Había ya reinado Saúl un año; y cuando hubo reinado dos años sobre Israel, escogió luego a tres mil hombres de Israel, de los cuales estaban con Saúl dos mil en Micmas y en el monte de Bet-el, y mil estaban con Jonatán en Gabaa de Benjamín; y envió al resto del pueblo cada uno a sus tiendas.
a. Escogió luego a tres mil hombres de Israel: Éste fue el primer ejército “regular” de Israel. Anteriormente Israel sólo había tenido una milicia que se formaba en tiempos de amenaza nacional. Ahora por primera vez Israel tenía un ejército profesional.
b. Mil estaban con Jonatán: Esta es la primera mención del hijo de Saúl, Jonatán. Él llegaría a ser una parte importante y maravillosa de 1 de Samuel.
i. “Éste es el primer lugar en el que aparece éste valeroso y excelente hombre; un hombre que posee uno de los caracteres más afables de la Biblia.” (Clarke)
Y Jonatán atacó a la guarnición de los filisteos que había en el collado, y lo oyeron los filisteos. E hizo Saúl tocar trompeta por todo el país, diciendo: Oigan los hebreos. Y todo Israel oyó que se decía: Saúl ha atacado a la guarnición de los filisteos; y también que Israel se había hecho abominable a los filisteos. Y se juntó el pueblo en pos de Saúl en Gilgal.
a. Y Jonatán atacó a la guarnición de los filisteos: Jonatán era un líder militar excepcional. En repetidas ocasiones demostró habilidad para dirigir ataques exitosos. Sin embargo este ataque solamente despertó a los Filisteos. Israel había disfrutado la “paz” de un pueblo sometido: todo estará bien siempre y cuando tomes tu lugar de subyugación. Con este ataque Jonatán declaró, “ya no nos someteremos a los Filisteos dócilmente.”
i. Esto dice claramente, “que Israel se había hecho abominable a los filisteos.” Mientras los Israelitas se quedaran en su posición débil y de derrota, los Filisteos los consideraban buenos tipos. Tan pronto como los Israelitas mostraron coraje y valor contra los enemigos de Jehová, los Filisteos consideraron a los Israelitas algo abominable.
ii. El mismo principio resulta verdad espiritualmente en nuestras vidas. Nosotros no tenemos guerra contra ejércitos Filisteos; nuestros enemigos son principados... potestades... gobernadores de las tinieblas de este siglo… huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. (Efesios 6:12). Pero nuestros enemigos espirituales tienen la misma actitud que los Filisteos. Mientras seamos débiles y estemos sometidos a nuestros enemigos espirituales, no les importamos para nada. Incluso tal vez hasta les caigamos bien. Pero tan pronto mostremos valor y coraje contra los enemigos de Jehová, nuestros enemigos espirituales nos consideran algo abominable. Si tener paz con el diablo es más importante para usted que tener victoria en Jehová, usted será derrotado y subyugado con frecuencia.
b. En el collado: Arqueólogos han encontrado esta fortaleza Filistea en el collado (lugar también conocido como Gueba). La evidencia arqueológica muestra que fue destruida pero reconstruida después por Saúl, y este lugar se convirtió en su palacio y fortaleza.
c. Y todo Israel oyó que se decía: Saúl ha atacado a la guarnición de los filisteos: Saúl claramente tomó crédito por el atrevido ataque de Jonatán contra la guarnición de los filisteos. Esto era una mala señal en el corazón y en el carácter de Saúl. Su propio sentido de inseguridad no permitiría que ninguno de sus asociados (incluso su propio hijo) recibiera crédito. Necesitaba embriagarse en alabanzas como un hombre sediento bebiendo agua.
