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Pasados muchos días, vino palabra de Jehová a Elías en el tercer año, diciendo: Ve, muéstrate a Acab, y yo haré llover sobre la faz de la tierra. Fue, pues, Elías a mostrarse a Acab. Y el hambre era grave en Samaria.
a. En el tercer año: Esta notable sequía duró tres años y medio por la oración ferviente de Elías.
b. Ve, muéstrate a Acab: Anteriormente Dios le dijo a Elías que se escondiera. Ahora era el momento para que se presentara.Hay un tiempo para esconderse y estar solo con Dios, y hay un tiempo también para presentarte ante el mundo. Algunos desean siempre estar escondidos cuando en realidad debieran de salir y mostrarse ellos mismos.
i. Elías simplemente obedeció el mandato de Dios. Aunque sucedió a través de las oraciones de Elías, sus oraciones eran sensibles hacia la dirección de Dios. La sequía no comenzó o terminó como resultado de la voluntad de Elías, sino la voluntad de Dios.
Y Acab llamó a Abdías su mayordomo. Abdías era en gran manera temeroso de Jehová. Porque cuando Jezabel destruía a los profetas de Jehová, Abdías tomó a cien profetas y los escondió de cincuenta en cincuenta en cuevas, y los sustentó con pan y agua. Dijo, pues, Acab a Abdías: Ve por el país a todas las fuentes de aguas, y a todos los arroyos, a ver si acaso hallaremos hierba con que conservemos la vida a los caballos y a las mulas, para que no nos quedemos sin bestias. Y dividieron entre sí el país para recorrerlo; Acab fue por un camino, y Abdías fue separadamente por otro. Y yendo Abdías por el camino, se encontró con Elías; y cuando lo reconoció, se postró sobre su rostro y dijo: ¿No eres tú mi señor Elías? Y él respondió: Yo soy; ve, di a tu amo: Aquí está Elías. Pero él dijo: ¿En qué he pecado, para que entregues a tu siervo en mano de Acab para que me mate? Vive Jehová tu Dios, que no ha habido nación ni reino adonde mi señor no haya enviado a buscarte, y todos han respondido: No está aquí; y a reinos y a naciones él ha hecho jurar que no te han hallado. ¿Y ahora tú dices: Ve, di a tu amo: Aquí está Elías? Acontecerá que luego que yo me haya ido, el Espíritu de Jehová te llevará adonde yo no sepa, y al venir yo y dar las nuevas a Acab, al no hallarte él, me matará; y tu siervo teme a Jehová desde su juventud. ¿No ha sido dicho a mi señor lo que hice, cuando Jezabel mataba a los profetas de Jehová; que escondí a cien varones de los profetas de Jehová de cincuenta en cincuenta en cuevas, y los mantuve con pan y agua? ¿Y ahora dices tú: Ve, di a tu amo: Aquí está Elías; para que él me mate?
a. Porque cuando Jezabel destruía a los profetas de Jehová, Abdías tomó a cien profetas y los escondió de cincuenta en cincuenta en cuevas, y los sustentó con pan y agua: Este hombre, Abdías, era un hombre valiente quien estuvo de pie por Dios y Sus profetas en un tiempo difícil.
i. Este quizás sea el mismo Abdías cuya profecía en contra de Edom es registrada entre los Profetas Menores. Es un poco difícil el estar certeros, porque hubieron 13 Abdías en el Antiguo Testamento. El nombre Hebreo Abdías significa “Adorador de Yahveh” o “Siervo de Yahveh.”
