Entonces Jehová dijo a Moisés: Entra a la presencia de Faraón, y dile: Jehová, el Dios de los hebreos, dice así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva. Porque si no lo quieres dejar ir, y lo detienes aún, he aquí la mano de Jehová estará sobre tus ganados que están en el campo, caballos, asnos, camellos, vacas y ovejas, con plaga gravísima. Y Jehová hará separación entre los ganados de Israel y los de Egipto, de modo que nada muera de todo lo de los hijos de Israel.
a. Entra a la presencia de Faraón, y dile: En misericordia, Dios le dijo a Moisés que diera otra advertencia, para que Faraón tuviera la oportunidad de arrepentirse.
b. Deja ir a mi pueblo, para que me sirva: En esta petición dos cosas eran seguras. Primera, el pueblo de Israel le pertenecía a Dios, no a Faraón. Segundo, era claro de que Dios quería que Faraón dejara ir a los hijos de Israel por el bien de Jehová mismo, no tanto por el bien de los hijos de Israel.
i. Faraón era el responsable de tratar bien a Israel por el bien del Señor, no tanto por el bien de Israel. De la misma manera, debemos de tratar a los demás de una buena manera, no solamente por el bien de nuestros hermanos o hermanas, pero también por el bien del Señor. Se lo debemos a Él mucho más de lo que se lo debemos a los demás.
c. Con plaga gravísima … de modo que nada muera de todo lo de los hijos de Israel: Faraón fue advertido de que otra plaga estaba en camino, una que dañaría a todo el ganado de Egipto – pero no al ganado que pertenecía al pueblo de Israel.
Y Jehová fijó plazo, diciendo: Mañana hará Jehová esta cosa en la tierra. Al día siguiente Jehová hizo aquello, y murió todo el ganado de Egipto; mas del ganado de los hijos de Israel no murió uno. Entonces Faraón envió, y he aquí que del ganado de los hijos de Israel no había muerto uno. Mas el corazón de Faraón se endureció, y no dejó ir al pueblo.
a. Y murió todo el ganado de Egipto: Esta plaga fue dirigida en contra del dios Egipcio Hathor quien se creía que era una madre diosa con la forma de una vaca. Además, la religión Egipcia consideraba al ganado como sagrado y la vaca era considerada a menudo el símbolo de la fertilidad. Dios le muestra a Faraón y a todo Egipto de que Él era más poderoso que éste imaginario dios pagano.
i. Cole cita una antigua referencia de una batalla que los Egipcios perdieron debido a que sus enemigos pusieron una horda de ganado al frente de su tropa de avanzada. Funcionó porque los soldados Egipcios no dispararían al ejército opuesto porque temían matar accidentalmente a lo que ellos consideraban como un ganado sagrado.
b. Faraón envió, y he aquí que del ganado de los hijos de Israel no había muerto uno: Moisés le dijo a faraón de que los Israelitas serían librados, y Faraón creyó lo suficiente para confirmarlo. Sin embargo, él no cambió su corazón cuando fue probado de que Moisés y su Dios estaban en lo correcto.
Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Tomad puñados de ceniza de un horno, y la esparcirá Moisés hacia el cielo delante de Faraón; y vendrá a ser polvo sobre toda la tierra de Egipto, y producirá sarpullido con úlceras en los hombres y en las bestias, por todo el país de Egipto. Y tomaron ceniza del horno, y se pusieron delante de Faraón, y la esparció Moisés hacia el cielo; y hubo sarpullido que produjo úlceras tanto en los hombres como en las bestias.
a. Ceniza de un horno: “Sería negra y fina. Quizás ‘hollín’ sería una mejor palabra que la describa, puesto que es descrita como un ‘polvo’ muy fino la cual sopla en el viento.” (Cole)
b. Produjo úlceras tanto en los hombres como en las bestias: La tercera plaga en este segundo trío vino sin advertencia. Esta vez Dios decidió el no dar una advertencia misericordiosa a Faraón para que el se arrepintiera.
i. “Por primera vez las vidas humanas son atacadas y puestas en peligro, y esta era una sombra de la terrible décima plaga.” (Kaiser)
c. Sarpullido que produjo úlceras: La idea detrás de la antigua palabra Hebrea para sarpullido es el de “quemar.” Da la idea de una hinchazón, inflamación de la piel. Este sarpullido doloroso y úlceras afectaron a personas y animales.