Entonces los filisteos se juntaron para pelear contra Israel, treinta mil carros, seis mil hombres de a caballo, y pueblo numeroso como la arena que está a la orilla del mar; y subieron y acamparon en Micmas, al oriente de Bet-avén. Cuando los hombres de Israel vieron que estaban en estrecho (porque el pueblo estaba en aprieto), se escondieron en cuevas, en fosos, en peñascos, en rocas y en cisternas. Y algunos de los hebreos pasaron el Jordán a la tierra de Gad y de Galaad; pero Saúl permanecía aún en Gilgal, y todo el pueblo iba tras él temblando.
a. Treinta mil carros, seis mil hombres de a caballo, y pueblo numeroso como la arena que está a la orilla del mar: Los Filisteos, enfurecidos con los Israelitas, reunieron un enorme ejército para aplastar a Israel.
i. Treinta mil carros es un número enorme, y algunos dudan de la exactitud de este número. “Este número parece poco creíble para los infieles; para los cuales tal vez sea suficiente como para responder, que es mucho más racional admitir un error de parte de aquel que copió el texto sagrado en tales pasajes numerales o históricos, de donde la doctrina de la fe y vida buena no se interesa directamente, que sobre semejante pretensión de cuestionar la verdad y la divinidad de las Santas Escrituras, las cuales han sido completamente acreditadas y evidentemente demostradas. Y el error no es grande en el Hebreo, schalosh por shelishim; y así ciertamente estos dos antiguos traductores, el Siriaco y el Árabe, lo traducen, y debieron haber leído en sus copias Hebreas, tres mil.” (Poole)
b. Cuando los hombres de Israel vieron que estaban en estrecho: Jonatán fue lo suficientemente valeroso como para lanzar el ataque inicial contra los Filisteos pero los hombres de Israel no fueron lo suficientemente valerosos como para mantenerse fuertes contra su enemigo. Con gran temor (el pueblo estaba en aprieto) se escondieron dondequiera que pudieron (en cuevas, en fosos, en peñascos, en rocas y en cisternas) o huyeron hacia el otro lado del río Jordán (a la tierra de Gad y de Galaad). Este era un punto bajo para Israel.
i. Probablemente muchos de ellos habían pensado “lo que realmente necesitamos es un rey. Un rey podrá resolver nuestros problemas.” Ahora tienen un rey y los problemas siguen ahí. A menudo pensamos que las cosas “arreglaran” los problemas pero no lo harán. “Y por este medio Dios tuvo la intención de enseñarles sobre la vanidad de toda confianza carnal en los hombres; y que su necesidad de ayuda y favor de Dios no disminuyó en absoluto que la que ya tenían antes, cuando no tenían rey.” (Poole)
c. Pero Saúl permanecía aún en Gilgal: La posición de Saúl como rey fue confirmada en Gilgal (1 de Samuel 11:15). Muchos meses después aún permanecía ahí. (1 de Samuel 13:1). Puede ser que Saúl quisiera continuar reviviendo ese glorioso día en el que Samuel lo confirmó y reconoció como rey ante toda la nación. Ahora que él era el rey, los hombres de Israel esperaban cosas más grandes de él.
d. el pueblo iba tras él temblando: Aún respetaban a Saúl como su rey, pero estaban muy atemorizados. Debe ser mejor tener seguidores temblorosos que ninguno, pero qué mejor hubiera sido si Israel hubiera confiado realmente en Jehová en ese momento.
Y él esperó siete días, conforme al plazo que Samuel había dicho; pero Samuel no venía a Gilgal, y el pueblo se le desertaba. Entonces dijo Saúl: Traedme holocausto y ofrendas de paz. Y ofreció el holocausto.
a. Él esperó siete días: Saúl estuvo en Gilgal por muchos meses. Pero bajo la presión de la crisis actual, cada día parecía mucho más importante. Él sabía que los Filisteos estaban reuniendo un enorme ejército contra él, y una vez que estuvieran organizados sería mucho más difícil derrotarlos. Saúl probablemente sentía que una respuesta rápida les daría una mayor probabilidad de ganar la batalla.
