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Jehová envió a Natán a David; y viniendo a él, le dijo: Había dos hombres en una ciudad, el uno rico, y el otro pobre. El rico tenía numerosas ovejas y vacas; pero el pobre no tenía más que una sola corderita, que él había comprado y criado, y que había crecido con él y con sus hijos juntamente, comiendo de su bocado y bebiendo de su vaso, y durmiendo en su seno; y la tenía como a una hija. Y vino uno de camino al hombre rico; y éste no quiso tomar de sus ovejas y de sus vacas, para guisar para el caminante que había venido a él, sino que tomó la oveja de aquel hombre pobre, y la preparó para aquel que había venido a él.
a. Jehová envió a Natán a David: El pecado de David fue desagradable a Jehová pero David no escuchaba la convicción del Espíritu Santo ni a su conciencia. Ahora Dios envió alguien más a hablar a David. Dios misericordiosamente siguió hablando incluso cuando David no escuchaba.
i. Sin embargo nadie debe confiarse a que Dios hablará por siempre al pecador que no se arrepiente. Dios dijo en Génesis 6:3, “No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre” Cuando escuchamos a nuestro sentido de convicción del Espíritu Santo, debemos responder a él inmediatamente, porque podría no estar ahí por siempre.
b. Había dos hombres en una ciudad: Con sabiduría y valor, Natán usó una historia para entregarle el mensaje a David. Era común en esos días quedarse con un cordero como mascota, y Natán usó esta historia de la corderita mascota para hablarle a su amigo David.
i. Anteriormente el profeta Natán había entregado un mensaje de gran bendición para David (2 de Samuel 7). David sabía que Natán no era un crítico negativo sino un amigo. Hizo a David receptivo al mensaje de la historia.
c. Y éste no quiso tomar de sus ovejas... sino que tomó la oveja de aquel hombre pobre: El pecado que describe Natán es robo. Hay un sentido en el que David robó algo de Urías. La Biblia (en 1 de Corintios 7:3-5) dice que en un matrimonio el esposo tiene autoridad sobre el cuerpo de su esposa (y viceversa). Evidentemente David no tenía autoridad sobre el cuerpo de Betsabé y él lo robó de Urías. El adulterio y la inmoralidad sexual son robo – tomar algo que no nos pertenece.
i. Este principio también es verdadero sobre la pornografía y la lujuria. Levítico 18 describe el pecado de descubrir la desnudez de otros que no sean nuestro cónyuge. La idea es que la desnudez de otros no nos pertenece, y es robo si la tomamos.
Entonces se encendió el furor de David en gran manera contra aquel hombre, y dijo a Natán: Vive Jehová, que el que tal hizo es digno de muerte. Y debe pagar la cordera con cuatro tantos, porque hizo tal cosa, y no tuvo misericordia.
a. Entonces se encendió el furor de David: Natán no le pidió a David una decisión judicial, y David asumió naturalmente que la historia era verdadera. David rápidamente emitió una sentencia para el hombre culpable en la historia de Natán. David mostró que a menudo tratamos de deshacernos de nuestra conciencia culpable pasando el juicio a otra persona.
b. El que tal hizo es digno de muerte: El sentido de justa indignación de David fue tan afectado por su propia culpa que ordenó la sentencia de muerte para el caso hipotético traído por Natán, a pesar de que no era un crimen penado con la muerte
i. David debía condenar su propio pecado antes de poder encontrar perdón. A menudo intentamos encontrar refugio excusando o minimizando o desviando el pecado de nosotros mismos.
ii. El uso del juramento “Vive Jehová ” de parte de David muestra lo apasionada que es su indignación. Llamó a Dios a ser testigo de la justicia de su sentencia de muerte sobre el hipotético hombre rico de Natán.
c. Debe pagar la cordera con cuatro tantos: David justamente supo que penalizar al hombre rico – incluso con la muerte – no era suficiente. También tenía que pagar algo al hombre al que le había arrebatado algo. David sabía que el verdadero arrepentimiento implica restitución.
i. Con cuatro tantos también muestra que el pecado de David y la dureza de su corazón no disminuyó su conocimiento de la Biblia. Inmediatamente supo lo que la Biblia decía sobre los que roban: Cuando alguno hurtare buey u oveja, y lo degollare o vendiere, por aquel buey pagará cinco bueyes, y por aquella oveja cuatro ovejas (Éxodo 22:1). David conocía las palabras de la biblia pero estaba distante del autor.
d. Y no tuvo misericordia: La idea es que el hombre debió haber tenido misericordia de su prójimo y no lo hizo. De la misma manera en que David debió haber tenido misericordia de Urías y del padre y del abuelo de Betsabé.
