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Aconteció un día, que Jonatán hijo de Saúl dijo a su criado que le traía las armas: Ven y pasemos a la guarnición de los filisteos, que está de aquel lado. Y no lo hizo saber a su padre. Y Saúl se hallaba al extremo de Gabaa, debajo de un granado que hay en Migrón, y la gente que estaba con él era como seiscientos hombres. Y Ahías hijo de Ahitob, hermano de Icabod, hijo de Finees, hijo de Elí, sacerdote de Jehová en Silo, llevaba el efod; y no sabía el pueblo que Jonatán se hubiese ido.
a. Aconteció un día: Al principio, no había nada en este día que indicara que sería extraordinario.
i. “Dios siempre está en búsqueda de almas creyentes, las cuales por un lado reciban su poder y gracia, y por el otro los transmitan. Él las escoge, para a través de ellos hacer manifiesto su poder.” (Meyer)
b. Dijo a su criado que le traía las armas: Cada “oficial” del ejército Israelita tenía un “asistente” conocido como escudero. El escudero ayudaba al oficial en batalla y en la administración del ejército. Frecuentemente cargaban con la armadura y las armas del oficial, por lo que eran conocidos escuderos.
i. “En la antigüedad los escuderos tenían que ser excepcionalmente leales y valientes, ya que la vida de sus amos con frecuencia dependía de ellos.” (Youngblood)
c. Ven y pasemos a la guarnición de los filisteos: Los Israelitas estaban en un conflicto militar donde la victoria parecía imposible. Eran grandemente sobrepasados en número y en tecnología militar. Sin embargo Jonatán fue lo suficientemente audaz como para pasar a la guarnición de los filisteos sólo para ver lo que Jehová podría hacer.
i. Tal vez Jonatán pensó en Samgar, y cómo Jueces 3:31 describe la victoria de Samgar sobre 600 Filisteos con una aguijada de bueyes. Tal vez Jonatán pensó, “Bueno, si Dios pudo hacerlo a través de Samgar ¡También puede hacerlo a través de mi!!”.
ii. Jonatán podía fortalecerse en promesas tales como Levítico 26:8: Cinco de vosotros perseguirán a ciento, y ciento de vosotros perseguirán a diez mil, y vuestros enemigos caerán a filo de espada delante de vosotros.
d. Y no lo hizo saber a su padre: Tal vez esto sólo haya sido un descuido o algo sencillo de explicar. O, tal vez puede ser que Jonatán deliberadamente no le haya hecho saber a su padre, porque creyó que su padre simplemente le hubiera dicho “no.”
e. Y Saúl se hallaba: Este era un gran contraste con Jonatán. El intrépido y valiente rey simplemente se hallaba... debajo de un granado mientras su hijo osadamente se dirigía a la guarnición de los filisteos. Saúl y el sacerdote con el efod estaban sentados mientras Jonatán osadamente confiaba en Dios.
f. Ahías hijo de Ahitob, hermano de Icabod: La mención del nombre de Icabod casi parece innecesaria. ¿Por qué necesitaríamos saber que el sacerdote que estaba con Saúl era Ahías, el sobrino de Icabod? Probablemente, Dios quiere que relacionemos el significado del nombre de Icabod con el lugar donde se encuentra Saúl espiritualmente. La gloria real de Saúl casi se ha ido, y es apropiado que se relacione con un familiar del hombre llamado “La gloria de Dios se ha ido.”
g. No sabía el pueblo que Jonatán se hubiese ido: Esto indica que Jonatán no fue a la guarnición de los filisteos por un deseo de gloria personal. Si ese hubiera sido su motivo le hubiera dicho al menos a algunas personas a donde había ido.
