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David Guzik :: 1 Samuel 10 – Saúl es Ungido y Proclamado Rey

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1 de Samuel 10 – Saúl es Ungido y Proclamado Rey

A. Saúl es ungido como rey de Israel.

1. (1 de Samuel 10:1) Samuel unge a Saúl.


Tomando entonces Samuel una redoma de aceite, la derramó sobre su cabeza, y lo besó, y le dijo: ¿No te ha ungido Jehová por príncipe sobre su pueblo Israel?

a. Tomando entonces Samuel una redoma de aceite, la derramó sobre su cabeza: Esta era una unción literal de Saúl. La palabra “ungir” significa frotar o rociar; aplicar ungüento o líquido aceitoso. Cuando Samuel la derramó sobre su cabeza, Saúl fue ungido con aceite.

i. Pero la idea de la unción es mucho más grande. Lo que sucedió con la cabeza y el cuerpo de Saúl era una imagen de lo que Dios hizo en él espiritualmente. El Espíritu Santo fue derramado sobre él, equipándolo para el trabajo de gobernar como rey sobre Israel.

ii. Como Cristianos bajo el Nuevo Pacto también tenemos una unción: Pero vosotros tenéis la unción del Santo (1 de Juan 2:20). En el sentido del Nuevo Testamento, unción lleva la idea de ser lleno y bendecido por el Espíritu Santo. Esto es algo que es propiedad común de todos los Cristianos, pero es algo a lo que podemos y debemos someternos y ser más sensibles.

b. Y lo besó: Esto no sólo era un saludo; también era una señal del apoyo personal de Samuel para Saúl. Era importante que el rey de Israel sintiera el apoyo del varón de Dios.

c. ¿No te ha ungido Jehová…: Dios ungió a Saúl y hubo muchos aspectos de esta unción que eran especialmente memorables para Saúl.

i. Era una unción secreta, porque aún no era tiempo de revelar a Saúl como rey a la nación. Como Cristianos, nuestra unción a menudo llega de una manera privada, no en una ceremonia pública ni ostentosa.

ii. Era una unción memorable y evidente, porque la cabeza de Saúl fue impregnada con aceite. El salmo 133:2 describe cuán desordenada puede resultar: es como el buen óleo sobre la cabeza, El cual desciende sobre la barba... Y baja hasta el borde de sus vestiduras. Como Cristianos, el momento en el que somos llenos y fortalecidos por el Espíritu Santo debe ser evidente y memorable. Saúl podía mirar atrás a este suceso y saber que Dios lo llamó a algo especial como rey de Israel.

d. Por príncipe sobre su pueblo: Samuel le recordó a Saúl que Israel le pertenecía a Jehová, que ellos eran su pueblo. Al mismo tiempo, Saúl tenía un trabajo importante que hacer, porque Dios lo puso como príncipe sobre su pueblo. Saúl debía tratar de ser el mejor rey posible, porque tenía a su cuidado a un pueblo que le pertenecía a Jehová Dios.

2. (1 de Samuel 10:2) Samuel le habla a Saúl sobre una señal para confirmar su unción como rey.


Hoy, después que te hayas apartado de mí, hallarás dos hombres junto al sepulcro de Raquel, en el territorio de Benjamín, en Selsa, los cuales te dirán: Las asnas que habías ido a buscar se han hallado; tu padre ha dejado ya de inquietarse por las asnas, y está afligido por vosotros, diciendo: ¿Qué haré acerca de mi hijo?

a. hallarás dos hombres junto al sepulcro de Raquel: Samuel dio a Saúl palabra profética específica, por la cual Saúl podía tener confianza en que su unción realmente era de Dios. Si no hubiera hombres junto al sepulcro de Raquel, o si sólo hubiera un hombre y no dos, entonces Saúl sabría que Samuel en realidad no había hablado por Dios.

i. Sin embargo, hablando hipotéticamente, pudo haber habido tres hombres junto al sepulcro de Raquel y aún así la profecía hubiera sido correcta. Usted puede decir que hay dos hombres si hay tres, cuatro o cinco; pero no puede decir que hay dos hombres si sólo hay uno. Cuando el mensaje viene de Dios, siempre se cumple exactamente de la manera en la que Dios dice, pero no siempre es de la manera que nosotros esperamos.

b. Los cuales te dirán: Si los hombres junto al sepulcro de Raquel no le decían a Saúl sobre el descubrimiento del paradero de las asnas, Saúl podía saber que no era un verdadero profeta. Dios le dio a Saúl esta señal para que tuviera confianza en la obra de Jehová.

i. Necesitamos confiar en la confirmación que Dios nos da en el camino. Dios no quería que Saúl después dudara de su llamado así que le dio muchas confirmaciones.

