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Viendo el pueblo que Moisés tardaba en descender del monte, se acercaron entonces a Aarón, y le dijeron: Levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido.
a. Moisés tardaba en descender del monte: Esto turbó al pueblo de Israel. Es cierto que Moisés tardaba, pero Dios tenía un propósito maravilloso por la tardanza de Moisés, y muy pronto terminaría. Pero debido a que el pueblo no pudo ver la razón de la tardanza, ellos permitieron que esto les fuera de tropiezo.
i. Moisés se había ido por cuarenta días (Éxodo 24:18). Esto pareció ser un largo tiempo para el pueblo, pero un tiempo corto para Moisés. Ciertamente era un tiempo corto en relación al trabajo del plan de Dios para Israel.
ii. El cómo manejamos los retrasos ordenados de Dios es una buena medida de nuestra madurez espiritual. Si permitimos que las tardanzas nos hagan caer en el pecado o tengamos un lapso de resignación en la fe, entonces reaccionamos de una manera mal a Sus tardanzas dispuestas. Pero si permitimos que dichos tiempos hagan nuestra perseverancia en seguir a Dios aún más profunda, entonces son de buen uso.
b. El pueblo … se acercaron entonces a Aarón, y le dijeron: Este impulso pecaminoso vino primero de parte del pueblo. Este episodio de pecado descrito en este capítulo empezó con el impulso de la opinión popular. Este es un ejemplo en donde la voluntad del pueblo no es siempre la voluntad de Dios.
i. Y esto es cierto en la sociedad en general, pero también es cierto entre el pueblo de Dios. Cuando se trata de representar a Dios en el mundo y en el servir a la humanidad, hay un peligro en empezar lo que el pueblo quiere o en lo que ellos sientes que necesitan.
c. Levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros: El pueblo quería dioses que fueran delante de ellos, el cual les conducirían a la Tierra Prometida. Ellos sabían que Jehová les había sacado de Egipto y ellos sabían que Jehová Dios se había manifestado en el Monte Sinaí. Pero aún ellos estaban dispuestos a confiar en un dios que ellos pudieran hacer para terminar el trabajo que Jehová había iniciado.
i. “Después Israel quería un rey humano, y no el rey invisible y divino (1 Samuel 8:4-8), y ahora ellos querían a un dios ‘con un rostro’, como todos los demás.” (Cole)
ii. Siglos después, el Apóstol Pablo trató con el mismo error con los Gálatas: ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne? (Gálatas 3:3) Es posible el comenzar la vida Cristiana confiando en Jesús, y después de un tiempo el confiar en uno mismo o en la espiritualidad de uno mismo. El seguir a nuestros propios dioses no es lo mejor para nosotros, ni lo fue para el antiguo Israel.
d. No sabemos qué le haya acontecido: La falta de conocimiento llevó a Israel al pecado. La frustración debido a esta incertidumbre condujo a Israel a la idolatría y pecado.
i. “Es muy posible que ellos hayan supuesto que Moisés murió en el fuego, el cual ellos vieron que se había invertido en la cima de la montaña, a la cual él fue.” (Clarke)
ii. “La cláusula, ‘mientras este compañero Moisés que nos sacó de Egipto’, se dice deliberadamente con un lenguaje áspero, y esto reveló la actitud del pueblo el cual ha relegado las obras de Dios en un simple mortal.” (Kaiser)
Y Aarón les dijo: Apartad los zarcillos de oro que están en las orejas de vuestras mujeres, de vuestros hijos y de vuestras hijas, y traédmelos. Entonces todo el pueblo apartó los zarcillos de oro que tenían en sus orejas, y los trajeron a Aarón; y él los tomó de las manos de ellos, y le dio forma con buril, e hizo de ello un becerro de fundición. Entonces dijeron: Israel, éstos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto.
a. Apartad los zarcillos de oro…y traédmelos: Dios le dijo a Moisés que recibiera una ofrenda voluntaria para juntar materiales para el tabernáculo (Éxodo 25:1-7). Antes de que Moisés bajara del Monte Sinaí y recibiera esta ofrenda ordenada por Dios, Aarón recibió esta ofrenda de oro e hizo un ídolo.
