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¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tenemos necesidad, como algunos, de cartas de recomendación para vosotros, o de recomendación de vosotros? Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres;
a. Cartas de recomendación: Tales cartas eran comunes y necesarias en la iglesia primitiva. Un falso profeta o apóstol podía viajar de ciudad a ciudad y decir fácilmente, “Pablo me envió, así que debes de apoyarme.” Para cuidarse de problemas como este, a menudo se enviaban letras de recomendación con los Cristianos mientras viajaban.
i. Pablo mismo envió cartas de recomendación en muchas ocasiones (Romanos 16:1-2, 1 Corintios 16:3, 16:10-11, 2 Corintios 8:16-24). Ahora Pablo describirá su carta de recomendación.
b. Nuestras cartas sois vosotros: Pablo tiene una carta de recomendación, pero no esta escrita en papel. Pablo dice que la carta esta escrita en vuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres.
i. No había nada de malo con la carta de recomendación escrita en papel, ¡pero cuanto mejor el tener una carta de recomendación viviente! Los Cristianos en Corinto, junto con grupos de Cristianos donde sea que Pablo trabajara, eran la “carta viviente” para validar el ministerio de Pablo.
ii. La mejor analogía en el mundo de hoy puede ser un certificado de ordenamiento. Muchas personas piensan que un certificado de ordenamiento significa que tú tienes las credenciales para el ministerio. Mientras hay un propósito importante en una ordenación pública para el ministerio, un pedazo de papel en si nunca es una credencial apropiada. Las verdaderas credenciales del ministerio son vidas cambiadas, epístolas vivientes. También podríamos decir, guarda tu papel para ti mismo y muéstranos las vidas cambiadas de tu ministerio.
iii. “Nada elogia a un ministro como la capacidad de su pueblo.” (Poole) “La productividad del pueblo es el testimonio del predicador.” (Trapp)
iv. Muchos piensan que la razón principal de que Dios concedió señales milagrosas y maravillas entre los apóstoles en el Libro de Hechos era para que sirviera como “carta de recomendación” hacia su ministerio apostólico. Si este fuera el caso, entonces tendría sentido de que los dones milagrosos del Espíritu cesarían cuando los apóstoles ya no estuvieran en la escena, porque ya no habría un ministerio apostólico para autentizar. Sin embargo, es significativo que Pablo no dice, :los milagros son nuestra epístola de recomendación.” Pablo aparentemente no creía que su principal “carta de recomendación” estaba en las señales milagrosas, sino que se encontraban en las vidas cambiadas milagrosamente.
siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.
a. Carta de Cristo: La carta de recomendación de Pablo tiene un autor, Cristo Jesús. Los Corintios Cristianos eran ciertamente la carta de recomendación de Pablo, pero él sabía que él no escribió la carta – Jesús lo hizo. Pablo no esta intentando decir, “Yo les hice de ustedes los Cristianos que ahora son, sino que él esta diciendo, “Dios me usó para hacer de ustedes los Cristianos que ahora son.”
b. Expedida por nosotros: La carta de recomendación de Pablo fue escrita con “pluma”, y la “pluma” fue el mismo Pablo. Él “escribió” en las vidas de las personas que él sirvió.
c. Escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo: La cartea de recomendación de Pablo estaba escrita con “tinta”, y esa “tinta” era el Espíritu Santo.
d. En tablas de carne del corazón: La carta de recomendación de Pablo fue escrita en “papel” o tablas, y el “papel” era el corazón de los Corintios Cristianos.
i. Los profetas del Antiguo Testamento miraban hacia el Nuevo Pacto, cuando la ley de Dios sería escrita en nuestros corazones (Jeremías 31:33), y dijo que Dios daría corazones de carne para reemplazar los corazones de piedra (Ezequiel 11:19 y 36:26).
Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios, el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica.
a. Tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios: Pablo sabe que lo que él ha escrito pudiera sonar como orgullo a los oídos de los Corintios Cristianes. Después de todo, no es algo pequeño por decir, “Vosotros son mi carta de recomendación”, y “Soy una pluma en la mano de Dios.” Pablo sabe que estás son grandes ideas, pero su lugar para pensar estas grandes ideas están en Jesús, no en si mismo.
b. No que seamos competentes por nosotros mismos: Pablo no se considera a si mismo como competente para la gran obra de cambiar vidas para Jesús. Solamente Jesús es competente para hacer tal obra tan grande.
i. Algunas personas se rehusan el ser usadas por Dios porque piensan que ellos mismos no están “listos,” pero en un sentido, nunca estamos listos o somos dignos. Si lo estuviéramos, la competencia estaría en nosotros y no en Dios.
ii. “Hermanos, si Pablo no es competente en si mismo, ¿qué somos tú y yo? ¿Dónde estás tú? … ¿Te complaces en el sueño de que eres auto competente? Ten vergüenza de tu disparate en la presencia de un gran hombre que sabía lo que decía, y quien habló bajo la dirección del Espíritu de Dios, y escribió deliberadamente, ‘no que seamos competentes por nosotros mismos.'” (Spurgeon)
iii. “Nuestra competencia es de Dios; hay que disfrutar de una manera práctica esta verdad. Somos pobres, vasos que gotean, y la única manera para mantenernos llenos es el poner nuestro pichel bajo el perpetuo flujo de la gracia sin límites. Entonces, a pesar de su fuga, la copa siempre estará llena hasta el borde.” (Spurgeon)
c. Ministros competentes de un nuevo pacto: La idea de un nuevo pacto fue profetizado en el Antiguo Testamento (Jeremías 31:31) y fue puesto en práctica por Jesús (Lucas 22:19-20).
i. La antigua palabra Griega para pacto (diatheke) tenía el significado ordinario de “última voluntad y testamento.” El uso de Pablo de la palabra refuerza la soberanía de Dios, porque no es un arreglo negociable, sino un decreto divino.
ii. La palabra pacto describe “Un ‘arreglo’ hecha por una parte con pleno poder, el cual la otra parte puede aceptar o rechazar, pero que no puede alterar … Un pacto ofrecido por Dios hacia el hombre no fue un ‘convenio’ entre dos partes que se unían en términos equitativos.” (Moulton y Milligan)
iii. Este nuevo pacto representa los términos por los cuales podemos tener una relación con Dios, centrada en Jesús y Su obra por nosotros.
d. No de la letra, sino del espíritu: Cuando Pablo contrasta la letra y el Espíritu, él no esta favoreciendo a la “experiencia” sobre “la palabra”, tampoco es que este favoreciendo a las interpretaciones alegóricas sobre el entendimiento literal de la Biblia. Pero Pablo muestra la superioridad del nuevo pacto por encima del antiguo pacto.
i. La letra es la ley, en su sentido exterior, escrita en tablas de piedra. La letra de la ley vino por el antiguo pacto. Era buena en si misma, pero no nos daba poder para servir a Dios, y no cambiaba nuestro corazón; simplemente nos decía lo que debíamos de hacer. Pablo puede decir que la letra mata porque la ley, exponiendo nuestra culpa, nos “mata” delante de Dios. La ley exhaustivamente y completamente establece nuestra culpa.
ii. Pablo expresa bien este punto en Romanos 7:5-6: Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte. Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra.
iii. El Espíritu que mora en el interior se convierte por nosotros una ley escrita en nuestros corazones. Él esta en nosotros para guiarnos y para ser nuestra “ley”. No es que el Espíritu Santo reemplace la ley, sino que acaba y cumple la obra de la ley escrita en nuestros corazones. El espíritu vivifica, y con esta vida espiritual podemos vivir la ley de Dios.
iv. Por lo tanto, no podemos deshacernos descuidar nuestras Biblias (el cual algunos podrían decir que es la letra) porque ahora tenemos el espíritu. Pero el espíritu nos vivifica para la letra, cumpliendo y completando la obra de la letra en nosotros. También no debemos de pensar que este es un permiso para vivir nuestra vida Cristiana en experiencias o en interpretaciones míticas de la Biblia. Las experiencias y alegorías en la Biblia tienen su lugar, pero cada una debe ser probada como cierta, y debe ser apoyada al estudiar el significado literal de la Biblia. El espíritu y la letra no son enemigos, sino amigos. Ellos no trabajan el uno contra el otro, y uno esta incompleto sin el otro.
Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer, ¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del espíritu? Porque si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundara en gloria el ministerio de justificación. Porque aun lo que fue glorioso, no es glorioso en este respecto, en comparación con la gloria más eminente. Porque si lo que perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que permanece.
a. El ministerio de muerte: ¿Estuvo mal el llamara al antiguo pacto el ministerio de muerte? No, porque eso es lo que la ley nos hace; nos hace morir como culpables delante de Dios para que podamos ser resucitados por el nuevo pacto. No es que el problema estuviera con la ley, sino con nosotros: las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte. (Romanos 7:5)
i. Trapp en el ministerio de la muerte: “David era la voz de la ley concediendo muerte al pecado, ‘Él seguramente morirá.’ Natán era la voz del evangelio concediendo la vida ante el arrepentimiento del pecado, ‘Tú no morirás.’ “
b. Fue con gloria: Había gloria asociada con la promulgación de la ley y el antiguo pacto. En aquel tiempo, el Monte Sinaí estaba rodeado de humo; habían terremotos, relámpagos, truenos, un estruendo de trompeta desde el cielo, y la voz del Dios mismo (Éxodo 19:16-20:1). Más que nada, la gloria del antiguo pacto fue mostrada en el rostro de Moisés y la gloria de su rostro.
i. “Y aunque el evangelio vino al mundo no como la ley, con truenos, relámpagos, y terremotos; a pesar de todo hizo su entrada por los ángeles, prediciendo el nacimiento y cargo de Juan el Bautista, y de Cristo; por la gran señal de la concepción de la virgen y dando a luz un Hijo; por una voz del cielo, proclamando a Cristo como el Hijo unigénito del Padre, en quien él se complacía.” (Poole)
c. El rostro de Moisés: Éxodo 34:29-35 describe cómo Moisés se puso un velo sobre su rostro después de hablar con el pueblo. Tan gloriosa como fuera el rostro radiante de Moisés, era una gloria que se desvanecía: la cual había de perecer. La gloria del antiguo pacto brillando a través del rostro de Moisés era una gloria que desaparecía, pero la gloria del nuevo pacto dura sin desvanecerse.
d. ¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del espíritu? Si el antiguo pacto, la cual trajo muerte tuvo su gloria, debiéramos de esperar una gloria más grande en el nuevo pacto, el cual la trae el ministerio del espíritu y vida.
i. El antiguo pacto era un ministerio de condenación, pero el nuevo pacto es el ministerio de justificación. El antiguo pacto es el que perece, pero el nuevo pacto ha de permanecer. ¡No es de extrañar que el nuevo pacto tiene una gloria más eminente!
ii. El antiguo pacto fue glorioso, pero la gloria del nuevo pacto la supera por mucho, de manera como el sol supera el brillo de la luna. Comparado con el nuevo pacto, el antiguo pacto no es glorioso debido a la gloria más eminente en el nuevo pacto.
Así que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza; y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser abolido. Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado. Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos. Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará.
a. Así que, teniendo tal esperanza: Ya que nuestra esperanza esta en un pacto más glorioso, podemos tener una esperanza más gloriosa. Debido a esta esperanza, Pablo puede hacer uso de mucha franqueza. El antiguo pacto restringía y separaba a los hombres de Dios; el nuevo pacto nos acerca a Dios y nos habilita para venir con franqueza a Él.
b. No como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro: Aún Moisés no tenía una verdadera franqueza bajo el antiguo pacto. Un velo no es algo que se usa que sea “franco”; es una barrera y algo que oculta lo que esta detrás. A Moisés le faltaba franqueza (comparado con Pablo), porque el pacto que él ministraba estaba pereciendo, y pereciendo en gloria.