Y entre los desfiladeros por donde Jonatán procuraba pasar a la guarnición de los filisteos, había un peñasco agudo de un lado, y otro del otro lado; el uno se llamaba Boses, y el otro Sene. Uno de los peñascos estaba situado al norte, hacia Micmas, y el otro al sur, hacia Gabaa.
a. Entre los desfiladeros… había un peñasco agudo de un lado, y otro del otro lado: De camino a la guarnición de los Filisteos, Jonatán vio una posición estratégica – un camino estrecho a través de un paso con rocas grandes y afiladas de cada lado. Unos pocos hombres podrían pelear con facilidad contra una cantidad mucho mayor en este lugar estratégico.
b. Jonatán procuraba pasar a la guarnición de los filisteos: Si Jonatán nunca hubiera decidido, Ven y pasemos a la guarnición de los filisteos, que está de aquel lado (1 de Samuel 14:1) nunca hubiera encontrado este lugar estratégico. Dios guió a Jonatán cuando el confió valerosamente en Dios y actuó en base a esa valerosa confianza.
Dijo, pues, Jonatán a su paje de armas: Ven, pasemos a la guarnición de estos incircuncisos; quizá haga algo Jehová por nosotros, pues no es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos. Y su paje de armas le respondió: Haz todo lo que tienes en tu corazón; ve, pues aquí estoy contigo a tu voluntad.
a. Quizá haga algo Jehová por nosotros: Para Jonatán, esto era más bien como una expedición de reconocimiento. Él quería ver lo que Dios podría hacer a través de dos hombres que confiaban en él y se levantaban valientemente.
i. Jonatán sabía que la necesidad era grande. Israel estaba irremediablemente superado en número y desmoralizado.
ii. Jonatán sabía que Dios quería usar a alguien. El rey Saúl sólo quería sentarse debajo de un granado. Algo tenía que hacerse, y Jonatán estaba dispuesto a dejar que Dios lo usara.
iii. Jonatán sabía que Dios quería trabajar con alguien. Jonatán pudo solamente haber orado para que Dios hiciera llover fuego del cielo sobre los Filisteos. Pero Jonatán sabía que Dios usa las acciones osadas y el espíritu de pelea de su pueblo. “No era Jonatán el que trabajaría con algo de ayuda de parte de Dios; era Jehová el que trabajaría a través de Jonatán.” (Blaikie)
b. Pues no es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos: Este es un sabio valor en Dios. Muchos en Israel probablemente creían esto como una verdad teológica, pero pocos lo creían lo suficiente como para hacer algo al respecto. La fe de Jonatán fue demostrada por sus acciones.
i. No es difícil para Jehová: Lo único que se podría decir que limita a Dios es nuestra incredulidad (Mateo 13:58). El poder de Dios nunca es limitado, pero su voluntad puede ser limitada por nuestra incredulidad. Él puede escoger no actuar hasta que nos asociemos con Él en confianza. En Jonatán, Dios tenía un compañero que creía.
ii. Con muchos o con pocos: Las probabilidades ya estaban contra Israel. ¿Importaba si era un millón a uno, o mil a uno? Ni los números ni las probabilidades limitaban a Dios, pero la incredulidad podía. Jonatán nunca leyó el Nuevo Testamento, pero tenía un corazón como en Romanos 8:31: Si Dios es con nosotros, ¿quién contra nosotros?
iii. Jonatán tenía poca fe en sí mismo pero una gran fe en Dios. No era “Yo puedo ganar una gran victoria con la ayuda de Dios.” Era “Dios puede ganar una gran victoria a través de mí.”
c. Ve, pues aquí estoy contigo: Estas palabras de su escudero deben haber alegrado grandemente a Jonatán. Cuando nos levantamos en fe, el ánimo puede hacer toda la diferencia para bien y el desánimo puede hacer toda la diferencia para mal.
i. Dios iba usar a Jonatán, pero no iba a usarlo solamente a él. Cuando Dios usa a un hombre casi siempre llama a otros a que lo rodeen para apoyarlo y ayudarlo. Estos son igual de importantes para llevar a cabo la obra de Dios como el hombre que Dios usa.
