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El joven Samuel ministraba a Jehová en presencia de Elí; y la palabra de Jehová escaseaba en aquellos días; no había visión con frecuencia.
a. El joven Samuel ministraba a Jehová: Se hace énfasis por tercera vez en que Samuel ministraba a Jehová (también en 1 de Samuel 2:11 y 18), así como Aarón y sus hijos en su consagración como sacerdotes (Éxodo 29:1) y como Pablo y Bernabé antes de ser enviados como misioneros (Hechos 13:1-2).
b. La palabra de Jehová escaseaba en aquellos días: La única palabra de Jehová que leímos en los últimos dos capítulos de 1 de Samuel es la palabra de juicio contra Elí traída por el varón de Dios. Dios no hablaba muy seguido, y cuando lo hizo ¡fue una palabra de juicio!
i. ¿Por qué la palabra de Jehová escaseaba en aquellos días? Probablemente, debido a la dureza del corazón que había entre los hijos de Israel y por la corrupción del sacerdocio. Dios hablará y guiará, cuando su pueblo lo busque y cuando sus ministros busquen servirle diligentemente.
Y aconteció un día, que estando Elí acostado en su aposento, cuando sus ojos comenzaban a oscurecerse de modo que no podía ver, Samuel estaba durmiendo en el templo de Jehová, donde estaba el arca de Dios; y antes que la lámpara de Dios fuese apagada, Jehová llamó a Samuel; y él respondió: Heme aquí.
a. Sus ojos comenzaban a oscurecerse de modo que no podía ver: Esto era cierto espiritualmente en Elí, tanto como lo era físicamente. Su edad avanzada lo hizo mucho menos capaz para guiar a la nación.
b. Antes que la lámpara de Dios fuese apagada: Como una frase hecha, esto solamente significa “antes del amanecer. ” Pero también es sugestiva de los tiempos de oscuridad espiritual por los que estaba pasando Israel: está escuro, y probablemente oscurezca más.
i. Éxodo 27:21 hace referencia a la responsabilidad de los sacerdotes de cuidar de las lámparas hasta el amanecer, o hasta justo antes de que amanezca.
c. Samuel estaba durmiendo… Jehová llamó a Samuel: ¿Qué edad tenía Samuel en ese momento? No lo sabemos a ciencia cierta; el antiguo historiador judío Josefo dice que Samuel tenía 12 años en ese momento. Cualquiera que haya sido su edad, Dios habló a Samuel.
i. ¿Cómo habla Dios? ¿Cómo habló a Samuel? Algunas personas esperan que Dios les hable con voz audible, y otros (algunos de ellos con problemas mentales) creen que escuchan a Dios hablar con voz audible. Pero la mayoría de las personas cree que Dios les habla a través de una “voz interna”; por pensamientos y sentimientos que pueden llegar a nuestros corazones y cabezas, los cuales uno cree que son traídos por Dios.
ii. Pero esto de escuchar a Dios es un asunto incierto. Dios no es la única fuente de pensamientos y sentimientos que llegan a nuestros corazones y cabezas. Pensamientos y sentimientos (buenos o malos) pueden venir de nosotros mismos, o incluso también pueden venir de Satanás. Pedro, en Mateo 16:13-23, en un momento estuvo hablando de parte de Dios, y al siguiente momento hablando directamente del Diablo.
iii. Debido a que es incierto, hay tres cosas que debemos tener en mente. Primero, siempre debemos juzgar lo que creemos que Dios puede estar diciéndonos con lo que ciertamente nos ha dicho en su palabra, la Biblia. Dios nunca contradecirá su Palabra eterna. Segundo, siempre debemos ser humildes cuando se trata de la idea de que Dios nos hable a nosotros. Nunca podemos confiar por completo en nuestra habilidad de escuchar a Dios a través de esta “voz interna” correctamente. Es fácil para nosotros agregar algo a lo que Dios ha dicho, o dejar de escuchar, o dar mal uso a lo que Él ha dicho, o pensar que fue Dios cuando en realidad fuimos nosotros mismos o alguien más. Es mucho mejor decir y pensar, “creo que el Señor me dijo…”, que hablar y pensar como si escucháramos a Dios perfectamente. Finalmente, nadie debería sentirse “no espiritual” por pensar que Dios no le habla de la manera que parece hablarle a otros. Si usted en verdad quiere que Dios le hable, y que le hable de la mejor manera, ¡vaya a la Palabra de Dios, la Biblia! ¡Sabemos que él ha hablado ahí!