· Un Abdías fue enviado por el Rey Josafat de Judá para que enseñara la ley en las ciudades de Judá (2 Crónicas 17:7)
· Un Abdías era uno de los videntes que ayudó a reparar el templo en los días de Josías, Rey de Judá (2 Crónicas 34:12)
· Un Abdías fue un sacerdote en los días de nehemías (Nehemías 10:5)
ii. Cien profetas: “Profetas: este nombre no solo es dado a tales que son dotados con un espíritu extraordinario de profecía, pero a tales ministros que se han consagrado al servicio de Dios para predicar, orar, alabar a Dios, y cosas parecidas.” (Poole)
iii. ” Cuenta para ello como puedas, es una circunstancia singular que en el centro de la rebelión en contra de Dios había uno cuya devoción a Dios era tan intensa y distinguida. Como fue horrible el encontrar a un Judas entre los apóstoles, así es de grande el descubrir a Abdías entre los cortesanos de Acab. ¡Cuanta gracia debió de estar en obra para mantener tal fuego en medio del mar, tal piedad en medio de la iniquidad más vil!” (Spurgeon)
iv. “Ese Abdías hubiera tenido poca dificultad en hallar cuevas para los hijos de los profetas pudieran ser vistos en como los dos mil cuevas que se han contado en el área del Monte Carmelo.” (Patterson y Austel)
b. Y yendo Abdías por el camino, se encontró con Elías: La sequía era tan severa que el Rey Acab mismo y su siervo de confianza Abdías fueron en busca de pastos. Dios arregló este encuentro inesperado entre Abdías y el Profeta Elías.
i. “Podríamos suponer que él se fijo el aliviar las miserias de su pueblo; y, sobre todo, que él pudiera volver a Dios: pero no – su pensamiento estaba en los caballos y mulas de su yeguada; su única preocupación era para salvar a algunos de los que estaban vivos... ¡Qué egoísta se muestra aquí! ¡Mulas y asnos antes de su pueblo! ¡Buscando pasto, en lugar de buscar a Dios!” (Meyer)
c. ¿En qué he pecado, para que entregues a tu siervo en mano de Acab para que me mate? Abdías sabía que el Rey Acab condujo una búsqueda exhaustiva por Elías, para castigarle por la sequía que sus oraciones habían impuesto en Israel. Abdías temía que si él anunciaba que él se encontró con Elías y el profeta volvía a desaparecer, Acab le castigaría por dejar escapar a Elías.
Y le dijo Elías: Vive Jehová de los ejércitos, en cuya presencia estoy, que hoy me mostraré a él. Entonces Abdías fue a encontrarse con Acab, y le dio el aviso; y Acab vino a encontrarse con Elías.
a. Que hoy me mostraré a él: Amable y sabiamente, Elías le respondió a los temores legítimos de Abdías. Él no haría que Abdías fuera un mártir por las acciones de Elías.
Cuando Acab vio a Elías, le dijo: ¿Eres tú el que turbas a Israel? Y él respondió: Yo no he turbado a Israel, sino tú y la casa de tu padre, dejando los mandamientos de Jehová, y siguiendo a los baales. Envía, pues, ahora y congrégame a todo Israel en el monte Carmelo, y los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal, y los cuatrocientos profetas de Asera, que comen de la mesa de Jezabel.
a. ¿Eres tú el que turbas a Israel? Acab era sencillamente el peor, el rey más impío que Israel hubo tenido. Y aún él no vaciló en culpar al piadoso profeta Elías por los problemas de Israel. Si Acab hubiera al menos detenido la activa persecución del pueblo de Dios, Dios hubiera cedido en la sequía. Pero el rey malvado de Israel halló fácil en culpar al profeta piadoso.
i. De acuerdo con su teología, tenía sentido que Acab culpara a Elías. Acab creía en Baal, tanto que su gobierno promovía y apoyaba la adoración a Baal y perseguía a los adoradores de Yahveh. Acab creía que Elías había hecho enojar al dios del cielo Baal, y, por lo tanto, Baal retuvo la lluvia. Acab probablemente pensaba que Baal retendría la lluvia hasta que Elías fuera atrapado y ejecutado.
ii. Pero en lugar de eso, Acab se debió volver a la Palabra de Dios. Deuteronomio 28:23-24 promete que la sequía vendría a un Israel desobediente.
