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Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron.
a. Temamos, pues: La idea continúa sin detenerse desde Hebreos 3. La incredulidad impidió que la generación que escapó de Egipto entrara en Canaán. Permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo y nosotros podemos entrar a su reposo por fe. La incredulidad provocará que no alcancemos el reposo que Dios tiene para nosotros.
b. Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos: Nosotros hemos escuchado la promesa del reposo de Dios, tal como lo hicieron los hijos de Israel. Ellos pudieron oír la palabra, pero no les aprovechó, porque no la recibieron con fe.
i. Ellos pudieron oír la promesa. Ellos tuvieron la oportunidad de recibir la promesa. Pero ellos tenían que haber entrado por fe.
Pero los que hemos creído entramos en el reposo, de la manera que dijo: Por tanto, juré en mi ira, No entrarán en mi reposo; aunque las obras suyas estaban acabadas desde la fundación del mundo. Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día. Y otra vez aquí: No entrarán en mi reposo. Por lo tanto, puesto que falta que algunos entren en él, y aquellos a quienes primero se les anunció la buena nueva no entraron por causa de desobediencia, otra vez determina un día: Hoy, diciendo después de tanto tiempo, por medio de David, como se dijo:
Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones. Porque si Josué les hubiera dado el reposo, no hablaría después de otro día. Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios.
a. Por tanto, juré en mi ira: Esta cita de Salmos 95:11 demuestra que Dios tiene un reposo disponible para nosotros. Este reposo está diseñado como el propio reposo de Dios de todas sus obras en el séptimo día, como se describe en la cita de Génesis 2:2.
b. Por lo tanto, puesto que falta que algunos entren en él: Dios no creó este lugar de reposo en vano. Si los de Israel (a quienes primero se les anunció la buena nueva) no entraron por causa de desobediencia, entonces alguien más entrará a ese reposo.
c. Si oyereis hoy su voz: El llamado que se hace en Salmos 95: 7-8 prueba que aún queda un reposo para que entre el pueblo de Dios, más allá del cumplimiento bajo el liderazgo de Josué. Si Josué hubiera cumplido por completo la promesa del reposo, el llamado que Dios hace a través de David, diciendo “hoy” no tendría sentido.
d. Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios: Todo esto junto prueba el punto de que hay un reposo para el pueblo de Dios. Este es un reposo que es espiritual, sin embargo está diseñado a semejanza del reposo provisto a través de Josué.
Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas.
a. Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras: Entrar a su reposo significa ya no tener que trabajar. La idea no es que ya no hay lugar para hacer buenas obras. La idea es que ya no hay lugar para las obras como base para nuestra propia justificación.
b. Reposado de sus obras, como Dios de las suyas: Este reposo de las obras como la base de la justificación cumple con nuestro “descanso Sabático”. Dios descansó de sus obras en el día de reposo original en Génesis 2:2 porque el trabajo había sido terminado. Nosotros hemos parado de hacer obras auto-justificadoras porque el trabajo ha sido terminado por Jesús en la cruz.
Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia.
a. Procuremos, pues: Esta frase o idea, aparece repetidamente en Hebreos. Se presenta una verdad doctrinal – en este caso, la verdad de que hay un reposo disponible por la fe – entonces la verdad es aplicada.
b. Procuremos, pues, entrar en aquel reposo: El reposo está ahí, pero Dios no nos forzará a entrar en él. Nosotros tenemos que entrar en aquel reposo. Está claro que se entra al reposo por fe; pero se necesita procurar esa fe. Esto nos muestra que la fe no es pasiva; se necesita diligencia para confiar, para depender y para aferrarnos a Jesús y su obra en nosotros.
c. Para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia: Si nosotros no procuramos entrar en aquel reposo, los resultados pueden ser desastrosos. Podríamos caer en semejante ejemplo de desobediencia. Podemos caer, así como lo hicieron los hijos de Israel en el desierto.
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.
a. Porque la palabra de Dios: Porque la palabra de Dios ha diagnosticado nuestra enfermedad con la precisión de un cirujano. Ha visto nuestros corazones, y ha discernido que estamos demasiado propensos a seguir en el fracaso de los hijos de Israel, y renunciar a la fe.
