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David Guzik :: 1 Samuel 24 – David perdona la vida de Saúl

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1 de Samuel 24 – David perdona la vida de Saúl

A. David no mata a Saúl cuando tiene la oportunidad.

1. (1 de Samuel 24:1-2) Saúl busca a David en el desierto de En-gadi.


Cuando Saúl volvió de perseguir a los filisteos, le dieron aviso, diciendo: He aquí David está en el desierto de En-gadi. Y tomando Saúl tres mil hombres escogidos de todo Israel, fue en busca de David y de sus hombres, por las cumbres de los peñascos de las cabras monteses.

a. Cuando Saúl volvió de perseguir a los filisteos: En el capítulo anterior, Dios salvó milagrosamente a David alejando a Saúl para pelear con los Filisteos en el momento en el que Saúl estaba listo para capturar a David. Pero cuando Saúl terminó con los Filisteos, regresó a perseguir a David.

i. A menudo deseamos que nuestra siguiente victoria sea una victoria permanente. Deseamos que los enemigos espirituales que nos persiguen, como Saúl persiguió a David, simplemente se den por vencidos y no tengamos que preocuparnos más por ellos. Pero incluso cuando obtenemos victoria y ellos son enviados lejos, regresan, y seguirán regresando hasta que vayamos a la gloria con Jehová. Esa es la única victoria permanente que encontraremos.

b. El desierto de En-gadi: El cañón de En-gadi se extiende hacia el oeste del Mar Muerto. Aún se puede ver el arroyo de buen tamaño que fluye por el cañón, haciendo que En-gadi, con sus cascadas y vegetación se vean más como un paraíso tropical que como el medio del desierto.

i. También se pueden ver las numerosas cuevas que salpican las colinas. Éste era un gran lugar para que David y sus hombres se escondieran. En medio del árido desierto, los exploradores podían detectar con facilidad cuando se acercaban tropas. Había suficiente agua, vida salvaje, muchas cuevas y posiciones defensivas.

2. (1 de Samuel 24:3) Saúl sin saberlo llega a la cueva donde David y sus hombres se escondían.


Y cuando llegó a un redil de ovejas en el camino, donde había una cueva, entró Saúl en ella para cubrir sus pies; y David y sus hombres estaban sentados en los rincones de la cueva.

a. Un redil de ovejas: Esto indica que era una cueva grande, lo suficientemente grande como para dar refugio a un rebaño de ovejas. Todos o la mayoría de los 600 hombres de David podían ocultarse en los rincones de la cueva.

b. Entró Saúl en ella para cubrir sus pies: Puesto que la Biblia es un libro real, tratando con personas reales viviendo vidas reales, no nos sorprendemos de que se describa a Saúl atendiendo sus necesidades personales. Pero aún algo tan básico y común como esto fue programado y arreglado por Dios, sin que Saúl tuviera conocimiento alguno de los tiempos ni los arreglos de Dios.

i. El hecho de que Saúl entró en ella para cubrir sus pies también significa que entro a la cueva solo. Sus soldados y sus guardaespaldas estaban afuera de la cueva esperándolo.

c. David y sus hombres estaban sentados en los rincones de la cueva.: ¿Cuáles son las probabilidades? Saúl debe atender sus necesidades personales en el momento justo en el que pasa por la misma cueva donde David se oculta. Esto no fue coincidencia sino que fue arreglado por Dios para probar a David, para entrenar a David, y para mostrar el corazón piadoso de David.

3. (1 de Samuel 24:4-7) David se refrena a sí mismo y a sus hombres de matar a Saúl.


Entonces los hombres de David le dijeron: He aquí el día de que te dijo Jehová: He aquí que entrego a tu enemigo en tu mano, y harás con él como te pareciere. Y se levantó David, y calladamente cortó la orilla del manto de Saúl. Después de esto se turbó el corazón de David, porque había cortado la orilla del manto de Saúl. Y dijo a sus hombres: Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de Jehová, que yo extienda mi mano contra él; porque es el ungido de Jehová. Así reprimió David a sus hombres con palabras, y no les permitió que se levantasen contra Saúl. Y Saúl, saliendo de la cueva, siguió su camino.

a. Los hombres de David le dijeron: Los hombres de David estaban emocionados ante la oportunidad y creyeron que era un regalo de Dios. Ellos sabían que no era coincidencia que Saúl llegara solo a la cueva en ese momento. Ellos pensaron que esta era una oportunidad de Dios para matar a Saúl.