3. (1 de Samuel 10:3-4) Samuel le habla a Saúl de otra señal para confirmar lo que Dios ha hecho.


Y luego que de allí sigas más adelante, y llegues a la encina de Tabor, te saldrán al encuentro tres hombres que suben a Dios en Bet-el, llevando uno tres cabritos, otro tres tortas de pan, y el tercero una vasija de vino; los cuales, luego que te hayan saludado, te darán dos panes, los que tomarás de mano de ellos.

a. La encina de Tabor... tres hombres... tres cabritos... tres tortas de pan... una vasija de vino... luego que te hayan saludado, te darán. Una vez más, Samuel le dio a Saúl predicciones específicas para que pudieran ser exactamente verificadas. Tal vez Dios tenga lugar para mensajes vagos y extensos (tal como decir a una audiencia de 500 personas, “Aquí hay alguien con bigote “), pero estos no son una evidencia notable de profecía.

b. Los que tomarás de mano de ellos: Sería algo inusual que hombres den a un extraño como Saúl tortas de pan. Pero como rey, Saúl recibiría regalos con frecuencia, así que esta era una buena manera de confirmar su unción como rey.

i. Dos panes eran un regalo extraño, pero “El regalo más extraño fue el más adecuado pues fue una señal de la provisión extraordinaria de Dios para los asuntos de Saúl.” (Poole)

4. (1 de Samuel 10:5-7) Samuel le habla a Saúl de una tercera señal para confirmar lo que Dios ha hecho.


Después de esto llegarás al collado de Dios donde está la guarnición de los filisteos; y cuando entres allá en la ciudad encontrarás una compañía de profetas que descienden del lugar alto, y delante de ellos salterio, pandero, flauta y arpa, y ellos profetizando. Entonces el Espíritu de Jehová vendrá sobre ti con poder, y profetizarás con ellos, y serás mudado en otro hombre. Y cuando te hayan sucedido estas señales, haz lo que te viniere a la mano, porque Dios está contigo.

a. Una compañía de profetas: Ellos aparentemente estaban buscando a Jehová y adorándole en el lugar de adoración (el lugar alto). Y ellos profetizando no está diciendo necesariamente que ellos estaban prediciendo el futuro, sino que todos ellos hablaban bajo la inspiración del Espíritu Santo.

i. “Los Miembros de los grupos proféticos a menudo eran jóvenes (2 de Reyes 5:22; 9:4); con frecuencia vivían juntos (2 de reyes 6:1-2), comían juntos (2 Kings 4:38), y eran apoyados por la generosidad de sus hermanos Israelitas (2 de Reyes 4:42-43)... Samuel dio guía y dirección a este movimiento en sus primeras etapas, como Elías y Eliseo hicieron después.” (Youngblood)

b. Entonces el Espíritu de Jehová vendrá sobre ti: Este recibimiento del Espíritu Santo era la verdadera unción. El aceite derramado sobre la cabeza de Saúl simplemente era una imagen de esto. Se podría derramar un galón de aceite sobre su cabeza, pero si el Espíritu de Jehová no venía sobre él, no significaría nada.

i. Poole hizo la observación de que vendrá sobre ti literalmente es “se precipitará o descargará sobre ti, es decir [específicamente], por una temporada. Así que tal vez sea opuesto a cuando El Espíritu reposa sobre un hombre, como en Números 11:25; Isaías 11:2.”

c. Y profetizarás con ellos, y serás mudado en otro hombre: Antes de esto Saúl nunca fue un hombre particularmente espiritual. Así que para él profetizarás – esto es, hablar como inspirado por Jehová, ya sea prediciendo el futuro, exhortando a otros, o hablando a Dios – era una evidencia real de que había sido mudado en otro hombre.

i. Para que Dios usara a Saúl por completo, el debía ser mudado en otro hombre por la llenura del Espíritu de Jehová.

d. Cuando te hayan sucedido estas señales: Dios hizo que cada uno de estos tres eventos fuera una señal para Saúl. Dios siempre confirma su unción.