b. Conforme al plazo que Samuel había dicho: Samuel le dijo a Saúl que lo esperara en Gilgal. Entonces Samuel llevaría a cabo los sacrificios e Israel estaría listo espiritualmente para la batalla.
c. Pero Samuel no venía a Gilgal, y el pueblo se le desertaba: Esto incrementaba la ansiedad de Saúl. Primero, la espera por Samuel era estresante porque sentía que el tiempo estaba en su contra. Segundo, el pueblo se le desertaba porque pensaban que no se libraría la batalla y que el plan no estaba funcionando.
i. Podemos imaginar que en los primeros días de la semana, Saúl expresó sus pensamientos en un discurso motivacional a sus tropas: “Hombres, vamos a entrar en batalla contra los Filisteos. Ellos tienen más hombres, más carros, más caballos, mejores espadas y lanzas que nosotros. Así que tenemos que confiar en Dios y hacer un ataque rápido antes de que ellos puedan organizarse. Samuel vendrá pronto y nos guiará en sacrificio ante Dios. ¡Entonces saldremos y azotaremos a los Filisteos!” Pero no sucedió así. Los días avanzaban y Samuel no llegaba. Las tropas estaban perdiendo confianza en Saúl como líder, y empezaban a desertar. Saúl sintió que estaba en muchos problemas.
d. Y ofreció el holocausto: Esto fue claramente pecaminoso. Primero, Saúl claramente desobedeció a Samuel. Segundo, Saúl era un rey, no un sacerdote, y sólo los sacerdotes podían ofrecer sacrificios. Saúl no tenía por qué haber hecho lo que sólo un sacerdote podía hacer.
i. La historia muestra lo peligroso que es combinar autoridades cívicas y religiosas y Dios no permitiría que los reyes de Israel fueran sacerdotes ni que los sacerdotes fueran reyes. En 2 de Crónicas 26 el rey Uza intentó realizar la labor de un sacerdote y Dios lo castigó con lepra.
ii. Por miedo, por pánico, por no saber qué más hacer, Saúl hizo algo claramente pecaminoso. “Si Saúl estuvo antes entre los profetas, ¿estaría ahora entre los sacerdotes? ¿Puede haber devoción en la desobediencia? ¡Oh hombre vano! ¿Qué puede aprovechar el sacrificar para Dios, en contra de Dios?” (Trapp)
Y cuando él acababa de ofrecer el holocausto, he aquí Samuel que venía; y Saúl salió a recibirle, para saludarle. Entonces Samuel dijo: ¿Qué has hecho? Y Saúl respondió: Porque vi que el pueblo se me desertaba, y que tú no venías dentro del plazo señalado, y que los filisteos estaban reunidos en Micmas, me dije: Ahora descenderán los filisteos contra mí a Gilgal, y yo no he implorado el favor de Jehová. Me esforcé, pues, y ofrecí holocausto.
a. Y cuando él acababa de ofrecer el holocausto: Saúl decidió ofrecer el sacrificio no más de una hora antes de que Samuel llegara. Si hubiera confiado en Dios y esperado una hora más ¡cuán diferentes pudieron haber sido las cosas! Los últimos momentos de espera son usualmente los más difíciles y nos tientan poderosamente a tomar el asunto en nuestras manos.
b. Saúl salió a recibirle, para saludarle: Ahora Saúl realmente había sobrepasado sus límites. Literalmente, El Hebreo dice que Saúl quería bendecir a Samuel – tal vez como un sacerdote bendice al pueblo. Ahora Saúl realmente se veía a sí mismo como un sacerdote, primero ofreciendo sacrificio y luego dando bendición.
i. Al querer bendecir a Samuel, Saúl pudo haber intentado mostrarle a Samuel lo espiritual que era. Es como un niño que es atrapado con la mano en la caja de galletas y luego le dice a su madre, “¡vamos a orar!”