Entonces dijo Natán a David: Tú eres aquel hombre. Así ha dicho Jehová, Dios de Israel: Yo te ungí por rey sobre Israel, y te libré de la mano de Saúl, y te di la casa de tu señor, y las mujeres de tu señor en tu seno; además te di la casa de Israel y de Judá; y si esto fuera poco, te habría añadido mucho más. ¿Por qué, pues, tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus ojos? A Urías heteo heriste a espada, y tomaste por mujer a su mujer, y a él lo mataste con la espada de los hijos de Amón.
a. Tú eres aquel hombre: Con esto, Natán aplicó la parábola con una simplicidad alarmante. Natán tenía que impactar a David para que viera su pecado por lo que era. “Este ciertamente fue un procedimiento rotundo y sencillo.” (Trapp)
i. Impactado, pero no asustado: “Usted no puede asustar a un hombre para guiarlo al arrepentimiento, usted puede asustarlo para guiarlo al remordimiento, y el remordimiento puede guiar o no al arrepentimiento.” (Maclaren)
ii. “Dios nos acusa y nos condena uno por uno para poder salvarnos uno por uno.” (Maclaren) Una salvación personal requiere de convicción de pecado personal. No era suficiente para David confesar que era pecador en un sentido general; él tenía que confesar su pecado en este mismo punto.
iii. En este sentido, la confesión de nuestro pecado necesita ser específica. J. Edwin Orr habla de un periodo de avivamiento en Brasil cuando una mujer se puso de pie en la iglesia llena de gente y dijo, “por favor oren por mí, necesito amar más a las personas.” El líder gentilmente le dijo, “Esa no es una confesión, hermana. Cualquiera pudo haberlo dicho.” Más adelante en el servicio la mujer se puso de pie otra vez y dijo, “Por favor oren por mí. Lo que debí haber dicho es que mi lengua ha causado muchos problemas en esta iglesia.” Su pastor le susurró al líder, “Ahora sí estamos hablando.”
iv. No nos cuesta nada decir, “No soy todo lo que debería ser” o “Debería ser un mejor Cristiano.” Sí nos cuesta algo decir “He provocado muchos problemas en esta iglesia” o “He tenido amargura contra ciertos líderes, con los cuales quiero disculparme ahora mismo.”
b. Yo te ungí... te libré... te di... te di la casa de Israel y de Judá; y si esto fuera poco, te habría añadido mucho más: A través de Natán, Dios le explicó a David que su pecado era realmente una vulgar expresión de ingratitud. Cuando Dios le dio todo esto a David y tenía mucho más por darle. David prefirió buscar el pecado.
c. ¿Por qué, pues, tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus ojos? En Salmos 19:8, David dijo: El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos. Sin embargo, con su pecado tuvo en poco la palabra de Jehová. David actuó como si el mandamiento de Dios estuviera mal y lo tuvo en poco cuando hizo lo malo delante de sus ojos.
d. A Urías heteo heriste a espada... tomaste por mujer a su mujer: Esta es otra manera de decir, “ Tú eres aquel hombre.” Dios no iba permitir que David culpara a nada ni a nadie más.
Por lo cual ahora no se apartará jamás de tu casa la espada, por cuanto me menospreciaste, y tomaste la mujer de Urías heteo para que fuese tu mujer.
a. No se apartará jamás de tu casa la espada: Dios prometió que desde ese día en adelante David conocería la violencia y el derramamiento de sangre entre los propios miembros de su familia.
i. David ordenó que se compensara cuatro veces al hombre de la parábola de Natán. Dios restituyó cuatro veces por Urías de cuatro de los hijos de David: El hijo de Betsabé, Amón, Absalón, y Adonías.
b. Por cuanto me menospreciaste: En 2 de Samuel 12:9 Dios dijo que David tuvo en poco la palabra de Jehová. Aquí Natán explica que al hacer esto, David menospreció a Dios mismo. No podemos menospreciar los mandamientos de Dios sin menospreciarlo a Él.
i. Muchos que viven abiertamente o secretamente en pecado creen que no tiene o que tiene poco efecto en su relación con Dios. Pero menospreciar los mandamientos de Dios significa menospreciar al mismo Dios, y no podemos tener comunión con Dios y menospreciarlo al mismo tiempo. Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad. (1 Juan 1:6)
c. La mujer de Urías heteo: Dios ni siquiera usó el nombre de Betsabé. Él quería que David considerara a Betsabé no solo como individuo sino también como la mujer de Urías heteo.