Dijo entonces Jonatán: Vamos a pasar a esos hombres, y nos mostraremos a ellos. Si nos dijeren así: Esperad hasta que lleguemos a vosotros, entonces nos estaremos en nuestro lugar, y no subiremos a ellos. Mas si nos dijeren así: Subid a nosotros, entonces subiremos, porque Jehová los ha entregado en nuestra mano; y esto nos será por señal.
a. Dijo entonces: Esto indica que Jonatán tomó la confirmación de su escudero como una confirmación.
b. Esto nos será por señal: En su paso de fe, Jonatán quería saber si Dios realmente los estaba guiando, así que propuso una prueba basada en la respuesta de los guardias Filisteos.
i. Jonatán mostró sabiduría y no incredulidad. Hasta este punto no había actuado en palabra específica ni confirmada de Dios. Más bien, había seguido una osada esperanza y la impresión de su corazón. Fue lo suficientemente humilde para reconocer que podía estar equivocado ese día, así que Jonatán le pidió a Dios que lo guie.
ii. Esto no es lo mismo que lo que Gedeón hizo con el vellón de lana (Jueces 6:36-40). Gedeón tenía un mensaje confirmado de Jehová para guiarlo, y el dudó de la palabra de Dios. Jonatán no dudó de la palabra de Jehová; el dudaba de su propio corazón y mente.
iii. Jonatán fue impulsado por fe. Significativamente, él no demandó saber todo el plan de batalla de Dios por adelantado. Él estaba dispuesto a tomarlo un paso a la vez, y dejar que Dios lo llevara a cabo. La fe, está dispuesta a dejarle a Dios el conocimiento del plan completo, y sabe que nuestra parte va un paso a la vez.
Se mostraron, pues, ambos a la guarnición de los filisteos, y los filisteos dijeron: He aquí los hebreos, que salen de las cavernas donde se habían escondido. Y los hombres de la guarnición respondieron a Jonatán y a su paje de armas, y dijeron: Subid a nosotros, y os haremos saber una cosa. Entonces Jonatán dijo a su paje de armas: Sube tras mí, porque Jehová los ha entregado en manos de Israel. Y subió Jonatán trepando con sus manos y sus pies, y tras él su paje de armas; y a los que caían delante de Jonatán, su paje de armas que iba tras él los mataba. Y fue esta primera matanza que hicieron Jonatán y su paje de armas, como veinte hombres, en el espacio de una media yugada de tierra.
a. He aquí los hebreos, que salen de las cavernas donde se habían escondido: En este tiempo de crisis los Israelitas se escondían donde pudieran (1 de Samuel 13:6). Era razonable que los Filisteos creyeran que estos eran Hebreos desertores rindiéndose a ellos porque pensaban que era mejor que esconderse en una caverna.
b. Sube tras mí, porque Jehová los ha entregado en manos de Israel: En este emocionante momento Dios confirmó la osada confianza de Jonatán con esta señal, y él supo que Dios haría algo grandioso.
c. Subió Jonatán trepando con sus manos y sus pies, y tras él su paje de armas: Esta era una escalada difícil. Jonatán no era de los que dirían, “bueno, sería genial hacer esto. Pero las rocas son empinadas y hay muchos Filisteos allá arriba. Mejora hay que orar.” Si solo queremos la victoria o solo queremos ser usados por Dios cuando es fácil, no veremos mucha victoria y no seremos usados mucho.
d. Caían delante de Jonatán: Jonatán sabía que la batalla era de Jehová, sin embargo él sabía que Dios lo usaría para pelear. Cuando Dios vio la señal de confirmación de Dios, no guardo su espada y empezó a orar para que Dios los atacara a todos. Él oró, se aseguró de que su espada estuviera afilada, y confió en que Dios lo usaría para derrotarlos a todos.
Hubo pánico en el campamento y por el campo, y entre toda la gente de la guarnición; y los que habían ido a merodear, también ellos tuvieron pánico, y la tierra tembló; hubo, pues, gran consternación.
a. Hubo pánico en el campamento y por el campo, y entre toda la gente de la guarnición: Parece que los Filisteos estaban bajo confusión divina y se despertaron esa mañana pensando “¡Somos atacados por enemigos en medio de nosotros!” Se apresuraron pensando que sus compatriotas Filisteos eran el enemigo, y empezaron a pelear y a matarse unos a otros.
i. No importó que los Filisteos superaran grandemente en número a los Israelitas ni que tuvieran mucho mejores armas. Dios fue más que capaz de poner a los Filisteos unos contra otros. Si los Israelitas no tenían espada, Jehová usaría las espadas de los Filisteos contra ellos mismos.
b. Y la tierra tembló; hubo, pues, gran consternación: Jonatán usó su espada y su corazón pero Dios hizo lo que Jonatán no podía – enviar un gran terremoto para aterrorizar a los Filisteos. A menudo esperamos a que Dios haga lo que nosotros podemos hacer. Pero Dios a menudo hará milagros – lo que solamente Él puede hacer – si nosotros hacemos lo que podemos hacer.