i. Aparentemente, en alguna ocasión anterior Dios le prometió a David, “He aquí que entrego a tu enemigo en tu mano, y harás con él como te pareciere.” Ellos creían que éste era el cumplimiento de esa promesa y que David necesitaba alcanzarla por fe y por la espada.

b. Se levantó David, y calladamente cortó la orilla del manto de Saúl: Podemos imaginarnos a David escuchando este consejo de sus hombres y con su espada arrastrándose rápidamente hacia Saúl, cubierto por la oscuridad de la cueva. Los hombres de David están emocionados; sus vidas como fugitivos están por terminar, y pronto serán instalados como amigos y asociados del nuevo Rey de Israel. Pero conforme David se acercó a Saúl y extendió su espada no la lanzó estrepitosamente sobre el cuello de Saúl ni la encajó en su espalda. En vez de eso él calladamente cortó la orilla del manto de Saúl.

i. Algunos se preguntan cómo pudo haber hecho esto David sin ser detectados. Saúl pudo haber dejado aparte su manto en alguna parte de la cueva, y haber hecho sus necesidades en otro lado, y así David no tuvo que ponerse justo al lado de Saúl para cortar la orilla de su manto. O, también puede ser que había suficiente ruido y conmoción de los miles de hombres fuera de la cueva junto con sus caballos que David simplemente fue indetectable.

ii. David decidió perdonar la vida de Saúl porque sabía que la promesa de Dios decía, “Tú heredarás el trono de Israel.” Sabía que Saúl se interponía con esa promesa. Pero también sabía que sería desobediencia de su parte matar a Saúl, porque Dios puso a Saúl en una posición de autoridad y era el trabajo de Dios encargarse de Saúl no de David. David quería que se cumpliera la promesa pero se negó a tratar de cumplirla a través de su propia desobediencia.

iii. Algunas veces cuando tenemos una promesa de Dios creemos que estamos justificados al pecar persiguiendo esa promesa. Esto siempre está mal. Dios cumplirá sus promesas, pero lo hará a su manera, y lo hará con justicia. Más bien tenemos que ser como Abraham, quien obedeció a Dios incluso cuando parecía ser a expensas de la promesa de Dios, estando dispuesto a sacrificar al hijo de la promesa (Génesis 22). Aún más, necesitamos ser como Jesús, que no tomó la oferta de Satanás “ganarse al mundo” a expensas de la obediencia (Lucas 4:5-8).

iv. En todo esto, vemos que David supo no sólo cómo esperar en Jehová, sino también cómo esperar por Jehová. “Nosotros esperamos en el Señor en oración y súplica, esperando la indicación de su voluntad; nosotros esperamos por el Señor en paciencia y sumisión, buscando la intervención de su mano.” (Meyer) David estaba decidido a que cuando se sentara en el trono de Israel no sería porque sacó a Saúl del camino sino porque Dios sacó a Saúl del camino. Él quería las huellas de Dios en ese trabajo, no las suyas, y quería la conciencia limpia que viene de saber que fue obra de Dios.

v. También vemos que el corazón de David no almacenó amargura ni ira hacia Saúl. Incluso cuando Saúl hizo la vida de David totalmente miserable, David siguió llevándolo a Jehová, y recibió la limpieza del daño y de la amargura que Jehová puede dar. Si David hubiera guardado amargura o ira hacia Saúl probablemente no hubiera podido resistir la tentación de matarlo cuando parecía ser una oportunidad “libre de riesgos.”

c. Se turbó el corazón de David: La tierna conciencia de David es notable. Muchos sólo se habrían turbado por no haber tomado la oportunidad de matar a Saúl. David sólo corto la esquina de su manto, y sin embargo su corazón se turbó. ¿Por qué? Porque el manto era un símbolo de autoridad real de Saúl, y David se sintió mal, con justa razón, según el corazón de Dios – de haber hecho algo contra la autoridad, designada por Dios, de Saúl.

i. David expresa esto cuando dice, “Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de Jehová... porque es el ungido de Jehová.” David sabia mejor que nadie que Saúl era un líder dañado y corrupto, sin embargo estaba en las manos de Dios el quitarlo y David no haría lo que sólo Jehová podía hacer..