c. Para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser abolido: Al leer el hecho en Éxodo 34:29-35, uno podría tener la primera impresión de que Moisés utilizó el velo después de encontrarse con Dios, para que el pueblo no tuviera miedo de acercarse a él; el velo era para protegerlos de ver el rostro resplandeciente de Moisés. Pablo aquí explica el verdadero propósito del velo: no para ocultar el resplandor del rostro de Moisés, sino para ocultar la gloria que perecía de su rostro debido a que la gloria estaba desvaneciéndose. La gloria del antiguo pacto quedó abolido en contraste con la gloria duradera del nuevo pacto.
d. No fijaran la vista: Ya que el velo escondía el rostro de Moisés, los hijos de Israel no podían ver nada de la gloria de su rostro. Por lo tanto, el contraste no solamente esta en lo abolido de la gloria y lo duradero de la gloria, sino también entre lo oculto de la gloria y lo revelado de la gloria.
e. porque hasta el día de hoy … les queda el mismo velo no descubierto: Pablo dice que la mayoría de los Judíos de su día no podían ver que la gloria des ministerio de Moisés se desvaneció en comparación al ministerio de Jesús. Debido al velo no descubierto, ellos no pueden ver que la gloria de Moisés ha perecido y que ahora ellos deben de ver hacia Jesús. Ya que el mismo velo que ocultó el rostro de Moisés está puesto sobre el corazón de ellos, ellos aún piensan que hay algo superior o más glorioso en el ministerio de Moisés.
f. Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará: Pablo pudo decir de sus compañeros Judíos que un velo está puesto sobre el corazón de ellos, pero también pudo decir que el velo puede ser quitado en Jesús. Pablo sabía esto bien porque él fue velado una vez hacia la gloria y superioridad de Jesús.
i. Muchos Cristianos con un corazón de predicar hacia sus amigos Judíos se preguntan porque es en raras ocasiones tan simple como mostrarles que Jesús es el Mesías. Esto es porque un velo está puesto sobre el corazón. A menos que Dios haga una obra en ellos para que puedan voltear hacia el Señor, y para que su velo sea quitado, ellos nunca verán la gloria perecedera del pacto de Moisés, y la gloria incomparable de Jesús y del nuevo pacto.
ii. Por supuesto, se puede decir que los Judíos no son los únicos con un velo … puesto sobre el corazón. Los Gentiles también tienen “velos” que les separan de ver a Jesús y Su obra claramente, y Jesús es más que capaz de quitar esos velos. Esto señala la necesidad esencial de la oración en el evangelismo. Se ha dicho correctamente que es más importante hablar con Dios acerca de los hombre, que lo que es hablar a los hombres acerca de Dios, pero nosotros podemos hacer estos dos trabajos importantes.
Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
a. Porque el Señor es el Espíritu: Del contexto de Éxodo 34:34, vemos que cuando Pablo dice que el Señor es el Espíritu, él quiere decir que el Espíritu Santo es Dios, de la misma manera que Jesús y el Padre son Dios.
b. Donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. La forma de pensar de Pablo es como sigue: Cuando Moisés fue a la presencia de Dios, él tenía la libertad de quitarse el velo; la presencia del Señor le daba esta libertad. Tenemos el Espíritu Santo, quien es el Señor. Vivimos en la presencia del Espíritu porque Él nos la ha dado bajo el nuevo pacto. Así que, de la manera que Moisés tenía la libertad de relacionarse con Dios sin usar el velo en la presencia del Señor, así nosotros tenemos la libertad debido a la presencia del Espíritu Santo.
i. También debemos de considerar lo que Pablo no esta diciendo. Él no esta dando una licencia para un exceso Pentecostés o Carismático debido a que donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Tenemos una gran libertad en nuestra relación con Dios por medio de lo que Jesús hizo y por medio de lo que esta haciendo el Espíritu Santo, pero nunca tenemos la libertad para desobedecer lo que el Espíritu dice en la palabra de Dios. Esa es una perversión de la verdadera libertad, no una libertad guiada por el Espíritu.
