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Habló David a Jehová las palabras de este cántico, el día que Jehová le había librado de la mano de todos sus enemigos, y de la mano de Saúl.
a. Habló David a Jehová las palabras de este cántico: Por muchas razones, la mayoría de los comentarios asumen que este es un Salmo que David escribió y cantó muchos años antes de cuando fue insertado al final de 2 de Samuel fuera de su orden cronológico. Esto es posible, pero no necesariamente.
i. “El Salmo aparece casi como las últimas palabras de David. Por tanto, es un resumen de agradecimiento por todas las veces que Dios lo libró a lo largo de su larga vida de servicio.” (Boice)
b. Las palabras de este cántico: Con pequeñas variaciones, este Salmo es el mismo que el Salmo 18. Es posible que David haya compuesto esta canción cuando era joven – tal vez cuando murió Saúl y recién tomó el trono, como se describe en 2 de Samuel 8:14, cuando David había sometido a todos sus enemigos, y Jehová dio la victoria a David por dondequiera que fue. Sin embargo en su vejez David podía mirar atrás con gran gratitud y cantar esta canción otra vez, viendo a su vida completa.
i. Este Salmo es un gran resumen de todo el carácter de David y su actitud a lo largo de su vida. “Semejantes convicciones – de la absoluta soberanía de Jehová, de su omnipotente poder para salvar, de la necesidad de obediencia de Su ley, y de la promesa de que en caso de tal obediencia Él actúa por su pueblo – constituían la subyacente fuerza del carácter de David.” (Morgan)
ii. “Tenemos otra forma de este Salmo con significantes variaciones... y esto sugiere la idea de que fue cantada por David en diferentes ocasiones cuando analizaba su propia increíble historia, y observaba la mano de gracia de Dios.” (Spurgeon)
Dijo: Jehová es mi roca y mi fortaleza, y mi libertador;
Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré;
Mi escudo, y el fuerte de mi salvación, mi alto refugio;
Salvador mío; de violencia me libraste.
Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado,
Y seré salvo de mis enemigos.
a. Mi roca y mi fortaleza, y mi libertador: David apiló título sobre título al alabar a Dios. La obra de Dios sobre David era tan grande y amplia que no podía ser contenida en un título.
i. “En esta frase inicial, en la cual hemos hecho hincapié, el sentido de la verdad es reforzada por las palabras finales, ‘mía.’ Con ellas el cantante revela el hecho de que todo lo que celebró en canciones era más que teoría, era experiencia.” (Morgan)
ii. David experimentó la liberación de Dios:
· Dios libró a David de Goliat.
· Dios libró a David de Saúl.
· Dios libró a David de recaer.
· Dios libró a David de los enemigos de Israel.
· Dios libró a David de Absalón.
· Dios libró a David de sus propias pasiones pecaminosas.
b. En él confiaré: Cuando vemos a Dios por lo que es, es fácil confiar en Él. Cuando sabemos que Él es nuestra roca y fortaleza y libertador y escudo y fuerte y Salvador, es natural que entonces confiemos en el completamente.
i. La fe no depende totalmente del conocimiento, pero el correcto conocimiento de Dios da gran fortaleza a la fe.
c. Salvador mío; de violencia me libraste: Cada título era significativo para David porque Dios cumplió el significado de cada título en la experiencia de David. Ésta no es una lista de los nombres de Dios que uno puede encontrar en una teología sistemática; este es el conocimiento de Dios combinado con la verdadera experiencia de Dios.
d. Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado: “Es bueno alabar a Dios como a alguien que merece ser alabado, porque entonces le suplicamos con confianza y alegría. Si yo siento que puedo y bendigo al Señor por toda su bondad pasada, soy más osado para pedir grandes cosas de Él.” (Spurgeon)
Me rodearon ondas de muerte,
Y torrentes de perversidad me atemorizaron.
Ligaduras del Seol me rodearon;
Tendieron sobre mí lazos de muerte.