Y los hechiceros no podían estar delante de Moisés a causa del sarpullido, porque hubo sarpullido en los hechiceros y en todos los egipcios. Pero Jehová endureció el corazón de Faraón, y no los oyó, como Jehová lo había dicho a Moisés.
a. Y los hechiceros no podían estar delante de Moisés a causa del sarpullido: Esta plaga probablemente estaba dirigida al dios Egipcio Imhotep, quien se dice que era el dios de la medicina. Incluso aquellos que se pensaba que estaban más cerca de los dioses Egipcios (los hechiceros de la corte) fueron golpeados con esta plaga.
b. Jehová endureció el corazón de Faraón: Aquí, por primera vez, se dice que Jehová endureció el corazón de Faraón. Previamente Dios había anunciado de que él endurecería el corazón de Faraón. (Éxodo 4:21 y 7:3), y este era el cumplimiento de ello. Aún así, seis ocasiones se dice que Faraón endureció su propio corazón (Éxodo 7:13, 7:22, 8:15, 8:19, 8:32, 9:7). Vemos que el endurecimiento del corazón de Faraón por parte de Dios era el reforzamiento de lo que él había puesto en si mismo desde el inicio.
i. “Esta es la primera ocasión en la que estas palabras se utilizan después de una plaga. Previamente la posición siempre había sido puesta del otro lado: Faraón había endurecido su propio corazón. La moraleja es que Dios endurece a aquellos que se endurecen a si mismos.” (Cole)
ii. “ ‘Endurecer’ es la expresión, no del propósito divino, sino el resultado de desobedecer a la solicitud divina. De hecho, todas las plagas fueron intencionadas y calculadas para ablandar, si solamente Faraón hubiera tenido la voluntad de ceder. (Thomas)
c. Como Jehová lo había dicho a Moisés: Todo fue de acuerdo al plan de Dios, aún el endurecimiento del corazón de Faraón.
Entonces Jehová dijo a Moisés: Levántate de mañana, y ponte delante de Faraón, y dile: Jehová, el Dios de los hebreos, dice así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva. Porque yo enviaré esta vez todas mis plagas a tu corazón, sobre tus siervos y sobre tu pueblo, para que entiendas que no hay otro como yo en toda la tierra. Porque ahora yo extenderé mi mano para herirte a ti y a tu pueblo de plaga, y serás quitado de la tierra. Y a la verdad yo te he puesto para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado en toda la tierra. ¿Todavía te ensoberbeces contra mi pueblo, para no dejarlos ir? He aquí que mañana a estas horas yo haré llover granizo muy pesado, cual nunca hubo en Egipto, desde el día que se fundó hasta ahora. Envía, pues, a recoger tu ganado, y todo lo que tienes en el campo; porque todo hombre o animal que se halle en el campo, y no sea recogido a casa, el granizo caerá sobre él, y morirá. De los siervos de Faraón, el que tuvo temor de la palabra de Jehová hizo huir sus criados y su ganado a casa; mas el que no puso en su corazón la palabra de Jehová, dejó sus criados y sus ganados en el campo.
a. Yo enviaré esta vez todas mis plagas a tu corazón: En esta advertencia extendida, Dios quiso hacer saber a Faraón quien estaba en control. Tan mal como ha ido hasta este punto, fue solamente por la misericordia de Dios de que Faraón y Egipto no hayan sido ya quitado de la tierra.
b. Para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado en toda la tierra: En esta fuerte declaración, Dios le dijo a Faraón a través de Moisés de que su resistencia estaba siendo usada para la gloria de Dios.
i. Si Faraón pensó de que estaba cumpliendo algo con su resistencia en contra de Dios, él estaba completamente equivocado. Toda su rebelión testaruda solamente glorifico a Jehová hasta el final.
c. Envía, pues, a recoger tu ganado, y todo lo que tienes en el campo: Dios invitó a Faraón y a los Egipcios a confiar en Él al recomendarles algunas precauciones antes de la plaga. Algunos tomaron la invitación de Dios y salvaron a su ganado, pero otros no lo hicieron.