5. (1 de Samuel 10:8) Se le ordena a Saúl que espere a Samuel en Gilgal.


Luego bajarás delante de mí a Gilgal; entonces descenderé yo a ti para ofrecer holocaustos y sacrificar ofrendas de paz. Espera siete días, hasta que yo venga a ti y te enseñe lo que has de hacer.

a. Espera siete días: Esta era una orden importante. Por la naturaleza de su oficio, los reyes no esperan a nadie – los demás los esperan a ellos. Pero Samuel le ordenó a Saúl que lo esperara, porque el profeta de Dios tenía más autoridad real que éste rey sobre Israel. Saúl debía mostrar que aunque él fuera rey, se sometía a Jehová y a su profeta. Fallar en la espera por Samuel metería a Saúl en problemas en el futuro.

6. (1 de Samuel 10:9-13) Las señales se cumplen.


Aconteció luego, que al volver él la espalda para apartarse de Samuel, le mudó Dios su corazón; y todas estas señales acontecieron en aquel día. Y cuando llegaron allá al collado, he aquí la compañía de los profetas que venía a encontrarse con él; y el Espíritu de Dios vino sobre él con poder, y profetizó entre ellos. Y aconteció que cuando todos los que le conocían antes vieron que profetizaba con los profetas, el pueblo decía el uno al otro: ¿Qué le ha sucedido al hijo de Cis? ¿Saúl también entre los profetas? Y alguno de allí respondió diciendo: ¿Y quién es el padre de ellos? Por esta causa se hizo proverbio: ¿También Saúl entre los profetas? Y cesó de profetizar, y llegó al lugar alto.

a. Al volver él la espalda para apartarse de Samuel, le mudó Dios su corazón. Samuel no podía darle a Saúl otro corazón. Solamente el Espíritu de Jehová podía hacerlo. Para demostrar esto, Dios no le concedió este cambio de corazón a Saúl hasta que se apartó de la presencia de Samuel. Dios quería que Saúl honrara y respetara a Samuel, pero que nunca lo viera a él en vez de a Jehová.

i. Le mudó Dios su corazón: No se lo mudó Samuel, Ni siquiera se lo mudó Saúl mismo. El corazón nuevo fue un regalo de Jehová. Nosotros también podemos tener un corazón nuevo de parte de Jehová pero debemos recibirlo de Él. No podemos recibir un corazón nuevo de nadie más que de Dios, y nosotros nunca podemos poner un corazón nuevo en otra persona..

b. ¿También Saúl entre los profetas? Esta frase se hizo proverbio describiendo el asombro de que ahora alguien sea profundamente religioso. Como algunos suelen decir, “¿Se volvió religioso?” Saúl era un hombre no espiritual que se volvió muy espiritual cuando el Espíritu de Jehová vino sobre él.

c. ¿Y quién es el padre de ellos? Esta pregunta decía, “¿Quién es la inspiración sobre los profetas?” Si Dios era su inspiración, no resultaba extraño que Dios inspirara a alguien tan improbable como Saúl.

d. Y cesó de profetizar: Saúl profetizó sin haber sido reconocido nunca como profeta. Esto muestra que alguien puede recibir profecía como un regalo del Espíritu Santo sin ser realmente un “profeta” en el sentido de tener ese oficio o título.

7. (1 de Samuel 10:14-16) Saúl oculta esta experiencia de su familia.


Un tío de Saúl dijo a él y a su criado: ¿A dónde fuisteis? Y él respondió: A buscar las asnas; y como vimos que no aparecían, fuimos a Samuel. Dijo el tío de Saúl: Yo te ruego me declares qué os dijo Samuel. Y Saúl respondió a su tío: Nos declaró expresamente que las asnas habían sido halladas. Mas del asunto del reino, de que Samuel le había hablado, no le descubrió nada.

a. ¿A dónde fuisteis? Ta vez esta era una pregunta simple y lógica. O tal vez el tío de Saúl quería saber porque Saúl tenía el cabello muy, muy aceitoso.

b. Mas del asunto del reino… no le descubrió nada: Parece extraño que Saúl no haya contado lo que había experimentado. Tal vez Saúl fue sabio, sabiendo que Jehová tenía que revelarlo como rey sobre Israel. ¿Qué caso tenía decir, “¡Ahora yo soy el rey!” hasta que Jehová lo declarara rey? O tal vez Saúl experimentó lo que muchos después de un poderoso encuentro con Jehová: un ataque del enemigo, que los hace temerosos y cobardes de contarle a otros lo que Dios hizo.

