitos eran la verdad, Roma era la verdad, César era la verdad, el poder político era la verdad, pero Jesús sabía lo que era la verdad, mientras Pilato la seguía buscando. ¿Por qué los Cristianos tratan de promover la verdad de Jesús por medio de la verdad de Pilato?
c. Yo no hallo en él ningún delito: Con esto, Pilato declara a Jesús “inocente.” Es difícil decirlo de una manera más clara. Jesús juzgado por un gobernador romano, es declarado inocente – aun así fue llevado a la cruz.
Pero vosotros tenéis la costumbre de que os suelte uno en la pascua. ¿Queréis, pues, que os suelte al Rey de los judíos? Entonces todos dieron voces de nuevo, diciendo: No a éste, sino a Barrabás. Y Barrabás era ladrón.
a. ¿Queréis, pues, que os suelte al Rey de los judíos? Pilato trata de encontrar una salida fácil respecto a Jesús, pero no la encuentra.
b. No a éste, sino a Barrabás: Pilato esperaba que la multitud liberara a Jesús, en vez de eso, lo condenó. Debido a esto, para Pilato fue imposible ir en contra de los líderes judíos y de la multitud.
i. Es una escena extraña, casi una locura: un gobernador romano cruel y despiadado tratando de ganar la vida de un maestro judío que hacia milagros, en contra de los esfuerzos de tanto los líderes judíos como de las multitudes.
ii. ¿Cómo era posible que las multitudes se volvieran en contra de Jesús tan rápido? Hay varias explicaciones posibles. Primero, muchos de ellos probablemente estaban decepcionados que este Mesías que entró montando un pollino a Jerusalén no hizo lo que ellos querían que un Mesías hiciera. Segunda, existe una tendencia en mucha gente de destruir a los héroes que ellos mismos han levantado; podemos ver esto en nuestra cultura en estos tiempos.
iii. Entonces la multitud rechazó a Jesús y aceptó a Barrabás, cuyo nombre significa “hijo del padre,” y quien era un terrorista y un asesino. Si alguien debiera poder decir, “Jesús murió por mí,” debiera ser Barrabás. Él supo lo que era que Jesús muriera en lugar su, el inocente por el culpable.
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