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Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos, ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre.
a. El punto principal de lo que venimos diciendo: Tenemos un Sumo Sacerdote – Jesucristo – quien ministra por nosotros desde una posición de autoridad en el cielo (se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos).
b. Se sentó a la diestra del trono: Además, Jesús se sentó en el cielo, en contraste con el continuo servicio del sacerdocio bajo la Ley de Moisés.
i. El tabernáculo y el templo del Antiguo Pacto tenía hermosos muebles, pero no hubo lugar para que los sacerdotes se sentaran, porque su trabajo nunca terminaba. El trabajo de Jesús fue terminado – ¡Él está sentado en el cielo!
c. Jesús sirve en el verdadero tabernáculo que levantó el Señor, el verdadero, hecho por Dios, del cual el tabernáculo terrenal es una copia, hecha por el hombre (Éxodo 25:8-9).
i. Algunos han supuesto que el verdadero tabernáculo es la iglesia, o el cuerpo terrenal de Jesús. Pero lo mejor es entenderlo como la realidad celestial que el tabernáculo terrenal imitó.
Porque todo sumo sacerdote está constituido para presentar ofrendas y sacrificios; por lo cual es necesario que también éste tenga algo que ofrecer.
a. Porque todo sumo sacerdote está constituido para presentar ofrendas y sacrificios: El sacrificio por el pecado es esencial para el concepto del sacerdocio. Jesús, representando a un sacerdocio superior, ofreció un sacrificio superior. El entregó su propia vida para expiar el pecado.
b. Es necesario que también éste tenga algo que ofrecer: A pesar de que Jesús nunca ofreció un sacrificio según se dictaba en la Ley de Moisés, Él ofreció un sacrificio mejor – a sí mismo.
Así que, si estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo aún sacerdotes que presentan las ofrendas según la ley; los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte.
a. Si estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote: Jesús no está calificado para servir en el inferior sacerdocio terrenal. Habiendo aún sacerdotes – muchos – que estaban calificados para servir en el sacerdocio según con la Ley de Moisés.
b. Los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales: Había muchos sacerdotes que podían servir a lo que es figura y sombra en la tierra. Pero el servicio terrenal, a pesar de ser glorioso ante los ojos de los hombres, era realmente solo figura y sombra del superior servicio celestial.
c. Figura y sombra de las cosas celestiales: Éxodo 25:40 deja claro que lo que fue construido en la tierra (el tabernáculo de Moisés) fue hecho de acuerdo a un modelo que existía en el cielo – modelo que se te [ a Moisés] ha mostrado en el monte. El ministerio de Jesús como nuestro sumo sacerdote toma lugar en el templo celestial, no en la figura y sombra.
i. Los judíos del primer siglo sentían un gran orgullo por el templo, y por una muy buena razón: era una obra arquitectónica espectacular. Sin embargo, a pesar de lo glorioso que era el templo de Jerusalén, era del hombre (y construido en su mayoría por un hombre corrupto e impío, Herodes el Grande), y no era nada comparado con la gloria del templo celestial en el que Jesús sirvió.
Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas.
a. Jesús obtuvo un mejor ministerio: Ningún sacerdote terrenal podría echar fuera el pecado de la forma en que Jesús lo hizo, así que el ministerio de Jesús es mucho mejor que el ministerio del sacerdocio bajo la Ley de Moisés.
b. Mediador de un mejor pacto: Jesús ha mediado para nosotros un mejor pacto, un pacto de gracia, no de obras, que ha sido garantizado para nosotros por medio de un fiador (Hebreos 7:22). Es un pacto marcado con creer y recibir, en vez de ganar y merecer.
c. Establecido sobre mejores promesas: Jesús tiene mejores promesas para nosotros. Promesas que nos sacarán adelante en tiempos de oscuridad y desesperación. Promesas que cobran vida a través del Espíritu de Dios. Promesas de bendición y favores inmerecidos en vez de promesas de maldición.
d. Jesús es nuestro Mediador para este mejor pacto. Mediador es la palabra griega antigua mesites, que significa “el que está en medio de dos personas y las une.” (Barclay)
i. Moisés era el mediador del Antiguo Pacto, porque él “unió a las dos partes.” Jesús es el mediador del Nuevo Pacto, un mejor pacto, uniéndonos a Dios el Padre.
a. Hay un pacto eterno entre los miembros de la divinidad que hizo posible la salvación del hombre. (Hebreos 13:20).
b. El plan redentor de Dios fue continuado por medio del pacto que hizo con Abraham (Génesis 12:1-3).
c. El pacto Mosaico fue otro paso en el plan redentor de Dios. (Éxodo 24:3-8).
d. El pacto Davídico fue otro paso en el plan redentor de Dios (2 de Samuel 7:1-16).
e. Pero el plan redentor de Dios se cumplió en el Nuevo Pacto (Lucas 22:14-20).
Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo.
a. Está en la naturaleza del hombre el inventar o buscar cosas que son “nuevas” pero no necesarias. Dios no es así. Si aquel primero hubiera sido sin defecto, no hubiera habido necesidad de un segundo pacto. Si Dios estableció un Nuevo Pacto, significa que algo faltaba en el Antiguo Pacto.
Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, en que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto; No como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; Porque ellos no permanecieron en mi pacto, y yo me desentendí de ellos, dice el Señor. Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel. Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré; y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mí por pueblo; Y ninguno enseñará a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; Porque todos me conocerán, desde el menor hasta el mayor de ellos. Porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.
a. Reprendiéndolos: En este pasaje de Jeremías 31, Dios muestra que debió haber faltado algo en el Antiguo Pacto – porque promete un Nuevo Pacto. En los días de Jeremías, ese Nuevo Pacto todavía estaba en el futuro, porque dice “He aquí vienen días.”
i. En su contexto, la profecías de Jeremías probablemente se dio en los días en que el Rey Josías renovó el pacto con Dios, después de haber encontrado la ley (2 de Reyes 23:3). Esta renovación fue buena, pero no era suficiente, porque Jeremías aún esperaba un Nuevo Pacto.
b. Estableceré: El Señor deja claro que este pacto se origina en Dios, no en el hombre. En el Sinaí, bajo el Antiguo Pacto, las palabras eran si (ustedes) guardareis (Éxodo 19:5), pero en el Nuevo Pacto las palabras son (yo) estableceré.
c. Un nuevo Pacto: Este pacto es realmente nuevo, no solamente “nuevo y mejorado” como los productos que se nos promocionan hoy en día. En la actualidad, se dice que los productos son “nuevos y mejorados” cuando en realidad no hay una diferencia sustancial en el producto. Pero cuando Dios dice “nuevo”, en verdad es nuevo.
i. Hay dos palabras griegas que pueden describir el concepto de “nuevo.” Neos describe lo que es ser nuevo con respecto al tiempo. Algo pudiera ser la copia de otra cosa, pero si fue hecha recientemente, puede ser llamada neos. La palabra griega antigua kainos (la palabra que se usa aquí) describe algo que no es solamente nuevo con respecto al tiempo, sino que es realmente nuevo en su calidad. No es solamente una reproducción nueva de algo viejo.
d. Con la casa de Israel y la casa de Judá: El Nuevo Pacto definitivamente empezó con Israel, pero no terminó con Israel (Mateo 15:24 y Hechos 1:8).
e. No como el pacto que hice con sus padres: Este Pacto no es como el pacto que Dios hizo con sus padres. Una vez más, se hace énfasis en que hay algo sustancialmente diferente sobre el Nuevo Pacto.
f. Porque ellos no permanecieron en mi pacto: La debilidad del Antiguo Pacto no era el Pacto mismo. Era la debilidad y la incapacidad del hombre. La razón por la que el Antiguo Pacto “no funcionó” fue porque ellos no permanecieron en mi pacto.
g. Pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré: El Nuevo Pacto conlleva una transformación desde adentro, no una regulación a través de la ley externa.
h. Y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mí por pueblo: El Nuevo pacto también incluye una intimidad con Dios mucho más grande que la que estaba disponible en el Antiguo Pacto.
i. Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades: El Nuevo Pacto ofrece una verdadera y completa limpieza de pecado, diferente y mejor que solamente “cubrir por encima” al pecado como lo hacía el Antiguo Pacto.
Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.
a. ha dado por viejo al primero: Ahora que se ha inaugurado el Nuevo Pacto, el Antiguo Pacto se ha dado por viejo.
b. Y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer: El mensaje para estos desanimados cristianos judíos, que pensaban en regresar a una fe más judía, es claro. Ellos no pueden simplemente regresar a un pacto inferior, el cual está listo para desaparecer por completo.
i. El sistema de sacrificios bajo la Ley de Moisés desapareció poco tiempo después con la destrucción del Templo y la destrucción de Jerusalén por parte de los Romanos.