Y los centinelas de Saúl vieron desde Gabaa de Benjamín cómo la multitud estaba turbada, e iba de un lado a otro y era deshecha. Entonces Saúl dijo al pueblo que estaba con él: Pasad ahora revista, y ved quién se haya ido de los nuestros. Pasaron revista, y he aquí que faltaba Jonatán y su paje de armas. Y Saúl dijo a Ahías: Trae el arca de Dios. Porque el arca de Dios estaba entonces con los hijos de Israel. Pero aconteció que mientras aún hablaba Saúl con el sacerdote, el alboroto que había en el campamento de los filisteos aumentaba, e iba creciendo en gran manera. Entonces dijo Saúl al sacerdote: Detén tu mano.
a. La multitud estaba turbada, e iba de un lado a otro y era deshecha: Mientras los centinelas vigilaban el enorme ejército de los Filisteos, el ejército comenzó a deshacerse frente a sus ojos.
b. Pasad ahora revista: Esto resultaba inútil en ese momento. Saúl debió haber ido a pelear contra los Filisteos en ese momento estratégico. En vez de eso, parecía más preocupado por saber quién estaba dirigiendo la batalla y quién tomaría el crédito por ella.
c. Trae el arca de Dios: Esto resultaba inútil en ese momento. Aquí probablemente Saúl intentaba parecer espiritual, pero no había para qué buscar a Dios. Hay un tiempo para apartarse y orar, y hay un tiempo para tomar la espada y pelear. Saúl no sabía qué tiempo era ese.
d. Mientras aún hablaba Saúl con el sacerdote, el alboroto que había en el campamento de los filisteos aumentaba, e iba creciendo en gran manera. Entonces dijo Saúl al sacerdote: Detén tu mano: Eventualmente, el ruido de la pelea entre Jonatán y los Filisteos se volvió tan fuerte que Saúl supo que tenía que pelear también. Así que le dijo al sacerdote Detén tu mano. Esto significó, “Deja de buscar una respuesta de Dios con el Urim y el Tumim.” Los cuales estaban en una bolsa en el pectoral del sacerdote.
Y juntando Saúl a todo el pueblo que con él estaba, llegaron hasta el lugar de la batalla; y he aquí que la espada de cada uno estaba vuelta contra su compañero, y había gran confusión. Y los hebreos que habían estado con los filisteos de tiempo atrás, y habían venido con ellos de los alrededores al campamento, se pusieron también del lado de los israelitas que estaban con Saúl y con Jonatán. Asimismo todos los israelitas que se habían escondido en el monte de Efraín, oyendo que los filisteos huían, también ellos los persiguieron en aquella batalla. Así salvó Jehová a Israel aquel día. Y llegó la batalla hasta Bet-avén.
a. Llegaron hasta el lugar de la batalla: Saúl era el líder de Israel pero le tomó un largo tiempo empezar a liderar. Ahora él sigue a Dios y a Jonatán en la batalla.
b. Y los hebreos que habían estado con los filisteos de tiempo atrás… se pusieron también del lado de los israelitas: Parece que muchos en Israel tenían el inseguro corazón de Saúl. Estos siervos Hebreos de los Filisteos probablemente odiaban a sus amos pero tenían miedo de liberarse en Jehová. Sólo salieron cuando la victoria de Israel estaba asegurada.
c. Así salvó Jehová a Israel aquel día: Dios realmente usó a Jonatán, pero no era la victoria de Jonatán. Era la victoria de Jehová. Dios solamente estaba esperando por alguien con la osada confianza de Jonatán.