i. El pueblo respondió generosamente – todo el pueblo apartó los zarcillos de oro… y los trajeron a Aarón. Las personas, por naturaleza, son generosas en cuanto a lo que dan por sus ídolos. Nosotros debiéramos de ser aún más generosos con lo que nosotros damos al Dios Viviente.
ii. “Aarón instruyó al pueblo que ‘apartara’ (paraq, literalmente. ‘quitarse’; en contraste con laqah [‘tomar’] en 35:5) sus ‘zarcillos de oro.’” (Kaiser)
b. Y le dio forma con buril: Estos no eran los artesanos inspirados por el Espíritu, Bezaleel y Aholiab, mencionados en Éxodo 31:1-6. Esta era la obra inspirada en el pecado de Aarón. El lo caviló, derritió el oro, lo moldeó, y le dio forma cuidadosamente con buril.
i. Un becerro de fundición: “Becerro no es una buena traducción de la palabra Hebrea egel. Lo que aquí quiere decir es un toro joven en sus primeras fuerzas; por ejemplo, la palabra puede describir un animal de tres años (Génesis 15:9).”
c. Entonces dijeron: Israel, éstos son tus dioses: Aarón no ungió a esta cosa como su dios; él simplemente se fue con la corriente mientras ellos dijeron que era su dios. Él quizás se sintió halagado con la admiración de su creación.
i. Un verdadero liderazgo hubiera gritado, “¡Esto es idolatría!Debemos de destruir este becerro de oro. Ustedes están mal al llamar a esta creación de hombre su dios.” Pero Aarón no era un verdadero líder. Él era un ejemplo de aquel que dirige basado en la opinión popular.
ii. “Jeroboam tomó esta declaración cuando instaló los dos becerros de oro en la división del reino en el año 931 a.c. (1 Reyes 12:28).” (Kaiser)
d. Que te sacaron de la tierra de Egipto: Esto muestra la necedad de la idolatría. Esta estatua con forma de becerro no existía el día anterior, y aún así ellos le adoraron como al dios que los sacó de Egipto.
Y viendo esto Aarón, edificó un altar delante del becerro; y pregonó Aarón, y dijo: Mañana será fiesta para Jehová. Y al día siguiente madrugaron, y ofrecieron holocaustos, y presentaron ofrendas de paz; y se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a regocijarse.
a. Y viendo esto Aarón: Aarón estaba halagado por la respuesta entusiasta del pueblo. Cuando él vio su devoción hacia el ídolo, él edificó un alar delante del becerro. Él empezó a organizar la adoración del ídolo que él había hecho.
i. Ya era lo suficientemente malo el tener un becerro de oro el cual el pueblo alababa por su salida de Egipto. Este segundo paso de Aarón fue peor. Él honró y santificó el ídolo con un sacrificio animal. Él hizo el becerro y después él hizo un altar para adorarle.
b. Mañana será fiesta para Jehová: Esto muestra que la creación y adoración del becerro de oro no era un rechazo consciente de Jehová. Aarón y el resto de Israel probablemente pensaron de que ellos podrían dar honor a Jehová a través del becerro de oro.
i. Aarón no era lo suficiente necio para decir, “Dejemos de lado a Jehová Dios.” De la manera que Israel lo vio, Aarón no quitó a Jehová Dios; él simplemente añadió al becerro de oro.
c. Y al día siguiente madrugaron: Ellos sirvieron a su ídolo con entusiasmo, energía y sacrificio propio. Las personas usualmente hallan la manera de levantarse temprano por aquellas cosas que son realmente importantes para ellos. Esto muestra que Israel estaba dispuesto de dar su tiempo, su sueño, y su dinero para el servicio de este ídolo.
i. Ofrecieron holocaustos, y presentaron ofrendas de paz: “Aarón pudo hacer un becerro, pero el pueblo lo hizo su dios al adorarle.” (Trapp)
d. Y se levantó a regocijarse: Esta es una manera muy ligera de referirse a una inmoralidad total entre el pueblo de Israel. Su adoración incluía comida, bebida (en el sentido de borrachera) e inmoralidad sexual.
i. “El verbo traducido a ‘regocijarse’ sugieren juegos sexuales en Hebreo…y por lo tanto debemos de probablemente entender que hubieron orgías y borracheras.” (Cole)
ii. “El verbo sahaq significa borrachera, orgías y juegos sexuales inmorales.” (Kaiser) Un diccionario Hebreo usa la frase “caricias conyugales”, como también se encuentra en Génesis 26:8, 39:14 y 39:17.