c. Samuel dijo: ¿Qué has hecho?” Samuel sabía que Saúl había hecho algo malo. Probablemente podía oler el sacrificio en el aire. Pero Samuel no buscaba razones o excusas porque no había razones ni excusas válidas. Todo lo que Samuel quería escuchar era una confesión y arrepentimiento.
d. Y Saúl respondió: La respuesta de Saúl es un clásico ejemplo de crear excusas y desconfiar de Dios. Línea tras línea, Saúl empeoró su pecado con excusas.
i. Vi que el pueblo se me desertaba: “Tuve que hacer algo para impresionar al pueblo y ganarme su apoyo una vez más.” Pero si Saúl hubiera obedecido y hubiera confiado en Dios. Dios lo hubiera llevado a la victoria contra los Filisteos con o sin el pueblo. Tal vez muchos Israelitas hayan admirado a Saúl por haber ofrecido el sacrificio. “¡Miren, ese es un hombre de acción! Se encarga de que las cosas se realicen. De todos modos, nunca entendí porque los sacerdotes eran tan especiales.” Saúl podría tener una respuesta positiva en las encuestas pero si Dios no estaba con él, todo se desmoronaría. Debió haberse preocupado más por agradar a Dios en vez de al pueblo.
ii. tú no venías dentro del plazo señalado: “Ves Samuel, en realidad fue tu culpa. Si hubieras venido antes, no hubiera tenido que hacer esto.” Pero si hubiera Saúl obedecido y confiado en Dios, Dios se hubiera encargado de Samuel y el tiempo. Incluso si Samuel estaba mal, no justificaba el pecado de Saúl. Con frecuencia intentamos culpar a otros de nuestros pecados.
iii. Ahora descenderán los filisteos contra mí a Gilgal, y yo no he implorado el favor de Jehová: “En verdad necesitábamos la ayuda de Dios contra los Filisteos, y la necesitábamos ahora, así que tuve que hacerlo.” Pero si Saúl hubiera obedecido y confiado en Dios, Jehová se hubiera encargado de los Filisteos. Saúl pudo haber implorado el favor de Jehová de numerosas maneras. Pudo haber clamado a Jehová por toda la nación con un corazón humilde, pero en vez de eso hizo la única cosa que no debía hacer: ofrecer el sacrificio.
iv. Me esforcé: “Tuve que. Me pareció lo correcto. No pude esperar más.” Aunque Saúl se haya esforzado, no debió dejarse dominar por sus emociones. No tenía que pecar aunque sintiera que debía hacerlo.
d. La forma entera de la explicación de Saúl deja claro que esto no fue un malentendido. No le dijo a Samuel, “¿Hice algo malo?” Él sabía exactamente lo que había hecho y probablemente había pensado en las excusas desde antes.
Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó.
a. Locamente has hecho: Esta frase es más fuerte de lo que podríamos pensar. Samuel no se refería a que Saúl era tonto o poco inteligente. La Biblia habla del loco como alguien carece de moralidad y espiritualidad.
b. No guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado: A pesar de todas las excusas, todos los motivos, de culpar a alguien más, el resultado final es el resultado final. Samuel lo dejó claro: no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado. Dios le ordenó hacer algo, y él hizo lo contrario.
c. Pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre: Uno de los privilegios de ser un rey era establecer una dinastía, donde los hijos de uno heredarán después el trono. Dios le dijo a Saúl que sus descendientes no reinarían después de él. Después de que él fuera rey, él no establecería la monarquía sobre Israel.
d. Mas ahora tu reino no será duradero: Por estas palabras podríamos esperar que Saúl fuera “impugnado” como rey en ese momento y en ese lugar. Pero Saúl reinaría por otros 20 años. Aún estaría certero.
