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Jehová respondió a Moisés: Ahora verás lo que yo haré a Faraón; porque con mano fuerte los dejará ir, y con mano fuerte los echará de su tierra.
a. Ahora verás lo que yo haré a Faraón: Llevando continuidad a la historia del capítulo anterior, Moisés se encontraba desanimado por que él creía que Dios estaba corto en actuar y en ayudar. La respuesta de Dios para Moisés muestra que Él quería que él supiera que el Señor esta en control de todo.
i. Moisés estaba desanimado debido a que él estaba muy impresionado por el Faraón y no tan impresionado por Dios.
b. Porque con mano fuerte los dejará ir: Dios no solamente prometió que Faraón los dejaría ir; él los echaría de su tierra con mano fuerte. Esto parecía imposible después de la reacción inicial de Faraón hacia Moisés y al mensaje del Señor.
i. Este era un maravilloso mensaje lleno de gracia para Moisés. En efecto Dios dijo: “Moisés, no solamente Faraón los dejará ir; con mano fuerte los echará de Egipto.”
ii. “Esta era la declaración divina transformada en respuesta a la declaración de la dificultad humana … Todo empezó con un solemne cargo a Moisés. Primeramente fue una respuesta a la queja la cual el siervo de Dios pronunció en Su presencia. Era una respuesta de una aseveración divina y, por lo tanto, era necesariamente un mensaje de gracia.” (Morgan)
Habló todavía Dios a Moisés, y le dijo: Yo soy JEHOVÁ. Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, mas en mi nombre JEHOVÁ no me di a conocer a ellos. También establecí mi pacto con ellos, de darles la tierra de Canaán, la tierra en que fueron forasteros, y en la cual habitaron. Asimismo yo he oído el gemido de los hijos de Israel, a quienes hacen servir los egipcios, y me he acordado de mi pacto.
a. Yo soy JEHOVÁ: Al recordarle a Moisés el gran nombre de Dios (Jehová), Él confirmó que el Dios que hace pacto y que guarda el pacto permanecía, y Él mismo cumpliría absolutamente su promesa a Moisés.
i. “Cuando toda la ayuda humana a fallado, y el alma, exhausta y desesperada a perdido la esperanza en el hombre, Dios se acerca, y dice: YO SOY.” (Meyer)
b. Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, mas en mi nombre JEHOVÁ no me di a conocer a ellos: Los patriarcas fueron privilegiados de conocer al Dios que hizo el pacto, pero para ellos el pacto apenas si fue cumplido. Los patriarcas conocían a Dios como el Hacedor del pacto. Moisés y la generación del Éxodo conocerían a Dios como el Único que cumpliría el pacto.
i. Los patriarcas conocían el nombre de Yahveh (es usada unas 160 veces en Génesis); pero la gran aplicación al que se refiere el nombre de Dios el cual guarda y cumple el pacto: También establecí mi pacto con ellos. “Los patriarcas solamente tenían las promesas, no las cosas prometidas.” (Kaiser)
c. Como Dios Omnipotente: En suma, aunque los patriarcas conocían a Dios Omnipotente (El-Shaddai), ellos no le conocían a Él tan extensamente ni íntimamente de la forma que Él se revelaría a Si mismo a Moisés y a su generación. Ellos conocían el poder de Dios, pero no tuvieron la misma relación personal y la revelación que Moisés llegaría a conocer.
i. Para nosotros, Dios quiere ser más que Dios Omnipotente – Él quiere que nosotros le conozcamos a Él personalmente, como al Dios que hace promesas y las cumple, en el cual podemos confiar para cualquier cosa. Los creyentes se debieran de preguntar a si mismos si en realidad conocen a Dios por dichos nombres.
ii. “La suprema necesidad en cada hora de dificultad y depresión es una visión de Dios. El verle a Él es el ver cualquier otra cosa en una proporción y perspectiva apropiada.” (Morgan)
d. Me he acordado de mi pacto: Dios había recordado Su pacto; ahora Moisés era llamado a recordar a su Dios.
Por tanto, dirás a los hijos de Israel: Yo soy JEHOVÁ; y yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes; y os tomaré por mi pueblo y seré vuestro Dios; y vosotros sabréis que yo soy Jehová vuestro Dios, que os sacó de debajo de las tareas pesadas de Egipto. Y os meteré en la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a Abraham, a Isaac y a Jacob; y yo os la daré por heredad. Yo JEHOVÁ.
a. Por tanto, dirás a los hijos de Israel: La declaración previa parecía ser más para Moisés (Éxodo 6:2-5). La siguiente palabra sería dada para beneficio de todo Israel.
b. Yo soy JEHOVÁ: Dios se fue al extremo para confirmar su pacto con los hijos de Israel. En siete separadas promesas de Yo haré, Dios dijo: “Yo voy a hacerlo. Pueden confiar en mí.”