ii. “Era un asunto trivial, sin embargo pareció deshonrar al rey ungido por Dios, y tal cosa lastimó a David por haberlo hecho. Nosotros algunas veces en conversaciones y críticas cortamos un pedazo del carácter de una persona, o de influencia para bien, o su estima a los ojos de los demás ¿Acaso no debería nuestro corazón reprendernos por semejante conducta irreflexiva? ¿No deberíamos confesarlo y repararlo?” (Meyer)

d. Así reprimió David a sus hombres con palabras: David no sólo se reprimió de tomar venganza contra Saúl, también reprimió a sus hombres. Muchos hombres en la misma situación dirían, “Yo no mataré a Saúl ahora, pero si alguno de mis hombres lo hace ¿qué puedo hacer yo?” y por lo tanto dejar la puerta abierta para que Saúl sea asesinado. Pero David no haría eso, y reprimió a sus hombres.

i. Con palabras: Estas fueron las palabras de una conciencia tierna y humilde delante de Dios. Fueron las palabras de un hombre que se sintió culpable sólo por cortar la esquina del manto de Saúl. Cuando los siervos de David vieron su piedad y cómo quería agradar a Dios en todo, sus corazones fueron reprimidos de hacer cualquier mal contra Saúl.

B. David apela a Saúl.

1. (1 de Samuel 24:8) David revela su presencia a Saúl.


También David se levantó después, y saliendo de la cueva dio voces detrás de Saúl, diciendo: ¡Mi señor el rey! Y cuando Saúl miró hacia atrás, David inclinó su rostro a tierra, e hizo reverencia.

a. David... saliendo de la cueva: David aquí tomó una gran oportunidad, porque pudo simplemente haber permanecido oculto, seguro por el hecho de que Saúl no lo había encontrado. Pero se rindió a Saúl porque vio la oportunidad de mostrarle su corazón hacia él y reconciliarse.

b. ¡Mi señor el rey!... David inclinó su rostro a tierra, e hizo reverencia: Esta era una gran sumisión a Saúl. Podríamos pensar que David tenía el derecho de llegar a Saúl como un igual. “Bueno Saúl, los dos hemos sido ungidos como reyes. Ahora tú tienes el trono, pero yo lo tendré algún día y tú lo sabes. Así que de un hombre ungido a otro, mira como acabo de perdonar tu vida.” Esa no fue la actitud de David en absoluto. Sino que más bien dijo: “Saúl, tu eres el jefe y yo lo sé. Respeto tu posición como mi líder y mi rey.”

i. Cuando David inclinó su rostro a tierra, e hizo reverencia también mostró una gran confianza en Dios, porque se hizo totalmente vulnerable ante Saúl. Saúl pudo haberle matado fácilmente en ese momento, pero David confiaba en que si hacía lo correcto delante de Dios entonces Dios lo protegería y cumpliría la promesa.

2. (1 de Samuel 24:9-15) El discurso de David a Saúl.


Y dijo David a Saúl: ¿Por qué oyes las palabras de los que dicen: Mira que David procura tu mal? He aquí han visto hoy tus ojos cómo Jehová te ha puesto hoy en mis manos en la cueva; y me dijeron que te matase, pero te perdoné, porque dije: No extenderé mi mano contra mi señor, porque es el ungido de Jehová. Y mira, padre mío, mira la orilla de tu manto en mi mano; porque yo corté la orilla de tu manto, y no te maté. Conoce, pues, y ve que no hay mal ni traición en mi mano, ni he pecado contra ti; sin embargo, tú andas a caza de mi vida para quitármela. Juzgue Jehová entre tú y yo, y véngueme de ti Jehová; pero mi mano no será contra ti. Como dice el proverbio de los antiguos: De los impíos saldrá la impiedad; así que mi mano no será contra ti. ¿Tras quién ha salido el rey de Israel? ¿A quién persigues? ¿A un perro muerto? ¿A una pulga? Jehová, pues, será juez, y él juzgará entre tú y yo. El vea y sustente mi causa, y me defienda de tu mano.

a. ¿Por qué oyes las palabras de los que dicen: Mira que David procura tu mal?: David mostró mucha amabilidad y tacto para Saúl. David sabía muy bien que el miedo de Saúl a David venía de sí mismo y de nadie más. Pero David puso la culpa en otros para que fuera más fácil para Saúl decir, “Ellos estaban equivocados” en vez de “Yo estaba equivocado.” Incluso en la confrontación, David cubrió el pecado de Saúl.