d. y él respondió: Heme aquí: Esto nos lleva a creer que Dios le habló a Samuel de una manera audible, en vez de una “voz interna,” aunque esto no es seguro. Pero Samuel estaba tan impresionado por lo que escuchó que respondió diciendo, Heme aquí.
i. ¡Qué manera tan hermosa de responder a la Palabra de Dios! No es cómo que Dios no sabe dónde estamos antes de que le digamos, pero le dice a Dios y nos recuerda a nosotros que simplemente estamos delante de él cómo siervos, preguntándole qué es lo que desea que hagamos.
ii. Samuel se encuentra en una compañía muy impresionante con su respuesta a Dios. Aquí hay algunos otros que dijeron Heme aquí cuando Jehová les habló: (Génesis 22:1), Jacob (Génesis 46:2), Moisés (Éxodo 3:4), Isaías (Isaías 6:8), y Ananías (Hechos 9:10).
Y corriendo luego a Elí, dijo: Heme aquí, ¿Para qué me llamaste? Y Elí le dijo: Yo no he llamado; vuelve y acuéstate. Y él se volvió y se acostó. Y Jehová volvió a llamar otra vez a Samuel. Y levantándose Samuel, vino a Elí y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Y él dijo: Hijo mío, yo no he llamado; vuelve y acuéstate. Y Samuel no había conocido aún a Jehová, ni la palabra de Jehová le había sido revelada. Jehová, pues, llamó la tercera vez a Samuel. Y él se levantó y vino a Elí, y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Entonces entendió Elí que Jehová llamaba al joven. Y dijo Elí a Samuel: Ve y acuéstate; y si te llamare, dirás: Habla, Jehová, porque tu siervo oye. Así se fue Samuel, y se acostó en su lugar.
a. Y corriendo luego a Elí: ¡Qué niño tan obediente! Estaba equivocado al pensar que Elí le estaba hablando, pero lo que hizo fue correcto. Elí estaba llamando, ¡el correría hacia él! Después de todo, Elí era ciego y podría necesitar la ayuda de Samuel.
b. Y Jehová volvió a llamar otra vez: Cuando nos está hablando, Dios casi siempre nos confirma sus palabras una y otra vez. Generalmente es malo hacer algo dramático como respuesta a esa “voz interna” del Señor. Si Dios está hablando, Él lo confirmará, y a menudo de diferentes maneras.
c. Y Samuel no había conocido aún a Jehová: Aquí está Samuel, un niño consagrado y obediente, sirviendo a Dios maravillosamente. Sin embargo, aún no le había entregado su corazón a Jehová. Incluso niños criados en los hogares más consagrados deben ser convertidos por el Espíritu de Dios, y ahora Samuel estaba escuchando a Dios hablar a su corazón.
d. Habla, Jehová, porque tu siervo oye: Samuel recibe un sabio consejo de Elí. Elí le dice a Samuel que se haga disponible para que Dios hable (ve y acuéstate), le dice a Samuel que no sea presuntuoso acerca de que Dios le hable (y si te llamaré); le dice a Samuel que responda a la Palabra de Dios (habla, Jehová); y le dice a Samuel que se humille delante de Dios y su palabra (porque tu siervo oye).
e. Habla, Jehová: Debemos escuchar a Dios. El predicador puede hablar, nuestros padres pueden hablar, nuestros amigos pueden hablar, nuestros maestros pueden hablar, la gente en la radio y la televisión puede hablar. Todo eso está bien, pero sus voces no significan nada para la eternidad a menos de que Dios hable a través de ellos.
i. Spurgeon expresó bien esto, mostrando cómo debemos orar: “‘¡Habla, Señor!’ mientras el ministro está hablando, Señor háblame. He escuchado la voz del ministro, y algunas veces me despierta, pero no soy salvo, y nunca lo seré, Señor, si el ministro habla solo. ¡Habla Señor! Mi madre ha hablado conmigo; mi maestro más entregado ha buscado guiarme al Salvador; pero sé que las palabras de hombres y mujeres bendecidos caerán al suelo si vienen solas…... ¡Oh, que esta noche se haga una verdadera obra de gracia en mi alma! Que tu poder divino venga y opere dentro de mí.