b. Cuando la palabra de Dios expone nuestras debilidades y nuestra incredulidad de esta manera, nos muestra el inherente poder, filo y precisión de la palabra de Dios. Nos recuerda constantemente que conforme nos sometemos a la palabra de Dios, lo hacemos mucho más allá del conocimiento intelectual del aprendizaje de los hechos. Lo hacemos por el ministerio de la Palabra, porque Dios se encuentra con nosotros en su palabra, y el Espíritu Santo obra poderosamente a través de la palabrade Dios. Deberíamos considerar tan solo lo que la palabra de Dios dice que hará en nuestras vidas:
i. La palabra de Dios trae verdadera salud, fruto, prosperidad y éxito en las cosas que hacemos. (Salmos 1:3)
ii. La palabra de Dios tiene poder sanador, tiene poder para liberarnos de la opresión. (Salmos 107:20, Mateo 8:8, Mateo 8:16)
iii. La palabra de Dios es purificadora – Si cuidamos de guardar la palabra de Dios, nuestro camino será purificado. (Salmos 119:9, Juan 15:3, Efesios 5:26)
iv. La palabra de Dios, guardada en nuestro corazón, nos mantiene lejos del pecado. (Salmos 119:11)
v. Dios es nuestro consejero; cuando nos deleitamos en la palabra de Dios, ésta se convierte en una rica fuente de guía y consejo para nosotros. (Salmos 119:24)
vi. La palabra de Dios es una fuente de fortaleza. (Salmos 119:28)
vii. La palabra de Dios nos da vida. Es una continua fuente de vida para nosotros. (Salmos 119:93, Mateo 4:4)
viii. La palabra de Dios es una fuente de iluminación y guía para nosotros. Cuando la palabra de Dios entra, también lo hace la luz: Hace al simple sabio y entendido. (Salmos 119:105, Salmos 119:130)
ix. La palabra de Dios da paz a aquellos que la aman; ellos están confiados en un lugar seguro. (Salmos 119:165)
x. Cuando la palabra de Dios es escuchada y entendida, produce fruto. (Mateo 13:23)
xi. La palabra de Dios tiene poder y autoridad sobre los poderes demoniacos. (Lucas 4:36)
xii. El mismo Jesús – Su persona eterna – es descrito como el Verbo. Cuando estamos en la Palabra (verbo) de Dios, estamos en Jesús. (Juan 1:1)
xiii. Escuchar la palabra de Dios es esencial para la vida eterna – no puedes pasar de muerte a vida a menos que hayas escuchado la palabra de Dios. (Juan 5:24, Santiago 1:21, 1 Pedro 1:23)
xiv. Permanecer – vivir en – la palabra de Dios es la evidencia del verdadero discipulado. (Juan 8:31)
xv. La Palabra de Dios es el medio para la santificación. (Juan 17:17)
xvi. Dios puede hacer cosas extraordinarias con el Espíritu Santo mientras Su palabra es predicada. (Hechos 10:44)
xvii. Escuchar a la palabra de Dios edifica nuestra fe. (Romanos 10:17)
xviii. Retener la palabra de Dios nos da la certeza presente de la salvación. (1 Corintios 15:2)
xix. El fiel manejo de la Palabra de Dios le da a los ministros de la Palabra una conciencia limpia – ellos saben que han hecho todo lo que pueden ante Dios. (2 Corintios 4:2, Filipenses 2:16)
xx. La Palabra de Dios es nuestra espada en el Espíritu – es nuestra herramienta para la batalla espiritual, especialmente en la idea de un arma ofensiva. (Efesios 6:17)
xxi. La palabra de Dios viene con el poder del Espíritu Santo – con “plena certidumbre” – que es un aspecto fundamental del ministerio de la Palabra. (1 Tesalonicenses 1:5)
xxii. La Palabra de Dios obra eficazmente en aquellos que creen. (1 Tesalonicenses 2:13)
xxiii. ¡La Palabra de Dios santifica los alimentos que comemos! (1 Timoteo 4:5)
xxiv. La palabra de Dios no está muerta; es viva, eficaz y más cortante que una espada de dos filos. La Palabra de Dios nos puede operar como el bisturí de un cirujano experto, removiendo todo aquello que necesita ser extirpado y dejando todo aquello que se debe dejar. (Hebreos 4:12)
xxv. La palabra de Dios es nuestra fuente de crecimiento. (1 Pedro 2:2, 1 de Corintios 2:1-5)
c. Es viva y eficaz: No es de sorprenderse que el escritor de Hebreos pueda decir esto. La Biblia no es una colección de historias viejas y mitos. Ella tiene vida y poder inherentes. El predicador no hace que la Biblia “cobre vida.” La Biblia está viva, y le da vida al predicador y a cualquier otro que verdaderamente la reciba.
i. Eficaz nos recuerda que algo puede estar vivo, pero al mismo tiempo inactivo. Pero la Palabra de Dios es viva y eficaz, en el sentido de estar activa.
d. y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos: La Palabra de Dios nos golpea con sorprendente precisión, y el Espíritu Santo le da poder al ministerio de la Palabra para que obre profundamente en nuestros corazones.
