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The Blue Letter Bible

David Guzik :: 1 Juan 4 – Permaneciendo en Dios y en Su Amor

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1 Juan 4 – Permaneciendo en Dios y en Su Amor

A. Protección contra el espíritu de verdad y el espíritu de error.

1. (1 Juan 4:1) La realidad sobre falsos profetas y la necesidad de probar a los espíritus.


Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.

a. No creáis a todo espíritu: Juan advirtió en contra de creer a todo espíritu; nunca debemos asumir que toda experiencia espiritual y cada demostración de poder espiritual es de Dios. Debemos probar las experiencias y fenómenos espirituales para ver si son realmente de Dios.

i. Muchos, cuando por primera vez se encuentran con la realidad del mundo espiritual, están muy impresionados y sorprendidos como para preguntarse si sonde Dios. Esto lleva a un engaño facil.

b. Sino probad los espíritus: Esto es importante ya que muchos falsos profetashan salido por el mundo. A pesar de que la iglesia primitiva tuvo una vida fuerte y una gran medida de pureza, Juan sabía que los falsos profetas y su mensaje eran reales en la iglesia primitiva.

c. Probad los espíritus si son de Dios: Esta es una responsabilidad de cada Cristiano, pero principalmente del liderazgo congregacional. De acuerdo con 1 Corintios 14:29 (y los demás juzguen) y 1 Tesalonicenses 5:21 (Examinadlo todo; retened lo bueno), probar los espíritus es trabajo del cuerpo de Cristo. Este trabajo debe hacerse usando los dones de discernimiento que Dios ha dado a los Cristianos en general, especialmente a los líderes de la congregación.

i. Toda profecía debe ser juzgada de acuerdo a la Escritura. Nunca deberá recibirse sólo por su dramatismo o porque es dada por alguna persona en particular. Confiamos en el principio de que Dios nunca se va a contradecir a Sí mismo, y sabemos lo que ha dicho en Su Palabra.

ii. 2 Pedro 1:20-21 nos dice que la verdadera profecía nunca es de interpretación privada. Esto significa que habrá confirmación por parte del cuerpo de Cristo, aunque a lo mejor (probablemente) no todos confirmarán.

2. (1 Juan 4:2-3) Cómo saber cuando habla un falso profeta.


En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo.

a. Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios: Una profecía real y una enseñanza real presentará al verdadero Jesús. En los días de Juan, el tema era si Jesús había realmente venido en un cuerpo real de carne y hueso. Muchos decían que Jesús, siendo Dios, no podía realmente haber venido en cuerpo humano, porque Dios no puede tener asociación con cosas materiales e “impuras.”

i. “Esta declaración era dirigida contra alguna forma de Docetismo, la perspectiva de que Cristo era un espíritu que sólo parecía ser un humano.” (Boice)

ii. Hoy en día, algunos grupos niegan que Jesús es Dios (como los Testigos de Jehová, los Mormones y los Musulmanes.) Pero en los tiempos de Juan, el tiempo cercano a la vida y ministerio de Jesús en la tierra, la gente no tenía problema creyendo que Jesús era Dios. Ellos tenían problema creyendo que Él era un hombre real. Esa falsa enseñanza decía que Jesús era verdaderamente Dios (lo cual es correcto,) pero un hombre “imaginario.”

iii. Hoy en día, nos apasiona decir, “Jesús es Dios,” y debemos estarlo. Pero no es menos importante decir, “Jesús es un hombre,” porque ambas, la deidad y la humanidad de Jesús son esenciales para nuestra salvación.

b. Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios: Algunos piensan que esta es la única prueba contra la falsa doctrina. Esta no es la única prueba, pero era el asunto que significativamente desafiaba a la iglesia en los tiempos de Juan. Hoy, una persona puede confesar que Jesucristo ha venidoen la carne y sin embargo negar que él es Dios de la manera que la Biblia enseña que Él es Dios. Están dando una falsa doctrina porque no están presentando al verdadero Jesús.

i. El principio de presentar al verdadero Jesús es esencial para probar a los espíritus. Nadie que presente a un Jesús falso, uno que no es el de las Escrituras, puede considerarse un verdadero profeta.

ii. Existe gran curiosidad respecto al “Jesús verdadero.” Muchos académicos modernos dicen que quieren descubrir al “Jesús verdadero” pero cuando dicen esto, generalmente están diciendo, “El Jesús verdadero no es el Jesús de la Biblia. El Jesús de la Biblia es inventado. Necesitamos descubrir al Jesús verdadero detrás de los mitos de la Biblia.”

iii. Esta posición no sólo es ignorante (ignorando la confirmada validez histórica del Nuevo Testamento) también es arrogante. Una vez que cualquier académico desecha la evidencia histórica del Nuevo Testamento y de otros escritos antiguos confiables, sólo pueden basar su entendimiento de Jesús en su propia opinión personal. Estos académicos presentan sus opiniones sin fundamento como si fueran hechos eruditos.

c. Este es el espíritu del anticristo: Negar al Jesús verdadero es la base de el espíritu del anticristo, el cual Juan ya mencionó en 1 Juan 2:18-23. Es el espíritu que se opone al Jesús verdadero y ofrece un Jesús sustituto.

i. Al diablo no le importa para nada si tú conoces a Jesús, o amas a Jesús o si oras a Jesús – siempre y cuando sea un Jesús falso, un Jesús inventado, un Jesús que no está ahí, y que por lo tanto no puede salvar.

d. Ahora ya está en el mundo: Aunque tendrá su última consumación como gobernante político y económico en los últimos tiempos, la esencia de este espíritu de anticristo nos es presentado hoy. Se encuentra siempre que se promueve un Jesús falso en lugar del Jesús verdadero de la Biblia.