Diferencias entre el Nuevo y el Antiguo Pacto.
1. Fueron instituidos en épocas diferentes. El antiguo Pacto fue hecho alrededor del año 1446 A.C., y el Nuevo Pacto alrededor del año 33 D.C.
2. Fueron instituidos en diferentes lugares. El Antiguo Pacto en el Monte Sinaí, y el Nuevo Pacto en el monte Sion.
3. Fueron pronunciados de diferentes maneras. El antiguo Pacto fue hecho con voz tronante en el monte Sinaí, produciendo miedo y temor (Éxodo 19:17-24). Jesucristo, el Hijo de Dios, declaró el Nuevo Pacto con amor y gracia.
4. Son diferentes en sus mediadores. Moisés medió el Antiguo Pacto. Jesús es el mediador del Nuevo Pacto.
5. Son diferentes en su punto principal. El Antiguo Pacto demandaba un pacto de obras. El Nuevo Pacto cumple con el pacto de obras a través de la obra completa de Jesús.
6. Son diferentes en cómo eran dedicados. El antiguo Pacto era dedicado con sangre de animales rociada sobre el pueblo (Éxodo 24:5-8). El Nuevo Pacto fue dedicado con la sangre de Jesús vertida espiritualmente sobre su pueblo.
7. Son diferentes en sus sacerdotes. El Antiguo Pacto es representado por el sacerdocio de la Ley de Moisés y sumos sacerdotes que descienden de Aarón. El Nuevo Pacto tiene un sacerdocio de todos los creyentes y un Sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec.
8. Son diferentes en su sacrificio. El Antiguo Pacto requería la repetición interminable de sacrificios imperfectos. El Nuevo Pacto provee un sacrificio perfecto del Hijo de Dios mismo.
9. Son diferentes en cómo fueron escritos. El antiguo Pacto fue escrito por Dios en tablas de piedra. El Nuevo Pacto fue escrito por Dios en los corazones de su pueblo.
10. Son diferentes en sus objetivos. El objetivo del Antiguo Pacto era descubrir el pecado, para condenarlo, y poner un “cerco” alrededor de él. El objetivo del Nuevo Pacto es declarar el amor, la gracia y la misericordia de Dios, y para dar arrepentimiento, perdón de pecados y vida eterna.
11. Son diferentes en sus efectos prácticos en la vida. El Antiguo Pacto termina en esclavitud (aunque no por culpa del mismo). El Nuevo Pacto provee verdadera libertad.
12. Son diferentes en la forma en que entregaron al Espíritu Santo. Bajo el Antiguo Pacto, Dios si concedió al Espíritu Santo, pero no en la misma forma y extensión en la que Él es dado al creyente bajo el Nuevo Pacto.
13. Son diferentes en su idea del Reino de Dios. Bajo el Antiguo Pacto, éste es visto principalmente como el gobierno supremo de Israel sobre las naciones. Bajo el Nuevo Pacto es una realidad espiritual presente así como también un hecho literal que sucederá.
14. Son diferentes en su contenido. El Antiguo Pacto tiene sombras vívidas. El Nuevo Pacto tiene a la realidad.
15. Son diferentes en la extensión de su administración. El Antiguo Pacto se limita a los descendientes de Abraham a través de Isaac y de Jacob según la carne. El Nuevo Pacto se extiende a todas las naciones y razas bajo el cielo.
16. Son diferentes en lo que realmente lograron. El Antiguo Pacto no hizo nada perfecto. El Nuevo Pacto puede y traerá la perfección del pueblo de Dios.
17. Son diferentes en su duración. El Antiguo Pacto fue diseñado para ser eliminado. El Nuevo Pacto fue diseñado para durar para siempre.
“Observemos de estas cosas, que el estado del evangelio, o de la iglesia bajo el Nuevo Testamento, es acompañada de los más grandes privilegios y ventajas de los que es capaz en este mundo, y hay una gran obligación en todos los creyentes para vivir en santidad y dar fruto en obediencia, para la gloria de Dios; y la crueldad de su pecado, por la cual este pacto es descuidado o despreciado, es manifestada abundantemente.” (John Owen)
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