Y vino Jehová y se paró, y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Entonces Samuel dijo: Habla, porque tu siervo oye.
a. Y vino Jehová y se paró, y llamó: Debido a que parece haber sido una voz audible, y como dice que Jehová se paró, puede ser que esta haya sido una única aparición de Jehová a Samuel, tal vez en la persona de Jesús antes de Belén. Claramente, esto no fue un sueño ni un estado de conciencia alterada.
Y Jehová dijo a Samuel: He aquí haré yo una cosa en Israel, que a quien la oyere, le retiñirán ambos oídos. Aquel día yo cumpliré contra Elí todas las cosas que he dicho sobre su casa, desde el principio hasta el fin. Y le mostraré que yo juzgaré su casa para siempre, por la iniquidad que él sabe; porque sus hijos han blasfemado a Dios, y él no los ha estorbado. Por tanto, yo he jurado a la casa de Elí que la iniquidad de la casa de Elí no será expiada jamás, ni con sacrificios ni con ofrendas.
a. A quien la oyere, le retiñirán ambos oídos: Dios le va a dar a Samuel noticias espectaculares. En otras partes en el Antiguo Testamento, oídos que retiñen son señal de un juicio especialmente severo (2 de Reyes 21:12, Jeremías 19:3). Y, si ambos oídos están retiñendo, ¡deben ser noticias muy impactantes!
i. Poole acerca de a quien la oyere, le retiñirán ambos oídos: “Que no solo aquellos que lo sienten gemirán por ellos, sino que aquellos que escuchen la noticia serán impactados con gran asombro y horror, que hará que les duelan sus cabezas y estómagos. ”
b. Yo cumpliré contra Elí todas las cosas que he dicho sobre su casa, desde el principio hasta el fin: Se cumplirá por completo el juicio de Dios contra la casa de Elí. “La ejecución de la justicia es la obra de Dios, aunque su extraña obra (Isaías 28:21), Y una vez que empieza, la llevará hasta su conclusión: no se distraerá ni desistirá hasta que se haya hecho. ” (Trapp)
c. Y le mostraré que yo juzgaré su casa para siempre: A través de la palabra del varón de Dios en 1 de Samuel 2:27-36, Elí ya había escuchado el juicio venidero. Esta palabra, dada al joven Samuel, es una palabra de confirmación del anterior mensaje de Dios.
i. “Cuando Dios había enviado un varón suyo a Elí, y el mensaje no despertó en él el sentido de su pecado por ser indulgente con sus hijos y por tolerar la maldad de los que estaban bajo sus cargo, el Señor le manda un mensaje de advertencia a través de un niño, pues Dios tiene muchos mensajeros. ” (Spurgeon)
d. Por la iniquidad que él sabe; porque sus hijos han blasfemado a Dios: Elí sabede esta iniquidad, no solo por su propia observación, sino porque Dios se lo hizo saber a través del mensaje del varón de Dios. La blasfemiano es directamente suya, son los pecados de sus hijos, a los cuales Elí falló en confrontar y estorbar.
e. Y él no los ha estorbado: La responsabilidad de Elí de estorbar a sus hijos no era solamente, ni siquiera principalmente porque era su padre. Estos eran hijos adultos, que ya no estaban bajo la autoridad de Elí como hijos, como lo estuvieron cuando eran jóvenes. La responsabilidad principal de Elí de estorbar a sus hijos era como su “jefe,” porque él era el sumo sacerdote, y sus hijos eran sacerdotes bajo su autoridad y supervisión.
i. La indulgencia de Elí hacia sus hijos como jefesin duda estaba conectada a su anterior indulgencia como padre. “Así que, hay una edad cuando los niños deben ser estorbados, y si a esa edad se les permite pasar el poder de estorbarles, así continuará. ” (Blaikie)
f. La iniquidad de la casa de Elí no será expiada jamás: ¡Qué condena tan terrible! Dios está diciendo “es demasiado tarde. Ahora la oportunidad de arrepentirse ha pasado. El juicio está sellado. ”
i. Probablemente, el juicio declarado por el varón de Dios en 1 de Samuel 2:27-36 era una advertencia, invitando al arrepentimiento. Pero como no hubo arrepentimiento, Dios confirmó la palabra de juicio a través de Samuel. O tal vez Elí había estado rogando a Dios para que detuviera su juicio, y esta era la respuesta de Dios a esos ruegos.
ii. ¿Podemos llegar alguna vez a un sitio donde nuestro pecado no pueda ser expiado jamás? Solo si rechazamos el sacrificio de Jesús por nuestros pecados. Como dice Hebreos 10:26, si rechazamos la obra de Jesús por nosotros, ya no queda más sacrificio por los pecados. Sin embargo, siempre rechazaremos el sacrificio de Jesús por nosotros a menos de que Dios ablande y hable a nuestro corazón. Por lo tanto, es necesario que siempre seamos receptivos a la obra de Dios en nuestros corazones, para que podamos recibir la obra expiatoria de Jesús por nosotros.