Así ha dicho Jehová: He aquí yo haré levantar el mal sobre ti de tu misma casa, y tomaré tus mujeres delante de tus ojos, y las daré a tu prójimo, el cual yacerá con tus mujeres a la vista del sol. Porque tú lo hiciste en secreto; mas yo haré esto delante de todo Israel y a pleno sol.
a. He aquí yo haré levantar el mal sobre ti de tu misma casa: La nueva traducción viviente traduce mal como “rebelión.” Dios le advirtió a David que debido a que causó problemas a la casa de otro hombre, Dios permitiría que los problemas llegaran a la casa de David – de dentro de su casa.
b. Tomaré tus mujeres delante de tus ojos, y las daré a tu prójimo: Como David violó a la mujer de otro hombre, así otro violaría a sus mujeres. Esto se cumplió en 2 de Samuel 16:21-22.
i. “Absalón abusó de las concubinas de su padre en el terrado de la casa: y quizás en el mismo terrado desde donde él miró, se agradó, y deseó a Betsabé por primera vez.” (Trapp)
c. Porque tú lo hiciste en secreto; mas yo haré esto delante de todo Israel: En estos juicios, David cosecharía lo que sembró – con intereses.
Entonces dijo David a Natán: Pequé contra Jehová.
a. Pequé contra Jehová: La confesión de David es un buen ejemplo. Puso la culpa directamente sobre sus propios hombros. No minimizó su ofensa. David se dio cuenta de que había pecado especialmente contra Dios.
i. En el Hebreo original, la afirmación de David pequé contra Jehová se resume en dos palabras: hata al-Yahweh. Estas dos palabras, y el corazón que ellas reflejan, muestran la diferencia fundamental entre David y Saúl. Una confesión no necesita ser larga para ser real y sincera. “Las más grandes penas no son siempre las más verbales. Saúl confesó su pecado más ampliamente, pero menos eficazmente.” (Trapp)
ii. “Son muy pocas palabras, pero esa es una buena señal de un espíritu totalmente quebrantado. No hay excusa, nada que esconder, no más encubrir el pecado. No se busca una forma de escapar, no se dan pretextos, no se apela a la debilidad humana. Él reconoce su culpa abiertamente, con franqueza, y sin negar la verdad.” (Keil y Delitzsch)
iii. Esta fue una respuesta excepcionalmente buena parade un hombre con la posición que David tenía en la vida. Cuando son confrontados con su pecado, los reyes frecuentemente dicen “córtenle la cabeza.” David mostró que Dios estuvo trabajando en su corazón todo ese tiempo, y la confrontación de Natán solamente fue la última pieza del trabajo.
iv. “En todo esto David fue revelado con preeminencia como un hombre conforme al corazón de Dios. Otros hombres que hubieran sido encontrados culpables de semejante fracaso pudieron haber defendido sus acciones, incluso haber asesinado al profeta. Pero no fue así con este hombre. Él conocía a Dios, conocía la maldad de sus acciones, y confesó su pecado.” (Morgan)
b. Pequé: David habló de sí mismo. No es un “nosotros” aunque es verdad que él no fue el único pecador. Sin embargo David sabía que tenía que lidiar con su propio pecado. David mostró responsabilidad personal por su pecado.
c. Pequé: David no uso vocabulario suave o elaborado. El Pecó. No fue una equivocación, un error, una metida de pata, una indiscreción, o un problema.
d. Contra Jehová: Esto expresó la enormidad del pecado de David. Su pecado contra Betsabé, contra Urías, contra Ahitofel, contra sus esposas e hijos, y contra la nación fueron grandes. Pero su pecado contra Jehová fue el más grande de todos. No hay pecados pequeños contra Dios, y los pecados grandes son aún más grandes.
e. Pequé contra Jehová: Después de meditarlo, David expresó más elocuentemente su arrepentimiento en Salmos.
i. Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado. Porque yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí. Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos; para que seas reconocido justo en tu palabra, y no quieres holocausto. Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios. (Salmos 51:1-4; 16-17)
ii. La conciencia de pecado de David, su deseo de purificación, el reconocimiento del justo juicio de Dios y el entendimiento de lo que Dios quiere son todos claros en el Salmo 51.