iii. Menos de dos meses antes de esto, Israel escuchó la voz de Dios mismo tronar del cielo, y hablaba audiblemente los Diez Mandamientos a la nación. Esa experiencia dramática, en y por sí misma, no cambió sus corazones. Hizo que muchos de ellos desearan a un dios menos demandante.
iv. “Parece imposible que, tan pronto, después de recibir tal sublime revelación, Israel pudiera caer tan bajo; pero los Cristianos experimentan hoy muy a menudo lo mismo.” (Cole)
Entonces Jehová dijo a Moisés: Anda, desciende, porque tu pueblo que sacaste de la tierra de Egipto se ha corrompido. Pronto se han apartado del camino que yo les mandé; se han hecho un becerro de fundición, y lo han adorado, y le han ofrecido sacrificios, y han dicho: Israel, éstos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto.
a. Porque tu pueblo que sacaste de la tierra de Egipto: Dios llamó a Israel tu pueblo, en el sentido de que ellos pertenecían a Moisés, y no a Dios. Con esto Dios sugiere a Moisés que Él había o estaba a punto de rechazar a Israel.
b. Pronto se han apartado: Esto es casi un eufemismo. Ellos no esperaron mucho para andar en su propio camino pecaminoso.
c. Se han hecho un becerro de fundición, y lo han adorado, y le han ofrecido sacrificios: Dios describió a Moisés todo lo que pasó, y aún citó las palabras del pueblo el cual estaba en idolatría. Dios sabía exactamente lo que pasó. El pueblo ignoró a Dios, pero Él no los ignoró a ellos.
Dijo más Jehová a Moisés: Yo he visto a este pueblo, que por cierto es pueblo de dura cerviz. Ahora, pues, déjame que se encienda mi ira en ellos, y los consuma; y de ti yo haré una nación grande.
a. Yo he visto a este pueblo, que por cierto es pueblo de dura cerviz: Dios habló como si ya Él hubiera visto suficiente, y Él le hizo una propuesta excepcional a Moisés. Si Moisés solamente hubiera aceptado, Dios hubiera consumido a Israel y hubiera comenzado otra vez con Moisés (y de ti yo haré una nación grande).
i. Dios, hipotéticamente, hubiera podido hacer esto y aún cumplir cada promesa a Abraham, Isaac y Jacob. Y esto cambiaría completamente el lugar de Moisés, haciéndole a él el nuevo “Abraham” en el plan de Dios para Israel. Moisés tuvo la oportunidad de ser reverenciado de la manera que Abraham lo es, y el ser honrado por cada generación subsecuente.
ii. De dura cerviz: “Esta frase, común en la Biblia, es una metáfora de un granjero de un buey o caballo que no responde a la correa cuando esta se tira.” (Cole)
b. Déjame que se encienda mi ira en ellos: Dios no pidió por la opinión o participación de Moisés en este asunto. Él simplemente dijo a Moisés, “Déjame para que Yo pueda hacer esto.” La impresión clara era de que si Moisés no hacía nada, el plan seguiría su marcha.
Entonces Moisés oró en presencia de Jehová su Dios, y dijo: Oh Jehová, ¿por qué se encenderá tu furor contra tu pueblo, que tú sacaste de la tierra de Egipto con gran poder y con mano fuerte? ¿Por qué han de hablar los egipcios, diciendo: Para mal los sacó, para matarlos en los montes, y para raerlos de sobre la faz de la tierra? Vuélvete del ardor de tu ira, y arrepiéntete de este mal contra tu pueblo. Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel tus siervos, a los cuales has jurado por ti mismo, y les has dicho: Yo multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo; y daré a vuestra descendencia toda esta tierra de que he hablado, y la tomarán por heredad para siempre.
a. Entonces Moisés oró en presencia de Jehová su Dios: Moisés se rehusó a no hacer nada. Él no dijo de una manera fatal, “bueno, lo que Dios quiera hacer, eso hará Dios.” Él oró en presencia de Jehová, de acuerdo con lo que él creía que era el corazón de Dios.