Y Samuel estuvo acostado hasta la mañana, y abrió las puertas de la casa de Jehová. Y Samuel temía descubrir la visión a Elí. Llamando, pues, Elí a Samuel, le dijo: Hijo mío, Samuel. Y él respondió: Heme aquí. Y Elí dijo: ¿Qué es la palabra que te habló? Te ruego que no me la encubras; así te haga Dios y aun te añada, si me encubrieres palabra de todo lo que habló contigo. Y Samuel se lo manifestó todo, sin encubrirle nada. Entonces él dijo: Jehová es; haga lo que bien le pareciere.
a. Y Samuel estuvo acostado hasta la mañana: ¡Claro que no pudo dormir en absoluto! El joven Samuel, recostado en su cama, con los oídos retiñéndole por el mensaje de Dios, preguntándose cómo podría decirle a Elí semejante palabra de juicio tan fuerte (Samuel temía descubrir la visión a Elí).
b. Y abrió las puertas de la casa de Jehová: Probablemente, éste era uno de los deberes de Samuel como siervo del tabernáculo.
c. Hijo mío, Samuel: Elí no había sido un buen jefe, ni un buen padre, para Ofni y Finees. Pero Samuel le había sido entregado como una “segunda oportunidad,” y Elí hizo un mejor trabajo criando a Samuel que lo que había hecho con sus hijos de nacimiento.
d. ¿Qué es la palabra que te habló? Elí tenía una idea de cuál era el mensaje que Dios le había dado a Samuel. Amablemente, él toma la iniciativa y le pregunta a Samuel, sabiendo que sería difícil para el joven decirle.
i. “Él sospechaba que Dios había anunciado juicios severos, porque sabía que su casa era muy criminal, y él deseaba saber lo que Dios había dicho. ” (Clarke)
ii. Elí le dejó claro a Samuel que él tenía la responsabilidad de traer el mensaje, incluso si eran malas noticias. Con una amenaza como así te haga Dios y aun te añada, Samuel sería apropiadamente motivado a decirle todo a Elí.
iii. Elí era admirable, porque estuvo dispuesto a ser enseñado por una fuente inesperada, quería escuchar las malas noticias de su condición, y quería escuchar todo el mensaje de Dios.
e. Y Samuel se lo manifestó todo: ¡Qué difícil es llevar un mensaje de juicio! Tal vez haya unos cuantos, con corazones duros (como Jonás) que se alegran de anunciar el juicio de Dios, pero la mayoría lo encuentran difícil. Sin embargo, siempre es la responsabilidad del mensajero de Dios decir todolo que Dios dice, no solo las palabras “fáciles”.
i. Es algo muy peligroso cuando, tanto el mensajero como los oyentes fallan en decir o escuchar todo lo que Dios dice. En los profetas, Dios dice que esos que solo traen mensajes “buenos” o “felices” engañan al pueblo de Dios: engañaron a mi pueblo, diciendo: Paz, no habiendo paz (Ezequiel 13:10). Dios también dice que el mensajero que no dice todo lo que Dios le dice no ayuda a sus oyentes: Y curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz. (Jeremías 6:14)
ii. Pablo pudo decir de su propio ministerio, Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos; porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios. (Hechos 20:26-27) ¿Puede el mensajero de Dios moderno decir lo mismo? Si no puede, se arriesga a ser culpable por las vidas de otros.
