Estuvo el arca de Jehová en la tierra de los filisteos siete meses. Entonces los filisteos, llamando a los sacerdotes y adivinos, preguntaron: ¿Qué haremos del arca de Jehová? Hacednos saber de qué manera la hemos de volver a enviar a su lugar. Ellos dijeron: Si enviáis el arca del Dios de Israel, no la enviéis vacía, sino pagadle la expiación; entonces seréis sanos, y conoceréis por qué no se apartó de vosotros su mano. Y ellos dijeron: ¿Y qué será la expiación que le pagaremos? Ellos respondieron: Conforme al número de los príncipes de los filisteos, cinco tumores de oro, y cinco ratones de oro, porque una misma plaga ha afligido a todos vosotros y a vuestros príncipes. Haréis, pues, figuras de vuestros tumores, y de vuestros ratones que destruyen la tierra, y daréis gloria al Dios de Israel; quizá aliviará su mano de sobre vosotros y de sobre vuestros dioses, y de sobre vuestra tierra. ¿Por qué endurecéis vuestro corazón, como los egipcios y Faraón endurecieron su corazón? Después que los había tratado así, ¿no los dejaron ir, y se fueron?
a. ¿Qué haremos del arca de Jehová? Cuando los Filisteos recién capturaron el Arca del Pacto, ellos creyeron que fue una gran victoria, pero conforme avanzó el tiempo los Filisteos comenzaron a considerar al arca como una carga, no como un trofeo.
i. ¿Por qué la conservaron durante siete meses? Porque fueron reacios a renunciar a tan maravilloso “trofeo” de lo que al principio consideraron una gran victoria sobre el Dios de Israel. Puede pasar un largo tiempo antes de que nos demos cuenta de la futilidad de resistir a Dios.
b. No la enviéis vacía, sino pagadle la expiación: Los sacerdotes Filisteos tuvieron suficiente sentido común como para saber que ofendieron a Jehová Dios. Por lo tanto, supieron que debían hacer algo para expresar su pena y arrepentimiento delante de Jehová.
c. Cinco tumores de oro, y cinco ratones de oro: La ofrenda específica reconoce que fue Jehová quien trajo la plaga sobre los Filisteos. Ellos dijeron, “Sabemos que estas plagas no fueron accidentes. Sabemos que Jehová Dios de Israel las ha causado. Nos disculpamos con Jehová Dios y le pedimos que aleje su ira.”
i. Sabemos que la plaga involucraba tumores (1 de Samuel 5:6, 9, 12). No se nos dijo en 1 de Samuel 5 que la plaga involucró ratas. Algunos piensan que los tumores fueron el resultado de la peste bubónica, propagada por las ratas. Otros piensan que las ratas fueron parte de otra plaga o calamidad mencionada en 1 de Samuel 5:11: Porque había consternación de muerte en toda la ciudad, y la mano de Dios se había agravado allí.
d. Y daréis gloria al Dios de Israel: Reconocer el juicio de Dios es una forma de dar gloria al Dios de Israel. A menudo fallamos en darle a Dios esta gloria porque ignoramos su juicio o lo descartamos como destino o mala suerte.
e. Quizá aliviará su mano de sobre vosotros y de sobre vuestros dioses, y de sobre vuestra tierra: Los Filisteos admitieron que el Dios de Israel juzgó a sus dioses y que tenía jurisdicción sobre sus tierras. Ellos confesaron que Él era Dios todopoderoso, sin embargo no lo adoraron en vez de a sus dioses.
f. ¿Por qué endurecéis vuestro corazón, como los egipcios y Faraón endurecieron su corazón? Consientes del relato de Éxodo, los Filisteos recordaban que ningún bien viene cuando se endurece el corazón contra Jehová. Incluso en un sentido puramente egoísta, no es muy listo endurecer su corazón contra Jehová.