c. Hay libertad: Lo que Pablo tiene en mente, es en realidad la libertad de acceso. Él esta colocando los cimientos de lo que él escribió en 2 Corintios 3:12: usamos de mucha franqueza. Franqueza es una palabra que pertenece con libertad. Debido a la gran obra del Espíritu Santo en nosotros, por medio del nuevo pacto, tenemos una relación franca y libre con Dios.
i. “Una libertad del yugo de la ley, del pecado, de la muerte, del infierno; pero la libertad aquí esta destinada principalmente a una libertad de la ceguera y dureza la cual esta sobre los corazones de los hombres, hasta que hayan recibido al Espíritu Santo.” (Poole)
Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.
a. Nosotros todos, mirando a cara descubierta: Pablo invita a cada Cristiano a una intimidad especial y gloriosa con Dios. Esta es una relación y un poder transformador la cual no es la propiedad de algunos Cristianos privilegiados. Le puede pertenecer a todos, a todos los que tienen una cara descubierta.
i. ¿Cómo le hacemos para tener una cara descubierta? Cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará (2 Corintios 3:16). Si nos volvemos al Señor, Él quitará el velo y nosotros podemos llegar a ser parte de: “nosotros todos.”
b. Como en un espejo la gloria del Señor: Podemos ver la gloria del Señor, pero no podemos ver Su gloria perfeccionada. Un espejo en el mundo antiguo no nos daba un reflejo tan bueno como los espejos de hoy. Los espejos antiguos eran hechos de metal pulido, y nos daban una imagen nublada, borrosa, y algo distorsionada. Pablo dice: “Podemos ver la gloria del Señor, pero todavía no la podemos ver de una manera perfecta.”
i. Puede también ver otra idea aquí: “Ahora como espejos, entre Judíos, Griegos y Romanos, eran hechos de metales muy pulidos, especialmente en una luz fuerte, para que el rostro pudiera ser grandemente iluminado por esta fuerte luz reflejada; y a estas circunstancias son las que el apóstol parece aludir.” (Clarke)
c. Somos transformados: Mientras miramos la gloria de Dios, seremos transformados. Dios cambiará nuestras vidas y nos cambiará de dentro hacia afuera. Aunque el antiguo pacto tuvo su gloria, nunca pudo transformar nuestras vidas por medio de la ley. Dios usa el nuevo pacto para hacernos personas transformados, no solamente buenas personas.
i. Todos quieren saber, “¿Cómo puedo cambiar?” O, todos quieren saber, “Cómo pueden ellos cambiar?” La mejor y la oportunidad más duradera viene a nuestra vida cuando somos transformados por el tiempo que pasamos con el Señor. Hay otras maneras que cambian, como la culpa, la coerción, la fuerza de voluntad, pero ninguno de estos métodos nos trae una oportunidad que sea profunda y que dure tanto como la transformación que viene del Espíritu de Dios, mientras pasamos tiempo en la presencia del Señor.
ii. Paro aún se requiere algo: mirando. La palabra significa más que una mirada casual; significa el hacer un estudio cuidadoso. Todos tenemos algo que mirar, algo que estudiar. Podemos ser transformados por la gloria del Señor, pero solamente si la estudiamos cuidadosamente.
d. En la misma imagen: Al estar mirando el “espejo de Dios”, somos cambiados a la misma imagen del Señor. Cuando pasamos tiempo mirando la gloria de Dios de amor, gracia, paz, y justicia, veremos un crecimiento de transformación en amor, paz, gracia y justicia.
i. Por supuesto, esto es como puedes saber si alguien esta pasando en realidad tiempo con el Señor: ellos son transformados … en la misma imagen. Sin embargo, mucho depende en lo que “vemos” cuando miramos hacia el “espejo de Dios.” En esta analogía, el “espejo de Dios” no es un espejo que nos muestra lo que somos tanto como lo que nos muestra en lo que seremos, y en lo que nos convertiremos en base a nuestra imagen de quien es Dios. Si tenemos una imagen falsa de Dios, veremos la imagen falsa en el “espejos” de Dios, y seremos transformados en la misma imagen – mucho de ello para nuestro daño, como para ahora como para la eternidad.