i. Esto no era cualquier pecado. “Desobedecer a Dios en el más pequeño detalle es pecado suficiente: no puede haber pecado pequeño, porque no hay un Dios pequeño contra el cual pecar.” (Trapp)
ii. Como el verdadero juicio por este pecado estaba tan lejos, debemos considerar el juicio de las palabras de Samuel como una invitación al arrepentimiento. En muchas ocasiones cuando Dios anuncia juicio, se ablandará si su pueblo es arrepiente. “Aunque Dios amenazó a Saúl con la pérdida de su reino por este pecado, aún así no es improbable que hubiera una condición implícita, como es usual en este tipo de casos.” (Poole)
e. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo: Aunque Dios rechazó a Saúl, no rechazó a Israel. Debido a que Dios amaba a Israel Él levantaría un nuevo rey, un varón conforme a su corazón.
i. Saúl era un hombre conforme al corazón de Israel. Lo que a él le interesaba era la imagen, el prestigio, y cosas que buscan los hombres. Pero ahora Dios le daría a Israel un hombre conforme a su corazón, y levantaría a ese hombre para ser el próximo rey.
ii. Sería fácil decir que el reino fue arrebatado de Saúl porque pecó, y en cierto sentido esto era verdad; pero era más que eso. David también pecó, sin embargo Dios nunca le arrebató el reino ni a él ni a sus descendientes. El problema era más grande que el incidente del pecado; el problema era ser un hombre conforme al corazón de Dios.
f. Un varón conforme a su corazón: ¿Qué significa esto? Podemos descubrir esto viendo a la persona que no era un varón conforme a su corazón (Saúl) y compararlo con el hombre que sí era un varón conforme a su corazón (David).
i. Un hombre conforme al corazón de Dios honra a Jehová. Saúl estaba más interesado en su voluntad que en la de Dios. David sabía que la voluntad de Dios era lo más importante. Incluso cuando David no hizo la voluntad de Dios, él sabía que la voluntad de Dios era más importante. Todo pecado es rechazo a Dios, pero David pecó más por debilidad y Saúl más por rechazo a Dios
ii. Un hombre conforme al corazón de Dios corona a Dios como rey. Para Saúl, Saúl era rey. Para Jehová Dios era rey. Tanto David como Saúl sabían que el sacrificio antes de la batalla era importante. Pero David creía que era importante porque agradaba y honraba a Dios. Saúl pensaba que era importante porque podía ayudarlo a ganar la batalla. Saúl pensó que Dios lo ayudaría a alcanzar sus objetivos. David pensó que Dios era el objetivo.
iii. Un hombre conforme al corazón de Dios tiene un corazón noble y arrepentido. Cuando Saúl fue confrontado con su pecado él ofreció excusas. Cuando David fue confrontado con su pecado él lo confesó y se arrepintió (2 de Samuel 12:13).
iv. Un hombre conforme al corazón de Dios ama a otras personas. Saúl guardó cada vez más amargura contra las personas y se encerró más y más en sí mismo, pero David amó a las personas. Cuando David estaba decaído seguía amando y sirviendo a aquellos que estaban más decaídos que él. (1 de Samuel 22:1-2).
g. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón: Dios estaba buscando este tipo de hombre y Dios lo encontró en un lugar inesperado. De hecho, ¡en ese momento ni siquiera era un hombre! Dios aún está buscando hombres y mujeres conforme a su corazón.
i. Si David tuvo algunos de nuestros pecados entonces nosotros podemos tener su corazón. Podemos amar y seguir a Dios con el enfoque y la pasión que David tuvo.
Y levantándose Samuel, subió de Gilgal a Gabaa de Benjamín. Y Saúl contó la gente que se hallaba con él, como seiscientos hombres. Saúl, pues, y Jonatán su hijo, y el pueblo que con ellos se hallaba, se quedaron en Gabaa de Benjamín; pero los filisteos habían acampado en Micmas. Y salieron merodeadores del campamento de los filisteos en tres escuadrones; un escuadrón marchaba por el camino de Ofra hacia la tierra de Sual, otro escuadrón marchaba hacia Bet-horón, y el tercer escuadrón marchaba hacia la región que mira al valle de Zeboim, hacia el desierto.