Pero los hombres de Israel fueron puestos en apuro aquel día; porque Saúl había juramentado al pueblo, diciendo: Cualquiera que coma pan antes de caer la noche, antes que haya tomado venganza de mis enemigos, sea maldito. Y todo el pueblo no había probado pan.
a. Saúl había juramentado al pueblo: Jonatán, con su osada confianza en Jehová, acababa de asestar un poderoso golpe contra los Filisteos. Ahora era la tarea del ejército de Israel, bajo el rey Saúl, terminar con el trabajo atacando al ejército Filisteo que huía. En este día de batalla contra los Filisteos Saúl declaró una maldición: Cualquiera que coma pan antes de caer la noche, antes que haya tomado venganza de mis enemigos, sea maldito.
i. En la superficie, esto suena muy espiritual. “Apartemos este día como un día especial de ayuno para Jehová. Queremos que Dios haga una gran obra, así que hoy deberíamos ayunar. Reforzaré esto en todo el ejército con una maldición.”
b. Antes que haya tomado venganza de mis enemigos: Esto muestra que el enfoque de Saúl estaba mal. Saúl puso al ejército de Israel bajo juramento para poder obtener venganza de sus enemigos. Si él consideraba ésta como su batalla, debió haberse puesto a ayudar él solo. Saúl mostró que incluso al hacer algo espiritual como ayunar su enfoque estaba en sí mismo, no en Jehová.
i. A través de esta maldición, Saúl puso otra vez el enfoque en sí mismo. Ese día nadie estaría pensando mucho en Jonatán porque su hambre estaría recordándoles constantemente la maldición de Saúl.
c. Sea maldito: Esto muestra que el sentido de autoridad de Saúl estaba mal. Él no tenía la autoridad de anunciar semejante maldición y no era el líder espiritual de la nación. Si algún ayuno debía ser declarado y junto con este una maldición, Samuel era el que tenía la autoridad para hacerlo, no Saúl.
i. Esto también muestra que la promesa de castigo de Saúl estaba mal. Ciertamente era demasiado fuerte decir, “sea maldito.” Si Saúl quería que se llevara a cabo un ayuno voluntario, eso era una cosa. Pudo haber dicho, “Hoy ayunaré delante de Jehová. Si alguno quiere unirse, son bienvenidos.” Pero en vez de guiar con el ejemplo e invitar a Israel a seguirlo, juramentó al pueblo.
d. Los hombres de Israel fueron puestos en apuro aquel día: Esto muestra que el resultado entre el ejército de Israel fue malo. No importa cuál sea el motivo de Saúl, esto fue tonto. Cuando la moral y la energía física de Israel debieron haber estado más fuertes, él ejército se encontraba débil y desanimado.
i. No había nada de malo con el ayuno en sí, pero este no era el día adecuado. Era el día de Saúl para ayunar, no el día de Jehová para ayunar.
Y todo el pueblo llegó a un bosque, donde había miel en la superficie del campo. Entró, pues, el pueblo en el bosque, y he aquí que la miel corría; pero no hubo quien hiciera llegar su mano a su boca, porque el pueblo temía el juramento. Pero Jonatán no había oído cuando su padre había juramentado al pueblo, y alargó la punta de una vara que traía en su mano, y la mojó en un panal de miel, y llevó su mano a la boca; y fueron aclarados sus ojos. Entonces habló uno del pueblo, diciendo: Tu padre ha hecho jurar solemnemente al pueblo, diciendo: Maldito sea el hombre que tome hoy alimento. Y el pueblo desfallecía. Respondió Jonatán: Mi padre ha turbado el país. Ved ahora cómo han sido aclarados mis ojos, por haber gustado un poco de esta miel. ¿Cuánto más si el pueblo hubiera comido libremente hoy del botín tomado de sus enemigos? ¿No se habría hecho ahora mayor estrago entre los filisteos?
a. Había miel en la superficie del campo: Esto era provisión de Dios. El ejército Israelita seguía persiguiendo al ejército Filisteo. Estaban todos cansados y hambrientos. Necesitaban energía para continuar con la búsqueda y terminar la batalla. Y Dios les proveyó de miel en la superficie del campo.