i. Las promesas eran gloriosas, igualmente en su aplicación espiritual para los creyentes de hoy:
· Yo os sacaré
· libraré de su servidumbre
· redimiré
· tomaré por mi pueblo
· vuestro Dios
· meteré en la tierra
· la daré por heredad
ii. “Cada uno de estos verbos Hebreos, las cuales están en tiempo pasado (ejemplo, pasado perfecto), en lugar del tiempo futuro, tan cierto estaba Dios en su cumplimiento que fueron vistos como si ya se hubieran cumplido.” (Kaiser)
iii. Hay un fuerte contraste con las cinco declaraciones de Yo haré de Satanás en escritas en Isaías 14:13-15. La gran diferencia es que Satanás estaba sin poder para llevar a cabo sus “Yo haré”. Dios es más que suficiente para cumplir Sus promesas.
c. Y os meteré en la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a Abraham, a Isaac y a Jacob: Por primera vez, Moisés le diría a Israel lo que Dios había prometido – no solamente el liberarlos de la servidumbre de Egipto, sino el de darles también la tierra prometida a los patriarcas.
i. Y os meteré: “Una gran liberación; pero nada con lo cual Cristo ha obrado para liberarnos de la tiranía del pecado y del terror del infierno.” (Trapp)
d. Yo JEHOVÁ: Con esto Dios concluyó su promesa al recordarle a todos de que el era quien hace el pacto y lo guarda.
De esta manera habló Moisés a los hijos de Israel; pero ellos no escuchaban a Moisés a causa de la congoja de espíritu, y de la dura servidumbre.
a. Pero ellos no escuchaban a Moisés: Después de que Moisés habló las palabras que Dios le dijo, los hijos de Israel aún estaban atrapados en una incredulidad miserable. Ellos probablemente pudieron decir que ellos no dudaban de Dios, pero que si dudaban del mensajero – Moisés.
b. A causa de la congoja de espíritu, y de la dura servidumbre: Esto es por lo cual Israel dudaba de Dios y de Su mensajero. Los siglos de esclavitud les hizo pensar como esclavos en lugar del pueblo del pacto. Faraón era más grande a sus ojos de lo que Dios era.
i. Congoja de espíritu: “La NVI lo traduce débilmente ‘su desaliento’; pero era la presión interna ocasionada por una angustia profunda la cual prevenía un respiro apropiado – como niños sollozando y jadeando por respirar.” (Kaiser)
ii. Muchos cristianos se encuentran en el mismo lugar. Se les dificulta el confiar en Dios y el cree que Él esta allí para ellos. Es por eso que Pablo dice que no debemos conformarnos a este mundo, sino el ser transformados en la renovación de nuestra mente (Romanos 12:1-2). Los hijos de Israel necesitaban renovar sus mentes, y nosotros lo debemos hacer también.
iii. Ezequiel 20:5-9 muestra el porque Dios se veía tan pequeño y Faraón tan grande en el corazón de Israel durante ese tiempo. Ezequiel explica que ellos confiaban en los dioses de sus opresores, adorando a los dioses de los Egipcios. Esto es por lo cual ellos no confiaban en Dios ni en su mensajero Moisés. La razón por la cual Dios no juzgo a Israel en ese tiempo era porque Él no quería profanar Su nombre entre los Gentiles.
Y habló Jehová a Moisés, diciendo: Entra y habla a Faraón rey de Egipto, que deje ir de su tierra a los hijos de Israel. Y respondió Moisés delante de Jehová: He aquí, los hijos de Israel no me escuchan; ¿cómo, pues, me escuchará Faraón, siendo yo torpe de labios? Entonces Jehová habló a Moisés y a Aarón y les dio mandamiento para los hijos de Israel, y para Faraón rey de Egipto, para que sacasen a los hijos de Israel de la tierra de Egipto.
a. ¿Cómo, pues, me escuchará Faraón?: Dios le dijo a Moisés que repitiera lo que él sin éxito había hecho antes (Éxodo 5:1-2). Moisés sintió que esta aproximación había fallado ya una vez, así que no había ningún sentido en repetirlo. Esta aproximación también falló en persuadir al pueblo de Israel; al parecer nunca funcionaría con Faraón.
i. Note el motivo del desaliento de Moisés: Siendo yo torpe de labios. Previamente, él se opuso debido a que él creía que él no era elocuente (Éxodo 4:10). Ahora él se oponía porque él creía que no era digno de este trabajo. “Esa inhabilidad nació de un sentido de impureza, y no de su falta de elocuencia.” (Morgan)
b. Entonces Jehová habló a Moisés y a Aarón y les dio mandamiento: Dios quería que Moisés fuera persistente en su obediencia; no el mirar a Faraón, no el mirar a los hijos de Israel, ni siquiera el mirarse a si mismo – sino el mirar a Dios y sólo a Dios.
i. Moisés quería renunciar después del primer encuentro. Dios debía de tratar primero con su corazón antes de que Moisés estuviera listo para lidiar con todos los desalientos que vendrían por delante mientras dirigiera al pueblo de Israel a la tierra prometida.
ii. Dios estaba construyendo resistencia en Moisés, la habilidad de mantenerse en el plan de Dios aún cuando pareciera que no funcionaba. Esto es fe; esto es soportar pacientemente en el Señor.
c. Mandamiento para los hijos de Israel, y para Faraón: Moisés debía de entender de que esta era la voluntad de Dios, no solamente unas sugerencias para Israel y Faraón. Este era Su mandamiento divino la cual se cumpliría, de una manera o de otra.