3. (1 Juan 4:4) La protección del hijo de Dios.


Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.

a. Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido: Los hijos de Dios no necesita temer al espíritu de anticristo, aunque deben de estar prevenidos de él porque tienen el Espíritu de Dios en ellos. (1 Juan 3:24). Este Espíritu mayor es que el que está en el mundo. – Satanás y todos sus aliados.

b. Mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo: El creyente tiene un recurso para la victoria, la vital presencia de Jesús en él, lo que hace posible tener victoria siempre – si dependemos de el que está en vosotros en lugar de en nosotros mismos.

i. Este entendimiento otorga gran confianza y poder espiritual. Para los que caminan en esta verdad, la victoria está asegurada – ellos los han vencido. Es una declaración positiva, no una esperanza deseada.

c. Mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo: Esto significa que no hay cabida para el temor en el creyente. Tenemos muchos enemigos espirituales, pero ninguno de ellos es más grande que Jesús quien vive en nosotros.

i. Con anterioridad en la carta, Juan mencionó la idea del mundo y su amenaza para la vida Cristiana (1 Juan 2:15-17) El presentó al mundo no como al globo terráqueo o la masa de humanidad a la que Dios ama (Juan 3:16,) sino como la comunidad de humanidad pecaminosa que está unida en rebelión contra Dios. Aquí Juan sugiere que hay fuerzas de obscuridad espiritual que guían e influencian al mundo.

4. (1 Juan 4:5-6) El contraste entre los que están en el mundo y los que son de Dios.


Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye. Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error.

a. Ellos son del mundo: Aquellos que son del mundo se evidencian porque hablan del mundo; la influencia del mundo está evidente en sus palabras. Como dijo Jesús, de la abundancia del corazón habla la boca. (Mateo 12:34)

b. Y el mundo los oye: Aquellos que son del mundo se evidencian porque elmundo los oye. No enfrentarán el rechazo que un hijo de Dios enfrenta por parte del mundo (1 Juan 3:1) porque son amigos del mundo.

i. El mundo los oye: El Cristiano siempre quiere hablar al mundo, y llevarle el mensaje de Jesús. Es emocionante cuando el mundo escucha el mensaje, pero debemos de cuidar que no nos estén escuchando porque estemos hablando delmundo. Sólo porque el mundo esté escuchando el mensaje no prueba que sea el mensaje de Dios.

c. El que conoce a Dios, nos oye: Aquellos que son de Dios disfrutan comunión con otros creyentes; ellos hablan un lenguaje común de comunión con Dios y unos con otros porque uno fluye del otro (1Juan 1:3)

i. Este lenguaje de comunión trasciende lenguaje, cultura, clase, raza o cualquier otra barrera. Es un regalo verdadero de Dios.

ii. En sus doctrinas oficiales, la Iglesia Católica Romana ha declarado ser “nos” en El que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. Pero Juan sólo puede estar hablando de los apóstoles y su revelación autorizada en la Biblia cuando dice “nos”. Cuando conocemos a Dios, y somos de Dios, escuchamos lo que la Biblia dice.

iii. “Si esta fuera una charla individual solamente, la declaración sería presuntuosa. Pero no lo es. Este es uno de los apóstoles citando el testimonio colectivo de todos los apóstoles y haciendo de ese testimonio una medida de verdad y sana doctrina.” (Boice)

d. El que no es de Dios, no nos oye: Al entender quién escucha lo que Dios nos ha enseñado a través de los apóstoles, tal como está escrito en el Nuevo Testamento, nos ayuda a conocer el espíritu de verdad y el espíritu de error. Si alguien escucha lo que Dios ha dicho en la Biblia, sabemos que tiene el espíritu deverdad. Si alguien no lo escucha, tienen el espíritu de error.

i. Juan deja claro que error tiene una dinámica espiritual; no se trata de ser simplemente educado o inteligente. Alguien que sea muy educado, alguien que sea muy inteligente puede ser influenciado grandemente por el espíritu de error. Ya que el error tiene una dinámica espiritual, mantenerse en el espíritu de verdad es un asunto espiritual.

ii. Nos mantenemos en el espíritu de verdad al agarrarnos de Jesús, Aquel que dijo Yo soy la verdad (Juan 14:6)

B. El amor perfeccionado en nosotros.

1. (1 Juan 4:7-8) El llamado al amor.


Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.

a. Amados, amémonos: La oración en el griego antiguo comienza de una manera impactante – agapetoi agapomen, “aquellos que somos amados, amemos.” No se nos pide que nos amemos unos a otros para ganarnos o merecer el amor de Dios. Nos amamos unos a otros porque somos amados por Dios, y hemos recibido ese amor, y vivimos en su luz.

b. Amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios: El énfasis de Juan en el amor entre el pueblo de Dios (mostrado en pasajes como 1 Juan 2:9-11 y 3:10-18) es poderoso. Aquí, él muestra por qué es tan importante. Si el amor esde Dios, entonces aquellos que declaran ser nacidos de Dios, y que declaran conocer a Dios, deben poder amarse unos a otros en el cuerpo de Cristo.

i. Una vez más, Juan insiste que hay algo otorgado al creyente cuando es nacidode Dios; un amor, que antes no tenía, es puesto en su vida. Los Cristianos no son “solamente perdonados” – son nacidos nuevamente por el Espíritu de Dios.

c. Y conoce a Dios: Existen varias palabras en el griego antiguo que se traducen como “conocer.” Esta palabra específica para conoce (ginosko) es una palabra para el conocimiento por experiencia. Juan está diciendo que cuando realmente experimentamos a Dios, se mostrará por nuestro amor unos por otros.