b. Envía, pues, ahora y congrégame a todo Israel en el monte Carmelo: Elías retó al Rey Acab a juntar a los profetas del ídolo Baal y Asera para esta reunión en el Monte Carmelo.
i. “Congrégame todo Israel, por sus delegados, o jefes, o representantes, que puedan ser testigos de todas nuestras transacciones.” (Poole)
ii. 1 Reyes 18:36 pone en claro que Elías hizo todo esto por orden de Dios. Esa no fue su inteligente idea o estrategia. Este era un plan inspirado en Dios el cual Elías obedeció.
iii. Era importante el confrontar y eliminar a estos profetas de Baal antes de que Dios enviara lluvia a la tierra de Israel. Era crucial que todos entendieran que la lluvia venía de Yahveh, no de Baal.
c. Que comen de la mesa de Jezabel: Esto se refiere al hecho de que estos profetas de Baal y Asera eran patrocinados y apoyados por el gobierno de Israel, teniendo un patrón especial en la malvada Reina Jezabel.
Entonces Acab convocó a todos los hijos de Israel, y reunió a los profetas en el monte Carmelo. Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra.
a. Acab convocó a todos los hijos de Israel: Es difícil el saber porque Acab hizo esto, llevando a cabo las instrucciones de Elías. Quizás él esperaba que el pueblo estuviera tan enojado con Elías por los últimos tres años de sequía que esta multitud se volverían en contra del profeta.
b. Y reunió a los profetas en el monte Carmelo: Estos profetas de Baal odiaban a Elías. Ellos amaban el favor del Rey Acab y la Reina Jezabel, y ellos entusiásticamente promovían la persecución de cualquier verdadero seguidor de Yahveh. Pero en los últimos tres años ellos fueron severamente humillados por Elías y la sequía sostenida por sus oraciones. Todos sus clamores hacia el dios del clima Baal no tuvieron efectividad por tres años. Ellos odiaban a este profeta de Dios, quien les humilló y mostró su engaño sacerdotal del todo.
i. “Ve, con que miradas tan malvadas todos sus movimientos son observados por parte de los sacerdotes. ¡Ningún tigre vio a su presa tan ferozmente! Si ellos se hubieran salido con la suya, él nunca hubiera tocado el monte de nuevo.” (Meyer)
ii. “Ese hombre solitario, de alma heroica, pisoteó el tremendo torrente de idolatría, y, como una roca en medio de la corriente, firmemente se mantuvo en pie. Él solo, y con una sola mano, fue más que un rival para todos estos sacerdotes del palacio y de los bosques, así como un león dispersa a un rebaño de ovejas.” (Spurgeon)
c. ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él: Esta era una pregunta lógica y útil. En general, el pueblo de Israel estaban en una condición espiritual tibia. Ellos querían dar algo de devoción tanto a Yahveh como Baal, pero el Dios de Israel no estaba interesado en tal devoción dividida.
i. Espiritualmente hablando, Israel era como un compañero infiel en el matrimonio, quien no quiere renunciar a su compañero de matrimonio, pero tampoco quiere renunciar a su amante ilícito. El compañero de matrimonio tiene un reclamo legítimo a la devoción exclusiva de su cónyuge.
ii. Hasta cuándo claudicaréis: La antigua palabra Hebrea traducida para claudicaréis significa “cojera, hacer alto, saltar, danzar o brincar.” (Dilday) Es la misma palabra utilizada en 1 Reyes 18:26 donde los profetas de Baal danzaron alrededor del altar. Quizás Elías quiso decir, “¿Por cuánto tiempo danzarán entre dos pensamientos?”
iii. Adam Clarke tenía una percepción ligeramente diferente: “Literalmente, ‘¿Por cuanto tiempo saltaran entre dos pensamientos?’ Esta es una metáfora tomada de pájaros saltando de rama en rama, sin saber en cual asentarse.”