Y Natán dijo a David: También Jehová ha remitido tu pecado; no morirás. Mas por cuanto con este asunto hiciste blasfemar a los enemigos de Jehová, el hijo que te ha nacido ciertamente morirá.
a. También Jehová ha remitido tu pecado: El perdón de Dios fue inmediato. Dios no demandó un periodo de prueba. No morirás significa que a David se le perdonaría la pena por adulterio ordenada bajo la Ley de Moisés.
i. David creyó el mensaje del profeta, “Tú eres aquel hombre” Por lo tanto también pudo creer el mensaje, “También Jehová ha remitido tu pecado; no morirás.”
b. Con este asunto hiciste blasfemar a los enemigos de Jehová: David hizo esto simplemente al hacer lo que esos enemigos de Jehová hubieran hecho en la misma situación. Lo que David hizo no era inusual entre los reyes y los gobernantes del mundo, pero debería ser inusual entre el pueblo de Dios.
i. “Hasta ese momento lo único que le había importado al rey era ocultar su pecado del mundo, lo cual a pesar de toda su habilidad no pudo lograr, porque sus enemigos lo entendieron a fin de cuentas.” (Trapp)
c. El hijo que te ha nacido ciertamente morirá: Hay una diferencia entre el juicio para el pecado y el juicio por el pecado. Dios le perdonó a David su pecado, pero no lo protegería de cada consecuencia de su pecado. David tendría que enfrentar las consecuencias de su pecado, empezando con la muerte del hijo recién nacido de Betsabé.
i. Esto muestra que Dios no solo quería sanar a David de la culpa de su pecado, también quería sanar a David de la prescencia de su pecado. Nunca leemos que David haya cometido adulterio otra vez porque Dios usó estos correctivos para guiar a este tipo de impurezas lejos de David.
ii. “Mucho antes de su pecado con Betsabé, hubo varias indicaciones de la especial predisposición de David hacia esta tentación. Este pecado solo echó sobre la superficie la maldad que siempre estuvo con él; y ahora Dios, habiéndolo hecho ver que el cáncer mortal estaba ahí, empieza a usar el cuchillo para extirparlo de él.” (Spurgeon)
Y Natán se volvió a su casa. Y Jehová hirió al niño que la mujer de Urías había dado a David, y enfermó gravemente. Entonces David rogó a Dios por el niño; y ayunó David, y entró, y pasó la noche acostado en tierra. Y se levantaron los ancianos de su casa, y fueron a él para hacerlo levantar de la tierra; mas él no quiso, ni comió con ellos pan. Y al séptimo día murió el niño; y temían los siervos de David hacerle saber que el niño había muerto, diciendo entre sí: Cuando el niño aún vivía, le hablábamos, y no quería oír nuestra voz; ¿cuánto más se afligirá si le decimos que el niño ha muerto? Mas David, viendo a sus siervos hablar entre sí, entendió que el niño había muerto; por lo que dijo David a sus siervos: ¿Ha muerto el niño? Y ellos respondieron: Ha muerto. Entonces David se levantó de la tierra, y se lavó y se ungió, y cambió sus ropas, y entró a la casa de Jehová, y adoró. Después vino a su casa, y pidió, y le pusieron pan, y comió. Y le dijeron sus siervos: ¿Qué es esto que has hecho? Por el niño, viviendo aún, ayunabas y llorabas; y muerto él, te levantaste y comiste pan. Y él respondió: Viviendo aún el niño, yo ayunaba y lloraba, diciendo: ¿Quién sabe si Dios tendrá compasión de mí, y vivirá el niño? Mas ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerle volver? Yo voy a él, mas él no volverá a mí.
a. Y Jehová hirió al niño: Esto es difícil de aceptar para muchos. Tristemente, a menudo los inocentes sufren debido al pecado de los culpables. Ya que la enfermedad llegó inmediatamente después de las palabras del profeta Natán, fue recibido como de la mano de Dios.