a. Y levantándose Samuel: Samuel probablemente se fue sabiendo que las palabras de juicio eran una invitación al arrepentimiento, y probablemente sabiendo que Saúl no se arrepentiría.
b. Como seiscientos hombres: Al inicio, Saúl tenía alrededor de 3,000 hombres en su ejército regular (1 de Samuel 13:2). Ahora se había reducido a 600 porque muchos hombres desertaron mientras Saúl esperaba a Samuel (1 de Samuel 13:8). La pérdida de muchos hombres fue probablemente la razón por la que Saúl ofreció el sacrificio sin Samuel, y mostró un corazón de desconfianza y desobediencia a Dios.
i. Según 1 de Samuel 13:5 los Filisteos ya tenían un ejército enorme, que fácilmente sobrepasaba a los 3,000 hombres de Saúl. Saúl vio su ya superada fuerza reducirse a una quinta parte de su tamaño anterior (de 3,000 a 600). Dios permitió esto para probar la fe de Saúl, para ver si éste creía que Dios era lo suficientemente grande como para librarlos de tantos con tan pocos.
c. Y salieron merodeadores del campamento de los filisteos: Con tantas tropas los Filisteos podía merodear a voluntad. Era un ejército intrépido y temerario en contra de Saúl e Israel.
En toda la tierra de Israel no se hallaba herrero; porque los filisteos habían dicho: Para que los hebreos no hagan espada o lanza. Por lo cual todos los de Israel tenían que descender a los filisteos para afilar cada uno la reja de su arado, su azadón, su hacha o su hoz. Y el precio era un pim por las rejas de arado y por los azadones, y la tercera parte de un siclo por afilar las hachas y por componer las aguijadas. Así aconteció que en el día de la batalla no se halló espada ni lanza en mano de ninguno del pueblo que estaba con Saúl y con Jonatán, excepto Saúl y Jonatán su hijo, que las tenían. Y la guarnición de los filisteos avanzó hasta el paso de Micmas.
a. En toda la tierra de Israel no se hallaba herrero: Los Filisteos tenían tecnología militar superior y querían que las cosas siguieran igual. Puesto que eran un pueblo marinero, los Filisteos comerciaban con las culturas sofisticadas tecnológicamente del oeste, especialmente los Griegos. Ellos importaban armas y quién sabe qué tanto más de tierras lejanas.
i. “Por décadas arqueólogos que trabajan en diversos lugares diferentes han desenterrado un desconcertante número de artefactos de hierro que datan del periodo de mayor poderío Filisteo, llevando al consenso general de que el metal fue introducido en Canaán – por lo menos para armas, herramientas de agricultura, y joyería – por los Filisteos.” (Youngblood)
b. Todos los de Israel tenían que descender a los filisteos para afilar cada uno la reja de su arado: Al cuidar cuidadosamente su tecnología militar, los Filisteos mantuvieron a los Israelitas bajo dominio.
i. Podemos imaginar que los herreros Filisteos, aunque les cobraban un pim por afilar sus instrumentos, nunca le ponían buen filo a nada. Primero, porque estas herramientas de trabajo eran todas las armas que los Israelitas tenían, así que ¿Por qué afilarlas demasiado? Segundo, si las afilas demasiado, tomaría más tiempo para que regresaran con otro pim para afilar su hacha.
c. No se halló espada ni lanza en mano de ninguno del pueblo… excepto Saúl y Jonatán su hijo, que las tenían: Había tan pocas armas de hierro disponibles que sólo la familia real podía estar adecuadamente equipada. El resto de Israel peleaba con lo que pudieran.
i. Era suficientemente malo que fueran grandemente sobrepasados en número. Ahora, vemos que Dios le permitió a los Filisteos tener una ventaja tecnológica enorme sobre los Israelitas. La única manera en que los Israelitas podrían ganar era confiando en Dios para todo.
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