iv. La apelación de Elías puso en claro que había una diferencia entre el servicio a Baal y el servicio a Yahveh. Quizás en las mentes de muchos, no había gran diferencia – la única cosa importante era el tener un tipo de religión, y el ser sincero en cuanto a ello, siguiendo tu corazón hacia donde sea que el corazón te guíe. Pero Elías sabía que nunca podría ser de esta manera. Ya sea que sirvas a Baal o sirvas a Yahveh; si hay diferencia.
v. El llamado de Elías también llamó a sus oyentes que tuvieran en cuenta el tiempo en la cual no tenían decisión entre Yahveh y Baal. “Hasta cuándo,” él les preguntó. “¿Cuántos más sermones quieren? ¿Cuántos Domingos más se deben desperdiciar? ¿Cuántas advertencias, cuántas enfermedades, cuántos esfuerzos de la campana para advertirte que debes morir? ¿Cuántas tumbas deben ser abiertas para tu familia antes de que quedes impresionado? ¿Cuántas plagas y pestilencias deben arrasar esta ciudad antes de que te vuelvas a Dios de verdad? ¿Hasta cuándo estarás entre dos pensamientos?” (Spurgeon)
d. Y el pueblo no respondió palabra: No hubo objeción ni arrepentimiento. Les faltaba la valentía para defender su posición o cambiarla. Ellos estaban dispuestos el vivir vidas de baja convicción sin examinar.
i. Elías podía con certeza mirar sus corazones porque él podía ver sus acciones. Era como si él dijera, “Sé que no se han decidido en su opinión, porque no se han decidido en la práctica. SI Dios es Dios, síguele; si Baal, síguele. No están decididos en práctica.” (Spurgeon)
Y Elías volvió a decir al pueblo: Sólo yo he quedado profeta de Jehová; mas de los profetas de Baal hay cuatrocientos cincuenta hombres. Dénsenos, pues, dos bueyes, y escojan ellos uno, y córtenlo en pedazos, y pónganlo sobre leña, pero no pongan fuego debajo; y yo prepararé el otro buey, y lo pondré sobre leña, y ningún fuego pondré debajo. Invocad luego vosotros el nombre de vuestros dioses, y yo invocaré el nombre de Jehová; y el Dios que respondiere por medio de fuego, ése sea Dios. Y todo el pueblo respondió, diciendo: Bien dicho.
a. Sólo yo he quedado profeta de Jehová: Esto probablemente no era cierto, y Elías tenía razones para saber que esto no era cierto. En el reciente pasado Abdías le dijo que él había ocultado a 150 profetas de Dios en contra de la persecución de Jezabel y Acab.
b. Dénsenos, pues, dos bueyes, y escojan ellos uno: En esta prueba propuesta, Elías fue cuidadoso en darle a los profetas de Baal cualquier posible ventaja. Ellos tomaron dos bueyes, y escogieron aquel que sacrificarían y aquel que Elías sacrificaría.
c. Y el Dios que respondiere por medio de fuego, ése sea Dios: El fuego no vendría ni de Elías o los profetas de Baal. Tenía que tener un origen sobrenatural, y provista ya sea por Baal o Yahveh.
i. De nuevo, Elías le dio mucha ventaja a los profetas de Baal. Se pensaba que Baal era el dios del cielo, señor del clima y el que enviaba los relámpagos (pensado como fuego desde el cielo). Si Baal era real, él ciertamente enviaría fuego del cielo.
ii. El poner a Dios y a si mismo en la línea delante de la congregación de Israel reunida tomó mucha fe. Elías aprendió fe a través de los muchos meses de dependencia diaria en Dios, tanto en el arroyo de Querit y el la casa de la viuda en Sarepta.
iii. Por supuesto, Elías tenía muchas razones para tener confianza en Jehová Dios. Primero, él estaba siguiendo las instrucciones expresas de Jehová (1 Reyes 18:36). Segundo, él sabía de la historia de Israel que Dios podía y enviaría fuego del cielo sobre un sacrificio (Jueces 6:20-21 y 2 Crónicas 7:1-7).