“!Camina con cuidado aquí! Este es un territorio de entierro privado, el último lugar de descanso de los fundadores de la familia de la cual el mundo esta profundamente en deuda por su servicio sin precio.” (F.B. Meyer)
Éstos son los jefes de las familias de sus padres: Los hijos de Rubén, el primogénito de Israel: Hanoc, Falú, Hezrón y Carmi; éstas son las familias de Rubén. Los hijos de Simeón: Jemuel, Jamín, Ohad, Jaquín, Zohar, y Saúl hijo de una cananea. Éstas son las familias de Simeón.
Éstos son los nombres de los hijos de Leví por sus linajes: Gersón, Coat y Merari. Y los años de la vida de Leví fueron ciento treinta y siete años. Los hijos de Gersón: Libni y Simei, por sus familias. Y los hijos de Coat: Amram, Izhar, Hebrón y Uziel. Y los años de la vida de Coat fueron ciento treinta y tres años. Y los hijos de Merari: Mahli y Musi. Éstas son las familias de Leví por sus linajes.
a. Los hijos de Leví por sus linajes: En la tribu de Leví, había tres familias principales – Gersón, Coat y Merari. Cada una de estas familias recibirían un deber específico en el servicio del Señor y de Su tabernáculo.
Y Amram tomó por mujer a Jocabed su tía, la cual dio a luz a Aarón y a Moisés. Y los años de la vida de Amram fueron ciento treinta y siete años. Los hijos de Izhar: Coré, Nefeg y Zicri. Y los hijos de Uziel: Misael, Elzafán y Sitri. Y tomó Aarón por mujer a Elisabet hija de Aminadab, hermana de Naasón; la cual dio a luz a Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar. Los hijos de Coré: Asir, Elcana y Abiasaf. Éstas son las familias de los coreítas. Y Eleazar hijo de Aarón tomó para sí mujer de las hijas de Futiel, la cual dio a luz a Finees. Y éstos son los jefes de los padres de los levitas por sus familias. Éste es aquel Aarón y aquel Moisés, a los cuales Jehová dijo: Sacad a los hijos de Israel de la tierra de Egipto por sus ejércitos. Éstos son los que hablaron a Faraón rey de Egipto, para sacar de Egipto a los hijos de Israel. Moisés y Aarón fueron éstos.
a. La cual dio a luz a Aarón y a Moisés: Este pasaje no solamente habla de los ancestros de Moisés y de Aarón, sino habla también de unos descendientes de Aarón. Sus hijos enlistados aquí son Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar; y de su nieto a través de Eleazar, del cual su nombre era Finees.
i. Esta porción es importante debido a que el sacerdocio que eventualmente vendría por parte de la familia de Aarón pasaría a sus descendientes. Por lo tanto era importante el saber exactamente quienes eran sus descendientes.
b. Los hijos de Coré (primos de Moisés y Aarón; su padre, Coré, era el tío de Moisés) también tendrían parte de un significante evento antes de que Israel llegara a la tierra prometida (Números 16).
Cuando Jehová habló a Moisés en la tierra de Egipto, entonces Jehová habló a Moisés, diciendo: Yo soy JEHOVÁ; di a Faraón rey de Egipto todas las cosas que yo te digo a ti. Y Moisés respondió delante de Jehová: He aquí, yo soy torpe de labios; ¿cómo, pues, me ha de oír Faraón?
a. Di a Faraón rey de Egipto todas las cosas que yo te digo a ti: Dios previamente mandó a Moisés a hablar a Faraón. Después de la primera experiencia decepcionante, Moisés ahora vacilaba en su obediencia.
b. Yo soy torpe de labios: Esto se puede referir a la idea de que Moisés tenía un problema con hablar, o debió de tener en su entendimiento de que él era un hombre pecador, y por lo tanto era indigno de ser usado.
i. El sentir de Moisés pudo ser similar al de Isaías, después escrito en Isaías 6:1-8. Isaías sabía de que él era un pecador ante la presencia de Dios, y sintió que el centro de su pecado estaba en sus labios – del modo de hablar y comunicarse de una manera que no glorificaba a Dios. Dios podía lidiar con los labios impuros de Isaías, y Él es más que capaz de lidiar con los labios incircuncisos de Moisés. Dios también es perfectamente capaz de lidiar con las cosas en nuestras vidas – reales o imaginarias – las cuales nos dificultan el ser usados por Él.
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