i. “Prudente y modestamente, David traslada la culpa de Saúl a sus seguidores y malvados consejeros.” (Poole)

ii. Algunos pudieran decir, “David, ¡ponlo sobre la mesa! ¡Dilo como es!” y David lo haría, en cierta medida. Pero incluso cuando lo haga mostrará misericordia y bondad a Saúl. David cumpliría con Proverbios 10:12 El amor cubrirá todas las faltas, y 1 de Pedro 4:8: El amor cubrirá multitud de pecados

b. No extenderé mi mano contra mi señor, porque es el ungido de Jehová: Este principio de no atacar a los líderes designados por Dios es bueno e importante pero algunas veces ha sido usado incorrectamente.

i. La frase no tocar al ungido de Dios está de moda entre algunos cristianos y entre muchos líderes. Con frecuencia significa para ellos: “Usted nunca debe hablar mal contra un líder o un pastor. Él está por encima de su crítica o reprensión, así que sólo guarde silencio.” Algunas veces es usado hasta para evitar una evaluación Bíblica de la enseñanza. Pero cuando David reconoció que Saúl era el ungido de Jehová y se negó a dañarlo, lo que David se negó a hacer fue matar a Saúl, pero sí confrontó humildemente a Saúl con su pecado, con la esperanza de que Saúl cambiara su corazón. Pero es totalmente incorrecto que la gente use la idea de no tocar al ungido de Dios para exonerar al líder de toda evaluación o responsabilidad.

c. Mira la orilla de tu manto en mi mano: Esta era la evidencia de que David tuvo plena oportunidad de matar a Saúl pero no la tomó. Cuando David le mostró a Saúl la orilla de su mano, Saúl debió haber escuchado al Espíritu de Dios hablar fuertemente en su corazón.

i. A través de este manto cortado, Dios le envió un mensaje a Saúl. El manto era una imagen de la autoridad real de Saúl, y a través de esto Dios dijo, “estoy cortando tu autoridad real.”

ii. En 1 de Samuel 15:27-28 el profeta Samuel reprendió a Saúl por la dureza de su corazón y por su desobediencia. Angustiado, Saúl intentó evitar que Samuel se fuera y agarró su manto, y una porción del manto del profeta se rasgó. Cuando Saúl se quedó con el pedazo arrancado del manto de Samuel, éste le dijo: Jehová ha rasgado hoy de ti el reino de Israel, y lo ha dado a un prójimo tuyo mejor que tú. Ahora, cuando David confronta a Saúl con el manto roto, Saúl debió haber recordado este incidente, y el mensaje de Dios para él fue fuerte y claro.

d. Juzgue Jehová entre tú y yo: David no necesitaba hacer nada más para defenderse delante de Saúl; refirió el asunto a Jehová. David dejaría que Dios defendiera su caso y fuera su juez. David no sólo dijo, “No extenderé mi mano contra mi señor,” lo probó al no matar a Saúl cuando tuvo la oportunidad.

i. La Nueva Traducción Viviente da un buen sentido de 1 de Samuel 24:12: Tal vez el Señor lo castigue por lo que intenta hacer, pero yo nunca le haré daño. De hecho, David protegió a Saúl al refrenar sus hombres.

ii. Era inevitable que Saúl fuera juzgado, y que perdiera el trono. Pero era totalmente asunto de Dios el cumplirlo y no era asunto de nadie más. Jesús estableció el mismo principio en Mateo 18:7 cuando dijo, es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo! El juicio de Dios es asunto de Dios. Nos ponemos en una mala posición cuando nos hacemos a nosotros mismos instrumentos del juicio de Dios.

e. De los impíos saldrá la impiedad: David usó este proverbio para establecer un punto. “Saúl, si yo fuera tan impío como tus consejeros dicen que soy, si en verdad quisiera matarte, hubiera cometido ese impío acto en la cueva. Pero como ninguna impiedad vino de mí cuando tuve la oportunidad, muestra que mi corazón no guarda impiedad hacia ti.”

f. Jehová, pues, será juez... El vea y sustente mi causa, y me defienda de tu mano: David le dijo a Saúl, “Yo confió en que Dios me librará de tu mano.” En vez de buscar una salida de esta prueba en la carne, David hizo lo más difícil – confió en Dios para que lo liberara en vez de confiar en sí mismo.

C. La reacción de Saúl hacia David.

1. (1 de Samuel 24:16-19) Saúl honra la misericordia de David para con él.