Entonces Elías dijo a los profetas de Baal: Escogeos un buey, y preparadlo vosotros primero, pues que sois los más; e invocad el nombre de vuestros dioses, mas no pongáis fuego debajo. Y ellos tomaron el buey que les fue dado y lo prepararon, e invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: ¡Baal, respóndenos! Pero no había voz, ni quien respondiese; entre tanto, ellos andaban saltando cerca del altar que habían hecho. Y aconteció al mediodía, que Elías se burlaba de ellos, diciendo: Gritad en alta voz, porque dios es; quizá está meditando, o tiene algún trabajo, o va de camino; tal vez duerme, y hay que despertarle.
a. Invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: ¡Baal, respóndenos! Los profetas de Baal tenían una vida consagrada de oración. Aquí ellos oraron por mucho y con gran pasión. Pero debido a que ellos no oraban al verdadero Dios, sus oraciones no significaron nada. Pero no había voz, ni quien respondiese.
b. Ellos andaban saltando cerca del altar que habían hecho: Los profetas de Baal tenían una vida de oración enérgica. Su oración estaba llena de entusiasmo y actividad. Pero debido a que no fue dirigida al verdadero Dios, su oración no significó nada.
c. Elías se burlaba de ellos: Elías no se pudo resistir de la oportunidad de burlarse de los profetas de Baal por su evidentemente fe necia.
i. “La ironía de Elías estaba al borde del sarcasmo.” (Patterson y Austel) Las palabras meditando y trabajo pueden ser traducidas “el estar ocupado en negocios” y puede ser un eufemismo para la eliminación corporal.
ii. “El Rabino S. Jarchi nos da este significado más degradante; lo daré en Latín, porqué es muy grosero para ponerlo en Español; Fortassis ad locum secretum abiit, ut ventrem ibi exoneret; ‘Quizás ha ido al ————-.’ Esto ciertamente reduce a Baal al grado más bajo de desprecio, y con ello el ridículo y sarcasmo son completados.” (Clarke)
Y ellos clamaban a grandes voces, y se sajaban con cuchillos y con lancetas conforme a su costumbre, hasta chorrear la sangre sobre ellos. Pasó el mediodía, y ellos siguieron gritando frenéticamente hasta la hora de ofrecerse el sacrificio, pero no hubo ninguna voz, ni quien respondiese ni escuchase.
a. Y ellos clamaban a grandes voces, y se sajaban con cuchillos y con lancetas conforme a su costumbre, hasta chorrear la sangre sobre ellos: Los profetas de Baal fueron hasta el final sinceros y completamente consagrados a su religión. Estaban tan comprometidos que ellos lo expresaron en su propia sangre. Ellos tenían celo, pero sin conocimiento – por lo tanto, su celo no les dio ninguna ganancia.
i. “La práctica de heridas auto impuestas para despertar la lástima o respuesta de la deidad es atestiguada en Ugarit cuando hombre ‘se bañaban en su propia sangre como un profeta extático.'” (Wiseman)
ii. “Esto fue hecho de acuerdo a los ritos de esa religión bárbara; pues la sangre del buey no le movería, entonces pensaron que su propia sangre podría moverle; y con eso ellos se hirieron a si mismos y su sacrificio.” (Clarke)
b. Pero no hubo ninguna voz, ni quien respondiese ni escuchase: Este es el triste resultado de adorar a un dios ídolo o el dios de nuestra propia invención. Podríamos dedicar mucha sinceridad, sacrificio, y devoción a tales dioses, pero no significa nada. No hay nadie allí para contestar.
