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David Guzik :: Éxodo 10 – Las Plagas Continúan

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Éxodo 10 – Las Plagas Continúan

A. La octava plaga: Langostas

1. (Éxodo 10:1-6) Dios le dice a Moisés que lleve otra advertencia a Faraón.


Jehová dijo a Moisés: Entra a la presencia de Faraón; porque yo he endurecido su corazón, y el corazón de sus siervos, para mostrar entre ellos estas mis señales,y para que cuentes a tus hijos y a tus nietos las cosas que yo hice en Egipto, y mis señales que hice entre ellos; para que sepáis que yo soy Jehová. Entonces vinieron Moisés y Aarón a Faraón, y le dijeron: Jehová el Dios de los hebreos ha dicho así: ¿Hasta cuándo no querrás humillarte delante de mí? Deja ir a mi pueblo, para que me sirva. Y si aún rehúsas dejarlo ir, he aquí que mañana yo traeré sobre tu territorio la langosta, la cual cubrirá la faz de la tierra, de modo que no pueda verse la tierra; y ella comerá lo que escapó, lo que os quedó del granizo; comerá asimismo todo árbol que os fructifica en el campo. Y llenará tus casas, y las casas de todos tus siervos, y las casas de todos los egipcios, cual nunca vieron tus padres ni tus abuelos, desde que ellos fueron sobre la tierra hasta hoy. Y se volvió y salió de delante de Faraón.

a. Yo he endurecido su corazón: Aquí Jehová dice que Él ha endurecido el corazón de Faraón, y en Éxodo 9:34 dice que él [Faraón] endureció su corazón. Ambos eran verdad, y uno no puede negar la otra. Al endurecer el corazón de Faraón, Dios le permitió tener lo que él deseaba en su pecado – un corazón duro en contra de Jehová y de Su pueblo.

b. Para que cuentes a tus hijos y a tus nietos las cosas que yo hice en Egipto: La obra de Dios no era solamente por el bien de la generación de Moisés y Faraón; también lo era para tus hijos y tus nietos. Dios hace grandes obras entre nosotros para que alentemos a las nuevas generaciones.

c. ¿Hasta cuándo no querrás humillarte delante de mí? Ir al centro del asunto, Dios le advirtió a Faraón que se humillara a si mismo o la peor plaga de langostas que hubiera sido vista subiría sobre Egipto. El orgullo era el problema, el cual estaba en el corazón de Faraón; él simplemente no quería ceder ante Dios.

i. Es una pregunta importante que Dios le haría a cualquiera: ¿Hasta cuándo no querrás humillarte delante de mí?

2. (Éxodo 10:7-11) Faraón parece ceder – con condiciones


Entonces los siervos de Faraón le dijeron: ¿Hasta cuándo será este hombre un lazo para nosotros? Deja ir a estos hombres, para que sirvan a Jehová su Dios. ¿Acaso no sabes todavía que Egipto está ya destruido? Y Moisés y Aarón volvieron a ser llamados ante Faraón, el cual les dijo: Andad, servid a Jehová vuestro Dios. ¿Quiénes son los que han de ir? Moisés respondió: Hemos de ir con nuestros niños y con nuestros viejos, con nuestros hijos y con nuestras hijas; con nuestras ovejas y con nuestras vacas hemos de ir; porque es nuestra fiesta solemne para Jehová. Y él les dijo: ¡Así sea Jehová con vosotros! ¿Cómo os voy a dejar ir a vosotros y a vuestros niños? ¡Mirad cómo el mal está delante de vuestro rostro! No será así; id ahora vosotros los varones, y servid a Jehová, pues esto es lo que vosotros pedisteis. Y los echaron de la presencia de Faraón.

a. ¿Hasta cuándo será este hombre un lazo para nosotros? Estos hombres, conocidos como los siervos de Faraón, endurecieron sus corazones antes (Éxodo 9:34). Aún así ellos cedieron a la luz de la destrucción que vendría sobre Egipto; !pero el corazón de Faraón estaba aún más duro!

b. ¿Quiénes son los que han de ir? Faraón de nuevo quiso negociar con Dios y Moisés. Él quería permitir a algunos a ir al desierto para adorar, pero quería quedarse con las mujeres y niños en casa como rehenes.

i. Faraón ofreció un acuerdo en Éxodo 8:25-26, sugiriendo que ellos podían tener un día de sacrifico para Jehová en la tierra de Egipto. Moisés rechazo dicho acuerdo, y rechazaría este también. Dios no haría este compromiso, porque Él no necesitaba hacerlo. Esta vez, y cada vez, Dios tiene el control de las negociaciones.