i. “El escritor Bíblico no titubea al atribuir directamente al Señor la enfermedad de este niño, de acuerdo a la palabra del profeta.” (Baldwin)
ii. Esto era aún más trágico para David y Betsabé que para el niño. Su joven hijo sufrió por varios días y podemos confiar en que el consuelo de Dios se extendió al pequeño en medio de su sufrimiento. Al final de su sufrimiento, el niño fue a la gloria eterna. Aunque el pequeño murió, el castigo recayó realmente sobre David y Betsabé y no sobre el niño.
iii. “La misericordia de Dios para con sus descarriados y arrepentidos hijos será mostrada al convertir los resultados de su pecado en los fuegos de su purificación.” (Meyer)
iv. Esto ilustra un principio importante: incluso cuando el pecado es perdonado un precio debe ser pagado. Dios no simplemente excusa o deja pasar nuestro pecado. Es perdonado y un precio es pagado. A menudo un sujeto inocente paga el precio por el perdón.
b. Que la mujer de Urías había dado a David: Aunque Urías estaba muerto y David estaba legalmente casado con Betsabé, el escritor Bíblico aún se refería a Betsabé como la mujer de Urías. Esto se debe a que cuando el niño fue concebido Urías aún estaba vivo y Betsabé aún era la mujer de Urías. Es una manera en que Dios está diciendo, “La muerte de Urías y su posterior matrimonio no arreglan las cosas.”
c. Entonces David rogó a Dios por el niño: David estuvo en lo correcto al tomar el anuncio del juicio de Dios como una invitación a buscar su misericordia fervorosamente. Cuando el juicio de Dios es anunciado o está presente, no deberíamos recibirlo pasivamente, ni con resignación. Deberíamos clamar a Dios en arrepentimiento y pedir por su gracia y su misericordia.
d. Y ayunó David... murió el niño: Esto muestra que la oración y el ayuno extraordinarios no cambian la decisión de Dios. Pusieron a David en el lugar correcto para recibir de Dios lo que era necesario, pero no “forzaron” a Dios a cambiar su plan.
i. La oración y el ayuno extraordinarios no son herramientas para obtener lo que queramos de Dios. Son demostraciones de sumisión radical y de sometimiento al poder y a la voluntad de Dios.
e. Entró a la casa de Jehová, y adoró: Esto muestra que la oración y el ayuno extraordinarios de David fueron contestados. Tuvo un sentido de paz cuando el niño murió, sabiendo que hizo todo lo posible para buscar la misericordia de Dios en un tiempo de castigo.
i. La habilidad para adorar y honrar a Dios en tiempo de crisis es una demostración extraordinaria de confianza espiritual.
f. Yo voy a él, mas él no volverá a mí: David confiaba en que se encontraría con su hijo en el cielo. Esta es una indicación de que los bebes y tal vez los niños que pasan de este mundo al otro irán al cielo.
i. 1 de Corintios 7:14 es una promesa adicional de garantía de que los niños de los creyentes son salvos, al menos hasta que llegan a una edad de responsabilidad personal (lo cual puede ser diferente para cada niño). Sin embargo, no tenemos una promesa similar para los niños de los padres que no son Cristianos.
ii. Si los niños de los padres no Cristianos son salvados y van al cielo – incluso algunos de ellos – es importante entender que no es porque sean inocentes. Como hijos e hijas del culpable Adán, también somos nacidos culpables. Si tales niños van al cielo, no es porque son niños y merecen el cielo, sino debido a la rica misericordia que Dios ha extendido sobre ellos también.
Y consoló David a Betsabé su mujer, y llegándose a ella durmió con ella; y ella le dio a luz un hijo, y llamó su nombre Salomón, al cual amó Jehová, y envió un mensaje por medio de Natán profeta; así llamó su nombre Jedidías, a causa de Jehová.
a. Y consoló David a Betsabé su mujer: Esta es la primera vez que el escritor Bíblico llama a esta mujer Betsabé a excepción de una simple mención cuando se nos informó su nombre en 2 de Samuel 11:3. Cada vez antes de esto ella es llamada la mujer de Urías. Solo ahora, después del castigo por el pecado, ella es llamada Betsabé su mujer.
b. Y llegándose a ella durmió con ella: Esto muestra que Dios no le ordenó a David que dejara o renunciara a Betsabé, a pesar de que su matrimonio con ella fue originalmente pecaminoso. Él debía honrar a Dios en el compromiso de matrimonio que había hecho, aunque haya iniciado en pecado.