Entonces dijo Elías a todo el pueblo: Acercaos a mí. Y todo el pueblo se le acercó; y él arregló el altar de Jehová que estaba arruinado. Y tomando Elías doce piedras, conforme al número de las tribus de los hijos de Jacob, al cual había sido dada palabra de Jehová diciendo, Israel será tu nombre, edificó con las piedras un altar en el nombre de Jehová; después hizo una zanja alrededor del altar, en que cupieran dos medidas de grano. Preparó luego la leña, y cortó el buey en pedazos, y lo puso sobre la leña. Y dijo: Llenad cuatro cántaros de agua, y derramadla sobre el holocausto y sobre la leña. Y dijo: Hacedlo otra vez; y otra vez lo hicieron. Dijo aún: Hacedlo la tercera vez; y lo hicieron la tercera vez, de manera que el agua corría alrededor del altar, y también se había llenado de agua la zanja.
a. Acercaos a mí: Cuando fue el turno de Elías para sacrificar, él primero quería tener la atención del pueblo. Esto era para su beneficio, no para el suyo o verdaderamente primeramente para el beneficio de Dios. Ellos necesitaban prestar atención para que vieran que Jehová era un verdadero Dios, en contraste con Baal que permaneció en silencio.
b. Él arregló el altar de Jehová que estaba arruinado: Elías estaba muy consciente que él reparó algo que una vez permanecía fuerte. Había una vez un altar de Jehová en el Carmelo, y en Israel en general. Elías buscó el revivir algo que una vez fue.
c. Llenad cuatro cántaros de agua, y derramadla sobre el holocausto y sobre la leña: Al querer hacer una profunda impresión sobre el pueblo, Elías pidió más de Yahveh que lo que él pidió de Baal. Elías ni siquiera le sugirió a los profetas de Baal que ellos mojaran su sacrificio una o dos veces, mucho menos tres veces. Pero Elías hizo esto, seguro que no era más difícil para Dios el encender un sacrificio mojado que lo que era para Él el encender uno seco en llamas.
i. “No había nada para que cuestionaran algún tipo de truco, tal como el uso de nafta [un líquido inflamable utilizado como solvente] en lugar de agua, o espejos para encender como es sugerido por algunos eruditos. La oposición estaba observando de cerca.” (Wiseman)
Cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto, se acercó el profeta Elías y dijo: Jehová Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas. Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios, y que tú vuelves a ti el corazón de ellos.
a. Cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto: Algunos 50 años antes de esto, Jeroboam, el Rey de Israel oficialmente desasoció a los ciudadanos del reino del norte de la adoración del Dios de Israel en el templo en Jerusalén. Sin embargo, Elías aún recordaba la hora de ofrecerse el holocausto que era ofrecido de acuerdo al mandamiento de Dios cada día en el templo de Jerusalén.
b. Sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo: Ambos eran importantes. Era importante para el pueblo de Israel que supieran quien era su Dios, y quien era el siervo de Dios.
c. Y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas: Esto también era esencial, y nos ayuda a entender todo el evento. Elías hizo esto de acuerdo con la palabra de Dios. No fue impulsado debido a su propia inteligencia, debido a presunciones o debido a la vanagloria. Dios dirigió a Elías hacia esta confrontación con los profetas de Baal.
i. “No fue capricho de él el castigar a la nación con una sequía. No fue un proyecto de él, inventada en su propio cerebro, que él debía de poner la Divinidad de Jehová o de Baal hacia una prueba por un sacrificio consumido por un fuego milagroso.” (Spurgeon)
ii. Spurgeon recomendó que los creyentes usen el mismo principio en la oración, especialmente aquellos que predican la Palabra de Dios: “Ve hacia el propiciatorio con esto como uno de tus argumentos, ‘Señor, he hecho conforme a tu palabra. Ahora deja ver que así es. He predicado tu palabra, y tú has dicho, “No volverá a mí vacía.” He orado por estas personas, y tú has dicho, “La oración efectiva del hombre justo puede mucho”; que sea visto que esto es de acuerdo a tu palabra.'”
Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja. Viéndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron: ¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios! Entonces Elías les dijo: Prended a los profetas de Baal, para que no escape ninguno. Y ellos los prendieron; y los llevó Elías al arroyo de Cisón, y allí los degolló.
a. Entonces cayó fuego de Jehová: Los profetas de Baal tuvieron pasión, sinceridad, devoción, y gran energía. Lo que ellos no tenían era un Dios en el cielo que contestara con fuego.
i. “La acción de este fuego fue en cualquier caso hacia abajo, contrario a la naturaleza de todo fuego terrenal y material.” (Clarke)
ii. “La petición de Elías duró menos de un minuto, pero produjo resultados espectaculares. La diferencia recae hacia Aquel a quien se dirige.” (Patterson y Austel)
b. Cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja: Cuando el fuego de Dios cayó, su obra fue más allá de lo esperado. Hubiera sido suficiente si solamente los pedazos cortados del buey en el altar hubieran sido encendidos, pero Dios quería algo más que una simple vindicación – Él quería glorificarse a Si mismo entre el pueblo.
c. Viéndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron: ¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios! En ese momento, el pueblo fue completamente persuadido. Se les pidió que escogieran entre Baal y Yahveh, no había elección para hacer – obviamente, Jehová era Dios.
i. Trágicamente, esto solamente fue una persuasión momentánea. Esto no fue un reavivamiento duradero en Israel. El pueblo fueron decididamente persuadidos, pero no cambió la permanencia.
d. Elías les dijo: Prended a los profetas de Baal, para que no escape ninguno: Ya que este era un reto entre Yahveh y Baal, los profetas de cada deidad debían de ser responsables por los respectivos resultados. El gran pecado del Rey Acab fue el principal patrocinador de los profetas de Baal, y ahora que el fraude de Baal fue expuesto, sus profetas debían de responder por ello, y debían de tratarlos conforme a la Ley de Moisés (Deuteronomio 13:5, 13:13-18, 17:2-5, y 18:9-22).
i. Elías simplemente demandó que los profetas de Baal recibieran el trato que ellos habían promovido para los profetas de Yahveh.
Entonces Elías dijo a Acab: Sube, come y bebe; porque una lluvia grande se oye. Acab subió a comer y a beber. Y Elías subió a la cumbre del Carmelo, y postrándose en tierra, puso su rostro entre las rodillas. Y dijo a su criado: Sube ahora, y mira hacia el mar. Y él subió, y miró, y dijo: No hay nada. Y él le volvió a decir: Vuelve siete veces. A la séptima vez dijo: Yo veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar. Y él dijo: Ve, y di a Acab: Unce tu carro y desciende, para que la lluvia no te ataje.
a. Sube, come y bebe; porque una lluvia grande se oye: Elías sabía que una vez que la adoración oficial de Baal fuera derrotada, entonces el propósito de la sequía se había cumplido. La lluvia estaba en camino. Elías y Acab ahora harían lo que cada cual quería hacer – Elías oraría y Acab comería.
b. Postrándose en tierra, puso su rostro entre las rodillas: Esta era una postura inusual de oración por parte de Elías. Él no se estaba arrodillando, él no estaba sentado, él no estaba de pie, y no se postró completamente delante del Señor. Esto muestra que el poder de la oración vive en la fe en el Dios viviente.
i. “Apenas le reconocemos, parece que él perdió su identidad. Unas pocas horas antes, él estaba de pie como un roble de Basan; ahora, esta inclinado como un anea. Luego, como el embajador de Dios, el rogó con los hombres; ahora, como intercesor, ruega con Dios. No siempre es así – que los hombres que están erguidos en la presencia del pecado hacen reverencia en la presencia de Dios.” (Meyer)
c. A la séptima vez: Esta era una oración muy persistente. Es como si Elías no tomaría un “no” por respuesta, porque él tenía confianza en que la voluntad de Dios era el enviar lluvia. Él testarudamente promovió la voluntad de Dios por medio de su oración persistente.