i. Por supuesto, este amor no es perfeccionado en la vida del Cristiano de este lado de la eternidad. Pero aunque no sea perfecto, debe estar presente – y debe ir creciendo. No puedes realmente crecer en tu experiencia con Dios sin crecer, también, en amor unos por otros. Juan puede llanamente decir, El que no amano conoce a Dios. Si en tu vida no existe un amor real por el pueblo de Dios, entonces tu declaración de que conoces y experimentas a Dios no es verdad.

d. El amor es de Dios: El amor del que Juan habla viene de la antigua palabra griega ágape; es el concepto del amor que se da a sí mismo sin demandar ni esperar un pago – es el tipo de amor que Dios ofrece.

i. Como este es el tipo de amor de Dios, viene a nuestra vida a través de una relación con Él. Si queremos amarnos unos a otros más, necesitamos acercarnos más a Dios.

ii. Toda relación humana es como un triángulo. Las dos personas en la relación están en la base del triángulo, y Dios en el ángulo de arriba. Conforme las dos personas se acercan a la parte alta del triángulo, más cerca de Dios, también se acercan más una a la otra. Las relaciones débiles se harán más fuertes cuando ambas personas se acercan al Señor!

e. Todo aquel que ama, es nacido de Dios……el que no ama, no ha conocido aDios: Esto no significa que cada muestra de amor en el mundo puede venir solo de un Cristiano. Aquellos que no son Cristianos también pueden mostrar actos de amor.

i. “Ya que el hombre fue creado a la imagen de Dios, una imagen que ha sido desfigurada mas no destruida por la caída, el hombre aún tiene la capacidad de amar…. amor humano, aunque puede ser noble y puede ser altamente motivado, se queda corto si se resiste a incluir al Padre y al Hijo como los objetos supremos de su afecto,” (Marshall)

f. Porque Dios es amor: Esta es una gloriosa verdad. El amor describe el carácter y corazón de Dios. Él es tan rico en amor y compasión, que puede usarse para describir Su ser.

i. Cuando decimos que Dios es amor, no estamos diciendo todo acerca de Dios. El amor es un aspecto esencial de Su carácter, y da color a cada aspecto de Su naturaleza. Pero no elimina Su santidad o Su perfecta justicia. Por el contrario, sabemos que la santidad de Dios está llena de amor, que su perfecta justicia está llena de amor. Todo lo que Dios hace, de una manera u otra, expresa Su amor.

ii. “Él no odia nada de lo que ha hecho. Él no puede odiar porque Él es amor. Él hace que el sol se levante para malos y buenos, y envía la lluvia para justos e injustos. Él no ha hecho ningún ser humano para perdición, nunca ha hecho imposible que un alma caída encuentre misericordia. Él ha dado la más alta prueba de Su amor por toda la raza humana por medio de la encarnación de Su Hijo, quien probó la muerte por cada hombre.” (Clarke)

iii. “Que nunca se piense que ningún pecador está lejos del alcance de la divina gracia mientras se encuentre en la tierra de los vivientes. Estoy aquí para predicar un amor ilimitado, una gracia ilimitada, para el más vil de los viles. Para aquellos que no tienen nada que pueda merecer consideración de parte de Dios, hombres que debían ser arrastrados al pozo sin fondo en este momento si la justicia les impusiera lo que merecen por sus fallos.” (Spurgeon)

iv. Se crean problemas cuando tratamos de decir que el amor es Dios. Esto es porque el amor no define todo en el carácter de Dios, y porque cuando la mayoría de la gente usa el término amor, no están pensando en el amor verdadero, al estilo de Dios. Por el contrario, están pensando en un amor soso, pásala-bien tipo de amor que valora ser “amable” más que realmente querer lo mejor para la otra persona.

v. La Biblia también nos dice que Dios es espíritu (1 Juan 4:24), Dios es luz (1 Juan 1:5), y que Dios es un fuego consumidor (Hebreos 12:29).

g. Dios es amor: Son pocas las personas que realmente saben y realmente creen que Dios es amor. Por cualquiera que sea la razón, la gente no recibe Su amor ni le permiten que transforme sus vidas. El conocer el amor de Dios de esta manera transformará nuestras vidas.

i. “En muchos lugares hay amor, como rayos de luz ambulantes; pero por lo que respecta al sol, está en un lugar de los cielos, y lo vemos y decimos, ‘Ahí hay luz.’… Él no vio a la Iglesia de Dios, y dijo de todos los miles que no apreciaban sus vidas, ‘Ahí hay amor,’ porque su amor era solo el brilloso reflejo del gran sol de amor.” (Spurgeon)

2. (1 Juan 4:9-11) El significado del amor y su aplicación.


En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros.

a. En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a suHijo unigénito: Esto nos muestra que el amor es lo que significa. El amor no solo se define por el sacrificio de Jesús (como se menciona en Juan 3:16); también se define como lo que el Padre dio. Fue un sacrificio para el Padre enviar a la Segunda Persona de la Trinidad y un sacrificio derramar el juicio que nosotros merecíamos, sobre Dios el Hijo.

i. Necesitamos apreciar esto completamente y recibir el amor Paternal de Dios. Algunos de nosotros, por alguna razón, hemos llegado a pensar en Dios el Padre como alguien lejano y malvado, tal vez como se le llama el “Dios enojado” del Antiguo Testamento. En esta manera equivocada de pensar, muchos se imaginan que prefieren al amable y amoroso Jesús. Pero el Padre nos ama también; y el amor que Jesús mostró en Su ministerio era el mismo amor que Dios el Padre tiene por nosotros. Podemos recibir poder sanador en el amor de nuestro Padre.