Y aconteció que cuando David acabó de decir estas palabras a Saúl, Saúl dijo: ¿No es esta la voz tuya, hijo mío David? Y alzó Saúl su voz y lloró, y dijo a David: Más justo eres tú que yo, que me has pagado con bien, habiéndote yo pagado con mal. Tú has mostrado hoy que has hecho conmigo bien; pues no me has dado muerte, habiéndome entregado Jehová en tu mano. Porque ¿quién hallará a su enemigo, y lo dejará ir sano y salvo? Jehová te pague con bien por lo que en este día has hecho conmigo.

a. ¿No es esta la voz tuya, hijo mío David? Saúl respondió tan emocionalmente porque Saúl vivía con el delirio de que David buscaba matarlo, y el hecho de que David se negara a matarlo cuando tuvo la oportunidad probó sin lugar a dudas que esto era falso. La obediencia de David para Dios y su amor a Saúl hicieron toda la diferencia para suavizar el corazón de Saúl.

b. Más justo eres tú que yo... has hecho conmigo bien... no me has dado muerte... Jehová te pague con bien por lo que en este día has hecho conmigo: Este fue un cambio dramático en el corazón de Saúl. Todo cambio que David pudo haber deseado había sucedido, y Saúl realmente parecía sincero (Y alzó Saúl su voz y lloró). David puso ascuas de bondad sobre la cabeza de Saúl y esto derritió su corazón.

2. (1 de Samuel 24:20-22) Saúl ve hacia el futuro.


Y ahora, como yo entiendo que tú has de reinar, y que el reino de Israel ha de ser en tu mano firme y estable, júrame, pues, ahora por Jehová, que no destruirás mi descendencia después de mí, ni borrarás mi nombre de la casa de mi padre. Entonces David juró a Saúl. Y se fue Saúl a su casa, y David y sus hombres subieron al lugar fuerte.

a. Como yo entiendo que tú has de reinar: Saúl lo supo todo el tiempo (1 de Samuel 23:17) pero ahora realmente lo sabe.

b. júrame, pues, ahora por Jehová, que no destruirás mi descendencia después de mí: Saúl simplemente quería la misma amable promesa que David hizo con Jonatán en 1 de Samuel 20:13-16. En aquel entonces, cuando una casa real reemplazaba a otra era común que la nueva casa real matara a todos los gobernantes potenciales de la antigua casa real. Saúl sabía que algún día, David y su descendencia reinarían sobre Israel, y quiere que David le prometa que él y sus descendientes no mataran ni maltratarán a los descendientes de Saúl.

i. “Entonces ¿cómo pudo David destruir a tantos hijos de Saúl en 2 de Samuel 21:8-9? David podía atarse por juramentos, pero no podía atar a Dios, a cuya voluntad todas las promesas, votos y juramentos en toda razón deben ser sometidos; y eso fue hecho por orden de Dios, y Dios se complació de ello, 2 Samuel 21:14.” (Poole)

c. Y se fue Saúl a su casa, y David y sus hombres subieron al lugar fuerte: David no regresó a casa con Saúl ni fue restaurado en su casa ni en el palacio porque David sabía que aunque Saúl lo hubiera dicho de corazón en ese momento, la lucha sería permanecer en el lugar de victoria.

i. Muchas veces, una persona se arrepiente y afirma reconocer sus caminos pecaminosos tal como lo hizo Saúl. Pero la validez del arrepentimiento y de un corazón cambiado no se demuestra por la emoción o la sinceridad del momento. Es demostrado por la dirección que toma nuestra vida y David tenía todo el derecho de decir, “Me quedaré en el lugar fuerte hasta que vea la dirección que toma la vida de Saúl.”

ii. “¡Qué imagen tan miserable da Saúl! ¿Cuál es el caso de decir, me he comportado neciamente,’ si sigue comportándose neciamente? ¿De qué sirven sus lágrimas y su confesión ante David si no actúa sobre su remordimiento?” (Redpath)

iii. De hecho, es peor tener este tipo de respuesta emocional si no resulta en verdadero arrepentimiento. “Si un hombres está emocionalmente alterado, como lo estaba Saúl, y despierta a su condición, pero sólo lloriquea al respecto y sigue sin obedecer a Dios, su segundo estado es mil veces peor que el primero. La emoción no guía a la acción, sólo guía a un pecado y rebelión más profundos.” (Redpath)

©2016 David Guzik – No se permite la distribución más allá del uso personal sin autorización.

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