i. “Vuelve siete veces; no seamos abatidos por algunas decepciones, pero continua a esperar en Dios, quien me contestará, y eso rápidamente.” (Poole)
ii. “Las promesas de Dios son dadas, no para refrenar, sino para incitar la oración. Éstos muestran la dirección hacia donde debemos de pedir, y la extensión de la cual podamos esperar una respuesta. Estos son los moldes en los cuales podemos derramar nuestros fervientes espíritus sin temor.” (Meyer)
d. Yo veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar: Elías oró, pidiendo en fe para que Dios mandara lluvia. Elías obviamente sentía que esta era la voluntad de Dios, pero fue su oración ferviente la cual trajo la lluvia. La evidencia de la lluvia vino lentamente y de una pequeña manera, pero fuera de esta pequeña evidencia Dios trajo una poderosa obra.
i. En la edición de Noviembre 4 de 1904 de La Vida de Fe, un periódico de Londres dedicado hacia el movimiento de una vida profunda, un escritor llamado Jessie Penn-Lewis reportó una notable obra que estaba iniciando en Wales bajo el ministerio de hombres como Evan Roberts y Seth Joshua. Ella reportó que una nube, no más grande que la mano de un hombre, se había levantado en Wales. Era una descripción apropiada del claro pero pequeño inicio de lo que se convirtió en una poderosa obra
ii. Charles Spurgeon utilizó este texto como una ilustración de pequeñas señales que preceden una poderosa obra de Dios. Él habló de cuatro “señales certeras y muestras para el bien la cual la oración de fe claramente percibe cuando un despertar, un reavivamiento genuino, esta por venir.” Los Cristianos deberían tener las siguientes cosas como nubes, como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar.
· Una creciente insatisfacción con el estado presente de las cosas, y un ansiedad que incrementa entre los miembros de la iglesia para la salvación de las almas
· Cuando esta ansiedad conduce a los creyentes a ser excesivamente serios e importunos en oración.
· Cuando los ministros comienzan a tomar consejo el uno con el otro, y para decir, ¿Qué debemos de hacer?”
· Cuando debamos de ver la doctrina de la responsabilidad individual en cada Cristiano sintiéndose plenamente y llevada a cabo en acción individual.
e. Unce tu carro y desciende, para que la lluvia no te ataje: Esta fue una palabra de fe de parte de Elías hacia Acab. Basado únicamente en la observación de una nube que era como lapalma de la mano de un hombre, él sabía que un torrente estaba en camino.
Y aconteció, estando en esto, que los cielos se oscurecieron con nubes y viento, y hubo una gran lluvia. Y subiendo Acab, vino a Jezreel. Y la mano de Jehová estuvo sobre Elías, el cual ciñó sus lomos, y corrió delante de Acab hasta llegar a Jezreel.
a. Hubo una gran lluvia: La palabra de Dios a través de Elías fue probada ser cierta. La larga sequía terminó, y fue demostrado que las oraciones de Elías tanto retuvieron la lluvia, y luego, subsecuentemente, trajeron la lluvia.
b. Y la mano de Jehová estuvo sobre Elías, el cual ciñó sus lomos, y corrió delante de Acab: Esto fue obviamente una fuerza sobrenatural para correr 14 millas a campo traviesa. No sabemos exactamente cuando era importante para Dios que Elías alcanzara Jezreel primero; quizás fue para que él fuera el primero que se lo dijera a la Reina Jezabel.
i. Para demostrar que él no estaba avergonzado ni que tenía miedo de lo que había hecho, aunque sabía que Jezabel lo resentiría, pero se atrevió a aventurarse a si mismo en medio de sus enemigos, al estar confiado del poder y protección Divino.” (Poole)
ii. “Que Elías pudo hacer hecho tal corrida es asegurada en los corredores Árabes, quienes podrían cubrir fácilmente 100 millas en dos días.” (Patterson y Austel)
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