b. Que envió a su Hijo unigénito al mundo: Juan tiene cuidado de llamar a Jesús Hijo unigénito. Este título especial significa que Jesús tiene el título de Hijo único y que Jesús y el Padre son de la misma esencia.

i. El término crear se utiliza para describir algo que viene de alguien, pero que no es de la misma esencia o naturaleza. Un hombre puede crear una estatua igualita a él, pero que nunca será humana. Sin embargo, usamos el término engendrar para describir algo que es exactamente igual a nosotros en esencia y naturaleza. Somos hijos e hijas adoptados de Dios, pero no somos de la misma esencia y naturaleza que Dios – nosotros somos humanos. Pero Jesús es el único Hijounigénito engendrado, lo cual significa que su título de Hijo es diferente al nuestro; Él era y es de la misma esencia y naturaleza que Dios el Padre. Nosotros somos seres humanos; Él es un “ser-Dios” – quien añadió humanidad a Su deidad.

c. Para que vivamos por él: El amor del Padre no solo se mostró al enviar al Hijo, sino también en lo que con ello se logró para nosotros. Trajo vida a todos los que confían en Jesús y en Su obra porque Él es la propiciación por nuestrospecados.

i. Propiciación tiene la idea de un sacrificio que quita la ira de Dios. Dios justamente, nos consideró, lejos de Él, como objetos de Su juicio. Éramos rebeldes y enemigos, aún si no lo sabíamos. Pero en la cruz, Jesús tomó el castigo que nuestro pecado merecía – Su sacrificio quitó el juicio que nosotros deberíamos haber recibido. Podemos fácilmente pensar cómo esto muestra el amor de Jesús, pero Juan quiere que entendamos que también muestra el amor del Padre: Él nos amó a nosotros y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.

ii. Para que vivamos por él: La grandeza del amor de Dios se muestra no sólo al salvarnos del juicio que merecíamos, pero también al querer que vivamos por él. ¿Vivimos por él? Esta es una grandiosa manera de definir nuestra vida Cristiana, vivir por él.

d. Dios envió a su Hijo unigénito: Esto muestra el amor de Dios porque el amor da lo mejor. No hay nada mejor que Dios el Padre pudiera dar a la humanidad perdida que el regalo de el Hijo de Dios mismo, Como Pablo lo describe en 2 Corintios 9:15, Jesús era el regalo indescriptible del Padre.

i. “Si tenía que haber reconciliación entre Dios y el hombre, el hombre era el que debería haber enviado a Dios; el ofensor debió haber sido el primero en buscar el perdón; el más débil debió haber rogado al mayor por ayuda; el pobre hombre debió haber pedido a aquel que distribuye las almas; pero ‘Aquí está el amor’ que Dios ‘envió.’ Él fue el primero que envió una embajada de paz.” (Spurgeon)

e. El nos amó a nosotros y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados: Esto muestra el amor de Dios. Podía haber sido suficiente amor que el Padre enviara al Hijo, y no a algún ángel de menor categoría; pero Él envió al Hijo no en una misión para encontrar hechos, o en una misión de solamente compasión – Él envió a su Hijo a morir por nuestros pecados.

i. “Si Dios hubiera enviado a Jesús únicamente para enseñarnos sobre sí mismo, eso hubiera sido suficientemente maravilloso. Hubiera sido mucho más de lo que merecíamos. Si Dios hubiera enviado a Jesús únicamente para que fuera nuestro ejemplo, eso hubiera sido bueno también y hubiera tenido valor… Pero lo maravilloso es que Dios no se detuvo allí sino que envió a su Hijo no sólo a enseñarnos ni a ser nuestro ejemplo, sino a morir la muerte de un criminal, para salvarnos del pecado.” (Boice)

f. Por nuestros pecados: Esto muestra el amor de Dios. Dios dio a su Hijo para morir, y para morir por pecadores. Podemos pensar en alguien pagando un gran precio para salvar a alguien que lo merece, alguien bueno, alguien noble, alguien que hubiera hecho mucho por esta persona. Pero Dios hizo todo esto por rebeldes, por pecadores, por aquellos que le habían volteado la espalda.

i. “Pero, ¿Quién entre nosotros pensaría en entregar a su hijo para morir por su enemigo, por alguien que nunca le hizo un favor, sino que lo trató con ingratitud, que rechazó muestras de ternura y con perversidad endureció su cuello? Ningún hombre lo podría hacer.” (Spurgeon)

g. En esto consiste el amor: Amor real, amor ágape, no es definido por nuestro amor por Dios sino por Su amor por nosotros, Su amor por nosotros inicia nuestra relación de amor con Él, nuestro amor sólo responde a su Amor por nosotros. No podemos amar a Dios de la manera que debemos a menos que estemos recibiendo y viviendo en Su amor.

i. Nuestro amor por Dios realmente no dice nada grandioso de nosotros. Es sólo la respuesta de sentido común al conocer y recibir el amor de Dios.

h. Si Dios nos ha amado así: Habiendo recibido este amor de Dios, somos dirigidos a amarnos unos a otros. Este patrón de recibir de Dios y después dar a otros era familiar para Juan (Juan 13:14)

i. Cuando Jesús lavó los pies de sus discípulos, y les mostró tan grande amor y servicio, podíamos haber esperado que concluyera señalando a sus propios pies y preguntado quién entre ellos iba a hacer con Él como Él había hecho con ellos. En lugar de eso Jesús dijo, Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. (Juan 13:14) La manera adecuada de amar a Dios en respuesta a Su amor por nosotros es salir y amarnos unos a otros.