En mi angustia invoqué a Jehová,
Y clamé a mi Dios;
El oyó mi voz desde su templo,
Y mi clamor llegó a sus oídos.
La tierra fue conmovida, y tembló,
Y se conmovieron los cimientos de los cielos;
Se estremecieron, porque se indignó él.
Humo subió de su nariz,
Y de su boca fuego consumidor;
Carbones fueron por él encendidos.
E inclinó los cielos, y descendió;
Y había tinieblas debajo de sus pies.
Y cabalgó sobre un querubín, y voló;
Voló sobre las alas del viento.
Puso tinieblas por su escondedero alrededor de sí;
Oscuridad de aguas y densas nubes.
Por el resplandor de su presencia se encendieron carbones ardientes.
Y tronó desde los cielos Jehová,
Y el Altísimo dio su voz;
Envió sus saetas, y los dispersó;
Y lanzó relámpagos, y los destruyó.
Entonces aparecieron los torrentes de las aguas,
Y quedaron al descubierto los cimientos del mundo;
A la reprensión de Jehová,
Por el soplo del aliento de su nariz.
Envió desde lo alto y me tomó;
Me sacó de las muchas aguas.
Me libró de poderoso enemigo,
Y de los que me aborrecían, aunque eran más fuertes que yo.
Me asaltaron en el día de mi quebranto;
Mas Jehová fue mi apoyo,
Y me sacó a lugar espacioso;
Me libró, porque se agradó de mí.
a. Ondas... torrentes... ligaduras... lazos: El peligro rodeaba a David por todos lados – física, espiritual, emocional y socialmente – David estaba al borde de la ruina cuando clamó a Dios.
b. En mi angustia invoqué a Jehová: El enemigo de nuestra alma quiere que creamos que no podemos clamar a Jehová en nuestra angustia – como si tuviéramos que estar bien con Dios y sentarnos pacíficamente en una capilla de oración orando rectamente. David sabía que Dios escucha nuestras señales de angustia.
c. El oyó mi voz: Para David era así de simple. El clamaba a Dios, y Dios escuchaba. David también sabía que Dios no podía escuchar la angustia de su pueblo sin actuar a favor de ellos.
d. La tierra fue conmovida: Dios estaba tan interesado por el problema de David que a David le parecía como si Dios conmoviera la tierra para satisfacer su necesidad.
i. “Lo que es más impresionante... es la magnífica forma en la que el salmista describe a Dios levantándose de su trono en el cielo en respuesta al clamor de su siervo, partiendo las nubes, y bajando para pelear las batallas del rey acompañado de terremotos, truenos, tormentas, y relámpagos.” (Boice)
e. Y cabalgó sobre un querubín, y voló: David visualizaba a Jehová viniendo a suplir su necesidad, viniendo con gloria y velocidad. Venía tan rápido para David que le pareció que Dios viajaba sobre las alas del viento.
i. “En el original de este sublime pasaje, el sentido y el sonido están asombrosamente bien conectados... El estruendo del ala, la agitación y la velocidad por el aire son expresados aquí de una manera extraordinaria.” (Clarke)
f. Y el Altísimo dio su voz: Cuando Dios vino habló por David, ordenándole a toda la creación que respondiera a su apasionado deseo de liberar a su hijo.
i. Todo esto es un reflejo de la confianza de David en el amor de Dios. David ve a Dios tan amoroso que no tolerará la angustiado su amado. Cuando las cosas no están bien para su amado toda la creación verá su pasión y urgencia para satisfacer la necesidad de su amado.
g. Me tomó... me sacó... me libró: David vio a Dios ejercer toda su majestad y fuerza para cubrir su necesidad.
h. Eran más fuertes que yo... Jehová fue mi apoyo: David sabía que la victoria se debía a la mano de Dios, no a su ingenio ni a su capacidad. Sin Jehová como su apoyo David caería.
i. Me libró, porque se agradó de mí: David sentía que Dios se agradaba de él. Sus ruegos por liberación estaban arraigados en su relación, no solamente en un deseo de sobrevivir.