i. “La lluvia cae ocasionalmente sobre el Norte de Egipto, que la predicción de una severa tormenta de granizo acompañada de una violenta tormenta eléctrica pudo ser bien recibida con mucho escepticismo.” (Kaiser)
Y Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano hacia el cielo, para que venga granizo en toda la tierra de Egipto sobre los hombres, y sobre las bestias, y sobre toda la hierba del campo en el país de Egipto. Y Moisés extendió su vara hacia el cielo, y Jehová hizo tronar y granizar, y el fuego se descargó sobre la tierra; y Jehová hizo llover granizo sobre la tierra de Egipto. Hubo, pues, granizo, y fuego mezclado con el granizo, tan grande, cual nunca hubo en toda la tierra de Egipto desde que fue habitada. Y aquel granizo hirió en toda la tierra de Egipto todo lo que estaba en el campo, así hombres como bestias; asimismo destrozó el granizo toda la hierba del campo, y desgajó todos los árboles del país. Solamente en la tierra de Gosén, donde estaban los hijos de Israel, no hubo granizo.
a. Hubo, pues, granizo, y fuego mezclado con el granizo, tan grande, cual nunca hubo: Esta era probablemente la plaga más espantosa que había sucedido. Los Egipcios debieron de creer que el furor de Dios estaba siendo derramado del cielo con toda severidad.
i. Hubo, pues, granizo, y fuego mezclado con el granizo: “Una mezcla extraña; un milagro dentro de un milagro, dijo el Rabí Salomón. Fuego y agua hicieron la paz entre ellos, para que obedecieran la voluntad del Creador.” (Trapp)
b. Y aquel granizo hirió en toda la tierra de Egipto: Esta plaga estaba dirigida en contra de muchos dioses Egipcios. Nut era notable entre ellos, la diosa del cielo.
Entonces Faraón envió a llamar a Moisés y a Aarón, y les dijo: He pecado esta vez; Jehová es justo, y yo y mi pueblo impíos. Orad a Jehová para que cesen los truenos de Dios y el granizo, y yo os dejaré ir, y no os detendréis más. Y le respondió Moisés: Tan pronto salga yo de la ciudad, extenderé mis manos a Jehová, y los truenos cesarán, y no habrá más granizo; para que sepas que de Jehová es la tierra. Pero yo sé que ni tú ni tus siervos temeréis todavía la presencia de Jehová Dios. El lino, pues, y la cebada fueron destrozados, porque la cebada estaba ya espigada, y el lino en caña. Mas el trigo y el centeno no fueron destrozados, por- que eran tardíos. Y salido Moisés de la presencia de Faraón, fuera de la ciudad, extendió sus manos a Jehová, y cesaron los truenos y el granizo, y la lluvia no cayó más sobre la tierra. Y viendo Faraón que la lluvia había cesado, y el granizo y los truenos, se obstinó en pecar, y endurecieron su corazón él y sus siervos. Y el corazón de Faraón se endureció, y no dejó ir a los hijos de Israel, como Jehová lo había dicho por medio de Moisés.
a. Éxodo 9: Esto suena como las palabras perfectas de arrepentimiento por parte de Faraón, pero un verdadero arrepentimiento aún no había obrado en su corazón. Faraón estaba apenado por las consecuencias del pecado, pero no del pecado en si.
i. “El ‘Yo he pecado’ de Faraón (Éxodo 9:27) es una de las ocho confesiones similares en la Escritura, cuatro sinceras y cuatro no sinceras.” (Thomas) Quizá sea mejor el ver a 5 como no sincera y a 3 como sinceras.
· Faraón – un duro pecador (Éxodo 9:27)
· Balaam – un hombre con doble ánimo (Números 22:34)
· Acán – un penitente dudoso (Josué 7:20)
· Saúl – un hombre insincero (1 Samuel 15:24)
· Judas – desesperado de arrepentimiento (Mateo 27:4)
· Job – arrepentimiento piadoso (Job 6:20)
· David – arrepentimiento después de un contratiempo (2 Samuel 12:13)
· El Pródigo – la bendita confesión de pecado (Lucas 15:18)
b. Yo sé que ni tú ni tus siervos temeréis todavía la presencia de Jehová Dios: La respuesta de Moisés a Faraón muestra que él esta empezando a aprender y a discernir. Moisés sabía que la promesa de tocar al primogénito de Faraón aún no había sido cumplida (descrita por Dios en Éxodo 4:22-23).
i. “Moisés no cree que Faraón vaya a cumplir su palabra, él le concede la petición para que Faraón no tenga excusa.” (Cole)
c. Se obstinó en pecar … Y el corazón de Faraón se endureció: Endurecer el corazón en contra de Dios es un pecado; el fallar a arrepentirse cuando Dios responde en misericordia nuestra petición es el ignorar Su rica gracia el cual nos lleva a pecar más.
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