ii. Este amor llevará a una acción práctica. “¿Alguien te ha ofendido? Busca reconciliación. ‘Oh, pero yo soy el ofendido.’ Igual fue Dios y Él fue y buscó reconciliación. Hermano, has lo mismo, ‘Oh, pero he sido insultado.’ Dios también lo fue, sin embargo Él envió. ‘Oh, pero él es tan indigno.’ Igual eres tú, pero ‘Dios te amó y envió a Si Hijo.’ (Spurgeon)

iii. Si no nos amamos unos a otros, ¿Cómo podemos decir que hemos recibido el amor de Dios y que hemos nacido de Él? El amor es la prueba que se nos enseñó que buscáramos. Si tuvieras una tubería tapada – el agua seguiría llegando a ella, pero nunca saldría por el otro lado, esa tubería sería inservible. Necesitarías cambiarla. De igual manera, Dios pone Su amor en nuestras vidas para que fluya hacia afuera. Queremos que el Señor nos limpie y nos llene para que Su amor pueda fluir a través de nosotros.

C. La naturaleza de una relación de amor con Dios.

1. (1 Juan 4:12) Viendo a Dios a través de la evidencia del amor.


Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros.

a. Nadie ha visto jamás a Dios: Juan relata un principio básico sobre Dios el Padre – que nadie, nadie ha visto jamás a Dios. Cualquiera que diga que ha visto a Dios el Padre está hablando – por lo menos – desde su imaginación porque Juan claramente declara, nadie ha visto jamás a Dios.

i. Hablando de Dios el Padre, Pablo escribió en 1 Timoteo 1:17: Por tanto al rey de los siglos, inmortal, invisible. Jesús declaró de Dios el Padre, Dios es Espíritu, (Juan 4:24) dejando ver que Dios el Padre no tiene un cuerpo tangible que pueda ser visto.

ii. El saber que Dios el Padre es invisible debería hacernos más humildes en nuestra relación con Él. Dios el Padre no es completamente conocible por nosotros; no podemos entender completamente a Dios ni conocer sus secretos. Él está más allá de nosotros.

iii. Por supuesto, nadie ha visto a Dios el Espíritu Santo tampoco, aunque se ha representado a Sí mismo de diferentes maneras. Y así, ciertamente, Dios el Hijo, Jesucristo, ha sido visto – Juan mismo testificó de esto en 1 Juan 1:1-3. Pero de Dios el Padre, verdaderamente se puede decir, nadie ha visto jamás a Dios.

iv. “Las teofanías del Antiguo Testamento, incluyendo la aparentemente contradictoria declaración en Éxodo 24:10, no involucraban la revelación completa de Dios como Él es en Él mismo, sino sólo una sugerencia de quien Él es en maneras que un ser humano pudiera entender.” (Boice)

b. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros: Esta es la evidencia más grande de la presencia y obra de Dios en nosotros – amor. Ya que nadie ha visto jamás a Dios, esto provee una evidencia de la presencia de Dios.

i. Algunas personas piensan que la mayor evidencia de la presencia y obra de Dios es el poder. Algunas personas piensan que la mayor evidencia de la presencia y obra de Dios es la popularidad. Algunas personas piensan que la mayor evidencia de la presencia y obra de Dios es sentimientos apasionados. Pero la mayor evidencia de la presencia y obra de Dios es el amor. Donde Dios está presente y obrando, habrá amor.

ii. En ocasiones Jesús parecía débil y falto de poder, pero Él siempre estaba lleno de amor. En ocasiones Jesús no era popular en absoluto, pero Él siempre estaba lleno de amor. En ocasiones Jesús no inspiraba en la gente sentimientos apasionados, pero Él siempre estaba lleno de amor. El amor era la constante, mayor evidencia de la presencia y obra de Dios en Jesucristo.

c. Su amor se ha perfeccionado en nosotros: Perfeccionado utiliza la palabra griega teleioo, la cual no significa “perfecto” sino “maduro” y “completo.” Si nosotros nos amamos unos a otros, entonces el amor de Dios es “maduro” y “completo” en nosotros.

i. Juan regresa con la idea conocida: Si realmente caminamos en el amor que Dios tiene por nosotros, será evidente en nuestro amor unos por otros.

ii. El Cristiano maduro será conocido por el amor. Una vez mas, la verdadera medida de madurez no es la imagen de poder, popularidad o sentimientos apasionados – sino de la presencia del amor de Dios morando en nuestras vidas, y que es dada a otros.

2. (1 Juan 4:13-15) La seguridad de la obra de la Trinidad en nosotros.


En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu. Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo. Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios.

a. Conocemos que permanecemos en él: Al empezar con las palabras enesto, Juan conectó el pensamiento de este versículo directamente con el anterior. Podemos conocer por experiencia que vivimos en Dios, si Su amor ha sido perfeccionado en nosotros. Y sabemos que Su amor ha sido perfeccionado en nosotros si nos amamos unos a otros.

i. Llanamente, un Cristiano puede decir, “Conocemos.” No tenemos que nada más “esperar” que somos salvos, y “esperar” que llegaremos al cielo, sin tener seguridad de la salvación antes de pasar de este mundo al otro. Podemos conocer, y podemos conocer ahora, en este lado de la eternidad.

b. Permanecemos en él y él en nosotros: Permanecer en Jesús no es trabajo de una sola parte, nosotros batallando para permanecer en Él, y Jesús tratando de escapar de nosotros. Así como es verdad que nosotros debemos permanecer enÉl, también es verdad que Él permanece en nosotros.

i. Jesús dijo en Juan 15:4, Permaneced en mi y yo en vosotros. Y en Juan 15:7, Él dijo Si permanecéis en mi, y mis palabras permanecen en vosotros. Una de las maneras en que Jesús permanece en nosotros – vive en nosotros – es a través de Su palabra.

