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Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo:
a. La Biblia está llena de grandes oraciones. Nos impresiona la oración de Salomón (1ª Reyes 8), la oración de Abraham (Génesis 18), y la oración de Moisés (Éxodo 32.) Pero esta oración es, por mucho, la mejor que se haya registrado en la Biblia.
b. “No existe una voz que haya sido escuchada en el cielo o en la tierra más exaltada, más santa, más fructífera, más sublime que ésta oración ofrecida por el Hijo mismo.” (Melancthon)
c. Lo más profundo del ser de una persona es revelado en una oración genuina. Esta es una oportunidad única para ver la naturaleza y el corazón de Jesús. En esta oración, Jesús menciona varios temas que se desarrollan en este evangelio: gloria, glorificar, enviar, creer, mundo, amor.
d. Jesús levantó sus ojos cuando oró. Esta es una postura que generalmente no asociamos con una oración profunda. Tendemos a inclinar la cabeza y cerrar nuestros ojos. Esto nos muestra que no debemos confundir las costumbres no esenciales de la oración con los aspectos esenciales de la oración.
Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti.
a. Padre, la hora ha llegado: Antes, la hora de Su glorificación (iniciando con Su muerte) no había llegado todavía (Juan 2:4, 7:8, 7:30, 8:20). Ahora, la hora hallegado.
b. Glorifica a tu Hijo: Jesús ora primero por sí mismo, pero Su petición no es para nada egoísta. Su preocupación por Él mismo es realmente una preocupación por la gloria del Padre.
i. “No habrá gloria para el Padre si el Sacrificio de Jesús no es aceptado, o si el Hijo no es restaurado al lugar que le pertenece en presencia de la gloria del Padre. Eso significaría que la misión divina había sido un fracaso, los propósitos de la gracia por siempre derrotados.” (Carson)
c. La hora ha llegado….glorifica a tu Hijo: Es la cruz (ver Juan 12:27-33, 13:30-33, 21:18-19) la que glorificará al Hijo. La cruz es total humillación para el mundo, pero un instrumento para glorificación en los ojos de Dios.
i. ¿Estamos dispuestos a abrazar la cruz, aun cuando el mundo la vea como una humillación?
d. Para que también tu Hijo te glorifique a ti: ¿Cómo glorifica la cruz al Padre? “El Hijo glorificó al Padre revelando la soberanía de Dios sobre el mal, la compasión de Dios por los hombres, y la finalidad de la redención de los creyentes.” (Finney)
Como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste.Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.
a. Le has dado potestad sobre toda carne: Jesús demanda una impresionante autoridad, “Autoridad que determina el destino final del hombre.” (Tasker)
b. Para que le dé vida eterna a todos los que le diste: Jesús mismo es el grandioso y exclusivo camino a la vida eterna
c. Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti: La vida eterna se encuentra en un conocimiento experimental (ginoko) de Dios, revelada en Jesucristo.
i. La vida es una participación activa en un entorno: la muerte es la ausencia de esa participación activa. Vida eterna significa que estamos vivos y activos en el entorno de Dios. Si nuestras vidas no son dominadas por Dios y el entorno Espiritual, tenemos la misma vida que los animales y estamos muertos para Dios y Su entorno.
Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese.Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.
a. He acabado la obra: Jesús, con una confianza y seguridad divina, ve la obra en la cruz ya terminada.
i. Asimismo, Dios ve la obra de transformación y perfección en nosotros ya completada.
b. Aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese: Esta oración no podría venir de Jesús si Él no fuera el mismo Yahweh, igual con el Padre. En Isaías 42.8 y 48:11 Yahweh proclama que no comparte Su gloria con nadie. Si el Padre y el Hijo comparten Su gloria, ambos deben ser Yahweh.
He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra.Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado, proceden de ti;porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste.
a. Habiendo enseñado y fortalecido a los discípulos tanto como pudo en la víspera de la desesperanza, Jesús ahora hace algo grandioso, Él los encomienda al Padre en oración.
b. He manifestado tu nombre a los hombres: Jesús no simplemente enseñó sobre el nombre (carácter) de Dios, Él manifestó (demostró) ese carácter.
i. “Dios es amor” o “Dios es santo” debe de ser vivido tanto como creído. Jesús hizo ambos por Sus discípulos y los guió a vivir y a creer lo que era correcto delante de Dios.
c. Han guardado tu palabra: Cuando pensamos en todos los fracasos y decepciones de los discípulos, esta es una valoración amable de Jesús. Él les juzga con generosidad.
d. Han conocido verdaderamente que salí de ti: Puede ser que no entiendan todo, pero creen en el origen Divino de Jesús y en Sus enseñanzas.
Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son,y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos.
a. Cuando Jesús dice no ruego por el mundo, no es que no le interese la situación del mundo. Es porque se estaba enfocando en Sus propios discípulos. “Él estaba orando por el instrumento que estaba creando, a través del cual Él alcanzaría al mundo.” (Morgan)
b. Todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío: Cualquiera puede decir a Dios el Padre lo mío es tuyo, pero sólo Jesús puede decir lo tuyo es mío.
c. He sido glorificado en ellos: Nadie más que Jesús debe ser glorificado en el creyente. Algunos líderes tienen la tendencia de glorificarse a sí mismos en sus seguidores, peo debería de ser solo Jesús.
Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros.Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese.
a. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre: La base de la petición de Jesús está arraigada en el nombre (carácter) de Dios. Dios es glorificado al completarse Su obra en nosotros.
i. El que continuemos en Jesús no se deja a nuestro esfuerzo solamente. El mundo, la carne y el diablo son tan poderosos, tan penetrantes y tan seductivos que nunca podríamos permanecer por nuestros propios esfuerzos. Si continuamos con Jesús, es porque Él ha orado por nosotros, “Padre, guárdalos.”
b. Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre: Jesús mantuvo al grupo apostólico junto y a salvo durante Su ministerio aquí en la tierra. Él ora para que se continúe “guardando.”
c. Ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición: Hubo solo una excepción a la obra de Jesús de guardar a Sus discípulos, Judas. Esto fue porque, en el cumplimiento de la profecía, Judas era el hijo de perdición, el que fue destinado para el mal y destrucción.
i. Tenney en el hijo de destrucción, “La frase denota un personaje abandonado, uno finalmente perdido y entregado al mal.”
Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos.Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
a. Para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos: El propósito de Dios es multiplicar nuestro gozo, no disminuirlo. El mundo, la carne y el diablo nos dicen algo diferente, pero Dios quiere un gozo cumplido en nuestras vidas.
i. El gozo de Jesús siempre será una leve chispa en el creyente carnal, el verdadero gozo viene al permanecer en Él.
b. No ruego que los quites del mundo: Esta oración de Jesús nos previene en contra de buscar refugio en un aislamiento Cristiano; en monasterios modernos. Nuestra meta es estar en el mundo, pero no ser del mundo o del maligno; así como un barco está en el océano, pero sin permitir que el océano esté en el barco.
c. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo: ¿Podríamos haber dicho esto de los discípulos? Jesús nos está mostrando que no debemos ser perfectos para ser espirituales.
Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo.Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.
a. Santifícalos en tu verdad: Santifícalos significa ser apartados para el uso y gozo especial de Dios. Esto implica santidad, ser apartados de la corrupción del mundo y para el uso de Dios
i. Jesús no nada mas dejó a los discípulos para que se santificaran a sí mismos. Él oró por su santificación. Este proceso, así como el de ser guardados no nos es dejado para que lo hagamos solos; es una obra de Dios en nosotros y a través de nosotros.
b. Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad: La dinámica detrás de la santificación es la verdad. La palabra de Dios leída, escuchada, comprendida y aplicada.
c. Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo: El pensamiento de servicio se encuentra en medio de la santificación. Somos apartados para servir, no para admirarnos mutuamente.
Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos.
a. Mas no ruego solamente por éstos: Jesús oró por sus once discípulos, pero tuvo el corazón y la visión para orar más allá de ellos. Él oró por aquellos que vendrían a la fe por el testimonio de estos discípulos. Él oró por nosotros.
b. Los que han de creer en mí por la palabra de ellos: Esto muestra que Jesús esperaba que el fracaso eminente de ellos solo fuera temporal. Otros les escucharían y llegarían a creer en Jesús por el testimonio de los discípulos.
i. Jesús fue a la cruz sabiendo que su sacrificio no sería en vano; no estaba “esperando” en los discípulos.
Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.
a. Para que todos sean uno: Jesús se imagina esa gran multitud delante del trono de Dios, de cada raza, lengua, clase y estrato social y ora para que puedan sobreponerse a sus diferentes culturas y entiendan su unidad.
b. Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti: Jesús no oró por uniformidad ni por una unidad institucional entre creyentes, sino por una dinámica personal de unidad, reuniendo la rica diversidad de la Iglesia.
i. La uniformidad busca reunir al trigo y la cizaña, no puede ser hecho. Unidad de instituciones no asegura unidad de Espíritu.
c. Debemos creer que esta oración fue contestada y que la iglesia es una. Nuestra falta es en no reconocer y no caminar en ese hecho.
d. Para que el mundo crea: Los estándares de unidad por los que Jesús oró son altos. La unidad espiritual de los Cristianos está ligada con la manera que la iglesia presenta a Jesús al mundo.
e. Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti: El fundamento de nuestra unidad es el mismo fundamento de la unidad entre el Padre y el Hijo: equidad de persona. Todos estamos al mismo nivel en la cruz.
La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno.
a. La gloria que me diste, yo les he dado: Debería haber una gloria compartida entre creyentes, la gloria del Cristo presente. El estar conscientes de Jesús en nuestra presencia promoverá unidad.
b. Si tenemos la gloria que el Padre dio al Hijo, recordemos que era una gloria que en ocasiones parecía humilde, débil y doliente y que fue ultimadamente desplegada en sacrificio.
Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.
a. Yo en ellos y tú en mí: Hay unidad de compromiso, o de temor, o de coersión. Jesús quería una unidad de amor y de una identidad común en Jesús.
b. Aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos esténconmigo: Jesús pide por la consumación de la unidad – una promesa de de estar unidos a Él de la que podemos estar seguros.
c. El fuerte deseo y oración de Jesús por Sus seguidores era que ellos fueran guardados, santificados, y unificados. ¿Compartimos nosotros esos mismos deseos? O, ¿Emanan nuestros deseos de este mundo más que del corazón de Jesús?
Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste.Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.
a. Yo te he conocido: Jesús está próximo a llegar a la cruz, y Él está lleno de fe y de triunfo. La batalla está adelante, pero Él la enfrenta como conquistador.
i. Aunque todo el mundo decía que Él estaba equivocado, Jesús sabía que estaba en lo correcto. La mente de Jesús no está ensombrecida por confusión o temor.
b. Que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos: La oración concluye con el gran secreto de la vida Cristiana – Jesús y Su amor morando en el creyente.
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