Jehová me ha premiado conforme a mi justicia;
Conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado.
Porque yo he guardado los caminos de Jehová,
Y no me aparté impíamente de mi Dios.
Pues todos sus decretos estuvieron delante de mí,
Y no me he apartado de sus estatutos.
Fui recto para con él,
Y me he guardado de mi maldad;
Por lo cual me ha recompensado Jehová conforme a mi justicia;
Conforme a la limpieza de mis manos delante de su vista.
a. Conforme a la limpieza de mis manos: Estas palabras son la razón por la que muchos creen que David solo pudo cantar este salmo antes de su pecado con Betsabé. Sin embargo el texto parece indicar que David cantó esto rumbo al final de sus días (2 Samuel 22:1).
i. Podríamos decir que David simplemente creyó lo que el Profeta Natán le dijo en 2 de Samuel 12:13: Jehová ha remitido tu pecado. David sabía que era un hombre perdonado, y que la limpieza de sus manos se debía a que Dios las limpió, no a que nunca se hubieran ensuciado.
ii. “Si fuéramos a recordarle a David de su pecado con Betsabé, el diría que es una ilustración y una prueba de este principio ya que sufrió de diferentes maneras como consecuencia de este gran pecado. Pero aunque eso haya sucedido, así como transgresiones similares fueron cometidas por todos nosotros, teniendo todo en cuenta, a pesar de todo él era un hombre conforme al corazón de Dios y fue grandemente bendecido por Él.” (Boice)
b. He guardado los caminos de Jehová... Fui recto para con él: David no está afirmando perfección sin pecado. El hablaba de su rectitud en general y de su rectitud en comparación con la perversidad de sus enemigos.
i. “Delante de Dios el hombre conforme a su corazón era un pecador humilde, pero delante de sus calumniadores podía, sin pena, hablar de la ‘limpieza de sus manos‘ y de la rectitud de su vida.” (Spurgeon)
ii. Podemos venir a Dios en oración con la misma afirmación, pero no en la base de nuestra propia rectitud, sino de la rectitud que hemos recibido en Jesús (1 de Corintios 1:30 y 2 de Corintios 5:21).
c. Me he guardado de mi maldad: Algunos piensan que esto es arrogancia u orgullo de parte de David. Spurgeon cita a un comentarista que escribió, “¡Que se guardó! ¿Quién hizo a este hombre su propio guarda?” Sin embargo sabemos que hay un sentido en el que debemos guardarnos del pecado, incluso como Pablo habló de un hombre que se limpia a sí mismo para la gloria de Dios y para un servicio más grande (2 de Timoteo 2:21).
Con el misericordioso te mostrarás misericordioso,
Y recto para con el hombre íntegro.
Limpio te mostrarás para con el limpio,
Y rígido serás para con el perverso.
Porque tú salvas al pueblo afligido,
Mas tus ojos están sobre los altivos para abatirlos.
Tú eres mi lámpara, oh Jehová;
Mi Dios alumbrará mis tinieblas.
Contigo desbarataré ejércitos,
Y con mi Dios asaltaré muros.
a. Con el misericordioso te mostrarás misericordioso: Jesús discutió este principio en el sermón del monte pero desde la perspectiva del hombre en vez de la de Dios: Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. (Mateo 7:2)
i. “En estas palabras se nos revelan los principios de la relación entre Dios y el hombre. Dios es al hombre lo que el hombre es a Dios.” (Morgan)
ii. David no solamente cantó sobre este principio; también lo vivió y se benefició de él. Dios le mostró a David gran misericordia porque él le mostró gran misericordia a otros, como Saúl (1 de Samuel 24:10-13) y Simei (2 de Samuel 16:7-12).