c. Nos ha dado de su Espíritu: Juan menciona la obra del Espíritu Santo en nosotros en este punto por dos conexiones importantes. Primero, es el Espíritu de Dios en nosotros quien es la presencia de Jesús que permanece en nosotros. Segundo, es el testimonio del Espíritu Santo en nosotros lo que hace posible que nosotros conozcamos que permanecemos en Él. Como Pablo lo menciona en Romanos 8:16: El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. El Espíritu Santo nos da esta seguridad.

d. Hemos visto y testificamos: El “hemos” quienes dan testimonio en este versículo son aquellos que originalmente vieron a Jesús, testigos de Su presencia. Ellos conocieron que el Padre ha enviado al Hijo, el salvador del mundo.

e. Hemos visto y testificamos: Hablando como quien tiene el Espíritu de Dios (nos ha dado de su Espíritu), Juan declara tres verdades esenciales sobre quién es Dios y cómo nos salva.

(1) Que el Padre ha enviado al Hijo.

(2) Que Él fue enviado como el Salvador del mundo

(3) Sabiendo y conociendo que Jesús es el fundamento para permanecer en Él (Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios.)

f. Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, yél en Dios: No es suficiente saber los hechos sobre quién es Jesús; debemos confesar la verdad. La idea detrás de la palabra confesar es “estar de acuerdo con.” Debemos estar de acuerdo con Dios sobre quién es Jesús, y descubrimos lo que Dios dice sobre Jesús en la Palabra de Dios. Se puede saber algo sin estar de acuerdo con ello; Dios demanda que realmente estemos de acuerdo.

i. Aunque Juan ha estado escribiendo mucho sobre el amor, no ignora el tema de la verdad. Juan no piensa que es “suficiente” que una persona tenga cierto tipo de amor en su vida si no confiesan que Jesús es el Hijo de Dios. No se trata de decidir entre amor o verdad; debemos tener ambas.

ii. “Reconocer que Jesús es el Hijo de Dios no es solamente hacer una declaración sobre su estatus metafísico sino expresar obediente confianza en aquel que posee tal estatus.” (Marshall)

iii. “Creer en Cristo y amar a los hermanos no son condiciones para que podamos permanecer en Dios, más bien son evidencias del hecho de que Dios ya ha tomado posesión de nuestras vidas para hacer esto posible.” (Boice)

3. (1 Juan 4:16) La respuesta del Cristiano a Dios y Su amor.


Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.

a. Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros: Esta es la respuesta apropiada del Cristiano ante quién es Dios y cómo nos ama. Somos llamados a tomar el amor y gracia que Dios ofrece, conocerlas por experiencia y creerlas. De eso es de lo que se trata tener comunión con Dios.

i. La gente responde a Dios de diferentes maneras.

· Algunos responden con un sentido de superioridad (“Soy tan grandioso, hasta Dios me ama!”)

· Algunos responden con duda (“Puede Dios amarme verdaderamente?”)

· Algunos responden con maldad (“Dios me ama, así que puedo hacer lo que se me dé la gana.”)

· Dios quiere que respondamos conociendo (por experiencia) y creyendo el amor que Dios tiene para con nosotros.

ii. El Cristiano debe saber y creerel amor que Dios tiene para con nosotros. Habría que considerar qué se necesitaría para que dejaran de creer que Dios los ama. Pablo sabía que nada lo podría separar del amor de Dios que era en Cristo Jesús (Romanos 8:35-39), y cada Cristiano debería tener la misma confianza.

iii. “Sentir el amor de Dios es algo muy precioso, pero creerlo cuando no lo sientes es lo más noble.” (Spurgeon)

b. El que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él: El Cristiano que tiene este tipo de relación con Dios estará virtualmente “sumergido” en el amor de Dios; se convierte en su medio ambiente, su lugar de morada.

4. (1 Juan 4:17-18) El perfeccionamiento del amor, ahora y en la eternidad.


En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo. En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.

a. Se ha perfeccionado el amor: Para perfeccionado, Juan no sólo utiliza la palabra griega teleioo (que tiene la idea de “madurez” y “completo”); él escribe teleioo teleioo – hablando del amor que es “perfectamente perfecto” o “completamente completo.”

b. En el día del juicio: Aquí es cuando se demostrará la obra de amor en nosotros completamente. Ahora conocemos el amor de Dios hasta cierto punto, pero lo conoceremos completamente en el día del juicio.

· Puede que sepas ahora que eres un pecador, pero realmente lo sabrás en el día del juicio.

· Puede que sepas ahora que por ti mismo no eres mejor que aquellos que van a ir al infierno; pero realmente lo sabrásen el día del juicio.

· Puede que sepas ahora la realidad del infierno; pero realmente la sabrásen el día del juicio.

· Puede que sepas ahora de la grandeza de la salvación de Jesús; pero realmente la sabrás en el día del juicio.

c. Para que tengamos confianza en el día del juicio: Esto muestra la grandeza de la obra de Dios en nosotros. Pudiéramos estar satisfechos con apenas sobrevivirel día del juicio, pero Dios quiere llenar nuestras vidas con Su amor y Su verdad de tal manera que tengamos confianza en el día del juicio.

i. La Biblia dice que un día, toda la humanidad se reunirá delante del Gran Trono Blanco para enfrentar el juicio. Este día viene! “El día del juicio está establecido en el calendario de Dios como todos los demás días en la historia.” (Boice)

ii..Algunos piensan que llegarán allá y juzgarán a Dios (“Cuando vea a Dios, tengo algunas preguntas para hacerle!”) Pero esas son tonterías. La única manera de tener confianza en el día del juicio es recibir y caminar en el amor transformador de Dios hoy.