iii. “No puedo soportar la idea de ser alejado para siempre de la presencia de Dios; sin embargo está desgracia caerá sobre mí si no declaro todo el consejo de Dios. El resultado de pecado e incredulidad en otros caerá sobre nosotros si no les advertimos. Oh señores, si somos infieles, Dios lidiará con nosotros en el día del juicio, así como lidiará con los malvados; este es un panorama terrible para nosotros. ¡Nunca nos atrevamos a bajarle a las partes más severas de la historia, ni adulemos a los hombres por sus pecados; porque si hacemos esto, Dios repartirá con nosotros una porción de los condenados!” (Spurgeon)
iv. “Amargas verdades deben ser habladas, sin importar cómo sean tomadas; y si los ministros son formales en la forma, sin embargo que sean resueltos en lo esencial de su mensaje. ” (Trapp)
f. Jehová es; haga lo que bien le pareciere: Es difícil saber si la respuesta de Elí aquí es piadosa o fatalista. Si es la respuesta sumisa de un corazón que sabe que no hay nada que pueda detener el juicio de Dios, su respuesta es piadosa. Pero si se está perdiendo otra oportunidad para arrepentirse, y arreglar las cosas, y en vez de eso está teniendo un tipo de corazón fatalista de “como sea”, su respuesta es impía. Solo Dios sabe dónde estaba el corazón de Elí en este asunto.
i. Siempre debemos someternos a la vara de corrección de Dios. Sin embargo, esa sumisión no es totalmente pasiva. También es activa en arrepentimiento, y haciendo lo que uno puede por cultivar un arrepentimiento piadoso.
ii. “Hay mucho de una sumisión de corazón, así como de un profundo sentido de indignidad, en estas palabras. Él ha pecado, así que debe ser castigado con la muerte temporal; pero ciertamente no hay evidencia de que el desagrado de Dios hacia él se extendiera hacia un estado futuro. ” (Clarke)
iii. Trapp dice que esto fue “una humilde sumisión a su Padre celestial: porque aunque Elí haya sido un mal padre para sus hijos, aún era un buen hijo para Dios. ”
Y Samuel creció, y Jehová estaba con él, y no dejó caer a tierra ninguna de sus palabras. Y todo Israel, desde Dan hasta Beerseba, conoció que Samuel era fiel profeta de Jehová.
a. Jehová estaba con él: ¿Hay algo mejor que esto? ¿Tener, y saber que Jehová está contigo? Para el Cristiano, podemos estar seguros de que tenemos a Dios con nosotros: Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? (Romanos 8:31)
i. William Newell, en su comentario de Romanos, habla bien de este punto: “nuestros débiles corazones, propensos al legalismo y a la incredulidad, reciben estas palabras con gran dificultad: Dios es por nosotros... Ellos le han fallado; pero Él es por ellos. Ellos son ignorantes, pero Él es por ellos. Ellos aún no han dado mucho fruto; pero Él es por ellos. ” Dios no es por nosotros porque seamos muy buenos, o muy grandes, sino por quiénes somos en Jesús. Dios es por usted. Dios es con usted, incluso si usted no es tan bueno como Samuel, porque a usted le ha sido dada la bondad de Jesús..
b. No dejó caer a tierra ninguna de sus palabras: Esto significa que todas las profecías de Samuel se cumplieron, y fue conocido que eran palabras verdaderas de Dios. Por lo tanto, todo Israel... conoció que Samuel era fiel profeta de Jehová.
i. Desde los días de Moisés (alrededor de 400 años antes de los tiempos de Samuel) no había habido muchos profetas en Israel, y ciertamente no grandes profetas. Ahora, en este tiempo tan importante en la historia de Israel, Dios levanta a Samuel como profeta.
ii. Al llegar a este lugar en la historia de Israel, Samuel es justamente considerado el último juez y el primer profeta de Israel. Samuel es el puente entre el tiempo de los jueces, y el tiempo de la monarquía donde los profetas (como Natán, Elías e Isaías) influyeron espiritualmente en la nación.
iii. A través del libro de los jueces, cuando Dios levantaba a un juez, éste guiaba a la nación en su mayoría a través de influencia política y militar. Samuel, como juez, guió principalmente a la nación con su influencia espiritual.
c. Desde Dan hasta Beerseba es una forma de decir “desde la parte más al norte de Israel hasta la parte más al sur. ” Lleva una idea similar a decir en los Estados Unidos, “desde Nueva York hasta California. ”
Jehová volvió a aparecer en Silo; porque Jehová se manifestó a Samuel en Silo por la palabra de Jehová.
a. Jehová volvió a aparecer en Silo: ¿Cuándo apareció Jehová por primera vez en Silo? Sabemos que se le apareció a Samuel en 1 de Samuel 3:10. Ahora, de una manera no descrita, Jehová se vuelve a aparecer.
b. Cuando Jehová se apareció otra vez ¿cómo se manifestó? Jehová se manifestó... por la palabra de Jehová. Dios se manifiesta a través de su palabra. Donde quiera que Dios se esté moviendo, el se manifestará por la palabra de Jehová.
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