i. La oración de Moisés no fue larga, pero fue fuerte. “No es lo que dura la oración, sino su fuerza la que la hace atractiva al cielo.” (Meyer)
ii. “Así Jehová condujo a Su siervo a tener una relación profunda en las cosas de Su corazón. Y por lo tanto, su intercesión prevaleció.” (Morgan)
b. Tu pueblo, que tú sacaste de la tierra de Egipto: En su oración, Moisés le regresó el pueblo a Dios. “Señor, ellos te pertenecen a Ti y no a mi. Yo no quiero ser el dios de este pueblo; sólo Tú puedes hacer eso.”
c. Tu pueblo, que tú sacaste de la tierra de Egipto: Moisés luego apeló a Dios bajo el fundamento de la gracia. “Señor, para empezar no merecíamos el ser sacados fuera de Egipto. Tú lo hiciste por Tu gracia, no porque lo mereciéramos. Por favor no te detengas de lidiar con nosotros por gracia.”
d. ¿Por qué han de hablar los egipcios?: Moisés luego apeló a Dios bajo el fundamento de la gloria. “Señor, esto te traerá descrédito ante los ojos de las naciones. Los Egipcios pensarán que eres un Dios cruel el cual trajo al pueblo al desierto para matarlos. No dejes que nadie Dios piense eso de Ti.”
i. “Moisés estaba, sin duda, lleno de compasión por el pueblo, pero el mayor de sus preocupaciones era el honor del nombre de Dios.” (Morgan)
e. Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel tus siervos, a los cuales has jurado por ti mismo: Finalmente Moisés apeló a Dios bajo el fundamento de Su bondad. “Señor, mantén Tus promesas. Eres un Dios bueno el cual siempre es fiel. No rompas Tus promesas a Abraham, Isaac e Israel.”
i. “A falta de otra retórica, dejen que los Cristianos en sus oraciones insten con repetición en sus oraciones. Pongan las promesas en juego y tendrán todo. Dios no puede negarse a si mismo.” (Trapp)
Entonces Jehová se arrepintió del mal que dijo que había de hacer a su pueblo.
a. Entonces Jehová se arrepintió: Dios contestó la oración de Moisés. Dios iba a destruir a la nación – todo lo que Moisés tenía que hacer era dejar a Dios solo para que Él lo hiciera. Pero Moisés no dejó a Dios solo; él trabajo en intercesión de acuerdo a lo que él sabía del corazón de Dios.
b. Entonces Jehová se arrepintió: En la Versión King James esta frase se traduce a el Señor se arrepintió del mal que dijo que había de hacer a su pueblo. Basado en esto, algunos piensan que Dios en veces necesita de arrepentirse del mal, o de que Dios cambia de parecer.
i. Nos ayuda a leer otras traducciones de este pasaje
· Entonces el Señor cedió (NVI – Nueva Versión Internacional)
· Entonces el Señor cambió de parecer en cuanto al mal el cual Él había dicho que Él haría a Su pueblo (NSBA – Nuevo Estándar Bíblico Americano)
· El Señor se volvió del mal el cual Él había pensado hacer (Ampliada)
· El Señor fue movido a compasión para salvar a Su pueblo. (Biblia Septuaginta)
ii. En Números 23:19 dice, Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará? Algunos dicen que estos dos pasajes se contradicen, y que en Éxodo 32 muestra que Dios se arrepiente y cambia de parecer mientras que en Números 23 dice que Dios jamás cambia o se arrepiente. Podemos entender estos pasajes al entender que Moisés escribió de una forma que nosotros llamamos antropomórfico, o lenguaje “centrado en el hombre. Él describió las acciones de Dios de manera que a él le parecieron. La oración de Moisés no cambió a Dios, pero cambió la posición del pueblo a la vista de Dios – el pueblo estaba ahora en un lugar de misericordia, mientras antes estaban en un lugar de juicio.
iii. También podemos decir que Dios no cambió de parecer en Su palabra para Moisés ni Israel. Nosotros entendemos el principio de que las promesas de juicio de Dios son inherentemente destinadas para llamar a los hombres al arrepentimiento y la oración, y de esta forma evitar el juicio (Ezequiel 33:13-16).