Haced, pues, ahora un carro nuevo, y tomad luego dos vacas que críen, a las cuales no haya sido puesto yugo, y uncid las vacas al carro, y haced volver sus becerros de detrás de ellas a casa. Tomaréis luego el arca de Jehová, y la pondréis sobre el carro, y las joyas de oro que le habéis de pagar en ofrenda por la culpa, las pondréis en una caja al lado de ella; y la dejaréis que se vaya. Y observaréis; si sube por el camino de su tierra a Bet-semes, él nos ha hecho este mal tan grande; y si no, sabremos que no es su mano la que nos ha herido, sino que esto ocurrió por accidente.
a. Tomad luego dos vacas que críen, a las cuales no haya sido puesto yugo: Aquí, los Filisteos llevaron a cabo un experimento. Ellos pensaban que todas las calamidades de las plagas venían de Jehová Dios de Israel pero no estaban 100% seguros. Así que, diseñaron otra prueba. El hombre casi siempre es reacio a arrepentirse y se protege contra el arrepentimiento “innecesario.”
i. La prueba era sencilla, y la desventaja era contra Dios. Por naturaleza dos vacas que críen, a las cuales no haya sido puesto yugo ni siquiera debían mover el carro, sino que debían haberse resistido al yugo. Además, ellos decidieron hacer volver sus becerros de detrás de ellas a casa. El “instinto maternal” de las vacas no las llevaría hacia la tierra de Israel, sino a casa con sus becerros. Los Filisteos diseñaron una prueba que “forzaría” al Dios de Israel a hacer algo milagroso para demostrar que en verdad había sido Él la causa de las plagas.
b. Tomaréis luego el arca de Jehová, y la pondréis sobre el carro: Dios nunca quiso que el arca fuera transportada en un carro. El quiso que el arca fuera llevada por varas puestas sobre anillos a los lados del arca (Números 4:15).
i. El arca no tenía “agarraderas” y no debía ser cargada levantándola directamente con las manos. En vez de eso, debía ser transportada insertando las varas de madera bañadas en oro en los anillos de oro en cada esquina del arca. Las varas debían permanecer insertadas en los anillos y ser la fuente de contacto con el arca. Aparte las varas, estaba prohibido tocar el arca del pacto. (Éxodo 25:12-15).
ii. A pesar de que esta manera de transportar el arca estaba prohibida por la ley, Dios los excusó debido a la ignorancia de Su ley. “Dios miró para otro lado en el caso de ellos, tanto porque eran ignorantes de que la ley de Dios decía lo contrario, como porque no tenían Levitas que la llevaran sobre sus hombros.” (Poole)
c. Y las joyas de oro que le habéis de pagar en ofrenda por la culpa, las pondréis en una caja al lado de ella: Los Filisteos fueron lo suficientemente sabios como para no abrir el Arca del Pacto, y dejar las joyas de oro en el arca misma. Ciertamente sentían curiosidad sobre lo que había en el arca, pero no dejaron que su curiosidad los llevara a pecar
d. Y si no, sabremos que no es su mano la que nos ha herido, sino que esto ocurrió por accidente: ¿Es posible que los tumores y los otros juicios sucedieran por accidente?
i. Muchas personas creen que las cosas pasan por accidente. Algunos dicen que el mundo fue creado por accidente. Personas que normalmente son inteligentes a menudo caen en este engaño. Jacques Monod, un bioquímico, escribió: “Sólo el accidente está en la fuente de cada innovación, de toda creación en la biósfera. Accidente puro, totalmente libre pero ciego, en la raíz misma de la estupenda estructura de la evolución.”
ii. Atribuirle semejante poder al “accidente” es una locura porque el accidente, o azar, no tiene poder. Por ejemplo, cuando se lanza una moneda, la posibilidad de que caiga “cara” es de 50%. Sin embargo el “azar” no hace que caiga cara. Que caigo o no cara o cruz se debe a la fuerza con que la moneda fue lanzada, la fuerza de la corriente de aire y la presión del aire mientras vuela por el mismo, donde es atrapada, y es volteada una vez que es atrapada. El azar no “hace” más que describir una probabilidad. Vivimos en un mundo de causa y efecto, y el azar no es una causa, sino que Dios es la gran causa.
iii. Cuando Carl Sagan solicitó al gobierno federal una subvención para buscar vida inteligente en el espacio exterior, él esperaba encontrarla usando un instrumento ultrasensible para captar señales de radio de un espacio lejano. Cuando él recibió esas señales de radio, buscó por orden y patrones – lo cual demostraría que las señales eran transmitidas por vida inteligente. De la misma manera, el orden y el patrón de todo el universo demuestran que fue creado por vida inteligente, no por “azar.” Los científicos detectan “accidentes” en las señales de radio constantemente (en forma de estática sin patrones), pero no les dice nada.