B. Saúl es proclamado rey.

1. (1 de Samuel 10:17-19) El discurso de Samuel a la nación antes de señalar al rey.


Después Samuel convocó al pueblo delante de Jehová en Mizpa, y dijo a los hijos de Israel: Así ha dicho Jehová el Dios de Israel: Yo saqué a Israel de Egipto, y os libré de mano de los egipcios, y de mano de todos los reinos que os afligieron. Pero vosotros habéis desechado hoy a vuestro Dios, que os guarda de todas vuestras aflicciones y angustias, y habéis dicho: No, sino pon rey sobre nosotros. Ahora, pues, presentaos delante de Jehová por vuestras tribus y por vuestros millares.

a. Yo saqué a Israel de Egipto: Antes de que Dios designara rey para Israel, Dios les recordó lo que había hecho por ellos. Dios le recordó a Israel que aún estaba más que calificado para ser su rey y que su rechazo hacía Él se debía a ellos mismos no a Jehová.

b. Pero vosotros habéis desechado hoy a vuestro Dios, que os guarda de todas vuestras aflicciones y angustias: Jehová, hablando a través de Samuel, le mostró a Israel como su rechazo hacía tan poco sentido. No tiene sentido rechazar a aquel que os guarda de todas vuestras aflicciones y angustias.

2. (1 de Samuel 10:20-21a) Saúl es elegido por suerte.


Y haciendo Samuel que se acercasen todas las tribus de Israel, fue tomada la tribu de Benjamín. E hizo llegar la tribu de Benjamín por sus familias, y fue tomada la familia de Matri; y de ella fue tomado Saúl hijo de Cis

a. Fue tomado Saúl hijo de Cis: Saúl ya había sido ungido como rey de Israel. Pero Dios hizo esto para mostrar a toda la nación que Saúl era el hombre correcto. Mostró que Dios escogió a Saúl y no cualquier hombre.

b. Fue tomado: Es importante mencionar que Saúl no se convirtió en rey por elección al azar. Más bien, fue elegido como rey por palabra de Dios al profeta Samuel. La elección por suerte simplemente confirmó la palabra de Dios a través de Samuel.

3. (1 de Samuel 10:21b-24) Se revela a Saúl como rey.


Y le buscaron, pero no fue hallado. Preguntaron, pues, otra vez a Jehová si aún no había venido allí aquel varón. Y respondió Jehová: He aquí que él está escondido entre el bagaje. Entonces corrieron y lo trajeron de allí; y puesto en medio del pueblo, desde los hombros arriba era más alto que todo el pueblo. Y Samuel dijo a todo el pueblo: ¿Habéis visto al que ha elegido Jehová, que no hay semejante a él en todo el pueblo? Entonces el pueblo clamó con alegría, diciendo: ¡Viva el rey!

a. Escondido entre el bagaje: Aquí Saúl mostro vergüenza y humildad saludables. No esperaba con ansias ser “el centro del espectáculo” frente a toda la nación; Parecía más bien asustado por ello. Saúl no fue hecho rey debido a su ambición personal o para satisfacer un deseo de protagonismo.

i. Spurgeon, en su Sermón Escondiéndose entre las cosas, muestra como los creyentes y los no creyentes se esconden, evitando su corona: “Tal vez haya algunos de ustedes aquí presentes, que puedan estar haciendo lo que Saúl, sólo que ustedes lo hacen más torpemente que él. Él lo hizo, pero se escondía de una corona terrenal, ustedes se esconden de una corona celestial.” (Spurgeon)

b. Desde los hombros arriba era más alto que todo el pueblo: La descripción física de Saúl mostraba que él era exactamente lo que el pueblo quería – un rey que se viera bien a los ojos de las otras naciones. Dios les dio el “rey del casting central.”