iv. Algunos están frustrados debido a que la Biblia describe las acciones de Dios en términos humanos, pero en realidad no se pueden describir de ninguna otra manera. “Yo supongo que yo no necesito decir que este versículo habla tras la manera del hombre. El hablar de Dios a la manera de Dios esta solamente reservado para él mismo; y los hombres mortales no podrían comprender tal manera de hablar. En este sentido, el Señor a menudo habla, y no de acuerdo al hecho literal, pero de acuerdo a la apariencia de las cosas para nosotros, de manera que nosotros podamos entender a lo más lo que el humano pueda entender de lo divino.” (Spurgeon)
c. Entonces Jehová se arrepintió del mal que dijo que había de hacer: Dios no destruyó a Israel, y Él sabía que Él no destruiría a Israel. Pero Él deliberadamente puso a Moisés en este lugar crucial de intercesión, para que Moisés pudiera exhibir y desarrollar el corazón de Dios para el pueblo, un corazón de amor y compasión. Moisés oró de la manera que Dios quería que lo hiciera – como si el cielo y la tierra, la salvación o destrucción dependieran de esta oración. Esta es la manera que Dios espera que nosotros oremos.
i. “No debemos de pensar que Moisés, a través de esta oración, alteró el propósito de Dios para Israel, sino que la llevó a cabo: Moisés nunca fue más como Dios en dichos momentos, ya que él compartía la mente y el propósito amoroso de Dios.” (Cole)
i. Al vivir bajo el Nuevo Pacto, no tenemos un menor privilegio de oración en cuanto a Moisés. No tenemos un acceso menor a Dios en cuanto a lo que Moisés tuvo. Lo único que podemos tener menor es el corazón de Moisés por el pueblo.
Y volvió Moisés y descendió del monte, trayendo en su mano las dos tablas del testimonio, las tablas escritas por ambos lados; de uno y otro lado estaban escritas. Y las tablas eran obra de Dios, y la escritura era escritura de Dios grabada sobre las tablas. Cuando oyó Josué el clamor del pueblo que gritaba, dijo a Moisés: Alarido de pelea hay en el campamento. Y él respondió: No es voz de alaridos de fuertes, ni voz de alaridos de débiles; voz de cantar oigo yo.
a. Y volvió Moisés y descendió del monte: En medio de esta gran idolatría, Moisés y Josué bajaron de su tiempo extendido de la cima del Monte Sinaí. El llevaba las dos tablas del testimonio, escritas directamente de la mano de Dios.
b. Las tablas eran obra de Dios, y la escritura era escritura de Dios: Es significativo que las tablas estaban escritas por la mano directa Dios. Toda la ley y moralidad debe provenir de los estándares y carácter de Dios, o se puede dejar bajo la opinión o valores cambiantes de los hombres.
i. “Ya que él es el único autor de la ley y la justicia, entonces él es el único que las puede escribir en los corazones de los hombres”. (Clarke)
ii. Bajo el Nuevo Pacto Dios también promete el escribir Su ley: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo (Jeremías 31:33).
c. Alarido de pelea hay en el campamento: Podríamos decir que Josué estaba en lo correcto cuando dijo esto. Sin embargo, el alarido reflejaba una guerra espiritual en lugar de una guerra material.
Y aconteció que cuando él llegó al campamento, y vio el becerro y las danzas, ardió la ira de Moisés, y arrojó las tablas de sus manos, y las quebró al pie del monte. Y tomó el becerro que habían hecho, y lo quemó en el fuego, y lo molió hasta reducirlo a polvo, que esparció sobre las aguas, y lo dio a beber a los hijos de Israel. Y dijo Moisés a Aarón: ¿Qué te ha hecho este pueblo, que has traído sobre él tan gran pecado?
a. Ardió la ira de Moisés, y arrojó las tablas de sus manos, y las quebró: Israel quebrantó el pacto por su idolatría e inmoralidad con el becerro de oro. Había algo apropiado acerca de Moisés al romper las tablas de piedra del pacto en el quebrantamiento del pacto por parte de Israel.
i. Cole llamó al rompimiento de las tablas “un acto ceremonial significativo, y no una mera exhibición de ira.” Moisés actuó el quebrantamiento del pacto y de la ley.