iii. “Noten que incluso los misericordiosos necesitan misericordia, ninguna cantidad de generosidad para los pobres, o perdón para los enemigos, pueden ponernos más allá de la necesidad de misericordia.” (Spurgeon)
b. Y rígido serás para con el perverso: Los traductores tienen problemas con esta frase porque comunica un concepto difícil. Es fácil decir que si un hombre es puro hacia Dios entonces Dios será puro para con él. Pero no puedes decir que si un hombre es perverso para con Dios entonces Dios será perverso para con él, porque Dios no puede hacer nada perverso.
i. “David expresa la segunda mitad del paralelismo con una palabra un poco ambigua, el significado de raíz de tal es ‘perverso.’ El versículo realmente dice, ‘A los perversos (o deshonestos) tú te mostrarás perverso (o deshonesto)’... La idea parece ser que si esa persona insiste en tomar caminos retorcidos en su tratar con Dios, Dios será más listo que él, como ese hombre lo merece.” (Boice)
c. Porque tú salvas al pueblo afligido, mas tus ojos están sobre los altivos para abatirlos: David proclama su confianza en el principio que se repite en Proverbios 3:34, Santiago 4:6, y 1 de Pedro 5:5: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.
i. Hay algo en la verdadera humildad que provoca la gracia y la misericordia de Dios y hay algo en el orgullo y en la altivez que provoca su resistencia y su desagrado.
ii. La humildad no es necesariamente una baja opinión de uno mismo; es una combinación de una apropiada opinión de uno mismo y dejar de pensar solo en uno mismo. La humildad se centra en otros no en uno mismo.
d. Mi Dios alumbrará mis tinieblas: Cuando Dios suplió la necesidad de David primero le llevó luz. Gran fortaleza y habilidad no ayudan para nada si no podemos ver en medio de la lucha.
e. Contigo desbarataré ejércitos, y con mi Dios asaltaré muros: Cuando Dios cubrió las necesidades de David le trajo fuerza. Un hombre no debería ser capaz de luchar contra ejércitos, ni debe ser capaz de asaltar muros que protegen una ciudad.
i. David sabía el principio de Efesios 6:10 mucho antes de que Pablo escribiera las palabras: fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Dios tiene una fuente de poder (su fuerza) que hace disponible para nosotros a través de la fe. No tenemos que ser fuertes en nuestra fuerza, pero podemos ser fuertes en su fuerza.
En cuanto a Dios, perfecto es su camino,
Y acrisolada la palabra de Jehová.
Escudo es a todos los que en él esperan.
Porque ¿quién es Dios, sino sólo Jehová?
¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios?
Dios es el que me ciñe de fuerza,
Y quien despeja mi camino;
Quien hace mis pies como de ciervas,
Y me hace estar firme sobre mis alturas;
Quien adiestra mis manos para la batalla,
De manera que se doble el arco de bronce con mis brazos.
Me diste asimismo el escudo de tu salvación,
Y tu benignidad me ha engrandecido.
Tú ensanchaste mis pasos debajo de mí,
Y mis pies no han resbalado.
Perseguiré a mis enemigos, y los destruiré,
Y no volveré hasta acabarlos.
Los consumiré y los heriré, de modo que no se levanten;
Caerán debajo de mis pies.
Pues me ceñiste de fuerzas para la pelea;
Has humillado a mis enemigos debajo de mí,
Y has hecho que mis enemigos me vuelvan las espaldas,
Para que yo destruyese a los que me aborrecen.
Clamaron, y no hubo quien los salvase;
Aun a Jehová, mas no les oyó.
Como polvo de la tierra los molí;
Como lodo de las calles los pisé y los trituré.
Me has librado de las contiendas del pueblo;
Me guardaste para que fuese cabeza de naciones;
Pueblo que yo no conocía me servirá.
Los hijos de extraños se someterán a mí;
Al oir de mí, me obedecerán.