i. Pablo ordena el mismo principio en 1 de Corintios 7:17: y como Dios llamó a cada uno, así haga. En parte, este principio en su contexto nos advierte sobre tratar de deshacer el pasado cuando se trata de relaciones. Dios nos dice que nos arrepintamos de cualquier pecado que haya y continuemos. Si usted está casado con su segunda esposa, después de haberse divorciado ilegalmente ante los ojos de Dios, y se vuelve Cristiano, no piense que ahora debe dejar a su segunda esposa y regresar a la primera, tratando de deshacer el pasado. Donde el Señor lo ha llamado, camine sobre ese lugar ahora.
c. Y ella le dio a luz un hijo... al cual amó Jehová: Aquí está el gran amor y la ternura de Dios. No guardó rencor contra David y Betsabé. Los días de bendición y utilidad no habían terminado para David.
i. “Los mejores hijos de David vinieron de Betsabé, porque ellos fueron el fruto de su humillación.” (Trapp)
d. Y llamó su nombre Salomón: Increíblemente este hijo – el hijo nacido de un matrimonio que comenzó en adulterio – será el heredero al trono de David. Dios escogió a este hijo de entre todos los hijos de David para ser el heredero al trono y ser el ancestro del Mesías para demostrar la verdad de que Dios perdona a los pecadores arrepentidos.
i. Las personas pueden no perdonar; nosotros podemos negarnos a creer realmente que somos perdonados. Pero Dios perdona a los pecadores arrepentidos.
e. Así llamó su nombre Jedidías: El nombre Jedidías significa, “amado por Jehová.”Era la manera de Dios de decir que Él amaría y bendeciría a este hijo de David y Betsabé.
Joab peleaba contra Rabá de los hijos de Amón, y tomó la ciudad real. Entonces envió Joab mensajeros a David, diciendo: Yo he puesto sitio a Rabá, y he tomado la ciudad de las aguas. Reúne, pues, ahora al pueblo que queda, y acampa contra la ciudad y tómala, no sea que tome yo la ciudad y sea llamada de mi nombre.
a. Joab peleaba contra Rabá de los hijos de Amón, y tomó la ciudad real: Esto continuaba con la guerra que comenzó en 2 de Samuel 10. Joab estaba por derrotar por completo a los Amonitas.
b. No sea que tome yo la ciudad y sea llamada de mi nombre: Joab incitó a David a regresar a la batalla diciendo, “Tomaré todo el crédito yo mismo si no vienes a terminar esta guerra.”
i. Joab luchó por más de un año para conquistar Rabá, y la victoria solo vino cuando David arregló las cosas con Dios. Había una razón espiritual oculta detrás de la falta de victoria en Rabá.
ii. “El pecado de David en casa había estorbado el buen éxito de Joab en el extranjero, y retardó la conquista de esta ciudad de Rabá, la cual ahora está lista para ser tomada, para que un David reconciliado con Dios pueda recibir la honra de la conquista.” (Trapp)
Juntando David a todo el pueblo, fue contra Rabá, y combatió contra ella, y la tomó. Y quitó la corona de la cabeza de su rey, la cual pesaba un talento de oro, y tenía piedras preciosas; y fue puesta sobre la cabeza de David. Y sacó muy grande botín de la ciudad. Sacó además a la gente que estaba en ella, y los puso a trabajar con sierras, con trillos de hierro y hachas de hierro, y además los hizo trabajar en los hornos de ladrillos; y lo mismo hizo a todas las ciudades de los hijos de Amón. Y volvió David con todo el pueblo a Jerusalén.
a. Juntando David a todo el pueblo, fue contra Rabá: Esta fue la fase final de la restauración de David. Regresó a hacer lo que debió haber estado haciendo todo el tiempo – dirigiendo a Israel en batalla, en vez de quedarse en Jerusalén.
b. Combatió contra ella, y la tomó: David estaba en victoria una vez más. Su pecado no lo condenó a una vida de fracaso y derrota. Hubo castigo para el pecado de David, pero no significó que su vida estaba arruinada.
c. Y quitó la corona de la cabeza de su rey.. y fue puesta sobre la cabeza de David: El pecado de David no le costó su corona. Si hubiera rechazado a la voz de Natán el profeta tal vez si lo hubiera hecho. Debido a que David respondió con confesión y arrepentimiento, aún había una corona para la cabeza de David.
i. “La caída de David debería poner a aquellos que no han caído en alerta, y salvar de la desesperación a aquellos que si han caído.” (Augustine)
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