ii. Sin embargo, Moisés tuvo que tratar con la ira a través de muchas ocasiones en su vida. En ira, él mató al Egipcio (Éxodo 2:11-12). En ira él rompió las tablas escritas por el dedo de Dios. En ira el golpeó la roca la cual Dios le había mandado que simplemente le hablara (Números 20:10-11). Esta última exhibición de ira mantuvo a Moisés fuera de la Tierra Prometida.
b. Y tomó el becerro que habían hecho, y lo quemó en el fuego, y lo molió hasta reducirlo a polvo: Este ídolo había sido objeto de adoración y de ritos inmorales; pero al pareces nadie reto a Moisés cuando él hizo esto. Moisés descendió del Monte Sinaí con la autoridad y la fuerza de un hombre que ha estado con Dios – y todo Israel lo sabía.
c. Lo dio a beber a los hijos de Israel: Moisés molió el becerro e hizo que el pueblo lo bebiera por varias razones.
· Para mostrar que tal dios no era nada y que podía ser destruido fácilmente.
· Para eliminar completamente a este ídolo.
· Para hacer que el pueblo pagara las consecuencias inmediatas de su pecado.
· Para hacer inservible al oro del ídolo, al ser corrompido con el residuo corporal.
i. “El polvo de oro fue rociada en la corriente de agua, fluyendo desde el monte, el agua que Israel debía de beber, nos recuerda del ‘agua de la amargura’ el cual debía beber una esposa de la cual se sospechaba de infidelidad (Números 5:18-22).” (Cole)
d. ¿Qué te ha hecho este pueblo, que has traído sobre él tan gran pecado? Esta era una pregunta perspectiva. Moisés entendía de que este plan no se originó con Aarón, pero él lo permitió y lo implementó.
Y respondió Aarón: No se enoje mi señor; tú conoces al pueblo, que es inclinado a mal. Porque me dijeron: Haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido. Y yo les respondí: ¿Quién tiene oro? Apartadlo. Y me lo dieron, y lo eché en el fuego, y salió este becerro.
a. No se enoje mi señor: Aarón esencialmente le pidió a Moisés que se calmara, y que no estuviera tan enojado. Aarón no tenía ninguna percepción de lo grande de su pecado. Él no tenía ningún sentido del temor de Jehová.
b. Tú conoces al pueblo, que es inclinado a mal: Moisés sabía esto, y Aarón también. Pero Moisés tenia la sensación de su necesidad de contener el mal del pueblo, mientras que en este caso Aarón en realidad alentó y apoyó el pecado del pueblo.
c. Haznos dioses que vayan delante de nosotros: Aarón citó lo que dijo el pueblo con exactitud. Pero mintió cuando describió sus propias acciones (y lo eché en el fuego, y salió este becerro).
i. Sin duda Aarón quiso decir que este becerro fue el producto de un milagro – simplemente sucedió. Pero Moisés – y todos los demás – podía ver las marcas del grabado humano en éste. (Éxodo 32:4). Aarón expuso que esta era una obra producto de un milagro, pero la evidencia de la obra de su mano estaba sobre todo el ídolo.
ii. Aarón dio la excusa clásica de “simplemente sucedió”. Pero no sucedió simplemente. Aarón lo caviló, derritió el oro, lo moldeó y lo forjó con cuidado con un buril. (Éxodo 32:4).
iii. Aarón hizo esta obra impía e hizo su excusa debido a que en ese momento parecía mucho más difícil el estar junto a Jehová que ir en contra del pueblo, y Aarón tomó el camino de menor resistencia. Él era flojo. “Las personas flojas siempre encuentran fallas en sus herramientas, y aquellos que no tienen la intención de trabajar siempre encuentran una excuso u otra; y luego inventan que no era flojera, sino que estaban teniendo un delicioso sueño espiritual. Los Cristianos nominales entre nosotros están soñando; y ellos consideran que están haciendo la obra del Señor. Ellos solamente lo hacen engañándose al colocar los sueños en el lugar de un servicio verdadero.” (Spurgeon)
iv. “¡Que evasión tan ridícula y tonta!…¡Justo como la leyenda papal de la caída de la capilla de Nuestra Señora de Loretta del cielo! Estas leyendas vienen del mismo cuartel. Satanás puede proveer más cuando sean necesarios para su propósito.” (Clarke)
v. El pecado de Aarón era tan grande que sólo la intercesión de Moisés salvó su vida. Contra Aarón también se enojó Jehová en gran manera para destruirlo; y también ore por Aarón en aquel entonces. (Deuteronomy 9:20).