ii. Lo que Faraón quería es lo que muchos de nosotros quiere en la carne: una forma de “ceder” a Dios, sin someterse completamente a Él. Algunas veces buscamos una manera de negociar con Dios como si fuera alguien como nosotros, en lugar de someternos a Él como el Creador y Señor.

iii. Cuando Moisés se presentó por primera vez ante Faraón, Faraón dijo: ¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? (Éxodo 5:2). El hecho de que Faraón aún no se sometiera al Señor mostraba de que él no sabía quien era el Señor aún. Esto fue a pesar de que Jehová Dios hubiera puesto en claro de quien era Él:

· Más grande que el dios Khnum (el guardián del Nilo)

· Más grande que el dios Hapi (el espíritu del Nilo)

· Más grande que el dios Osiris (quien tiene al Nilo como su torrente sanguíneo)

· Más grande que la diosa Heqt (la diosa rana de la fertilidad)

· Más grande que la diosa Hathor (madre diosa con forma de vaca)

· Más grande que el dios Imhotep (el dios de la medicina)

· Más grande que Nut (la diosa del cielo)

· Capaz de detener toda la adoración de los dioses Egipcios con repugnantes piojos y enjambres de insectos.

iv. A pesar de todo esto, Faraón mostró que él todavía no conocía a Jehová Dios. Por lo tanto, Dios le mostraría aún más.

3. (Éxodo 10:12-15) La plaga de langostas llega.


Entonces Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre la tierra de Egipto para traer la langosta, a fin de que suba sobre el país de Egipto, y consuma todo lo que el granizo dejó. Y extendió Moisés su vara sobre la tierra de Egipto, y Jehová trajo un viento oriental sobre el país todo aquel día y toda aquella noche; y al venir la mañana el viento oriental trajo la langosta. Y subió la langosta sobre toda la tierra de Egipto, y se asentó en todo el país de Egipto en tan gran cantidad como no la hubo antes ni la habrá después; y cubrió la faz de todo el país, y oscureció la tierra; y consumió toda la hierba de la tierra, y todo el fruto de los árboles que había dejado el granizo; no quedó cosa verde en árboles ni en hierba del campo, en toda la tierra de Egipto.

a. Y consumió toda la hierba de la tierra, y todo el fruto de los árboles que había dejado el granizo: Yahweh se mostró a Si mismo más grande que el dios Egipcio Set, el cual era el protector de los cultivos.

b. No quedó cosa verde en árboles ni en hierba del campo: Dios hizo con Faraón lo que Él haría en nuestras vidas – exponer y derribar a cada dios falso. Cuando confiamos en estos dioses duele el verlos caer, pero es mejor que el verlos expuestos.

4. (Éxodo 10:16-20) Otro falso arrepentimiento de Faraón


Entonces Faraón se apresuró a llamar a Moisés y a Aarón, y dijo: He pecado contra Jehová vuestro Dios, y contra vosotros. Mas os ruego ahora que perdonéis mi pecado solamente esta vez, y que oréis a Jehová vuestro Dios que quite de mí al menos esta plaga mortal. Y salió Moisés de delante de Faraón, y oró a Jehová. Entonces Jehová trajo un fortísimo viento occidental, y quitó la langosta y la arrojó en el Mar Rojo; ni una langosta quedó en todo el país de Egipto. Pero Jehová endureció el corazón de Faraón, y éste no dejó ir a los hijos de Israel.

a. He pecado contra Jehová vuestro Dios, y contra vosotros: Faraón hizo lo mismo en Éxodo 9:27-28. Él dijo las palabras de arrepentimiento pero no lo llevó a cabo con sus acciones. Su corazón fue solamente endurecido más después de que Dios cediera y mostrara misericordia.

i. “Una vez más viene la fácil confesión de pecado, y el superficial arrepentimiento que brota solamente del deseo de evitar las consecuencias.” (Cole)

B. La novena plaga: Tinieblas

1. (Éxodo 10:21-23) Una plaga de tinieblas llega sin advertencia


Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano hacia el cielo, para que haya tinieblas sobre la tierra de Egipto, tanto que cualquiera las palpe. Y extendió Moisés su mano hacia el cielo, y hubo densas tinieblas sobre toda la tierra de Egipto, por tres días. Ninguno vio a su prójimo, ni nadie se levantó de su lugar en tres días; mas todos los hijos de Israel tenían luz en sus habitaciones.

a. Extiende tu mano hacia el cielo, para que haya tinieblas sobre la tierra de Egipto: Este era el patrón con las plagas anteriores, la tercera plaga de cada trío llegaba sin advertencia.