i. “La operación de limpieza después de una victoria era muy importante sí se quería alcanzar el máximo beneficio de la victoria. Pero perseguir al enemigo involucraba un agotador e incesante viaje sobre colinas empinadas durante horas.” (Baldwin)
b. Pero no hubo quien hiciera llegar su mano a su boca, porque el pueblo temía el juramento: Este grupo de soldados vio la miel que corría justo frente a sus ojos. Sin embargo el tonto juramento de Saúl evitaba que ellos recibieran lo que Dios había puesto frente a ellos.
c. Pero Jonatán no había oído cuando su padre había juramentado al pueblo: Debido a esto, Jonatán comió un poco de la miel e inmediatamente hizo bien al agotado soldado: fueron aclarados sus ojos. Él necesitaba la energía para pelear, y ahí estaba, provista por Dios.
d. Mi padre ha turbado el país: Tal vez Jonatán no debió haber dicho esto. Había un sentido en el que estaba socavando la autoridad de su padre delante de las tropas. Si había algo que decir, hubiera sido mejor que se lo hubiera dicho a su padre directamente. A pesar de todo eso ¡Jonatán estaba exactamente en lo correcto!
i. Ciertamente el rey Saúl había turbado el país con su orden seudo-espiritual de ayuno. Debido a su orden, el pueblo desfallecía en un día en el que tendrían que haber estado fuertes. Estaban débiles y distraídos y la victoria había perdido valor.
E hirieron aquel día a los filisteos desde Micmas hasta Ajalón; pero el pueblo estaba muy cansado. Y se lanzó el pueblo sobre el botín, y tomaron ovejas y vacas y becerros, y los degollaron en el suelo; y el pueblo los comió con sangre. Y le dieron aviso a Saúl, diciendo: El pueblo peca contra Jehová, comiendo la carne con la sangre. Y él dijo: Vosotros habéis prevaricado; rodadme ahora acá una piedra grande. Además dijo Saúl: Esparcíos por el pueblo, y decidles que me traigan cada uno su vaca, y cada cual su oveja, y degolladlas aquí, y comed; y no pequéis contra Jehová comiendo la carne con la sangre. Y trajo todo el pueblo cada cual por su mano su vaca aquella noche, y las degollaron allí. Y edificó Saúl altar a Jehová; este altar fue el primero que edificó a Jehová.
a. Y se lanzó el pueblo sobre el botín… y el pueblo los comió con sangre: Dios específicamente ordenó a Israel que siempre debían drenar la sangre de un animal antes de comerlo (Deuteronomio 12:23-25). En este día de batalla, debido a la insensata orden de Saúl, el pueblo estaba tan hambriento que desobedeció este mandato. Su obediencia a la insensata orden de Saúl los guió a desobedecer a la orden claramente ordenada por Dios. Éste siempre es el resultado del legalismo.
i. A menudo pensamos que las reglas legalistas mantendrán alejada a la gente del pecado. Pero de hecho, lo contrario sí es una realidad. Las reglas legalistas nos llevan a pecar porque, o provocan nuestra rebelión, o nos llevan a un orgullo legalista.
b. Vosotros habéis prevaricado: Saúl culpó al pueblo por lo que en realidad había sido su culpa. Él nunca debió haber dado semejante orden insensata, y su orden provocó que el pueblo pecara.
c. Degolladlas aquí, y comed; y no pequéis contra Jehová comiendo la carne con la sangre: Saúl puso una piedra para matar apropiadamente a los animales, y también edificó ahí altar a Jehová. Saúl hizo por lo menos algo de lo que era correcto después de haber hecho lo incorrecto.
Y dijo Saúl: Descendamos de noche contra los filisteos, y los saquearemos hasta la mañana, y no dejaremos de ellos ninguno. Y ellos dijeron: Haz lo que bien te pareciere. Dijo luego el sacerdote: Acerquémonos aquí a Dios. Y Saúl consultó a Dios: ¿Descenderé tras los filisteos? ¿Los entregarás en mano de Israel? Mas Jehová no le dio respuesta aquel día. Entonces dijo Saúl: Venid acá todos los principales del pueblo, y sabed y ved en qué ha consistido este pecado hoy; porque vive Jehová que salva a Israel, que aunque fuere en Jonatán mi hijo, de seguro morirá. Y no hubo en todo el pueblo quien le respondiese.