d. Confianza en el día del juicio: ¿Cómo puede alguien tener tal confianza? Podemos imaginarnos a Jesús teniendo esa confianza delante del trono de Dios, pero, ¿nosotros? Sin embargo, si permanecemos en Él y Él en nosotros (1 Juan 4:13) nuestra identidad está ligada a Jesús: como él es, así somos nosotros en este mundo.

i. ¿Cómo es Jesús ahora? Él es glorificado, justificado, por siempre justo y sentado a la derecha de Dios el Padre. Espiritualmente podemos tener esa misma posición ahora, mientras estamos en el mundo, porque como él es, así somos nosotros en este mundo.

ii. Ciertamente esta gloria está en nosotros en forma de “semilla”; no ha sido desarrollada completamente en lo que llegará a ser. Pero está ahí, y su presencia se demuestra por nuestro amor unos por otros y nuestro estar de acuerdo con la verdad de Dios – y todo eso nos sirve para darnos confianza.

e. En el amor no hay temor: El amor completo significa que no nos acobardamos en temor delante de Dios, con pavor de Su juicio, ni ahora ni en eldía del juicio. Sabemos que todo el juicio que merecíamos – pasado, presente y futuro – fue derramado sobre Jesucristo en la cruz.

i. Y qué hay con los muchos pasajes en la Escritura, Antiguo y Nuevo Testamento (tales como Eclesiastés 12:13 y 1 Pedro 2:17), en donde se nos dice que debemos temer a Dios? El temor del cual Juan está hablando aquí, no es la reverencia que debemos tener a Dios, sino el tipo de temor que involucra tormento – ese tipo de temor agonizante que roba a nuestra alma todo gozo y confianza delante de Dios. Es el temor opuesto a la confianza en el día del juicio.

f. El que teme, no ha sido perfeccionado en el amor: Si nuestra relación con Dios está marcada por este temor que atormenta, se demuestra que no hemos sido perfeccionados – o sea, completos y maduros – en Su amor.

Charles Spurgeon fue un hombre que predicó la Palabra de Dios, y tenía cuidado de no repetir constantemente el mismo tema. Sin embargo, él predicó cinco sermones impresionantes sobre las siguientes diez palabras.

5. (1 Juan 4:19) La razón de nuestro amor por Jesús.


Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.

a. Nosotros le amamos: En esta gran declaración, Juan empieza por mencionar lo que hay en el corazón de cada verdadero seguidor de Jesucristo. Simple y sencillamente puesto, nosotros le amamos.

i. Este es un hecho para cada verdadero seguidor de Jesús. “No hay excepción a esta regla; si un hombre no ama a Dios, tampoco es nacido de Dios. Muéstrame fuego sin calor, y después podrás mostrarme que la regeneración no produce amor a Dios.” (Spurgeon)

ii. Es algo que todo Cristiano debe proclamar sin temor: Le amo, amo a Jesús. Puedes decirlo? Te avergüenzas de decirlo? Puedes decir, “Yo amo a Jesús”?

iii. “No puedo imaginarme a un verdadero hombre diciendo, ‘Yo amo a Cristo, pero no quiero que los demás lo sepan, podrían burlarse de mi.’ Esa sí sería una razón para reírse de él, o más bien de llorar por él. Temor a que se burlen de ti? Carambas, ese sí es un temor cobarde!” (Spurgeon)

iv. “Veamos a través de las páginas de la historia, pregunta a los hombres y mujeres más nobles, ‘¿Quién ama a Cristo?’ y, en un momento, desde los obscuros pozos salen los lamentos, ‘Nosotros le amamos;’ y de aquellos que fueron quemados vivos viene la misma respuesta, ‘Nosotros le amamos.’ Si pudieras caminar por las miles de catacumbas en Roma, y si los santos que murieron, de quienes el polvo permanece ahí, pudieran de repente despertar, todos ellos gritarían ‘Nosotros le amamos.’ Los hombres más valientes y mejores, las mujeres más nobles y puras, todos en un mismo sentir; entonces, seguramente tú, no te avergonzarás y darás un paso al frente para decir, ‘Pongan mi nombre junto al de ellos.” (Spurgeon)

v. “Sal adelante por Él; despliega tus colores, nunca los escondas, sino clávalos al mástil y di a todos los que ridiculizan a los santos, ‘Si tienes cualquier cosa mala que decir de los seguidores de Cristo, dímelas a mí… pero esto debes saber – te guste o no, lo escucharas, – “Yo amo a Cristo.”” (Spurgeon)

b. Él nos amó primero: Este versículo no sólo declara nuestro amor por Jesús, también nos dice cuándo nos amó. Algunas personas se imaginan que Jesús nos amó porque Él sabía que le amaríamos y tendríamos fe en Él. Pero Él os amó antes de eso, aun antes de que el mundo fuera creado, cuando nuestra existencia estaba solamente en la mente y corazón de Dios, Jesús nos amó.

i. Nos amó cuando aun éramos pecadores: “Todo hombre que ha sido salvado tuvo que venir a Dios no como alguien que le amaba, sino como pecador, y tuvo que creer en el amor de Dios por él como pecador.” (Spurgeon)

ii. “Jesús te amaba cuando vivías descuidadamente, cuando rechazabas su palabra, cuando tu rodilla no se doblaba en oración. Ah! Él amó a algunos de ustedes cuando estaban en la pista de baile, en el teatro o aun en el burdel. Él te amó cuando estabas en la puerta del infierno y tomabas condenación en cada sequía. Él te amó cuando no podías haber estado peor o más lejos de Él. Maravilloso, oh Cristo, es tu amor!” (Spurgeon)

c. Nosotros le amamos a él porque él nos amó primero: Este versículo nos dice de dónde viene el amor de Jesús: Viene de Él. Nuestro amor por Dios siempre es en respuesta de su amor por nosotros; Él inicia y nosotros respondemos. Nunca tenemos que acercar a Dios a nosotros; por el contrario, Él nos acerca a sí mismo.