i. A menudo la gente se pregunta cómo es que el mensaje del predicador puede ser tan relevante para sus vidas. A veces sinceramente se preguntan si el predicador no tendrá “información confidencial” sobre sus vidas. Pero no es necesariamente el predicador, sino más bien el filo de la Palabra de Dios, entregando el mensaje justo en el lugar y tiempo indicados.
e. Hasta partir el alma y el espíritu: ¿Será que aquí hay una diferencia significativa y deliberada entre alma y espíritu?
i. Es verdad, sí hay cierta distinción entre alma y espíritu. “El uso de la palabra pneuma por parte del Nuevo Testamento para referirse al espíritu humano se enfoca en el aspecto espiritual del hombre, es decir, su vida en relación con Dios, mientras que la palabra psyche se refiere a la vida del hombre independiente de su experiencia espiritual. Hay una fuerte antítesis entre estas dos en la teología de Pablo.” (Guthrie)
ii. Pero el énfasis en este pasaje no es poner de manifiesto una teología sobre la diferencia entre alma y espíritu. “Intentar explicar [estos términos] en cualquier base sicológica sería inútil. La forma de expresión es poética, y significa que la palabra penetra hasta lo más intimo de nuestro ser espiritual como una espada que corta a través de las coyunturas y los tuétanos de nuestro cuerpo.” (Vincent)
iii. Sin embargo, es importante entender lo que la Biblia trata de decir cuando habla de y hace distinción entre alma y espíritu. La Biblia nos dice que las personas tienen una naturaleza “interior” y una “exterior” (Génesis 2:7, 2 de Corintios 4:16). El hombre interior es descrito por ambos términos: espíritu (Hechos 7:59, Mateo 26:41, Juan 4:23-24) y alma (1 Pedro 2:11, Hebreos 6:19, Hebreos 10:39). Estos dos términos son usados con frecuencia como si fueran sinónimos, pero no siempre. Podemos decir que alma parece enfocarse más en la individualidad y vida (con frecuencia es definida como la mente, la voluntad, y las emociones). El espíritu parece enfocarse más en poder sobrenatural y la vida en un individuo.
iv. Se hace evidente que hay una distinción entre el alma y el espíritu en pasajes como 1 Tesalonicenses 5:23 y Hebreos 4:12. El hecho de que esos términos a veces son intercambiados se muestra en pasajes como Job 7:11 e Isaías 26:9.
v. Como ambos, el alma y el espíritu, tienen referencia en el “hombre interior”, son fácilmente confundidos. A menudo, una experiencia que solo “bendice” al alma, supuestamente debe ser algo que edifique al espíritu. No hay nada de malo con la “bendición” y la “excitación del alma”, pero no hay nada en ello que nos edifique espiritualmente. Por eso muchos cristianos van de una experiencia excitante a otra sin realmente nunca crecer espiritualmente – el ministerio que ellos reciben es solo “almatico.” Por eso la Palabra de Dios es tan poderosa y precisa; puede penetrar hasta partir el alma y el espíritu, lo cual no es algo fácil de hacer.
vi. El hombre exterior es descrito en términos de la carne (Colosenses 2:5, Mateo 26:41, Gálatas 5:16-17) y el cuerpo (Romanos 6:6, Romanos 8:13, 1 de Corintios 6:13 y 6:19-20). Los términos carne y cuerpo también parecen incluir aspectos de nuestra persona tales como los sentidos y los hábitos. Cuando permitimos que la carne controle nuestros pensamientos y acciones, terminamos en la ruina espiritual. Dios no quiere que seamos dirigidos por el espíritu, ni por la carne, ni siquiera por el alma.
f. Antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta: No hay nada oculto para Dios. El conoce nuestros corazones y sabe como tocarlos, por lo que nosotros tendremos que dar cuenta por como respondemos a su toque.
i. Desnudas nos recuerda la forma en que Dios vio a través de la forma en que Adán se escondió. Dios ve de la misma manera cuando nosotros nos escondemos.
ii. Abiertas es la palabra griega antigua trachelizo, usada únicamente aquí en el Nuevo Testamento. Era usada para hablar de los luchadores que tenían una técnica especial, que involucraba sujetar fuertemente el cuello, y era una técnica tan poderosa que les daba la victoria. Así que el término puede significar “postradas” o “derribadas;” pero muchos estudiosos aceptan el significado simple de “abiertas.”
g. Recuerde el contexto. El escritor de Hebreos confía en que ha tocado el corazón de su audiencia, que estaba contemplando la idea de “rendirse” en su andar con Jesús. En este pasaje, él ha dejado claro que no se puede renunciar a Jesús y ocultárselo a Dios. La palabra de Dios ha descubierto y expuesto su condición.
Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.
a. Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote: La idea de que Jesús es nuestro sumo sacerdote ha sido mencionada antes (Hebreos 2:17 and Hebreos 3:1). Pero ahora el escritor de Hebreos desarrollará la idea más ampliamente.
b. Teniendo: El escritor de Hebreos quiere llamar su atención al carácter específico y único de Jesús como nuestro sumo sacerdote. Ningún otro sumo sacerdote fue llamado gran. Ningún otro sumo sacerdote... traspasó los cielos. Ningún otro sumo sacerdote es el Hijo de Dios.
c. Retengamos nuestra profesión: Saber que tenemos un Sumo Sacerdote, y que es único y glorioso, es maravilloso. Es aún más increíble saber que Él traspasó los cielos, que ha ascendido al cielo, y que ahora ministra ahí para nuestro bien. Estás cosas deberían alentarnos a retener nuestra profesión.
Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
a. No tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse: A pesar de que se ha documentado su deidad (Hebreos 1:4-14), Su compasiva humanidad también ha sido demostrada (Hebreos 2:5-18). Significa que hay un Jesús, Dios hijo, con su trono en el cielo, nuestro sumo sacerdote que puede compadecerse de nuestras debilidades.
i. Para los griegos, el atributo principal de Dios era apatheia, la incapacidad esencial de sentir nada en absoluto. Jesús no es así. El sabe, el siente aquello por lo que pasamos. La palabra griega antigua para compadecerse literalmente significa “sufrir junto con…”
ii. Lo que hace la diferencia es que Jesús agregó la humanidad a su deidad, y que vino y vivió entre nosotros como un hombre. El hecho de que haya estado ahí, hace toda la diferencia. Podemos escuchar sobre alguna tragedia en la preparatoria, y sentir dolor en cierta medida. Pero no es nada en comparación con el dolor que sentiríamos si fuera la preparatoria a la que asistimos.
b. Sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado: Jesús sabe lo que es ser tentado y luchar contra el pecado, a pesar de que nunca fue manchado por él. “Su falta de pecado era, por lo menos en parte, una falta de pecado merecida, que ganó con victoria tras victoria en una batalla constante con la tentación que esta vida conlleva.” (Morris)
i. Algunas veces pensamos que como Jesús es Dios, el nunca podrá conocer a la tentación de la misma manera que nosotros. En parte esto es verdad: Jesús enfrentó la tentación de una forma mucho más difícil que lo que nosotros lo hemos hecho o haremos. Aquel Sin-Pecado conoce a la tentación de una manera que nosotros no conocemos, porque solo aquel que nunca cede a la tentación conoce toda la fuerza de la tentación. Es verdad que Jesús nunca se enfrentó a la tentación desde un sentido interno como nosotros lo hacemos, porque nunca hubo una naturaleza pecaminosa empujándolo hacia el pecado desde su interior. Pero conoce la fuerza y la furia de la tentación externa de una forma y a un grado que nosotros nunca podremos conocer. El sabe por lo que pasamos, el ha enfrentado cosas peores.
Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
a. Acerquémonos, pues, confiadamente: Debido a que tenemos un Sumo Sacerdote que es omnipotente y misericordioso, podemos acercarnos confiadamente a su trono. Hacernos creer que no tenemos acceso a esto es una estrategia de Satanás. Algunas veces el diablo quiere hacernos pensar que Jesús es inaccesible- tal vez alentándonos a acercarnos a María o a los santos en vez de a Jesús. Algunas veces el diablo quiere que pensemos en Jesús como alguien que no puede ayudar, y no como alguien que se sienta en un trono en el cielo.
b. Trono de la gracia: El trono de Dios es el trono de la gracia. Cuando nos acercamos, podemos alcanzar misericordia (esto es no obtener lo que merecemos)y hallar gracia (esto es obtener lo que no merecemos) cuando necesitamos oportuno socorro.
i. Los rabinos pensaban que Dios tenía dos tronos, uno de misericordia y uno de juicio. Ellos decían esto porque sabían que Dios era ambas cosas: misericordioso y justo, pero ¿cómo podrían conciliarse estos dos atributos de Dios? Tal vez Dios tiene dos tronos, mostrando los dos aspectos de su carácter. En un trono el mostraría su juicio, y en el otro su misericordia. Pero aquí, a la luz de la obra terminada de Jesús, vemos a la misericordia y al juicio reconciliados en un solo trono de gracia.
ii. Recuerde que la gracia no ignora la justicia de Dios; opera en cumplimiento de la justicia de Dios, a la luz de la cruz.
c. Y hallar gracia para el oportuno socorro: Afortunadamente, Dios provee socorro en nuestros tiempos de necesidad. No hay petición demasiado pequeña, porque Él quiere que Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones… (Filipenses 4:6)
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