a. Y Saúl consultó a Dios: Esto estuvo bien. Saúl debía procurar el consejo de Dios. No debemos pensar que todo lo que Saúl hizo fue malo delante de Jehová.
b. Mas Jehová no le dio respuesta aquel día: Saúl buscó el consejo de Jehová a través de un sacerdote. Es probable que el sacerdote haya usado el Urim y el Tumim para consultar a Jehová.
i. El uso de herramientas de discernimiento como lo son el Urim el Tumim se describe en pocas ocasiones (Éxodo 28:30, Números 27:21, 1 de Samuel 28:6; Esdras 2:63, Nehemías 7:65) y su uso pudiera estar implícito en otros pasajes donde Israel buscó el consejo de Dios (Jueces 1:1 y Jueces 20:18, 23).
ii. Los nombres Urim y Tumim significan “Luces y Perfecciones.” No estamos seguros de qué eran ni de cómo eran usados. La mayoría piensan que eran un par de piedras, una clara y otra oscura, y cada piedra indicaba un “si” o un “no” de parte de Dios. El Sumo Sacerdote haría a Dios una pregunta, metía la mano dentro del pectoral, y sacaba un “sí” o un “no.”
iii. En esta ocasión, el sacerdote probablemente empezó a buscar el consejo de Jehová con esta pregunta: “Jehová ¿quieres hablarnos hoy?” Porque se nos dice que no le dio respuesta aquel día, la piedra del “no” siguió saliendo.
c. Porque vive Jehová que salva a Israel, que aunque fuere en Jonatán mi hijo, de seguro morirá: Esto muestra que Saúl estaba muy seguro de que él estaba bien. Estaba tan seguro que pronunció otro juramento.
i. Por supuesto, si Saúl hubiera sabido que Jonatán era el que había violado su juramento, nunca hubiera dicho esto. Pero estaba tan metido en su papel de estar en lo “correcto” que agregó este juramento insensato a su previa orden insensata.
ii. Saúl fue muy bueno para hacer juramentos y promesas religiosas. Pero eso no significaba mucho porque no fue bueno para tener un corazón conforme al de Dios y no fue bueno para cumplir con los pactos que hacía.
iii. “¡Extraña perversidad! Aquel que fue tan indulgente como para perdonar al malvado Agag, capítulo 15, ahora es demasiado severo como para destruir a su propio valioso hijo.” (Poole)
d. No hubo en todo el pueblo quien le respondiese: El pueblo sabía que Jonatán comió de la miel, y la sentencia de muerte de Saúl sobre cualquiera que hubiere comido debió haber provocado un escalofrío en sus espaldas. Todo el pueblo amaba y respetaba a Jonatán, y sabía que Saúl estaba mal.
Dijo luego a todo Israel: Vosotros estaréis a un lado, y yo y Jonatán mi hijo estaremos al otro lado. Y el pueblo respondió a Saúl: Haz lo que bien te pareciere. Entonces dijo Saúl a Jehová Dios de Israel: Da suerte perfecta. Y la suerte cayó sobre Jonatán y Saúl, y el pueblo salió libre. Y Saúl dijo: Echad suertes entre mí y Jonatán mi hijo. Y la suerte cayó sobre Jonatán. Entonces Saúl dijo a Jonatán: Declárame lo que has hecho. Y Jonatán se lo declaró y dijo: Ciertamente gusté un poco de miel con la punta de la vara que traía en mi mano; ¿y he de morir? Y Saúl respondió: Así me haga Dios y aun me añada, que sin duda morirás, Jonatán.
a. Y la suerte cayó sobre Jonatán y Saúl, y el pueblo salió libre: Saúl quería encontrar al malhechor echando suertes. Separaron al pueblo en dos grupos, y luego seleccionaron un grupo en base al resultado de algo parecido a un dado. Continuaron reduciendo al grupo selecto hasta que encontraron al culpable. Saúl quería que todos supieran que él y su hijo eran inocentes, así que esa fue la primera división. Imaginen la conmoción de Saúl cuando la suerte indicó que él y Jonatán estaban en el grupo culpable.
i. “Suerte perfecta” en el Hebreo es muy cercano a la palabra utilizada para Tumim. Probablemente usaron el Urim y el Tumim como medio para echar las suertes.