iv. Darnos cuenta de que nada sucede por accidente no debe hacernos pensar que cada evento está lleno de significado importante de parte de Dios. Algunas cosas solo suceden y no tienen ningún propósito eterno grande que podamos discernir. Los Cristianos pueden desviarse de lo importante intentando ver mensajes de Dios en todo. Pero nada pasa por accidente. Vivimos en un mundo de causa y efecto. “Pero hombres malvados creerán más pronto las cosas más inciertas y ridículas, antes que aceptar las demostraciones visibles del poder de Dios y su providencia.” (Poole)
Y aquellos hombres lo hicieron así; tomando dos vacas que criaban, las uncieron al carro, y encerraron en casa sus becerros. Luego pusieron el arca de Jehová sobre el carro, y la caja con los ratones de oro y las figuras de sus tumores. Y las vacas se encaminaron por el camino de Bet-semes, y seguían camino recto, andando y bramando, sin apartarse ni a derecha ni a izquierda; y los príncipes de los filisteos fueron tras ellas hasta el límite de Bet-semes.
a. Y las vacas se encaminaron por el camino de Bet-semes: Ellas no debieron hacer esto. Las vacas debieron haberse resistido al yugo, porque nunca antes se les había puesto yugo. Éstas debieron dirigirse a sus hogares Filisteos debido a su preocupación por los terneros. Pero se encaminaron por el camino de Bet-semes. Dios no dejó esto al azar.
i. No solamente se encaminaron por el camino, sino que siguieron sin apartarse ni a derecha ni a izquierda. Ellas no deambularon por el camino; siguieron recto por donde debían ir.
ii. Este era un milagro increíble. Dos vacas que nunca antes habían jalado un carro; ni juntas ni por separado. Ningún conductor las condujo, sin embargo ellas dejaron su hogar, y avanzaron alrededor de diez millas a hacia una ciudad en la que nunca habían estado. Dejaron atrás a sus propios becerros y siguieron derecho por cierto camino, sin apartarse en ningún momento, sin detenerse, sin desviarse hacia los campos para alimentarse, sin volver atrás para alimentar a sus becerros.
iii. Conforme las vacas iban por el camino hacia Israel, podemos imaginarnos a los Israelitas lamentándose por la pérdida del arca. Tal vez en ese mismo momento estaban clamando a Dios, afligidos porque pensaban que la gloria los había dejado. ¡La gloria de Dios no se había ido a ningún lado! Tanto los Israelitas como los Filisteos se habían resistido a Él, así que Jehová encontró unas vacas a través de las cuales mostrar su gloria.
b. Andando y bramando: Esto significa que las vacas no estaban precisamente felices. Ellas ansiaban estar con sus becerros en casa, sin embargo aún así hicieron la voluntad de Dios.
i. El Diccionario Teológico del Antiguo Testamento en la antigua palabra griega ga-ah, tradujo bramando como: “Esta raíz indica una aversión intensa, la cual a menudo es expresada en una acción punitiva o adversa.”
ii. Cuando la gente no cree que hay un Dios amoroso que se sienta en su trono en el cielo y tiene un buen plan para nuestras vidas, no podemos culparlos por tener miedo, por ser orgullosos, por ser miserables. Pero para aquellos que creen en el Dios de la Biblia, no hay excusa para el miedo, orgullo, o miseria. ¡Dios aún está en su trono! “Conforme avanzamos en este mundo, creamos que el movimiento de todas las cosas nos lleva hacia el cumplimiento del propósito de Dios.” (Meyer)
Y los de Bet-semes segaban el trigo en el valle; y alzando los ojos vieron el arca, y se regocijaron cuando la vieron. Y el carro vino al campo de Josué de Bet-semes, y paró allí donde había una gran piedra; y ellos cortaron la madera del carro, y ofrecieron las vacas en holocausto a Jehová. Y los levitas bajaron el arca de Jehová, y la caja que estaba junto a ella, en la cual estaban las joyas de oro, y las pusieron sobre aquella gran piedra; y los hombres de Bet-semes sacrificaron holocaustos y dedicaron sacrificios a Jehová en aquel día.
a. Se regocijaron cuando la vieron: Ellos sintieron algo parecido a lo que los discípulos sintieron el día que vieron al Jesús resucitado, porque sintieron que habían recibido a Dios de entre los muertos. En este día mientras segaban el trigo en el valle (entre Mayo y Junio), ellos supieron que el Dios de Israel estaba vivo.