b. Tinieblas … que cualquiera las palpe: Esta no era una oscuridad normal, tenía un elemento sobrenatural la cual la hacía palpable. La luz no es solamente una propiedad física; es un aspecto del carácter de Dios (Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él, 1 Juan 1:5). En el juicio, Dios puede retirar Su presencia tan significativamente que el vacío que queda es la tinieblas que cualquiera puede palpar.

i. Aparentemente, Dios no permitió que ni si quiera las luces artificiales funcionaran. Los Egipcios intentaron usar velas y lámparas pero no fueron capaces de producir luz. Esta era una demostración prominente de grandeza sobre el dios Egipcio Ra, quien se creía que era el dios del sol.

c. Todos los hijos de Israel tenían luz en sus habitaciones: No sabemos si estor era debido a que Dios los libró de esta plaga o porque Dios les permitió Su presencia única, la cual les trajo una luz sobrenatural.

2. (Éxodo 10:24-29) El último intento de Faraón de comprometerse con Moisés.


Entonces Faraón hizo llamar a Moisés, y dijo: Id, servid a Jehová; solamente queden vuestras ovejas y vuestras vacas; vayan también vuestros niños con vosotros. Y Moisés respondió: Tú también nos darás sacrificios y holocaustos que sacrifiquemos para Jehová nuestro Dios. Nuestros ganados irán también con nosotros; no quedará ni una pezuña; porque de ellos hemos de tomar para servir a Jehová nuestro Dios, y no sabemos con qué hemos de servir a Jehová hasta que lleguemos allá. Pero Jehová endureció el corazón de Faraón, y no quiso dejarlos ir. Y le dijo Faraón: Retírate de mí; guárdate que no veas más mi rostro, porque en cualquier día que vieres mi rostro, morirás. Y Moisés respondió: Bien has dicho; no veré más tu rostro.

a. Id, servid a Jehová; solamente queden vuestras ovejas y vuestras vacas: Con esto, Faraón hizo su última oferta a Moisés. Todos los hijos de Israel podían ir camino tres días al desierto a ofrecer sacrificio ante Jehová Dios, pero ellos debían de dejar atrás su ganado.

i. Sin duda, Faraón sintió que Dios era un comerciante muy dura y él hizo la mejor oferta que pudo hacer a Dios. Faraón aún miraba las cosas como alguien que piensa que puede negociar con el Creador. Esto muestra que él aún no sabía como era Jehová Dios, debido a que él aún no se sometía a Él.

b. No quedará ni una pezuña: Jehová Dios, y el profeta Moisés quien era Su representante, no aceptaría a comprometerse en estos términos. Dios quería libertad para todo Israel y para todo lo que le pertenecía a Israel, y no estaba dispuesto a negociar en este punto.

i. Esto refleja la respuesta de Dios en cada intento que hacemos para rendirnos menos en lugar de todo a Él, o el de dejar ciertas cosas sin rendírselas. Él dice, “No quedará ni una pezuña.”

c. Retírate de mí; guárdate que no veas más mi rostro En exasperación, Faraón le ordena a Moisés que se fuera y le dijo que nunca volviera. Moisés le aseguró a Faraón, “Bien has dicho; no veré más tu rostro” – pero esto no eran buenas noticias para Faraón.

i. “Faraón estaba más haya de su razonamiento, y Dios no quiso razonar más con él.” (Morgan)

ii. Esto termina la cuenta de las nueve plagas, y aunque aún falta una por venir – la plaga sobre los primogénitos – es tan única que debe de considerarse por separado.

iii. La Biblia nos dice de que hubieron diferentes razones por la cual Dios trajo estas plagas sobre Faraón y Egipto.

· Para contestar a la pregunta de Faraón, ¿Quién es Jehová? (Éxodo 5:2). En las plagas Dios se mostró a Si mismo más grande que cualquiera de los dioses falsos de Egipto.

· Para mostrar el poder de Dios a través de Moisés (Éxodo 9:16)

· Para dar testimonio a las futuras generaciones de los hijos de Israel (Éxodo 10:2)

· Para juzgar a los falsos dioses – en realidad demonios – de Egipto (Éxodo 12:12, Números 33:4)

· Para advertir a las naciones – más de 400 años después, los Filisteos recordaron a Jehová Dios de Israel como a aquel que envió las plagas sobre Egipto (1 Samuel 4:8)

· Como un testimonio de la grandeza de Dios a Israel (Éxodo 15:11, Deuteronomy 4:34)

© 2012 David Guzik – No se permite la distribución más allá del uso personal sin autorización.

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