b. La suerte cayó sobre Jonatán: Saúl estaba temblando. Él pronunció una sentencia de muerte sobre cualquiera que haya comido y violando forzado juramento. En vez de admitir que la orden y la sentencia de muerte eran insensatas, Saúl endureció su corazón y declaró: Así me haga Dios y aun me añada, que sin duda morirás, Jonatán.
i. Saúl estuvo dispuesto a matar a su propio hijo en vez de humildemente admitir que en realidad se había equivocado. Saúl había comenzado como un hombre humilde (1 de Samuel 10:21), pero su alguna vez impresionante humildad fue superada por el orgullo.
Entonces el pueblo dijo a Saúl: ¿Ha de morir Jonatán, el que ha hecho esta grande salvación en Israel? No será así. Vive Jehová, que no ha de caer un cabello de su cabeza en tierra, pues que ha actuado hoy con Dios. Así el pueblo libró de morir a Jonatán. Y Saúl dejó de seguir a los filisteos; y los filisteos se fueron a su lugar.
a. No será así. Vive Jehová, que no ha de caer un cabello de su cabeza en tierra, pues que ha actuado hoy con Dios: Afortunadamente, el pueblo finalmente hizo frente a la insensatez de Saúl. Sencillamente no permitirían que Jonatán fuera ejecutado. Ellos sabían que Jonatán actuó con Jehová ese día, no contra Jehová.
i. Hay por lo menos tres razones por las que era correcto salvar a Jonatán, aunque haya quebrantado el juramento. Primero, el juramento y la pena para el quebrantador del mismo eran simplemente malas y tontas leyes, y no debían ser aplicadas. Segundo, Jonatán quebrantó el juramento en ignorancia. Finalmente, la aprobación de Dios era evidente por su gran bendición sobre Jonatán (ha actuado hoy con Dios).
ii. La osada fe de Jonatán en Dios tuvo mucho más que ver con la victoria en ese día que el insensato juramento de Saúl.
b. y los filisteos se fueron a su lugar: La implicación en esta frase es que la victoria hubiera sido más grande de no haber sido por el insensato juramento de Saúl.
Después de haber tomado posesión del reinado de Israel, Saúl hizo guerra a todos sus enemigos en derredor: contra Moab, contra los hijos de Amón, contra Edom, contra los reyes de Soba, y contra los filisteos; y adondequiera que se volvía, era vencedor. Y reunió un ejército y derrotó a Amalec, y libró a Israel de mano de los que lo saqueaban. Y los hijos de Saúl fueron Jonatán, Isúi y Malquisúa. Y los nombres de sus dos hijas eran, el de la mayor, Merab, y el de la menor, Mical. Y el nombre de la mujer de Saúl era Ahinoam, hija de Ahimaas. Y el nombre del general de su ejército era Abner, hijo de Ner tío de Saúl. Porque Cis padre de Saúl, y Ner padre de Abner, fueron hijos de Abiel. Y hubo guerra encarnizada contra los filisteos todo el tiempo de Saúl; y a todo el que Saúl veía que era hombre esforzado y apto para combatir, lo juntaba consigo.
a. Después de haber tomado posesión del reinado de Israel: Este último pasaje del capítulo trata sobre la fuerza de Saúl, y Saúl era fuerte. Él tomó posesión del reinado de Israel. Peleó muchas batallas exitosas. Tenía una familia grande y con influencia. El poder de su ejército se incrementó (y a todo el que Saúl veía que era hombre esforzado y apto para combatir, lo juntaba consigo). La fuerza de Saúl era grande en muchas áreas.
i. “Isboset, el otro hijo de Saúl, se omite aquí, porque se intenta mencionar solamente a los hijos que fueron con él a las batallas aquí mencionadas, y que después serían asesinados con él.” (Poole)
b. Y adondequiera que se volvía, era vencedor: El poder de Saúl era amplio pero superficial. Debido a que Saúl no era un hombre conforme al corazón de Dios y a que su relación con Dios era más apariencia que sustancia, su reino no podía durar. El próximo capítulo expondrá por completo la debilidad de Saúl.
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