i. Por supuesto que Dios nunca estuvo muerto y nunca los dejó. Pero los Israelitas sintieron como si Dios hubiera muerto, y estaban desesperados, desanimados, y sin esperanza, como si Él en realidad estuviera muerto. Según sus emociones, fue como si Jehová Dios de Israel hubiera resucitado.
b. Y el carro vino al campo de Josué de Bet-semes, y paró allí: Después de haber sido guiada por alrededor de diez millas desde la ciudad Filistea, sin detenerse ni apartarse a un lado ni a otro, entonces el arca se detuvo en tierra Israelita, justo en el campo de un hombre elegido.
c. Ellos cortaron la madera del carro, y ofrecieron las vacas en holocausto: Ellos sabían que esto era lo debían hacer en honor a Dios, sin embargo realmente sí les costó algo. Las vacas y los carros eran propiedades caras.
i. En un sentido estricto su ofrenda iba en contra de la Ley Mosaica. Primero, ofrecieron animales hembras a Jehová, lo cual estaba prohibido (Levítico 1:3; 22:19). Segundo, ofrecieron holocaustos a Jehová lejos del tabernáculo, lo cual violaba el mandamiento en Deuteronoimo12:5-6. Sin embargo Dios conocía sus corazones y las circunstancias excepcionales y sin duda fue honrado.
d. Y los levitas bajaron el arca de Jehová: Los Israelitas fueron cuidadosos de dejar que los Levitas se encargaran del arca, como era ordenado por la ley (Números 4:1-6, 15). Bet-semes era una ciudad sacerdotal (Josué 21:16), así que había sacerdotes a la mano.
Cuando vieron esto los cinco príncipes de los filisteos, volvieron a Ecrón el mismo día. Estos fueron los tumores de oro que pagaron los filisteos en expiación a Jehová: por Asdod uno, por Gaza uno, por Ascalón uno, por Gat uno, por Ecrón uno. Y los ratones de oro fueron conforme al número de todas las ciudades de los filisteos pertenecientes a los cinco príncipes, así las ciudades fortificadas como las aldeas sin muro. La gran piedra sobre la cual pusieron el arca de Jehová está en el campo de Josué de Bet-semes hasta hoy.
a. Cuando vieron esto los cinco príncipes de los filisteos: Ellos se preguntaban si todo lo que les había sucedido mientras tuvieron el arca había sido un accidente. Así que diseñaron una prueba elaborada y compleja para que Dios la pasara, y observaron personalmente para ver si en verdad Dios pasaría la prueba. Su reacción no está registrada, pero debieron haber estado persuadidos.
Entonces Dios hizo morir a los hombres de Bet-semes, porque habían mirado dentro del arca de Jehová; hizo morir del pueblo a cincuenta mil setenta hombres. Y lloró el pueblo, porque Jehová lo había herido con tan gran mortandad.
a. Entonces Dios hizo morir a los hombres de Bet-semes, porque habían mirado dentro del arca de Jehová: El arca del pacto solo debía ser tocada y manejada por los Levitas de la familia de Coat, e incluso ellos recibieron la orden de de no tocar el arca (Números 4:15). Los hombres de Bet-semes pecaron no solo tocando el arca, sino también viendo dentro de ella inapropiadamente.
i. Una vez más podemos ver que Dios lidió con los Israelitas de una manera más estricta de la que había lidiado con los Filisteos, quienes acababan de transportar el arca en un carro. Dios hizo esto porque los Israelitas, que tenían Su ley, debían y sabían mejor que eso. Es triste considerar que los Filisteos honraron más la santidad de Dios que los Israelitas.
b. Porque habían mirado dentro del arca de Jehová: Debido a la honra y la gloria de Jehová hay algunas cosas que Él decide mantener ocultas, y no es correcto que los hombres husmeen en estos secretos de Dios.
i. Isaías 55:8-9 ilustra este pensamiento: Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. Debemos respetar el hecho de que Dios es Dios y nosotros no, y que hay algunas cosas que simplemente no sabremos, ni debemos saber.
c. Hizo morir del pueblo a cincuenta mil setenta hombres: La evidencia del manuscrito es bastante clara en que el número registrado originalmente en el texto fue setenta, no cincuenta mil setenta. Setenta hombres muertos en semejante incidente sigue siendo una gran mortandad.