Y viendo Moisés que el pueblo estaba desenfrenado, porque Aarón lo había permitido, para vergüenza entre sus enemigos, se puso Moisés a la puerta del campamento, y dijo: ¿Quién está por Jehová? Júntese conmigo. Y se juntaron con él todos los hijos de Leví.
a. El pueblo estaba desenfrenado: Esto muestra lo grande que era el problema. No hay mayor peligro que el pueblo deje de lado toda restricción para hacer todo lo que les parece bien delante de sus ojo. Los días más oscuros de la historia de la nación de Israel estaba caracterizada por la frase: cada uno hacía lo que bien le parecía. (Jueces 17:6)
i. “La idea del verbo ‘desenfrenado’ es la de aflojarse o destaparse. Al parecer había un tipo de prostitución religiosa conectada con la adoración del becerro de oro por el pueblo.” (Kaiser)
ii. En nuestra cultura moderna consideramos la ausencia de restricción como en el cielo en la tierra. Pero la Biblia y el sentido común nos dicen que este tipo anarquía moral, espiritual y social trae sólo destrucción.
iii. Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte. (Proverbios 14:12) Cuando el hombre sigue su propio instinto, sus propias inclinaciones, esto lo lleva a la destrucción. Necesitamos seguir el camino de Dios, no nuestro camino.
iv. Desenfrenado… lo había permitido: “La exacta palabra utilizada dos veces en este versículo se encuentra en la advertencia de Proverbios 29:18: ‘Donde no hay visión [por ejemplo, el mensaje de o la atención a la Palabra de Dios], el pueblo deja de lado toda restricción moral [por ejemplo., ellos se hacen ingobernables]’.” (Kaiser)
v. Dios nos ha dado muchas restricciones: la restricción del temor a Dios, la familia, la cultura, la consciencia, la ley, aún la necesidad. Pero estas restricciones pueden ser – y están siendo – quebrantadas.
b. ¿Quién está por Jehová? Júntese conmigo: Moisés le dio al pueblo de Israel la oportunidad de ponerse del lado de Jehová. Los Levitas, para su honor, se pusieron del lado de Jehová y con Moisés. Tristemente este fue el único grupo significativo el cual se paro por la causa de Dios en el incidente del becerro de oro.
i. Solamente tiene sentido para nosotros el estar del lado del Señor. Él es nuestro Creador, nuestro Redentor, nuestro Proveedor y nuestro Mejor Amigo. Pero el estar del lado del Señor requiere de algo.
· El estar del lado del Señor requiere decisión
· El estar del lado del Señor requiere acción.
· El estar del lado del Señor requiere separación.
Y él les dijo: Así ha dicho Jehová, el Dios de Israel: Poned cada uno su espada sobre su muslo; pasad y volved de puerta a puerta por el campamento, y matad cada uno a su hermano, y a su amigo, y a su pariente. Y los hijos de Leví lo hicieron conforme al dicho de Moisés; y cayeron del pueblo en aquel día como tres mil hombres. Entonces Moisés dijo: Hoy os habéis consagrado a Jehová, pues cada uno se ha consagrado en su hijo y en su hermano, para que él dé bendición hoy sobre vosotros.
a. Y matad cada uno a su hermano, y a su amigo, y a su pariente: En este caso, el estar del lado de Jehová significó el estar en contra del pueblo. Aquellos que estaban más interesados en estar del lado de todo el pueblo nunca pudieron hacer lo que estos Levitas hicieron.
i. “Mi único interés es en esta separación entre aquellos que están en ‘el lado del Señor’ y aquellos que adoran a su propio dios, a sus propias ideas, y a sus propios pensamientos.” (Lloyd-Jones)
b. Y cayeron del pueblo en aquel día como tres mil hombres: Al parecer el pecado de Israel en el becerro de oro involucró a más de estas 3,000 personas. Pero sin duda estos eran los más notorios en su idolatría e inmoralidad, o estos eran los líderes de la conducta pecaminosa.
