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Ahora bien, aun el primer pacto tenía ordenanzas de culto y un santuario terrenal. Porque el tabernáculo estaba dispuesto así: en la primera parte, llamada el Lugar Santo, estaban el candelabro, la mesa y los panes de la proposición. Tras el segundo velo estaba la parte del tabernáculo llamada el Lugar Santísimo, el cual tenía un incensario de oro y el arca del pacto cubierta de oro por todas partes, en la que estaba una urna de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del pacto; y sobre ella los querubines de gloria que cubrían el propiciatorio; de las cuales cosas no se puede ahora hablar en detalle.
a. Un santuario terrenal: El tabernáculo ordenado por el Antiguo Pacto fue planeado por Dios, pero planeado para un servicio terrenal.
b. Porque el tabernáculo estaba dispuesto así: El tabernáculo era una carpa de 45 pies de largo, 15 pies de ancho, y 15 pies de alto, dividido en dos habitaciones. La habitación más grande (la primera parte) era el “lugar santo” de 15 por 30 pies. Tras el segundo velo estaba la habitación más pequeña, de 15 por 15 pies, llamada El Lugar Santísimo.
c. El candelabro, con una caña central y seis brazos, estaba en la primera parte y no tenía una medida específica, fue hecho de oro puro; proveía de la única luz en el tabernáculo (Éxodo 25:31-40).
d. La mesa estaba en la primera parte y fue hecha con madera de Acacia cubierta con oro, tenía 3 pies de largo, 1½ pies de ancho y 2 pies 3 pulgadas de alto. Sostenía los doce panes de la proposición, cada uno representando la comunión de Dios con las doce tribus de Israel. (Éxodo 25:23-30).
e. El santuario se refiere a la primera parte, conocida como el “Lugar Santo.” Un velo (una cortina gruesa) separaba a la primera parte del Lugar Santísimo (Éxodo 26:31-33).
f. El incensario de oro fue hecho de madera de Acacia cubierta con oro, tenía 1½ pies cuadrados, y 3 pies de alto. Estaba delante del velo en el “lugar santísimo”, y era usado para quemar incienso (Éxodo 30:1-8).
g. El arca del pacto estaba dentro del Lugar Santísimo, y era un cofre hecho de madera de acacia cubierto de oro, de 3¾ pies de largo, 2¼ pies de ancho, y 2¼ pies de alto, con cuatro anillos, dos de cada lado, donde iban las varas que sería utilizadas para cargarla. (Éxodo 25:10-22).
i. Dentro del arca estaban la urna de oro que contenía el maná (Éxodo 16:33), la vara de Aarón que reverdeció (Números 17:6-11), y las tablas del pacto (Éxodo 25:16).
ii. El maná le recordaba a Israel la provisión de Dios y su ingratitud. La vara de Aarón les recordaba de su rebelión contra la autoridad de Dios. Las tablas del pacto les recordaban de su fracaso al tratar cumplir con los Diez Mandamientos y el resto de la ley.
h. El propiciatorio era la “tapa” ornamentada del arca del pacto, hecha con diseños de querubines sobre ella; la sangre del sacrificio era rociada sobre él para el perdón de los pecados de Israel en el día de la expiación (Éxodo 25:17-22).
i. Cuando Dios miraba dentro del arca, Él veía los símbolos de la rebelión y el fracaso de Israel. Pero cuando se aplicaba la sangre del sacrificio sobre el propiciatorio, su visión del pecado de Israel era cubierta con la sangre del sacrificio.
Y así dispuestas estas cosas, en la primera parte del tabernáculo entran los sacerdotes continuamente para cumplir los oficios del culto; pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo;
a. En la primera parte del tabernáculo entran los sacerdotes continuamente para cumplir los oficios del culto: Los sacerdotes, como se les había designado, entraban diariamente al “Lugar Santo” para realizar sus funciones sacerdotales, tales como cuidar el candelero y sustituir los panes de la proposición.
b. Pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año: Al “Lugar Santísimo” se entraba solamente una vez al año, lo hacía sólo el sumo sacerdote, en el Día de la Expiación.
c. El sumo sacerdote una vez al año, no sin sangre: Su entrada a la segunda parte no era para tener comunión, sino solo por expiación, primero por sus propios pecados, y luego por los pecados de su pueblo.
i. El acceso al Lugar Santísimo estaba severamente restringido, e incluso cuando alguien podía entrar, no era para tener una verdadera comunión con Dios.
ii. Los antiguos Rabinos judíos escribieron acerca de cómo el sumo sacerdote no hacía muy prolongada su oración dentro del Lugar Santísimo, porque podía hacer que el pueblo pensara que había muerto. Cuando él salía, ofrecía una fiesta para todos sus amigos, porque había salido sin peligro de la presencia de Dios.
d. Los pecados de ignorancia del pueblo: Los pecados de la ignorancia eran el objetivo principal del Día de la expiación. Se asumía que ya se habían ocupado del pecado conocido a través de las ofrendas regulares por el pecado y los sacrificios diarios.
i. En este aspecto, el trabajo de Jesús es mucho más grande que el trabajo hecho en el Día de la Expiación. La obra de Jesús en la cruz es suficiente para expiar los pecados de la ignorancia y también aquellos que conocemos.