i. Básicamente, la gramática Hebrea puede estar diciendo que de cincuenta mil hombres, Dios atacó a setenta de ellos. “No podemos llegar a ninguna otra conclusión más que el número de 50,000 no es correcto ni genuino, sino un detalle [nota marginal] que se coló en el texto en un descuido.” (Keil and Delitszch)
Y dijeron los de Bet-semes: ¿Quién podrá estar delante de Jehová el Dios santo? ¿A quién subirá desde nosotros? Y enviaron mensajeros a los habitantes de Quiriat-jearim, diciendo: Los filisteos han devuelto el arca de Jehová; descended, pues, y llevadla a vosotros.
a. ¿Quién podrá estar delante de Jehová el Dios santo? Al faltarle el respeto a Dios, los hombres de Bet-semes ofendieron la santidad de Jehová. Ahora ellos sabían que Jehová era santo, pero no los hizo querer estar más cerca de Dios. Los hizo querer distanciarse de Dios.
i. La idea principal detrás de la santidad no es pureza moral (aunque la idea incluye pureza moral), sino la idea de ser apartado – de que Dios es aparte, diferente de su creación, tanto en su esencia natural como en la perfección de sus atributos.
ii. Cuando los hombres se encuentran con la santidad de Dios, no necesariamente se sienten atraídos hacia ella. Cuando Pedro vio el poder santo de de Jesús dijo “Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador” (Lucas 5:8). Cuando en otra ocasión los discípulos vieron al Jesús santo brillando en la transfiguración, tuvieron mucho miedo (Mateo 17:6). Cuando nos encontramos con el Dios santo, nos emocionamos y atemorizamos al mismo tiempo. Es como ir subiendo en una montaña rusa – usted quiere estar ahí, pero al mismo tiempo no quiere estar. Muchos de los placeres excitantes del mundo moderno no son más que simples intentos de imitar la plenitud que solo podemos encontrar teniendo un encuentro con el Dios santo.
b. ¿Quién podrá estar delante de Jehová el Dios santo? En un sentido, los hombres de Bet-semes mostraron un mal corazón al hacer esta pregunta. Su pregunta hizo ver a Dios como demasiado severo en vez de mostrarse a sí mismos como muy desobedientes.
i. “Aquí parece que malhumoradamente [furiosamente] quieren echar la culpa de sus sufrimientos sobre Dios, como demasiado santo y estricto: de sus pecados, el verdadero motivo, no dicen nada; pero tengan cuidado de mantener alejadas sus manos del arca, la cual debieron haber conservado reverentemente.” (Trapp)
c. ¿Quién podrá estar delante de Jehová el Dios santo? En otro sentido, los hombres de Bet-semes le hicieron a Dios una pregunta. Ciertamente Dios es santo y ciertamente ¿quién podrá?
i. La santidad no se puede lograr realmente a través de nuestros propios esfuerzos, sino que es recibida cuando somos hechos hombres y mujeres nuevos en Jesús. La santidad es parte del nuevo hombre que somos en Jesús (Efesios 4:24), y somos invitados a ser participes de la santidad de Jesús (Hebreos 12:10).
ii. A pesar de que Dios es santo, a pesar de que Él es aparte de nosotros, en vez de construir un muro alrededor de su santidad, Dios nos llama a venir a Él y ser partícipes de su santidad. Como dice en 1 de Pedro 1:16, Dios nos llama a ser santos, porque yo soy santo. La santidad no es precisamente algo que tengamos, sino más bien algo que nos tiene a nosotros.
d. ¿A quién subirá desde nosotros? Para los hombres de Bet-semes, la santidad de Dios era un problema, un problema que podía ser solucionado poniendo distancia entre ellos y Dios. Su pregunta no fue “¿Cómo podemos hacernos rectos para con un Dios santo?,” sino que fue “¿A quién le podemos pasar este problema para que la santidad de Dios ya no nos sea una carga?”
e. Y enviaron mensajeros a los habitantes de Quiriat-jearim: No sabemos porque escogieron este pueblo. Tal vez tenían buenas relaciones con estos hombres y pensaron que cuidarían bien del arca. Tal vez tenían mala relación con ellos y deseaban que Jehová los maldijera. Cualquiera que haya sido la razón, los hombres de Quiriat-jearim recibieron el arca y la tuvieron allí por muchos años hasta que el rey David la llevó a la ciudad de Jerusalén (2 de Samuel 6).
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