Los extraños se debilitarán,
Y saldrán temblando de sus encierros.
a. Escudo es a todos los que en él esperan: Cuando Dios cubrió las necesidades de David le llevó protección. David podía ver con luz y sostenerse en la fuerza de Dios, pero aún así necesitaba protección sobrenatural. La confianza de David era el vínculo vital para recibir la protección de Dios.
b. Quien hace mis pies como de ciervas: David pensaba en cómo las ciervas parecían brincar de un lugar a otro sin perder el equilibrio. Dios le dio el mismo tipo de habilidad al trabajar a través de los desafíos traídos por sus enemigos.
c. De manera que se doble el arco de bronce: David pensaba en la fuerza necesaria para doblar un arco hecho de bronce. Dios le dio el mismo tipo de fuerza para vencer a los desafíos traídos por sus enemigos.
d. Y tu benignidad me ha engrandecido: Para David, no solo se trataba de poder y habilidad. Era también sobre recibir la misericordia de Dios y disfrutar una relación con el Dios de la gran benignidad. Ésta también era una fuente de fortaleza para David.
i. “Tal vez podamos enfrentar al león; somos vencidos por el Cordero. Podríamos soportar la mordaz mirada del desprecio; pero cuando el dulce Señor nos ofrece su mirada de ternura inefable, salimos a llorar amargamente.” (Meyer)
e. I Perseguiré a mis enemigos, y los destruiré: David disfrutaba del lugar de victoria que tenía en Jehová. No era renuente de proclamarlo, ya sea por falta de falsa humildad o por la incertidumbre de poseer la victoria, El sabía que los enemigos podían levantarse otra vez, pero el volteó la mirada al campo de batalla y dijo, “Caerán debajo de mis pies, y cuando estuvieron bajo mis pies como lodo de las calles los pisé y los trituré.”
f. Me has librado de las contiendas del pueblo: David no solo tenía que luchar con problemas de enemigos, sino también con las contiendas de su propio pueblo. En medio de la batalla tenía que soportar la contienda de su propio pueblo, pero Dios lo sostuvo a través de eso también.
g. Me guardaste para que fuese cabeza de naciones: David sabía que el trono le pertenecía a Dios. David sabía, “El trono no es mío. No para tenerlo, no para tomarlo, no para protegerlo, y no para quedármelo. El trono es de Jehová.” Por lo tanto cuando David tenía el trono, él sabía que era Dios quien se lo había dado.
Viva Jehová, y bendita sea mi roca,
Y engrandecido sea el Dios de mi salvación.
El Dios que venga mis agravios,
Y sujeta pueblos debajo de mí;
El que me libra de enemigos,
Y aun me exalta sobre los que se levantan contra mí;
Me libraste del varón violento.
Por tanto, yo te confesaré entre las naciones, oh Jehová,
Y cantaré a tu nombre.
El salva gloriosamente a su rey,
Y usa de misericordia para con su ungido,
A David y a su descendencia para siempre.
a. Viva Jehová, y bendita sea mi roca: David pensaba en la gran victoria de Dios para él y solo podía adorar.
b. El Dios que venga mis agravios, y sujeta pueblos debajo de mí: David hizo hincapié en la idea, “Esta es la victoria de Jehová. El la ganó por mí. La gloria va para Él.”
c. El que me libra de enemigos, y aun me exalta: Vemos en este Salmo que David constantemente iba y venía de hablar sobre Dios (el que me libra) a hablarle directamente a Dios (Me libraste). David no parecía tener ningún problema en moverse entre los dos aspectos, indicando que hay un lugar para ambos en la alabanza.
d. Y cantaré a tu nombre: “Ser salvado cantando es realmente ser salvado. Muchos son salvados llorando y dudando; pero David tenía tal fe que podía pelear cantando, y ganar la batalla con la canción aún en sus labios.” (Spurgeon)
i. Pablo cita 2 de Samuel 22:50 (Salmo 18:49) en Romanos 15:9.
e. Y usa de misericordia para con su ungido: David terminó el Salmo entendiendo su posición en misericordia. A pesar de que antes en el Salmo proclamó su propia rectitud, regresó al fundamento de la misericordia de Dios. La relación de David con Dios estaba basada en la gran misericordia de Dios, no sobre la propia rectitud de David.
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