Y aconteció que al día siguiente dijo Moisés al pueblo: Vosotros habéis cometido un gran pecado, pero yo subiré ahora a Jehová; quizá le aplacaré acerca de vuestro pecado.
a. Yo subiré ahora a Jehová; quizá le aplacaré acerca de vuestro pecado: Moisés ya había intercedido por el pueblo en Éxodo 32:11-14. Pero él volvió a orar por ello debido a que él vio el pecado con sus propios ojos, y fue impresionado con la profundidad del pecado del pueblo.
b. Quizá le aplacaré acerca de vuestro pecado: Moisés también aprendió en el Monte Sinaí que la pena de la idolatría era la muerte. El que ofreciere sacrificio a dioses excepto solamente a Jehová, será muerto. (Éxodo 22:20). Él estaba más consciente que nunca de la distancia entre el pueblo y Dios, y sintió la urgencia de interceder.
Entonces volvió Moisés a Jehová, y dijo: Te ruego, pues este pueblo ha cometido un gran pecado, porque se hicieron dioses de oro, que perdones ahora su pecado, y si no, ráeme ahora de tu libro que has escrito.
a. Te ruego, pues este pueblo ha cometido un gran pecado: Moisés no minimizó el pecado del pueblo o lo puso en términos flexibles. Ellos eran culpables de adorar a dioses de oro.
i. Las personas aún adoran a los dioses de oro. En Agosto de 1990 un hombre luchaba en los escalones de su oficina en Los Angeles. Antes de que él muriera de una herida de bala en su pecho, él pronunció los nombres de sus tres hijos. Pero él aún tenía su Rolex de $10,000 puesto en su mano. Él dio su vida por un dios de oro.
b. Que perdones ahora su pecado: Moisés sabía lo enorme del pecado del pueblo, pero él aún pidió perdón. Esta era una apelación a la gracia y misericordia de Dios.
c. Y si no, ráeme ahora de tu libro que has escrito: Moisés pidió a Dios que perdonara a Israel bajo el fundamento de su propia identificación sacrificial con el pueblo pecador. Si Dios no los perdonaba Moisés pidió que fuera condenado, así se identificaba de manera sacrificada con el pecado del pueblo.
i. Moisés sintió que Israel había pecado de una manera tan terrible que la sangre de un buey o una cabra no podrían cubrirla; tendría que ser un hombre el que sufriera en su lugar. Por lo tanto, él se ofreció a ser eliminado del libro de Dios si de esta manera podía rescatar al pueblo. Dios dijo “no” a la petición de Moisés; pero podemos decir que Dios vio más allá, al sacrificio de Uno más grande que Moisés el cual se daría a Si mismo por el pueblo, trayendo una expiación entera y final
ii. “Él se puso entre el pueblo y la ira de Dios y dijo, ‘Castígame’. Él no lo hubiera podido soportar, era demasiado. Pero él noble espíritu de Moisés brilla muy claramente en este gran incidente.” (Lloyd-Jones)
iii. Por supuesto que este corazón sacrificado era el mismo corazón que Jesús tuvo al morir por nuestros pecados (1 Pedro 3:18 y 2 Corintios 5:21). El Apóstol Pablo tuvo también algo de este corazón de Jesús (Romanos 9:3).
Y Jehová respondió a Moisés: Al que pecare contra mí, a éste raeré yo de mi libro. Ve, pues, ahora, lleva a este pueblo a donde te he dicho; he aquí mi ángel irá delante de ti; pero en el día del castigo, yo castigaré en ellos su pecado. Y Jehová hirió al pueblo, porque habían hecho el becerro que formó Aarón.
a. Al que pecare contra mí, a éste raeré yo de mi libro: Dios estuvo de acuerdo en librar a toda la nación, pero Él, en definitiva, se reservó el derecho de juzgar a los pecadores individualmente.
b. Ve, pues, ahora, lleva a este pueblo a donde te he dicho: Esta era la promesa de Dios, el permanecer fiel con Israel y el mantener Su presencia con ellos (mi ángel irá delante de ti).
c. Yo castigaré en ellos su pecado: Toda esa generación adulta de Israelitas jamás entrarían a la tierra prometida. El juicio específico aún no se pronunciaba, pero Dios sabía que eso sucedería.
d. Y Jehová hirió al pueblo: Esto probablemente describe la muerte de los 3,000 que habían sido mencionados en Éxodo 32:28.
© 2013 David Guzik – No se permite la distribución más allá del uso personal sin autorización.
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