Dando el Espíritu Santo a entender con esto que aún no se había manifestado el camino al Lugar Santísimo, entre tanto que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie. Lo cual es símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto, ya que consiste sólo de comidas y bebidas, de diversas abluciones, y ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas.
a. Aún no se había manifestado el camino al Lugar Santísimo, entre tanto que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie: El viejo tenía que desaparecer antes de que el nuevo camino de Dios pudiera ser revelado.
b. Lo cual es símbolo para el tiempo presente: Símbolo es la palabra griega antigua parabole. El tabernáculo mismo y todo lo que el Antiguo Pacto representaba sugerían verdades más profundas, parábolas del Nuevo Pacto.
c. No pueden hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto: El servicio sacerdotal realizado hoy (en el tiempo del escritor) no hace limpios ni perfectos en cuanto a la conciencia.
i. Si la purificación es incompleta para el sacerdote, ¡qué tanto más para la persona, en cuyo beneficio trabajaba el sacerdote!
c. Ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas: La debilidad del servicio sacerdotal bajo el Antiguo Pacto era su incapacidad para hacer frente a la necesidad de una transformación interna en el hombre; por lo tanto sólo era impuesta hasta el tiempo de reformar las cosas.
Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación,
a. Por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos: Jesús, como nuestro Sumo Sacerdote, ministra en un santuario superior- en el trono mismo de Dios, un lugar más grandioso que cualquier cosa que manos humanas pudieran hacer.
Y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.
a. La sangre de machos cabríos y de becerros eran suficientes para cubrir el pecado temporalmente; pero solo un sacrificio perfecto podía obtener eterna redención.
i. El sacrificio de Jesús fue superior en que era perfecto, voluntario, racional, y motivado por el amor.
b. Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos… santifican para la purificación de la carne, ¿cuánto más la sangre de Cristo?: Si estos sacrificios imperfectos eran considerados como suficientes por Israel, ¿Cuánto más deberían considerar la máxima suficiencia del sacrificio perfecto?
i. Las cenizas de la becerra se refiere a los restos de una ofrenda de holocausto que eran preservados y echados en la fuente de bronce para lavar, para proveer del agua adecuada para la ceremonia de purificación (Números 19:1-10).
ii. Esto era una sombra, que fue cumplida y terminada cuando Jesús ofreció una purificación perfecta; no hay ningún valor en el “agua bendita” usada por la Iglesia Católica Romana.
iii. Supuestamente, hay una búsqueda de una “vaca roja” que puede ser sacrificada, y sus cenizas utilizadas como parte de la restauración de las funciones sacerdotales para un reconstruido templo en Jerusalén.
c. ¿Cuánto más la sangre de Cristo… limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? El sacrificio de Jesús es suficiente para restaurar incluso a nuestra dañada conciencia.
i. Nuestra conciencia es una maravillosa herramienta de Dios. Pero no es perfecta. Nuestra conciencia puede ser cauterizada (1 Timoteo 4:2). Nuestra conciencia puede ser corrompida (Tito 1:15). Nuestra conciencia puede ser mala (Hebreos 10:22).
d. Limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo: Obras muertas probablemente lleva la idea del pecado en general, en el sentido de “obras que traen la muerte.” Pero también debe hablar de la vana continuación del Antiguo Pacto, lo que ciertamente es una obra muerta – y el tipo de cosas a las que estos desalentados cristianos estaban tentados a regresar.
e. Es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte: El trabajo de Jesús como mediador fue fundamentalmente logrado con su muerte. Su trabajo celestial como mediador se basa en ese sacrificio perfecto.
f. Para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto: El pago de Jesús en la cruz logró la remisión de las transgresiones para aquellos que estaban bajo el primer pacto. Cada sacrificio por el pecado hecho por fe bajo el mandato Mosaico fue un pagaré cobrado en la cruz.
Porque donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador. Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive. De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre. Porque habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el pueblo, diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ha mandado. Y además de esto, roció también con la sangre el tabernáculo y todos los vasos del ministerio. Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.
a. Porque el testamento con la muerte se confirma: Un testamento (en el sentido de “última voluntad y testamento”) solo entra en vigor cuando la persona que lo hizo muere. Por lo tanto Jesús tenía que morir para que el testamento –el pacto- entrara en vigor.
b. Recuerde que la palabra que ha estado siendo utilizada para pacto en realidad es la palabra testamento. La idea es esencialmente la misma que la de un pacto, excepto que sólo está dictada por una de las partes, no negociada por las dos partes.
c. De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre: Evidentemente, la muerte era necesaria para el Antiguo Pacto. Prácticamente cada parte del sistema de sacrificios bajo la Ley de Moisés era tocada por sangre de una u otra forma.
d. Se declara un principio importante: sin derramamiento de sangre no se hace remisión [de pecado].
i. La gente moderna piensa que el pecado es remitido (perdonado) por el tiempo, por nuestras buenas obras, por nuestras vidas decentes, o simplemente por la muerte.
ii. Pero no hay perdón sin derramamiento de sangre, y no hay perdón perfecto sin sacrificio perfecto.
Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos. Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado. Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.
a. Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así: Era aceptable para las figuras de las cosas celestiales en el santuario terrenal, el ser “purificadas” con sacrificios imperfectos. Pero las cosas celestiales mismas solo podían ser purificadas con una ofrenda perfecta.
b. Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano… sino en el cielo mismo: El sacrificio de Jesús fue hecho en la tierra, pero es la base su trabajo continuo como nuestro mediador y Sumo Sacerdote en el cielo. El autor de los Hebreos lo proclama: para presentarse ahora por nosotros ante Dios. No es difícil creer que él se presenta ahora por nosotros ante Dios. Pero creer que él se presenta ahí por nosotros ¡es glorioso!
c. Y no para ofrecerse muchas veces: El ministerio de Jesús por nosotros continúa en el cielo, pero no en el sentido de continuar con la expiación por nuestros pecados. Su ministerio continúa por nosotros en intercesión y defendiéndonos contra el acusador del pueblo de Dios (Apocalipsis 12:10). Pero no continúa en el sentido de que tenga que ofrecerse muchas veces. Su sacrificio fue una vez por todas, y satisfizo a la perfección la santa justicia de Dios.
i. Este pasaje y principio es una reprimenda directa para la práctica y teología Católica Romana de la Eucaristía. En la Eucaristía, la Iglesia Católica Romana desea repetir – no recordar, sino repetir – el sacrificio expiatorio de Jesús innumerables ocasiones. Esto es absolutamente indefendible en las Escrituras, y niega el trabajo terminado de Jesucristo en la cruz. Las Escrituras lo han dejado muy claro: no para ofrecerse muchas veces.
d. De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo: Si el sacrificio de Jesús no hubiera sido perfecto, entonces hubiera tenido que ser algo continuo y constante – incluso desde el principio del mundo. Los sacrificios imperfectos deben ser repetidos continuamente, pero un sacrificio perfecto puede ser hecho una sola vez y para siempre, y genuinamente quitar de en medio el pecado (no solo cubrir el pecado, como con el sacrificio bajo el Antiguo Pacto). El mensaje es claro: se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado.
i. Este principio del sacrificio explica por qué el sufrimiento del infierno debe ser eterno para aquellos que rechazan el sacrificio expiatorio de Jesús. Ellos están en el infierno para pagar la pena por su pecado, pero como seres imperfectos son incapaces de hacer un pago perfecto. Si el pago no es perfecto, entonces tiene que ser continuo y constante – ciertamente, por toda la eternidad. Un alma podría ser liberada del infierno en el momento en el que su deuda de pecado sea pagada completamente – lo cual es otra forma de decir nunca.
e. Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos: Tan cierto como que morimos una sola vez y luego enfrentamos el juicio, así Jesús solo tuvo que morir una vez (no repetidamente, no continuamente) para llevar nuestros pecados.
i. No es la intención del autor de Hebreos discutir sobre el asunto de la reencarnación. Eso es una parte del asunto; él simplemente da a notar este evidente punto: está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio. Así como eso es tan obvio, también lo es que Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos. Para el autor de Hebreos, la verdad de que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio es un principio indisputable.
ii. A pesar de que no era realmente el punto del escritor discutir la reencarnación, sin duda la descarta por completo. Nosotros no morimos y vivimos y morimos y vivimos y algunas vidas a lo largo del camino enfrentan un eterno ajuste de cuentas. Solo tenemos esta vida, y luego enfrentamos el juicio. Esto significa que no hay segundas oportunidades más allá de la tumba. Ahora es el tiempo de elegir a Jesucristo, porque cuando morimos, viene después de esto el juicio.
iii. Es importante resaltar que el principio de: está establecido para los hombres que mueran una sola vez no es un principio absoluto. Hay algunas excepciones únicas y extraordinarias. Enoc (Génesis 5:24) y Elías (2 de Reyes 2:11) nunca murieron. Varias personas en la Biblia fueron levantadas de los muertos (1 de Reyes 17:22, 2 de Reyes 13:20-21, Mateo 9:25, Juan 11:43-44, Hechos 20:9-11), y por lo tanto murieron dos veces. Aquellos que sean arrebatados en el rapto (1 Tesalonicenses 4:17) nunca experimentarán la muerte. Sin embargo estas extraordinarias y únicas excepciones no niegan el principio de: está establecido para los hombres que mueran una sola vez; sino que son excepciones que prueban la regla.
f. Y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado: El enfoque de la primera venida de Jesús fue hacer frente al problema del pecado a través de su sacrificio expiatorio. Pero ahora, habiendo solucionado a la perfección el problema del pecado, viene otra vez sin relación con el pecado – para la salvación (en el sentido de rescate) de su pueblo.
i. Para salvar a los que le esperan: Se asume que todos los creyentes le esperan. Es un caso triste que esta suposición no siempre resulta verdad.
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