i. “1. Le amamos porque nos damos cuenta que Él nos ha amado. 2. Le amamos desde un sentido de obligación y gratitud. 3. Le amamos desde la influencia de Su propio amor; del amor derramado en nuestros corazones procede nuestro amor a Él. Es la semilla donde nuestro amor germina.” (Clarke)

ii. “Él es la fuente de amor, el nuestro sólo un riachuelo: Su amor el estímulo, el patrón y la efectiva causa en el nuestro. Él quien es el primero en el amor, ama libremente; la otra parte, por lo tanto, ama por obligación.” (Poole)

iii. “En ocasiones me he dado cuenta que, al dirigirse a los niños en la escuela dominical, es común decirles que la manera para ser salvos es amar a Jesús, lo cual no es cierto. La manera de ser salvos para un hombre, mujer o niño es confiar en Jesús por el perdón del pecado, y después, confiando en Jesús, viene el amor como fruto. El amor no es la raíz. La fe es la que ocupa ese lugar.” (Spurgeon)

d. Nosotros le amamos a Él porque Él nos amó primero: Este versículo nos dice por qué amamos a Jesús, y cómo podemos amarle más.

i. “No permitas que el diablo te tiente a creer que Dios no te ama porque tu amor es débil; porque si de alguna manera puede debilitar tu fe en el amor de Dios por ti, cortará o minimizará la fluidez de las corrientes que te nutren de la santa gracia del amor a Dios.” (Spurgeon)

ii. “Un amor aceptado es la madre de un amor correspondido.” (Spurgeon)

iii. “No debemos forzarnos a amar a nuestro Señor, sino primero mirar al amor de Cristo, porque su amor por nosotros engendrará en nosotros amor hacia Él. Sé que algunos de ustedes se afligen porque no pueden amar a Cristo como ustedes quisieran, y se inquietan por ello. Olvídense de su amor por Él y sólo piensen en Su gran amor por ustedes; entonces, inmediatamente, su amor vendrá a ser más parecido a lo que ustedes desean que sea.” (Spurgeon)

iv. “Recordemos, nunca lograremos amar a Dios más castigándonos por no amarlo más. Podemos llegar a amar mejor a los que amamos al conocerlos mejor… Si tu quieres amar más a Cristo, piensa más en Él, en lo que has recibido de Él.” (Spurgeon)

e. Él nos amó primero: Esto quiere decir que es verdad que Él nos ama ahora. ¿Lo crees? “Oh, si verdaderamente crees que Él te ha amado tanto, siéntate, piensa y dite a ti mismo, ‘Jesús me ama; Jesús me escogió; Jesús me redimió; Jesús me llamó; Jesús me ha perdonado; Jesús me ha llevado en unidad con Él.’” (Spurgeon)

6. (1 Juan 4:20-21) El mandamiento a amar.


Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano.

a. Si alguno dice; Yo amo a Dios: Con frecuencia es más fácil proclamar un amor por Dios porque eso involucra una relación privada con un Dios invisible. Pero Juan acertadamente insiste que nuestra declaración de amar a Dios es falsa si no amamos también a nuestro hermano, y que este amor debe de ser mostrado.

i. Se puede ser un enano espiritual por falta de amor. Se puede conocer la Palabra, nunca faltar a un servicio, orar fervientemente y demostrar tener dones del Espíritu. Sin embargo, en todo eso se puede ser como Caín, quien ofreció a Dios el fruto de sus manos y no el fruto del Espíritu.

b. Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, esmentiroso: Por esta medida crucial, Jesús dijo que el mundo podría medir nuestro estatus como discípulos por la medida de nuestro amor unos por otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros. (Juan 13:35)

i. Existe una diferencia entre el amor del hombre y el amor divino. “Estos versículos son el equivalente de decir que una persona no puede practicar el amor ágape a menos que primero haya practicado el amor filial.” (Boice)

c. Y nosotros tenemos este mandamiento de él: Tenemos el mandamiento de amar. Aunque el amor fluye como resultado de permanecer en relación con Dios y de haber nacido de Él, también involucra un aspecto esencial de nuestra voluntad. Por lo tanto, nos es dado el mandamiento de amar a nuestros hermanos en Cristo.

i. Al ser nacidos de Dios y permanecer en Él, tenemos la habilidad de amar; pero es una decisión de nuestra voluntad el acercarnos a esa fuente y dársela a otros. Por lo tanto nos es dado el mandamiento de amar, El que ama a Dios, ame también a su hermano.

ii. Por esta razón, la excusa, “Simplemente no puedo amar a esa persona” (o cualquier excusa como esta) no es válida. Si somos nacidos de Él, y permanecemos en Él, entonces los recursos del amor están ahí. Depende de nosotros que respondamos a Su mandamiento con nuestra voluntad y todo nuestro ser.

d. El que ama a Dios, ame también a su hermano: También podemos aprender cómo amar a Dios amando a otras personas. Se podría decir, “Quiero amar más a Dios; quiero crecer en mi amor por Él. Pero ¿cómo puedo amar a un Dios que es invisible?” Dios nos diría, “Aprende a amarme, a quien no puedes ver, amando a Mis hijos, a quienes puedes ver.”

i. Jesús dijo en Mateo 5:23-24, Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y ahí te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. Dios se agrada más cuando te reconcilias con tu hermano que si le traes un sacrificio de alabanza.

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