c. ¡Viva el rey! En su deseo por la imagen y el esplendor de un rey humano, Israel deseaba gritar estas palabras desde hace tiempo. Ellos sabían que todas las otras naciones debían tener funciones y ceremonias reales. Ahora ellos deben tenerlas también.

d. ¿Habéis visto al que ha elegido Jehová, que no hay semejante a él en todo el pueblo?: Tal vez Samuel dijo esto con una nota de sarcasmo en su voz. Él quería que la nación viera al rey, y según lo que ellos podían ver, él era un gran rey. Pero por sus largas conversaciones con Saúl (1 Samuel 9:25-26) probablemente Samuel lo conocía lo suficientemente bien como para haberse referido a otra cosa cuando dijo, No hay semejante a él en todo el pueblo.

4. (1 de Samuel 10:25-27) Se establece la monarquía.


Samuel recitó luego al pueblo las leyes del reino, y las escribió en un libro, el cual guardó delante de Jehová. Y envió Samuel a todo el pueblo cada uno a su casa. Saúl también se fue a su casa en Gabaa, y fueron con él los hombres de guerra cuyos corazones Dios había tocado. Pero algunos perversos dijeron: ¿Cómo nos ha de salvar éste? Y le tuvieron en poco, y no le trajeron presente; mas él disimuló.

a. Samuel recitó luego al pueblo las leyes del reino: Samuel les enseñó las normas de Dios para los gobernantes y para los súbditos, probablemente usando Deuteronomio 17:14-20.

b. Las escribió en un libro, el cual guardó delante de Jehová: No parece que este libro que escribió Samuel este contenido en alguno de los libros de la Biblia. Esto no significa que falta algo en nuestras Biblias. Simplemente significa que Dios no quiso que se preservara este libro en su Palabra Eterna.

c. Saúl también se fue a su casa en Gabaa: En ese tiempo, no había palacio ni capital. Así que Saúl simplemente se dirigió a casa con sus futuros líderes, los hombres de guerra que fueron con él.

i. Dios llamó a Saúl a ser rey y dirigir a la nación. Sin embargo, esto no era algo que pudiera hacer sólo. El necesitaba hombres de guerra a su alrededor, hombres cuyos corazones Dios había tocado.

d. Y le tuvieron en poco… mas él disimuló: No todo Israel apoyaba a Saúl todavía. Porque nunca antes habían tenido rey, era poco probable que pudieran elegir a un hombre al que toda la nación pudiera apoyar inmediatamente. Saúl reaccionó ante esto con sabiduría (más él disimuló). En ese punto, un líder inseguro o insensato podría sentir la necesidad de “aplastar” cualquier oposición o simplemente considerarlos como enemigos. Saúl no hizo ninguna de las dos, entendiendo que le podría tomar tiempo ganarse a aquellos que dudaban.

i. “En Hebreo, es aún más impactante. ‘El actuó como si hubiera sido sordo’ – pretendió no oír. Sí escuchó, cada palabra golpeó profundamente su alma, pero hizo como si fuera sordo. Es una gran fortaleza cuando un hombre puede actuar como si fuera sordo a las calumnias, sordo a la difamación, sordo a discursos crueles y despiadados, y tratarlos como si no hubieran sido pronunciados, alejando la mirada del hombre para volverla a Dios, dejando a Dios su vindicación, creyendo que Dios tarde o temprano le dará una oportunidad… de vindicar el verdadero valor y temperamento de su alma.” (Meyer)

ii. De esto, vemos que Saúl comenzó con una gran promesa. Él era:

· Escogido y ungido por Dios

· Lleno del Espíritu Santo

· Apoyado por un gran hombre de Dios

· Bendecido con regalos dignos de la realeza.

· Entusiastamente apoyado por la mayoría de la nación.

· Rodeado de hombres de guerra, hombres cuyos corazones habían sido tocados por Dios.

· Suficientemente sabio al no considerar a los que dudaban o criticaban como enemigos.

iii. A pesar de todas estas grandes ventajas, Saúl aún podía terminar mal. Él tenía que escoger caminar con las ventajas que Dios le dio, y escoger no tomar su propio camino. El resto del libro de 1 de Samuel nos muestra cómo lidió Saúl con esta decisión.

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