ii. No todos ven la verdad cuando ven hacia el espejo. David, a sus treinta años, se levanta cada mañana, y su rutina matutina solo se extiende hasta el espejo de la recámara, donde él ve una horrible cara distorsionada – una nariz torcida e hinchada, lleno de cicatrices y un ojo hinchado. El dolos de sus deformidades le hizo renunciar al colegio y moverse con sus padres hace diez años. Desde entonces, él en raras ocasiones sale del cuarto, con el temor de que alguien le vea. Sus cuatro cirugías cosméticas no han hecho nada para ayudar su condición porque los problemas de la apariencia de David únicamente están en su mente. Los expertos lo llaman un trastorno dismórfico corporal, o TDC. Ocasiona que las personas se imaginen a si mismas como deformadas, personas feas cuando en realidad tienen un aspecto normal. Los psiquiátricos lo llaman una epidemia escondida, y un psiquiatra dijo, “Los pacientes virtualmente están saliendo de la carpintería. Me estoy encontrando con un paciente cada semana.” La mayoría de los que sufre TDC están convencidos que el problema esta con su rostro. Aquellos afligidos viven con un sentido tan abrumador de vergüenza que apenas pueden ser funcionales. Una joven profesora en Boston intentó continuar con su trabajo, pero muy a menudo salía en medio de la clase, con el miedo de que su horrible apariencia se mostrara a través de su grueso maquillaje. Un comerciante de Denver llamó a su madre desde su oficina 15 veces al día para que le asegurara que él no se miraba grotesco, y pasaba horas en el baño con un espejo de bolsillo intentando buscar formas de mejorar su apariencia. Algunos le hacen frente con rituales dañinos, como cortarse para hacer “sangrar” el área afectada. Los que sufren de TDC están usualmente convencidos de que el problema esta con su cuerpo, pero no su mente. Ellos no quieren ver a nadie que no sea un cirujano plástico o dermatólogo para que atiendan su problema.
iii. Pero gracias que no tenemos que estar bajo la servidumbre de una imagen falsa de nosotros mismos, o de Dios. Cuando miramos la imagen de Dios como Él es, en verdad, seremos transformados ha Su imagen. Este es el gran diseño de Dios en nuestra salvación, Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo (Romanos 8:29). Calvino habla de este gran diseño de Dios: “Que la imagen de Dios, la cual ha sido desfigurada por el pecado, sea reparada dentro de nosotros … el progreso de esta restauración es continua a través de toda la vida, porque es poco a poco que Dios usa Su gloria para que brille en nosotros.”
e. Somos transformados: Esta obra de transformación es un proceso. Somos transformados; la obra aún no esta completa, y nadie debería de esperar que completa en ellos mismos o en otros. Nadie sale de un tiempo increíble con el Señor perfectamente transformado.
f. De gloria en gloria: El trabajo de la transformación es un proceso continuo. Esta obra de gloria en gloria. No debe de obrar de la apostasía a la gloria, en la apostasía a la gloria. La obra de Dios en nuestras vidas puede ser un proceso continuo, de gloria en gloria.
g. Por el Espíritu del Señor: Con estas últimas palabras, Pablo enfatiza dos cosas. Primero, este acceso a Dios y a Su presencia transformadora es nuestra por el nuevo pacto, porque es a través del nuevo pacto que se nos da es Espíritu del Señor. Segundo, esta obra de transformación en realidad es la obra de Dios en nosotros. Esto sucede por el Espíritu del Señor, no por la voluntad o el esfuerzo del hombre. Nosotros no alcanzamos o nos ganamos la transformación espiritual al miraren un espejo la gloria del Señor. Simplemente nos ponemos en el lugar en donde el Espíritu del Señor pueda transformarnos.
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